El
presentismo espurio y anti-materialista de Wallerstein
“...sólo se
puede narrar el pasado como es, no como era. Ya que el rememorar el pasado es
un acto social del presente hecho por hombres del presente y que afecta al
sistema social del presente. La verdad cambia porque la sociedad cambia. En un
momento dado nada es sucesivo, todo es contemporáneo, incluso aquello que ya es
pasado”
Aprender de
las derrotas y no quedarse en el pasado
“…los hombres
hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo
circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con
las que se encuentran directamente, que existen y transmiten el pasado. La
tradición de todas las generaciones muertas oprime como pesadilla el cerebro de
los vivos” (Marx, 1850, Las luchas
de clases en Francia). El peso de este factor hace más arduo el balance de
la experiencia pasada”
“Porque, como señalara Antonio Labriola, nunca se
trata de un “salto al vacío”, de subirse al carro de modas pasajeras, sino de
una particular combinación, que recoge lo mejor de la experiencia acumulada y,
al mismo tiempo, lejos de todo dogmatismo, intenta resignificarla y
actualizarla a partir de los nuevos desafíos y desarrollos que coloca la lucha
de clases”
“La tradición
no ha de pesarnos como una pesadilla, impedimento, empacho u objeto de culto y
estúpida reverencia…pero, por otra parte, la tradición es lo que nos mantiene
en la historia, o sea, o que nos relaciona con las condiciones laboriosamente
adquiridas que facilitan el trabajo nuevo y posibilitan el progreso. Y sin esa
relación, no se puede ser sino bestias, porque sólo el secular trabajo de la
historia nos diferencia de los animales” (Antonio Labriola, Socialismo y Filosofía)
“En todas las
luchas de clases del pasado, llevadas en adelante en interés de las minorías, y
en la cual, para usar las palabras de Marx, “todos los desarrollos tomaron
lugar en oposición a las grandes masas del pueblo”, una de las condiciones
esenciales de la acción fue la ignorancia de las masas con relación a los
objetivos reales de la lucha, su contenido material y sus límites. Esta discrepancia era, en los hechos, la base
histórica específica del “rol de liderazgo” de la burguesía iluminista,
correspondiente con el rol de las masas como seguidores dóciles…La lucha de
clases del proletariado es “la más profunda” de todas las acciones históricas
hasta nuestros días; ella abarca el conjunto de todas las capas del pueblo y,
desde el momento en que la sociedad deviene dividida en clases, es el primer
movimiento acorde con el real interés de las masas. Esto es porque la elevación
de las masas con respecto a sus tareas y métodos es una condición histórica
indispensable para la acción socialista, tal como en los períodos anteriores la
ignorancia de las masas era la condición para la acción de las clases dominantes”
(Rosa Luxemburgo, citado en Tony
Cliff, Trotskysmo después de Trotsky)
“Es decir, se establece una clara diferenciación
entre la naturaleza y mecánica de la revolución burguesa y la de la revolución
proletaria, que en la posguerra muchas corrientes, bajo la presión de
acontecimientos originales, terminaron perdiendo de vista”
El
autonomismo y la clase en sí
“Al mismo tiempo, la mala experiencia del siglo XX
ha dado lugar a la actual emergencia de
corrientes que postulan una comprensión simplista de la clase como un “en sí”,
una totalidad que se podría
auto-determinar sin vanguardias, sin partido, espontáneamente” (como Holloway y
algunos de los compas de la revista Herramienta)
“Su prédica anti-partidos, y su falta de
perspectiva de clase –incluso se remplaza a la clase por el concepto
espantosamente pasivo de “víctimas”, proveniente de la reformista Teología de
la Liberación…Esto se expresó de manera palmaria en su completa pérdida de
puntos de referencia en el proceso del Argentinazo, en el que todo debía
subordinarse al proyecto electoralista de Luis Zamora”
“Otro sector, se sumó a la corriente internacional
Utopía Socialista, hegemonizada por socialismo revolucionario de Italia, que ha
venido teorizando una concepción “antipolítica” y de remplazo de la centralidad
de la clase trabajadora en la revolución, por el vago concepto de “sociedad
civil”
El “piqueterismo” en la Argentina hizo emerger
caudillos del tipo Raúl Castells (quien no casualmente se identificaba con Mao
tsé-Tung)
El PO argentino considera que el movimiento
piquetero, “en tanto dirigido en algunas de sus expresiones por corrientes
socialistas, como constituyendo por sí mismo un movimiento socialista, lo que
es a todas luces un despropósito”
Siendo que Moreno diferenciaba entre revoluciones
socialistas “conscientes” e “inconscientes” para distinguir a las revoluciones
de la posguerra de la revolución rusa de 1917, las corrientes morenistas
interpretaron el argentinazo de 2001 como una “revolución obrera y socialista”
(e.g. MST) y el Octubre boliviano de 2003 igualmente (e.g. PSTU)
Moreno usaba decir: “la realidad había sido más
trostkysta que las propias previsiones deTrotsky”
La
democracia proletaria
“…la lucha de tendencias políticas, la construcción
e partidos y organismos de la clase trabajadora, la pelea de programas y
concepciones –en particular, sobre las vías y condiciones para la lucha por la
destrucción del estado burgués y la toma del poder por los trabajadores-, son
connaturales a la lucha de clases obrera y revolucionaria. Y por tanto, sin
ellas no hay verdadero proceso de autodeterminación de los trabajadores. Es
más: hacen al contenido intangible de la democracia del proletariado y son
incluso más decisivas (si se quiere) en las condiciones de comienzos del siglo
XXI marcadas por una evidente crisis de subjetividad de los trabajadores y de
alternativa socialista”
La doble
pelea de los comunistas
“Porque la pelea del marxismo revolucionario
consistió siempre en una lucha en dos frentes, tanto contra las tendencias
burocráticas, sustituistas y oportunista al interior del movimiento obrero,
como contra las espontaneístas, economicistas y anarquistas/autonomistas
falsamente “izquierdistas”
Se reivindican los 4 primeros congresos de la III
Internacional
Frases:
“Al mismo tiempo se deben identificar, con más
fuerza aún, las características oportunistas, centristas y/o capituladoras de
corrientes básicamente europeas como el SU (fuertes son la LCR francesa y
democracia Socialista en Brasil), que
siguen siendo una escuela de adaptación teórica a la modas intelectuales y a
los aparatos burocráticos de turno, y que dieron un salto con la
participación de uno de sus dirigentes, Miguel Rossetto, en el gobierno burgués
de Lula”
“…a
diferencia de supuestos ortodoxos como Ernest Mandel que, como luego veremos,
hicieron escuela en el embellecimiento y la mitificación de la burocracia
estalinista”
Contra el
idealismo
“Está insuficientemente apreciado que, desde
temprano, Marx y Engels, habitualmente establecieron su objetivo político no en
términos del cambio deseable en el sistema social (socialismo), sino en
términos de cambio en el poder de clase (dominio proletario). Los dos no pueden
ser asumidos como sinónimos. El objetivo del dominio proletario, seguramente,
es comúnmente asumido como socialismo o
comunismo, como la forma social correspondiente. Pero, por el contrario, no se
da automáticamente. MARX Y Engels tomaban como su objetivo mayor, no la
aspiración a cierto tipo de sociedad futura, sino la posición de una clase
social como representante de los intereses de la humanidad; no una abstracta
ideología de cambio (ideas socialistas), sino una condicionada perspectiva de
clase, que ellos llamaban punto de vista proletario”
Sobre las
formaciones socialistas de la segunda posguerra (incluida la urss)
“…las formaciones sociales inestables que surgieron
como subproducto de las revoluciones democráticas, antiimperialistas y
anticapitalistas de la posguerra, sólo podían ser momento transitorios,
pasibles de ser reabsorbidos en última instancia por el capitalismo mundial, en
la medida en que no dieron lugar a revoluciones verdaderamente obreras y
socialistas. Mucho menos estados obreros o sociedades efectivamente en transición
al socialismo en una perspectiva de revolución mundial, lo que explica su
actual y completa desaparición”
“Por el contrario, representaron revoluciones
encabezadas por direcciones pequeñoburguesas y/o burocráticas, necesaria e
históricamente inestables y no asimilables –mediante el uso de esquemas
mecánicos y/o sociológicos- a revoluciones que sólo podían ser “obreras o
burguesas”
“En 1906,
Lenin dio a conocer el artículo de Kautsky sobre las fuerzas motrices de la
revolución rusa, acompañándolo de un prefacio suyo…Tanto Lenin como yo
expresamos una solidaridad completa con el análisis de Kautsky. A la pregunta
de Pléjanov de si nuestra revolución era burguesa o socialista, Kautsky
contestaba en el sentido de que no era burguesa ni era aún socialista, esto es,
que representaba “una forma transitoria” de una a la otra. Lenin escribía a
este propósito, en su prefacio: “por su carácter, nuestra revolución, ¿es
burguesa o socialista? Es esta una forma rutinaria de plantear la cuestión…No
se puede plantear así, no es la manera marxista de plantearla. La revolución en
Rusia no es burguesa, pues la burguesía no se cuenta entre las fuerzas motoras
del actual movimiento revolucionario ruso. Y la revolución rusa, no es tampoco
socialista” (Trotsky, La revolución
permanente)
Las
revoluciones de la primera mitad del siglo XX
(i) Tres revoluciones rusas (1905,1917, febrero y
octubre)
(ii) Revolución alemana (1918-9-1923)
(iii) Revolución húngara (1918)
(iv) Gran ascenso obrero en Italia (1918-1921)
(v) Segunda revolución china (1925-1927)
(vi) Revolución española (1931-9)
“Estas revoluciones configuraron una serie de
experiencias con rasgos propios, marcados decisivamente por el sello que les
otorgó la clase trabajadora. En estas condiciones, todas estas revoluciones,
más allá de sus diferencias y desarrollos desiguales, se caracterizaron por
tener en el centro la acción y los métodos de lucha del proletariado, el
desarrollo fuertísimo de tendencias de democracia de los trabajadores y de la
lucha de tendencias políticas, en el marco más general de la expansión, en los
cincuenta años anteriores, de elementos de una cultura obrera y socialista
ampliamente extendida”
¿“Revoluciones
excepcionales” durante la segunda posguerra?
