viernes, 5 de septiembre de 2014

El summum del progresismo (mayo 2014)

http://www.elciudadano.cl/2014/07/17/109178/orden-patria-y-libertad-la-asamblea-constituyente/

a) Rousseau fue un burgués que se jugó intelectual y prácticamente por transformaciones que reafirmaron y reimpusieron la explotación de los patrones capitalistas.

b) La Constitución fue redactada y aprobada durante una forma de dictadura patronal, el despotismo de un gobierno y un régimen militar. Si nos proponemos redactar y aprobar una nueva constitución sin cuestionar el dominio de la clase dominante y explotadora, si proponemos esta cuestión sin la perspectiva cercana de una insurrección obrera (de los explotados), sin la necesaria autoorganización democrática de la clase productora y explotada, no estaremos sino formulando una constitución bajo hegemonía capitalista, para pasar de una forma de dictadura patronal a otra. Iríamos de la dictadura patronal bajo un proyecto social-liberal, a una dictadura patronal "progresista"...

c) El problema de la Constitución no es "simbólico, cultural y político". Creer esto no es más que adoptar una posición patronal idealista. Es un problema económico, vinculado al marco superestructural que posibilita la reproducción de la explotación y sus condiciones de posibilidad.

d) La política es la expresión más concentrada de la lucha de clases. Sostener que la política no es más que "sentarnos a conversar" es suponer que la sociedad existe sustentada en el consenso y no en el conflicto. Si así fuera bajo la la forma democrática de la dictadura patronal, la participación electoral a lo largo de todo el mundo debería ser cercana al 90%. Desde 1990 (desde la derrota obrera mundial aprox), no obstante, la regla (la mayoría) de la democracia capitalista burguesa es que no más del 60% vota (vean las cifras), y de ese porcentaje una parte importante siempre vota por el "mal menor". Esto nos da luces respecto de que las sociedades capitalistas se fundan en el conflicto y no en el consenso: por esto, la política es lucha de clases. Así, contra el dialogismo espurio de un Habermas (que no tienen en cuenta las clases), los comunistas siempre nos negaremos a "tomarnos un té" en la casa de Chicureo (barrio altísimo en santiago) que tiene Enríquez Ominani. Con los patrones no se "conversa". Se lucha con el objetivo de eliminarlos, a ellos y a sus condiciones materiales, a las relaciones sociales que explican su existencia.

e) El obrero de a pie clasista, sabe que el orden al cual los "progres" lo invitan a participar, es un orden donde sólo algunos bancos son "inescrupolosos" (como dice Meo) y el problema son los meros "abusos" (como dice la IC). El obrero de a pie clasista sabe que este "orden" es solo una forma más de la dictadura patronal. También sabe que la mentada "conversación" a la que lo invitan tendrá los términos fijados por los patrones (¿nos iremos a conversar a Chicureo?), es propuesta y hegemonizada por ellos.


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