Una parte
considerable de mi artículo sobre los peligros que amenazan a la revolución
española, está dedicado a demostrar que entre la revolución
democrático-burguesa de abril y la futura revolución proletaria, no hay lugar
para una revolución obrero-campesina intermedia. De pasada he subrayado que
esto no significa que el partido del proletariado deba ocuparse exclusivamente
de aumentar sus fuerzas "hasta la lucha final". Una concepción de
este tipo seria antirrevolucionaria y digna de un filisteo. Si bien no puede
existir una revolución
intermedia, un régimen intermedio, sí pueden producirse
manifestaciones de masas intermedias, huelgas, demostraciones, encuentros con
la policía y el ejército, sacudidas revolucionarias impetuosas, durante las
cuales los comunistas deberán estar en las primeras filas del combate. ¿Cuál es
la significación histórica de estas luchas intermedias? Por una parte son
susceptibles de provocar cambios democráticos en el seno del régimen
democrático burgués, y por otra pueden preparar a las masas para la conquista
del poder y para la creación del régimen proletario (Por la ruptura de la
coalición con la burguesía, Trotsky, 1931)
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