“…circunstancias
completamente excepcionales (guerra, derrota, crack financiero, presión
revolucionaria de las masas, etc) los partidos pequeñoburgueses, incluyendo a
los estalinistas, puedan ir más lejos de lo que ellos mismos quieran en la vía
de la ruptura con la burguesía…aunque esta variante, sumamente improbable, se
realizara en alguna vez en alguna parte, y el “gobierno obrero y campesino” en
el sentido arriba mencionado, se estableciera de hecho, representaría meramente
un corto episodio en la vía hacia la verdadera dictadura del proletariado” (Trotsky, El Programa de transición)
Lo que Trotsky consignó como excepcional, pasó a
ser la norma en las revoluciones triunfantes de la segunda posguerra
“Pero el inmenso problema que la gran mayoría del
trotskysmo no tuvo en cuenta, residió en que no representaron “meramente un
corto episodio en la vía hacia la verdadera dictadura del proletariado”, sino
que el congelamiento, desvío e imposibilidad del desarrollo de la revolución en
tanto que revolución socialista, se hizo permanente. Por lo tanto, resultaron
ser revoluciones abortadas desde el punto de vista obrero y socialista, que
consumaron verdaderas dictaduras del proletariado, ni lograron abrir un proceso
de transición al socialismo, en ausencia total y completa de la clase obrera en
el centro del proceso y de la tendencia a la disolución del estado y del
trabajo asalariado. Porque si no sobrevenía la verdadera “dictadura del
proletariado”, cambiaba globalmente la previsión hecha por Trotsky. De ahí el
carácter específico del proceso de las revoluciones de la posguerra, que nunca
fue realmente explicado por el movimiento trotskysta”
“…estos proceso mostraron un alcance histórico de
estas clases y capas pequeñoburguesas mayor a lo previsto por la hipótesis más
probable de la teoría de la revolución permanente de Trotsky y por el curso
histórico anterior. Esto es, mostraron un rol relativamente independiente más
amplio al previsto por la teoría como síntesis de la experiencia anterior,
donde la pequeño-burguesía radicalizada fue el instrumento de la burguesía en
la revolución francesa de 1789, o pura impotencia en las revoluciones de 1830 y
1848, cuando la burguesía ya no planteaba llevar a delante sus tareas de manera
revolucionaria”
“…conservando por otra parte, coordenadas teóricas
básicas, como la concepción clásica marxista de quelas clases históricamente
orgánicas son la burguesía y el proletariado. Porque las capas o clases
pequeñoburguesas a las que nos estamos refiriendo no alcanzaron a configurar un
rol históricamente dirigente, ni lograron establecer una sociedad “a su imagen
y semejanza”, sino que las formaciones sociales a las que dieron origen fueron
tributarias, en último análisis, del capitalismo mundial, y absorbidas por él
en unas décadas”
“Surgió así, de manera no orgánica y transitoria,
un “tercer actor” que se montó sobre el congelamiento de la dinámica permanente
de la revolución para darle su impronta a estas sociedades por algunas décadas:
estas capas pequeñoburguesas burocráticas que no llegan a ser una clase en el sentido
histórico-orgánico del término, sino que constituían, como decía el propio
Trotsky, “más que una mera burocracia, pero menos que una clase orgánica”
“Insistimos en esta idea de condiciones específicas
para contraponerla al uso y abuso por parte del trotskysmo tradicional de la
posguerra del concepto de “excepcionalidad”; utilizado para todo tipo de
justificaciones o para realizar teorizaciones ad hoc que justamente dejaban sin
explicar estas condiciones “excepcionales”
“Esto no implica que en la posguerra no haya habido
revoluciones con características distintas. Por el contrario, la revolución
boliviana de 1952, fue una de las más importantes y con características
“clásicas”, esto es, verdaderamente obrera y socialista. Pero terminó en una
derrota, a la que contribuyó también la política capituladora del trostkysmo
pablista…También siguió patrones clásicos la revolución portuguesa de mediados
de los 70, así como –en general- el ascenso de fines de los 60 y principios de
los 70 en América Latina y Europa occidental. En todos los casos,
lamentablemente, estas revoluciones o procesos revolucionarios fueron
derrotados”
El
subterfugio de la revolución democrático-burguesa
“Trotsky no
niega la existencia de la revolución democrático-burguesa o democrática. Lo que
dice es que sólo puede ser llevada consecuentemente a cabo por un sujeto
revolucionario: el proletariado y su partido. A partir de esto, la integra en
un proceso permanente, que se combina con la revolución socialista, cuyas
tareas hacen la transición al socialismo”
Reflexión
y discusión. En realidad, el marxismo en este punto idealiza a la burguesía y
sus métodos de clase. En específico, el trotskysmo y luxemburguismo tienden a
idealizar la etapa temprana y madura de la burguesía (hasta comienzos del siglo
XX). Esto es claro respecto de la democracia. Recordar que para Trotsky las
tareas democráticas propias de la revolución democrático-burguesa, son la
liberación nacional, la solución al problema agrario y la conquista de
libertades democráticas. Seguir reflexión
Sobre el
anticapitalismo
“Lo cierto es que durante el último medio siglo
hubo grandes revoluciones democráticas, antiimperialistas y anticapitalistas,
pero también que ninguna de esas revoluciones fue una revolución socialista
como tal”
Ver
cómo se devalúa el anticapitalismo. Seguir reflexión
Sobre el
carácter consciente de la revolución obrera socialista y la división
economía-política
“A diferencia de las revoluciones burguesas y su
mecánica “objetiva”, la revolución socialista debe ser un proceso consciente:
esto es, una revolución encarnada realmente por la clase trabajadora y a la que
es connatural la participación consciente y auto-determinada de las más amplias
masas”
“Trotsky había sostenido que, “a diferencia del capitalismo,
el socialismo no se construye mecánicamente, sino más bien de manera
consciente”
“…revolución
burguesa que podía basarse en el automatismo del desarrollo económico. Esto es,
en una separación históricamente específica entre economía y política que no
había sido característica de ninguna formación social histórica anterior, y que
tampoco lo es de la transición socialista, donde ambas instancias vuelven a
fusionarse”
“Después de
una profunda revolución democrática que libera a los campesinos de la
servidumbre y les da la tierra, la contrarrevolución feudal es generalmente
imposible. La monarquía derrocada puede reasumir el poder y rodearse de
fantasmas medievales. Pero ya es impotente para restablecer la economía feudal.
Una vez libradas de los frenos feudales, las relaciones burguesas se
desarrollan automáticamente…
Muy distinto
es el desarrollo de las relaciones socialistas. La revolución proletaria, no
sólo libera las fuerzas productivas de los frenos de la propiedad privada;
también las pone a disposición directa del Estado que ella misma crea. Mientras
que después de la revolución, el estado burgués se limita al rol de policía,
dejando el mercado librado a sus propias leyes, el estado obrero asume un rol
directo de economista y organizador…A diferencia del capitalismo, el socialismo
no se construye mecánicamente, sino conscientemente. El avance hacia el
socialismo es inseparable del poder estatal que desea el socialismo o se ve
obligado a desearlo. El socialismo recién puede adquirir un carácter
inconmovible en una etapa muy avanzada de su desarrollo, cuando sus fuerzas
productivas hayan superado de lejos las del capitalismo, cuando se satisfagan
abundantemente las necesidades de cada individuo y de todos los hombres y el
Estado haya desaparecido completamente, diluyéndose en la sociedad” (Estado obrero, termidor y bonapartismo,
1935)
“Todos los
modos de producción de las sociedades anteriores al capitalismo extraen
plustrabajo de los productores inmediatos mediante la coerción extraeconómica.
El capitalismo es el primer modo de producción de la historia en que los medios
por los que se extrae el excedente del productor directo son “puramente”
económicos en su forma: el contrato de trabajo, el intercambio igual entre
agentes libres que reproduce, cada hora y cada día, la desigualdad y la
opresión. Todos los modos de producción anteriores operan a través de sanciones
extraeconómicas: de parentesco, consuetudinarias, religiosas, legales o
políticas. En principio, por tanto, siempre es imposible interpretar estas
sanciones como algo separado de las relaciones económicas. Las “superestructuras”
del parentesco, la religión, la familia, el derecho o el estado entran
necesariamente en la estructura constitutiva del modo de producción de las
formaciones sociales precapitalistas. Todas ellas intervienen directamente en
el nexo “interno” de extracción del excedente, mientras que en las formaciones
sociales capitalistas –las primeras de la historia que separan la economía como
un orden formalmente autosuficiente- proporcionan sus precondiciones
“externas”. En consecuencia, los modos de producción precapitalistas no pueden
definirse excepto por sus superestructuras políticas, legales e ideológicas, ya
que son ellas las que determinan el tipo de coerción extraeconómica que les es
específica. Las formas exactas de dependencia jurídica, de propiedad y de soberanía
que caracterizan a las formaciones sociales precapitalistas, lejos de ser meros
epifenómenos accesorios y contingentes, componen, por el contrario, los rasgos
fundamentales del modo de producción dominante en ellas” (Perry Anderson, El Estado absolutista)
Reflexión,
discusión y crítica. Recordar nuestros comentarios a las tesis similares que
desarrolla Samir Amin. Por lo demás, puede criticarse el hecho de que la
formulación de Anderson reactualiza el mito espurio que divide “tradición” y
“modernidad”
La
transición como democracia obrera
“En nuestra opinión, este criterio (el de Anderson)
es igualmente aplicable a la transición y sirve para comprender por qué la
democracia de los trabajadores es connatural a la transición socialista y a la
formación social transicional. Esto es, entran como componente esencial de las
propias relaciones de producción transicionales: en el caso de la revolución
socialista…no hay, entonces, automatismo que valga: la elevación de las masas
con respecto a sus tareas y métodos es una condición histórica indispensable
para la acción socialista”
La
transición más allá del capitalismo y lo político
“…tal vez un primer problema a superar es la idea
–corriente en la Cuarta Internacional- de que caracterizar la dictadura del
proletariado por sus formas políticas constituye un error de tipo
“superestructural” (o no materialista)…Cuando Lenin definió a la política de la
dictadura del proletariado como “economía concentrada”…quiso decir…que lo
esencial de la dictadura del proletariado era la lucha por las nuevas
relaciones de producción, y en eso no hay una gota de “superestructuralismo”…o
sea, la clase obrera organizada como clase dominante…se define por una política
estatal que ataca las relaciones de producción burguesas y lucha por relaciones
de producción socialistas; por eso, es el transito a la abolición de las
clases”
“…en la dictadura del proletariado la política
juega un rol distinto al que desempeña en el capitalismo, donde las relaciones
de producción se reproducen “automáticamente”. La misma expresión “dictadura
del proletariado” hace referencia no a determinada relación de producción que
le sea específica, sino a la acción política transformadora –nacional e
internacional- ejercida a través de la violencia organizada del Estado. Todo el
peso está ubicado en lo político, porque no existe automatismo económico que
garantice la transición hacia el socialismo; si se pierde el control político,
el proceso…se invierte y se crean las condiciones de restauración del capitalismo…no
existe transición al socialismo por fuera de la aplicación consciente de un
programa revolucionario…”
“Esta es la norma que Trotsky transgredió al pasar
de una fundamentación político-social del Estado obrero (fines de los 20 y
comienzo de los 30) a una económico-social promediando los 30”
“En un país
donde los medios de producción fundamentales son propiedad del Estado, la
política de la conducción gubernamental juega en la economía un papel directo
y, en cierto período, decisivo…Volvemos así al problema de determinar hasta qué
punto el poder del estado sigue en manos del proletariado y sus partidos, es
decir, hasta qué punto el poder del Estado sigue siendo el de la Revolución de
Octubre. No se puede responder este interrogante a priori. La política no se
rige por leyes mecánicas. La fuerza de las distintas clases y partidos se
revela en la lucha, y la lucha decisiva todavía no se ha librado” (Trotsky, Prólogo a la revolución
desfigurada, 1929)
El carácter
específicamente circunscrito que explica la mantención de premisas diferentes
en Trotsky
“…sus dos elaboraciones teórico-programáticas
principales (la teoría de la revolución permanente y la del Estado obrero
degenerado) terminan asentadas, de hecho, sobre premisas diferentes. Esto podía
ser admisible en virtud de circunstancias históricas bien determinadas (“no
enterrar una revolución aún viva”), pero introduciendo una fuerte tensión –en
el límite no dialéctica, sino mecánica- entre los elementos de determinación
objetivos y los subjetivos respecto de la dinámica de la revolución social”
Algunos
errores de ciertas corrientes trotskystas
“Se dio lugar en el movimiento trotskysta a una
mirada objetivista, en el sentido de concebir Estado obreros como obtenidos por
el milagro cristiano de la multiplicación de los panes, por intermedio de
direcciones “empíricamente revolucionarias” y una burocracia estalinista
“obligada por el peso de las circunstancias a cumplir un papel revolucionario”
“…las distintas variantes subjetivistas que
aparecieron en escena tampoco configuraron una alternativa ante este
desbarranque”
No sólo
burguesas-capitalistas u obreras-socialistas
“Sin esta “actividad revolucionaria de las masas”,
la segunda mitad del siglo XX ha demostrado que puede haber distintos tipos de revoluciones
que incluso tomen a su cargo y resuelvan de manera parcial y deformada tareas
democráticas y nacionales”
“La definición “ortodoxa” de las revoluciones de
posguerra se basó en una interpretación tan difundida como errada de la teoría
de la revolución permanente: la creencia que en el siglo XX había planteado un
solo tipo de revolución, sino que llevar a término de manera consecuente las
revoluciones democráticas, agraria, nacional o antiimperialista pasaba por la
realización de la revolución proletaria, lo que es otra cosa muy distinta”
La cuestión
de la centralidad clasista y la guerra campesina en la revolución china
“Trotsky, como se ve, no cuestionaba el apoyo a la
guerra campesina, sino a la estrategia del PC (chino) de construirse entre los
campesinos y no entre trabajadores”
“Es una cosa
cuando un partido comunista, firmemente asentado en la base del proletariado
urbano…lidera la guerra campesina. Pero es u hecho diferente cuando algunos
miles o incluso decenas de miles de revolucionarios…asumen el liderazgo de la
guerra campesina sin tener un serio apoyo de parte del proletariado. Esta es
precisamente la situación de China…El estrato de comando del ejército rojo
chino ha tenido sin duda éxito en obtener el hábito del comando. En ausencia de
un fuerte partido revolucionario y organizaciones de masas del proletariado, el
control sobre el estrato de comando es virtualmente imposible. Los comandos y
comisarios aparecen como absolutamente dueños de la situación e incluso al
ocupar ciudades están en condiciones de mirar desde arriba a los obreros” (León Trotsky, Guerra campesina…, 1932)
“Por empezar,
no sólo el movimiento obrero estuvo completamente ausente (en la revolución
china de 1949), sino que el divorcio de años debido a la orientación política
del PCCH lo había hecho indiferente a la lucha protagonizada por el partido y
el campesinado. Para continuar, las propias masas campesinas que llevaron al
PCCH al poder no tenían otro objetivo…que la reforma agraria. “Más aún, las
organizaciones independientes del campesinado habían desaparecido hacía
décadas…todas las organizaciones campesinas eran total y absolutamente
dependientes del partido…La democracia obrera, es decir, el proletariado moviéndose conscientemente con sus
organizaciones independientes…no sólo brilló por su ausencia, sino que en las
instancias en que pudo aparecer fue aplastada” (Marconi)
“Porque la brecha que Trotsky identificara ya en
1932 entre el PCCH y la clase obrera china, cruzó todo el proceso
revolucionario y la escisión misma jamás llegó cerrarse, lo que afectó a
nuestro entender, la naturaleza misma de la revolución de 1949, la más importante
de todo el siglo XX después de la rusa”
“Es asombroso
el contraste entre el dinamismo de los distintos componentes de la sociedad y
la inercia política que, fuera del círculo de las élites, persiste hasta hoy…el
maoísmo no sólo fue dictatorial y antidemocrático, sino que desde el comienzo
fragmentó consciente y metódicamente el mundo social, en especial su componente
obrero; en contra de lo que proclamaba el régimen –al igual que el de Stalin-
era profundamente despolitizador. Así perpetuó e incluso acentuó las tendencias
antidemocráticas que ya existían cuando accedió al poder” (Roland Lew, 2004 –especialista en países
del este)
Frase: “En
política, el que juzga por denominaciones y etiquetas y no por los hechos
sociales está perdido” (Trotsky,
citado en Marconi)
Ser
materialista sin adaptarse a lo que es
“Esta conceptualización no pretende abonar un
“normativismo” ante los procesos revolucionarios. Los marxistas tenemos siempre
la obligación de intervenir en las revoluciones tal como son. Pero tienen así
mismo otra obligación tan importante como la anterior: no adaptarse a ellas tal
cual son, como ocurrió con muchas de las corrientes trotskystas de la
posguerra, sobre todo con el pablo-mandelismo”
“Por el contrario, se trata de buscar defender
siempre el ángulo de clase y socialista en un movimiento de lucha dado…sin
perder jamás de vista que el eje estratégico debe partir de la construcción de
los socialistas revolucionarios en el propio seno de la clase trabajadora”
“La intervención de los socialistas revolucionarios
debe hacerse desde la perspectiva de la pelea para que adquieran esa dinámica
de clase y socialista, lo que de ninguna manera se puede lograr “objetivamente”
Revoluciones
del siglo XX
“…revolución rusa, en cuyo seno se combinaron en una
unidad la revolución proletaria de las ciudades, la revolución agraria en el
campo e incluso la revolución nacional a nivel de las distintas nacionalidades
que formaban parte del imperio ruso”
“Lo novedoso del siglo XX es la actualidad de la
revolución proletaria, es decir, la posibilidad de que sea la clase trabajadora
la que dé su impronta al conjunto de estas revoluciones”
El cliffismo
y las revoluciones del siglo XX como “burguesas”
“Tony Cliff, ante la ausencia de la clase
trabajadora y la conducción burocrática y pequeñoburguesa de las revoluciones
de posguerra, plantearon la hipótesis de que se trataría de revoluciones
burguesas. Pero a nuestro entender, en pleno siglo XX, siendo que la burguesía
había dejado de ser revolucionaria a escala mundial ya en el siglo XIX, esto
implicaba una evidente falta de perspectiva histórica. El razonamiento de Cliff
y su corriente era que si bien esto era válido a nivel mundial, no tenía que
serlo necesariamente a escala de países determinados. Pero si se parte de la
totalidad que es la economía mundial capitalista, el argumento parece poco
sólido”
La
burguesía fue revolucionaria durante las revoluciones inglesa, francesa, y
también en algunas del siglo XX (e.g. Cuba). Esto si entendemos por burguesía a
la periferia de profesionales (abogados, ingenieros, arquitectos, etc). Consignar la tesis de que la
burguesía desde 1914 no es ya una clase revolucionaria es errada en dos
respectos: a) las tareas democráticas y burguesas de las revoluciones
burguesas, han sido cumplidas por burgueses con sobredeterminación
pequeñoburguesa, o por pequeñoburgueses genuinos; b) loa anterior también se cumple para el siglo
XX (las tareas burguesas aquí suponen la constitución de regímenes de
explotación diferentes al mpc (cuestión que se da por la presión obrera)
Desarrollo
desigual y combinado y desmarque entre clase y tipo de revolución
“Este fue el caso de las tareas de la revolución
democrático burguesa, llevadas a término de manera consecuente no por la
burguesía sino por la clase trabajadora en la Revolución Rusa”
“O, en el caso de la Revolución Francesa, con la
pequeñaburguesía radicalizada de los jacobinos desbrozando el camino al
desarrollo burgués.
“Se podría concebir entonces –como dijo el
trotskysmo tradicional- que, en la segunda posguerra, las capas
pequeño-burguesas dirigidas por los partidos-ejército llevaron a término las
tareas de la revolución proletaria, al expropiar a la burguesía”
“Pero es aquí donde se pierde de vista que la
expropiación en sí todavía no es una tarea propiamente socialista, sino que
depende del sentido de la evolución ulterior. Esto es, del desarrollo de una
verdadera tendencia a la socialización de la producción”
La revolución
socialista y “cómo” y “quién”
“…hay un enorme problema que hace propiamente a la
revolución proletaria: no se trata sólo de cuáles son las tareas, sino de
“cómo” (los medios) y “quién” (el sujeto) las lleva a cabo. Esta fue la
ubicación de Trotsky respecto de la industrialización acelerada y la
colectivización forzosa del campo, o ante la invasión de la urss a Polonia y
Finlandia. La definición de Trotsky había sido “revolución complementaria”, lo
que, visto retrospectivamente, resultó en definitiva erróneo. Pero su ubicación
metodológica mantiene sin embargo, toda su validez, porque aún considerando
esas medidas eventualmente como “progresivas”, dejaba sentado que al ser
ejecutadas por la burocracia estalinista, no por la clase trabajadora
ejerciendo la democracia obrera, la realización de esas tareas resultaba
totalmente distorsionada”
“La
estatización de los medios de producción es, como dijimos, una medida
progresiva. Pero su progresividad es relativa; su peso específico depende de la
suma de todos los otros factores…engendrar ilusiones con respecto a la
posibilidad de remplazar a la revolución proletaria con maniobras burocráticas.
El mal sobrepasa con mucho al contenido progresivo de las reformas estalinistas
en Polonia. Para que la propiedad nacionalizada en las áreas ocupadas, así como
en la URSS, se convierta en la base de un desarrollo genuinamente progresivo,
esto es, socialista, es necesario derribar a la burocracia de Moscú. En
consecuencia, nuestro programa conserva toda su validez” (Trotsky, citado en O. Garmendia)
“¿Cómo
caracterizar una revolución? ¿Por la clase que la dirige o por su contenido
social? Hay una trampa teórica subyacente al contraponer la primera a la última
en forma tan general. El período jacobino de la revolución francesa fue, por
supuesto, el período de la dictadura pequeñoburguesa, en el cual, además, la
pequeñaburguesía, en armonía total con su “naturaleza sociológica”, abrió el
camino para la gran burguesía. La revolución de noviembre en Alemania fue el
comienzo de la revolución proletaria, pero fue detenida en sus primeros pasos
por la dirección pequeñoburguesa, y sólo logró unas pocas cuestiones que no
fueron cumplidas por la revolución burguesa. ¿Cómo llamamos a la revolución de
noviembre: burguesa o proletaria? Ambas respuestas son incorrectas. El lugar de
la revolución de octubre será restablecido cuando definamos la mecánica de esta
revolución y determinemos sus resultados. No habrá contradicción en este caso,
entre la mecánica (poniendo bajo este nombre, por supuesto), no sólo la fuerza
motriz sino también la dirección) y los resultados: ambos poseen un carácter
sociológicamente indeterminado…Por esta razón, en lo que concierne al contenido
social, es necesario decir: esperar y ver” (Cartas de Trotsky con Preobrazhensky acerca de la revolución china)
“…quién y cómo consuma la tarea de la expropiación
hace al carácter mismo de la revolución…revoluciones de posguerra. En ellas, el
cómo y el quién de las expropiaciones fue lo que decidió el destino ulterior de
éstas”
“…el caso de Stalin en la Segunda Guerra Mundial,
de las expropiaciones en el Este de Europa y al gesta de la revolución china de
1949, estas medidas y acciones se han llevado a cabo en términos de discurso
nacional o nacionalista y no de clase. Esto obedece a una lógica profunda,
porque, evidentemente, apuntaba a borrar conscientemente el protagonismo y la
impronta de la propia clase trabajadora”
Oposición de
izquierda en Rusia
Antes las medidas recién mencionadas que Stalin
llevó a cabo, la oposición se dividió en:
(i) Un ala de derecha (e.g. Preobrazhensky
que capituló al estalinismo y considero que la revolución continuaba por que
Stalin estaba aplicando el programa de la Oposición de Izquierda),
(ii) Un ala izquierda (Christian Rakovsky,
que a partir de este giro de la burocracia estalinista va a terminar definiendo
a la URRS como “Estado burocrático con restos proletarios comunistas)”
En “Los peligros profesionales del poder”, “destaca
que lo que había comenzado como una diferenciación funcional de quienes asumían
funciones gubernamentales, se había convertido en una diferenciación social,
con marcadas desigualdades materiales. Estos nuevos privilegiados, decía, “no
sólo objetiva, sino también subjetivamente; no sólo material, sino también moralmente,
han cesado de formar parte de esta misma clase obrera…No se trata de casos
aislados…sino más bien de una nueva categoría social”
“En 1939, luego de comprobar que se había
desarrollado aún más “la rapacidad, la irresponsabilidad, el despotismo del
aparato, cuyo reverso es el embrutecimiento, la humillación y la privación de
los derechos de las clases trabajadoras”, escribió: “bajo nuestros ojos se ha
formado y sigue formándose una gran clase de gobernantes con sus propias
divisiones internas que crece mediante la cooptación”
“Trotsky, que cita explícitamente a Rakovsky en “La
revolución traicionada”:
“Bajo ningún
otro régimen la burocracia alcanza semejante independencia… La burocracia se ha
elevado por encima de una clase que apenas salía de la miseria y de las
tinieblas, y que no tenía tradiciones de mando y dominio…la burocracia de la
URSS asimila las costumbres burguesas sin tener a su lado a una burguesía
nacional. En este sentido, no se puede negar que es algo más que una simple
burocracia. Es la única capa social privilegiada y dominante, en el sentido
pleno de estas palabras, en la sociedad soviética…el hecho mismo de que se haya
apropiado del poder en un país donde los medios de producción más importantes
pertenecen al Estado crea, entre ella y las riquezas de la nación, relaciones
enteramente nuevas. Los medios de producción pertenecen al Estado. El Estado
“pertenece”, en cierto modo, a la burocracia. Si estas relaciones completamente
nuevas se estabilizaran, se legalizaran, se hicieran normales, sin resistencia
o contra la resistencia de los trabajadores, concluirían por liquidar
completamente las conquistas de la revolución proletaria” (León Trotsky, La Revolución traicionada,
1935)
“(La burocracia continuaba) sin tener derechos particulares en materia de propiedad…Los
privilegios de la burocracia son abusos. Oculta sus privilegios y finge no
existir como grupo social. Su apropiación de una parte inmensa de la renta
nacionales un hecho de parasitismo social” (León Trotsky, citado en Andrés Romero)
Criticar:
Trotsky hace uso de la noción de “clases familiares”, así como tampoco toma en
cuenta la posición estructural con respecto al qué, cómo, cuánto, quién y para
quién se produce
Clases
orgánicas y diferencias entre el fascismo y la URSS
“En
particular, Trotsky polemizó contra quienes definían a la burocracia como una
“nueva clase explotadora” en ascenso, impuesta tanto en la URSS como en los
países fascistas. Puntualizó las evidentes diferencias entre la burocracia
fascista y la estalinista, y explicó, con relación a esta última, que por
poderosa e incontrolada que fuere, estaba lejos de consolidarse como una clase
explotadora orgánica. De aquí se derivaban rasgos tan característicos como las
frecuentes convulsiones intestinas, la necesidad de gobernar con métodos
totalitarios y sus tendencias a la restauración del capitalismo”
Discutir
“La definición de Trotsky es, entonces, dialéctica,
porque es dinámica: “siendo más que una
simple burocracia, la casta privilegiada
omnipotente que maneja Rusia, no constituye una nueva clase explotadora
orgánica, y valorada a escala mundial tiende a convertirse en un órgano de la
burguesía mundial” (León Trotsky,
citado en Andrés Romero)
“El desarrollo de la lucha de clases al final del
siglo XX terminó demostrando que éste era el único análisis de clase
correcto…había cumplido un rol dirigente relativamente independiente que en los
150 años de lucha de clases anteriores. Pero se trató de una “independencia” no
histórica, que por la naturaleza social pequeñoburguesa de esta misma capa
estaba condenada, precisamente en términos históricos, a su derrocamiento
revolucionario por la clase trabajadora o a su reabsorción burguesa de la
misma”
Organización
independiente y una perspectiva idealista
“…toda conquista económico-social de los
trabajadores, en principio tiene un valor en sí misma, pero el criterio
definitivo de evaluación de las conquistas en este terreno debe ponerse en
correspondencia con el continuo y progresivo proceso de organización
independiente y desarrollo de la conciencia del proletariado: éste es el
criterio principal. Porque se ha visto demasiadas veces en los procesos
revolucionarios de occidente y en las revoluciones de posguerra cómo la burguesía
–y aun las burocracias- ceden conquistas y/o concesiones económico-sociales
parciales a costa de liquidar lo fundamental, el proceso de organización
independiente”
“Cualquier
activista sindical sabe muy bien que el “resultado específico” bajo la forma de
una conquista material, no es ni puede ser de ningún modo el único punto de
vista decisivo en una lucha económica, que las organizaciones gremiales en
Europa occidental a cada paso se encuentran en la forzosa situación de
emprender la lucha aún con escasas perspectivas de “resultados
específicos…Estas huelgas “carentes de éxito” no sólo no han fracasado en su
objetivo sino que son una condición vital, directa, para defender el nivel de
vida de los trabajadores…es conocido en general que además del “resultado
específico” en conquistas materiales, y aún sin este resultado, el efecto
quizás más importante de las huelgas en Europa occidental consiste en servir de
puntos de partida para la organización sindical” (Rosa Luxemburg, Teoría y Praxis)
“Es decir que el criterio principal para la
evaluación de las conquistas es siempre que den lugar a un progreso en el
terreno de la conciencia y la organización”
Criticar
esta misma perspectiva que Marx también esboza en el Manifiesto
Masa y
conciencia en Luxemburg, o el paroxismo de una antinomia
“La
concepción marxista consiste precisamente en la consideración de la masa y de
su conciencia como los factores determinantes de todas las acciones políticas
de la socialdemocracia. En el espíritu de esta concepción, también las huelgas
de masas políticas –como toda la lucha por el derecho a sufragio- no son
finalmente otra cosa que un medio de esclarecimiento de clase y de organización
de capas más amplias del proletariado” (Rosa
Luxemburgo, “¿Desgaste o lucha?”)
Criticar
Carácter de
las sociedades no capitalistas de la segunda posguerra
(i) Carácter de la burocracia de la ex URSS y
demás países
(ii) Forma que asumieron las relaciones sociales
de producción luego de la estatización generalizada de los medios de producción
Trotsky y la
expoliación
“…las relaciones de producción actuantes en el seno
de la estatización de los medios de producción. Al respecto, el análisis de
Trotsky en los capítulos IX y XI de “La revolución traicionada” es
infinitamente superior al de todos los “trotskystas” que el sucedieron, aunque
se basó en el concepto de “expoliación”
“…para Trotsky, los campesinos y las capas
pequeño-burguesas en general tenían un gran papel que cumplir en la revolución,
pero no podían tener un rol político independiente”
Criticar
subsunción de la pequeña-burguesía dentro de las capas oprimidas
“A nuestro entender, las cosas fueron completamente
diferentes. Estas capas pequeñoburguesas o burocráticas (campesinado, capas
medias, intelligentzia, burocracias) en condiciones muy determinadas y
específicas, y por un período histórico relativamente corto, cumplieron un
papel más destacado de lo previsto (en el marco de sociedades que expropiaron a
los capitalistas). Pero estos procesos, que potencialmente podrían haber
iniciado haber iniciado una transición al socialismo, precisamente debido a la
ausencia de la clase trabajadora fueron abortados desde su mismo comienzo”
Contra la
reelaboración de Moreno
“…la teoría de la revolución permanente de Trotsky
no quedó desmentida en este sentido fundamental, porque, a diferencia de la
conceptualización de Nahuel Moreno, la tarea de los socialistas revolucionarios
no queda reducida a factores puramente agregados como la democracia obrera o la
revolución mundial, considerados como elementos aislados, externos a la
mecánica real de la revolución. Porque, en verdad, era incorrecto estimar que
en la posguerra la revolución había avanzado “cientos de kilómetros más” de lo
que Trotsky había previsto, sino más bien al contrario: cientos de kilómetros
menos, y no llegaron a adquirir, en ningún caso, un carácter socialista. De
hecho, prácticamente toda la tarea de la revolución socialista y la transición
quedó pendiente, en la medida en que se trató de revoluciones sin socialismo”
Interpretaciones
trotskystas de la URSS
a) Capitalismo de Estado: la burocracia se
había constituido en una nueva clase capitalista “sui generis”
b) Colectivismo burocrático: “se trataba de
una nueva clase sin antecedentes históricos ni vínculos en la sociedad de
origen, como surgida de un repollo. Incluso, para esta última corriente en la
URSS existía “servidumbre feudal” y la clase trabajadora “no era un
proletariado” en el sentido moderno del término, aunque por otra parte nunca se
explicó de manera marxista sobre la base de qué perspectivas históricas habría
ocurrido este desastre”
c) Roberto Sáenz: “la burocracia de la URSS era más que una
mera burocracia, en la medida en que estaba al frente de un inmenso Estado sin
que existiera una clase verdaderamente propietaria (hecho que ocurrió en todos
los países donde se expropió al capital en la posguerra). Pero, al mismo
tiempo, como resultado del contexto capitalista internacional y del carácter no
orgánico y parásito de su usufructo de la propiedad estatizada y su apropiación
del sobre-producto social, era menos que una clase orgánica”
Sáenz toma Pierre Naville (El nuevo Leviatán) para
sostener su tesis. Estableciendo que esta base permite una verdadera
formulación trotskysta (que tiene en cuenta lo propuesto por Trotsky). Así, el
significado concreto de “ser menos que una clase orgánica”, supone considerar
“a la burocracia como órgano de la burguesía mundial en el seno de estas
sociedades no capitalistas, es decir, una capa social no obrera sino
pequeñoburguesa, un fenómeno histórico inestable y condenado a desaparecer”
Trotsky y la
realidad determinante de lo mundial-internacional
“El marxismo
parte del concepto de la economía mundial no como una amalgama de partículas
nacionales, sino como una potente realidad con vida propia, creada por la
división internacional del trabajo y el mercado mundial, que impera en los
tiempos que corren sobre los mercados nacionales…Proponerse por fin la
edificación de una sociedad socialista nacional y cerrada equivaldría, a pesar
de todos los éxitos temporales, a a retrotraer las fuerzas productivas,
deteniendo incluso la marcha del capitalismo…Pero los rasgos específicos de la
economía nacional, por grandes que sean, forman parte integrante, en proporción
cada día mayor, de una realidad superior que se llama economía mundial” (León Trotsky, La Revolución permanente)
¿Vigencia
interna de la ley del valor y del trabajo asalariado en la URSS?
“…aún bajo la estatización mayoritaria de los
medios de producción, el imperio de la ley del valor –producto de la doble
presión del mercado mundial y de la necesidad interior- y la permanencia del
trabajo asalariado, fundamento de la explotación, seguían presentes en las
sociedades no capitalistas”
Criticar
con Astarita y nuestras propias elaboraciones (recordar nuestro argumento
central acerca de las leyes de movimiento, el cual derivamos extrapolando a
partir de un trabajo de Chattopadhyay)
Trostky mismo asumía este ángulo de abordaje cuando
sostiene que las “leyes económicas” que imperaban en Rusia (estatización,
planificación, monopolio del comercio exterior, dinero, etc) estaban
supeditadas a las leyes de la economía mundial”. La “ley de leyes” (a su vez
fundamento de la teoría de la revolución permanente) no es otra cosa que el
imperio mundial de la ley del valor”
Nosotros
no cuestionamos que la vigencia de la ley del valor tiene implicancias
mundiales. Nuestro argumento central es que “internamente” en la URRS no rigió
la ley del valor y el trabajo asalariado capitalista. De algún modo, nos
reapropiamos fértilemente de la idea dependentista acerca de la “especificidad”
(aún si la misma fue bien criticada por Cueva para el caso de AL, y aún si la
misma tiene alguna resonancia weberiana). La especificidad que interesa no es
primariamente cultural o nacional, sino que se vincula estrechamente con la
naturaleza de las relaciones sociales de producción (relaciones de producción +
proceso de trabajo + proceso de producción+ modos de explotación a la Banaji +
formas de explotación –lo que Poulantzas llama relaciones “sociales” de
producción). Y esta cuestión no es meramente descriptiva, sino que es
consustancial para definir “leyes de movimiento”, y así, está vinculada
inextricablemente con la práctica política. Recordemos que los trabajos de
Chattopadhay, sí dan pie para entender cómo las leyes de movimiento y las
relaciones de producción (con todo lo que estas implican que ya mencionamos)
fueron cualitativamente distintas a las de cualquier formación capitalista (aún
si Chattopadhyay denomina a la URSS como capitalismo de estado). Que esto
último pueda ser constatado como efectivo en la historia, nos da pie para establecer
la determinancia de los constituyentes internos, específicos y propios de la
URSS, por sobre la influencia de la ley del valor en términos mundiales. Esto
no quiere decir que la URSS exista como un modo de producción aislado del
mundo, sino que la influencia mundial de la ley del valor en la URSS se expresa
a través de las leyes de movimiento y relaciones de producción de ésta.
Este tipo de “expresión” tiene que ver
con la modificación (suma de determinaciones) de la forma en que aparecen estas
leyes de movimiento internas de la URSS. Concretamente, ¿en qué podemos ver
estas “modificaciones”? En la competencia armamentista entre la urss y el mpc
hegemonizado por eeuu. Así, con esto tomamos las fértiles sugerencias de Tony
Cliff y nos reapropiamos de manera parcial de las tesis de Bujarín/Callinicos
(que la competencia capitalista es “superada” –en términos hegelianos- por la
competencia militar). Ahora bien, en todo esto hay que repensar varios puntos
más: i) las causas originarias de la constitución de este modo de explotación
en el cual no rige la ley del valor; ii) el mismo hecho de que este modo de
explotación no tuviera sino una sóla gran crisis estructural; iii) determinar
qué dimensiones son propias de lo interno y qué dimensiones se explican en
mayor medida por la influencia mundial de la ley del valor; iv) la influencia
de este modo de explotación en la forma de aparición del mpc en términos
mundiales (especificidad del estado de bienestar y de compromiso –y sus
correlatos de mayor asalarización, subsunción real, TDTMG, plusvalor relativo,
EIR, etc- debido a la presión obrera
desde la urss y en lo interno mediatizada por la urss); v) la diferencia entre
este modo de explotación y el sur yanqui “esclavista” de antes de la guerra de
secesión (ya que en este último caso este modo de explotación no se explica por
presión obrera); etc
Las tesis
espurias de Pierre Naville
“En la URSS
subsiste el valor…la organización de la producción y los intercambios dependen
de ciertas relaciones de producción, es decir, de relaciones de clase, es
decir, en definitiva de una determinada forma de apropiación semi-colectiva del
producto y sobre-producto. De esta apropiación hay que partir. Es verdad que en
la URSS se produce de otra forma que en el capitalismo privado, pero ella se da
aún de manera no socialista, porque estamos en un socialismo de Estado…Como
máximo provee algunas premisas…Si hay mercado (incluso un mercado de Estado…)
en ese mercado hay también, además de los productos de consumo, la capacidad de
trabajo…Es un mercado que sigue estando dominado por violentas coerciones
debidas a las estatización, a las relaciones exteriores, a la persistencia de
relaciones semi-capitalistas en la agricultura, el comercio…” (Pierre Naville, El Nuevo Leviatán)
Críticas:
i) hablar de un socialismo de Estado es ya demasiado eclecticismo; ii) bajo
todos los modos de producción existentes en la historia “la organización de la producción y los intercambios dependen de
ciertas relaciones de producción, es decir, de relaciones de clase, es decir,
en definitiva de una determinada forma de apropiación semi-colectiva del
producto y sobre-producto”, por lo cual Naville con esto no argumenta la
vigencia de la ley del valor; iii) el mismo Naville que “es verdad que en la URSS se produce de otra forma que en el
capitalismo privado”, con lo cual ya tenemos una indicación de que la
diferencia entre el mpc y la urss es una fundada en la diferente naturaleza de
las relaciones de producción propias de los distintos campos (que Naville
niegue el carácter socialista de esta forma de producir de la URSS, y que crea
que esta es razón suficiente para consignar la vigencia de la ley del valor,
nos habla de una incomprensión de lo que implica en lo concreto esta vigencia
del valor en una formación concreta); iv) Naville habla eclécticamente de una
suerte de mercado de estado (la cuestión no es probar la existencia de la venta
y el intercambio (este “mercado”
–categoría general que traspasa modos de producción diferentes- también existió
bajo el feudalismo de manera no episódica, sino que sistemática). La cuestión
principal es consignar el carácter de clase de ese mercado y las leyes de
movimiento que lo rigen (en la URSS este mercado era no capitalista, porque no
regía la ley del valor (no hubo EIR, plusvalía relativa, TDTMG, subsunción real
capitalista, etc)…el mismo hecho de que no existiera EIR en la URSS nos habla
de que esta supuesta venta de la fuerza de trabajo en la URSS en ningún caso es
igual a esta “venta” bajo el capitalismo; v) criticar la utilización término
semi-capitalista
El
eclecticismo de las nuevas explotaciones descubiertas por Naville
“En las sociedades capitalistas de posguerra…los
mecanismos de “explotación mutua” y “auto-explotación consensual”
“Se relanzó la explotación del trabajo y la
acumulación del excedente como plusvalía en manos del Estado (plusvalía
estatizada)…”
“…Naville se basa, de manera pedagógica, en el
esquema de las cooperativas y de los mecanismo de auto-explotación connaturales
a ellas, para dar cuenta de cómo operaban las relaciones reales de producción
detrás de la estatización. En las cooperativas –tal como ocurre bajo el
capitalismo- en tanto que unidades productivas aisladas, sigue imperando la ley
del valor y el trabajo por un salario, aún en ausencia del patrón”
“La utilidad
mutua, en principio, excluye la utilidad marginal. Pero en la práctica mantiene
la posibilidad la posibilidad de una forma de explotación por desigualdad de
apropiación, y reintroduce constantemente la idea del rendimiento óptimo,
propia tanto del capitalismo como del Socialismo de Estado…” (Pierre Naville, El Nuevo Leviatán)
“…el
socialismo es una especie de agrupamiento de cooperativas funcionando bajo una
serie de leyes heredadas del capitalismo y coordinadas con la mano brutal de
una burocracia. Los trabajadores son de algún modo sus propios capitalistas,
explotando su propio trabajo. Reproducen así el tipo de desigualdades
características, de las relaciones dominadas por la ley del valor, aunque no
haya propietarios privados para asegurar esta reproducción” (Pierre Naville, El Nuevo Leviatán)
Críticas:
a) el cooperativismo no fue tan decisivo y generalizado bajo la URSS, sino más
bien marginal-complementario (sobre todo con existencia en el campo) a una modo
de explotación basado en propiedad estatizada; b) los patrones directos sí
existían en la URSS (tanto al nivel de fábrica e industria –en el cual los
patrones estaban obligados por su propios intereses materiales a buscar mejores
condiciones materiales para sus obreros…el manido paternalismo, etc-, como al
nivel medio y alto –comités de planificación central, comités del partido,
etc); c) el cooperativismo generalizado fue propio sólo de Yugoslavia (y aún en
este caso bajo el marco de decisiones estructurales que ya estaban tomadas por
parte del Estado; d) el cooperativismo fue una forma de solución de conflictos
sociales en la IRSS (e.g. Hungría, Polonia), algo así como los bonos bajo el
capitalismo en su forma neoliberal. En tanto válvula de escape, es
complementaria y no determinante en lo que respecta a las leyes de movimiento
de la formación social de que se trata; e) la noción de auto-explotación es
confusa. Pareciera que Naville supone que la victoria de ciertas unidades
productivas por sobre otras bajo la vigencia de algún tipo de mercado,
constituye explotación. Esto es errado, porque implicaría afirmar que las
transferencias de valor entre distintas
unidades productivas bajo el capitalismo, constituyen “explotación”.
Esto no es así, porque la explotación es algo más que la apropiación privada de
una parte del producto, tiene que ver, antes bien, con la definición del cómo,
cuánto, qué, quién y para quién se produce. Es necesario que una clase
específica (por medio de sus distintas fracciones), controle las decisiones de
acumulación (utilización del excedente) y las decisiones y acciones que
explican la dinámica del proceso de producción y el proceso de trabajo (además
de esto, como Naville consigna que la
mera “desigualdad de apropiación”, no tiene cómo explicar por qué la
aristocracia obrera no es una clase explotadora). En el caso de la Yugoslavia
cooperativista, la explotación existía a dos niveles: planificación central
expropiada a los productores (en su marco general); sectores dentro de las
fábricas que definían qué, cómo, cuánto, quién y para quién producir
Notar
también cómo Naville define el modo de producción de acuerdo a “desigualdades
características”, y no partir de leyes de movimiento. Aún bajo el criterio
errado propuesto por Naville, la URSS es cualitativamente distinta del mpc y en
ella no rige la ley del valor. Un hecho esencial en esto es la inexistencia del
EIR en la URSS (lo que da un tipo de desigualdad muy distinta a la que supone
la ley del valor). A esto hay que sumar que los patrones individuales (gerentes
en el punto de producción) no pueden movilizar su capital particular en la
URSS, cómo si pueden hacerlo sus homólogos cuando rige la ley del valor…
¿El fin de
la explotación exclusivamente mediante la abundancia?
“…la utilidad
mutua daría lugar a un valor de uso mutuo, o social, donde el reparto de los
productos debe ser independiente de la contribución a su producción. La
desigualdad (más bien se debería decir la diferenciación), fluidez de las capacidades
y valores de uso, dejaría entonces de engendrar desigualdades de disfrute
debidas a la igualdad de los valores de cambio. El mantenimiento de la función
de cambio y la escasez o penuria de medios de producción y productos, es lo que
limita hasta ahora a las asociaciones cooperativas no capitalistas” (Pierre Naville, El Nuevo Leviatán)
Críticas:
i) bajo el mpc el “valor de uso” sí está disociado respecto del “valor de
cambio”, esto por varias razones: a) transformación de los valores en precios
de producción y de los precios de producción en precios de mercado; b) el mismo
hecho de que la ley del valor es una cuestión tendencial (ley de movimiento,
dinámica) y no se expresa estáticamente en una relación de uno a uno entre
producción y producto específicos; c) el hecho de que el valor que prime sea
determinado por la masa de capital invertido, considerado en términos
histórico-temporales (fuera el simultaneísmo); d) el mismo hecho de que el
“capital particular” no actúa teniendo en cuenta los valores de uso, sino el
valor de cambio (esto es lo que explica la relativa autonomía de las finanzas,
por ejemplo); e) el proceso de producción y de trabajo es siempre colectivo,
por lo que es imposible determinar la contribución individual de cada productor
(obrero) al valor de uso de cada producto; ii) la disociación entre valor de
cambio y valor de uso, que Naville considera esencial para la existencia de
socialismo es una cuestión no puede darse nunca en la realidad (bajo cualquier
modo de producción). Para entender esta cuestión, hay que comprender, primero,
que por esta disociación Naville entiende la disociación entre “contribución a
la producción” y “valor de uso”. Así, sólo sería bajo la abundancia
generalizada que esta cuestión podría cumplirse; cuestión que, a la vez, sólo
es posible mediante la casi plena automatización del proceso productivo
(paroxismo del “tiempo libre”). En términos epistemológicos/ontológicos,
Naville no comprende que lo que postula es una realidad humana asocial (lo que
no puede existir). La vinculación entre los seres humanos siempre existirá a
través de la producción (la actividad práctica “trabajo” y las decisiones
políticas sobre cómo, qué, quien, cuanto y para quien se produce). Y esto no es
una premisa arbitraria. Antes bien, es la premisa constitutiva de todo
materialismo, el cual entiende que lo que distingue al ser humano en su
naturaleza animal, es la vinculación de los “individuos” (en realidad “seres
sociales”) mediante el acto de producción y reproducción de una realidad material
específica. Lo que distingue al hombre es que sólo mediante la producción crea
modificaciones sustanciales en la forma de existir de lo real-natural. Sólo la
existencia del “acto productivo” puede dar cuenta de la emergencia de seres
sociales, consciencia, creatividad, etc. En términos políticos, Naville propone
una sociedad socialista de tipo anarco-individualista, cuando la primera de
Marx y la clase obrera siempre ha sido una “sociedad racional de productores
libres e iguales”, esto es, la planificación de la producción en un sentido
colectivo. Así, se postula una sociedad en la cual la correspondencia entre la
“contribución a la producción” y el “valor de uso” sea más directa, pero que lo
sea en términos colectivos (no individuales). En este sentido, esto es una
“superación” del mpc, porque este último sólo opera con la premisa ideológica
(que no se da en la práctica y sirve para encubrir lo real–efectivo) de que
existe una equivalencia entre valor de uso y “contribución individual a la
producción”. ¿Cómo logramos esto una vez
derrotemos a la clase dominante/explotadora? Poniendo énfasis, primero, en el
cómo y quién para quién se produce, y sólo luego en el qué y cuánto producir
(respuesta que se deriva de las primeras respuestas). Todo lo anterior no
quiere decir que entronicemos el “trabajo” de por sí: el tiempo libre (de no
trabajo) debe generalizarse para los productores (y una parte no menor del
mismo debe ser dedicada a las decisiones respecto del proceso de productivo,
nuestras manidas cinco preguntas). Asimismo, con todo lo anterior no queremos
decir que no existirán aspecto no-planificados (vida íntima sexual, etc), sino
lo contrario (y de hecho, existirán algunos bienes libres y a disposición de
todos debido al alza de la productividad…)
Trotsky y la
explotación en la URSS
“…en la lucha
por las normas europeas o americanas, los métodos clásicos de explotación,
tales como el salario por piezas, se aplican bajo formas tan descubiertas y
brutales, que los sindicatos reformistas mismos no lo tolerarían en países
burgueses. La observación de que los obreros de la URSS trabajan “por su propia
cuenta”, no está justificada sino en la perspectiva de la historia, y diremos
que –anticipándonos a nuestro tema- con la condición de que nos e dejen subyugar
por una burocracia todo poderosa” (León
Trotsky, La Revolución traicionada, 1935)
Más dislates
de Pierre Naville
“Esta forma
de explotación, la experiencia lo indica, es muy propicia a las expoliaciones
parasitarias y los fraudes…este tipo de explotación parasitaria es tanto más
extendida cuanto extenso sea el campo e las relaciones mutuales y cooperativas.
Esta explotación, sin embargo, no es orgánica o funcional, puesto que las
relaciones de trabajo no la implican obligatoriamente…La explotación mutua
parasitaria es una forma avanzada de explotación, donde la extracción obligada
por las relaciones de trabajo (capitalismo) se transforman en extracción
posible por las relaciones de consumo” (Pierre
Naville, El Nuevo Leviatán)
Críticas:
i) eclecticismo en los términos (explotación parasitaria es igual a
expoliación, y a su vez ambas son iguales a explotación parasitaria mutua); ii)
es un error consignar que lo existente en la URSS fue meramente
parasitario-expoliador por: a) la expoliación no define una relación de
producción (siempre determinante), sino un mero acto de conquista-robo
asistemático (no nos provee, así, de un mecanismo para explicar la regularidad
de la estructura); b) la explotación no puede no derivarse de las relaciones de
trabajo (esto demuestra que Naville funciona con un concepto errado de
explotación); c) es una contradictio in adjecto hablar de extracción
(explotación) por las relaciones de consumo, como una alternativa a la
extracción (explotación) derivada de las relaciones de trabajo. Naville opera
bajo una perspectiva idealista-circulacionista
Para pensar
y reflexionar
“La
explotación implica dos fines o, más simplemente, dos condiciones en acción:
que algunos acaparen productos en desmedro de otros, que algunos tengan poder
de mandar sobre otros, es decir, de imponerles su propia voluntad…El socialismo
de Estado es un sistema de explotación en el que los elementos de contradicción
se sitúan en las relaciones de las categorías sociales cooperantes que se
disputan el reparto de la producción (desde el nivel de la empresa al nivel
nacional) bajo el arbitraje de una de ellas, elevada poco a poco a nivel de
clase despótica. Podemos decir que este sistema, surgido de una forma
cooperativa de manejo del capital acumulado, generaliza el fenómeno de la
explotación, unificando la forma de los intercambios en los terrenos de la producción
y el consumo” (Pierre Naville, El
Nuevo Leviatán)
Extrañamente
aquí Naville sí consigna una comprensión correcta de lo que significa la
explotación (aún si no perfecta, ya que no explica que lo determinante es
monopolio de las decisiones de acumulación y de organización del proceso de
trabajo). No obstante, Naville embellece en demasía a la burocracia (mero
árbitro despótico) y le otorga demasiado énfasis a la competencia entre
unidades productivas. Esto se deriva del hecho de que no tiene en cuenta la
génesis (y reproducción continuada en el tiempo) de la expropiación originaria
de las decisiones respecto de las cinco preguntas básicas, que se ha hecho a
los productores. Es sólo por esta omisión que Naville puede entronizar lo
cooperativo y consensuado. Y todo esto no quita que lo descrito por Naville no
implica la vigencia de la ley del valor
Un punto
esencial establecido por Marx (que en su momento fichamos a mano en 2010)
“En
consecuencia, los modos y relaciones de producción aparecen sólo como el
reverso de los agentes de producción. Un individuo que participa en la
producción bajo la forma de trabajo asalariado participa bajo la forma salario
en los productos, en los resultados de la producción. La organización de la
distribución está totalmente determinada por la organización de la
producción…Según la concepción más superficial, la distribución aparece como
distribución de los productos y, de tal modo, como más alejada de la producción
y así independiente de ella. Pero antes de ser distribución de los productos,
ella es: 1) distribución de los instrumentos de producción; 2) distribución de
los miembros de la sociedad en las distintas ramas de la producción…La
distribución de los productos es manifiestamente sólo un resultado de esta
distribución que se halla incluida en el proceso mismo de producción y
determina la articulación de la producción” (Marx, Contribución a la Crítica de la economía política, 1859)
Retener!
Trotsky y la
URSS como “una categoría histórica al borde la negación”
“A fines de la década del 30, en el marco de un
justo criterio defensista de la URSS respecto de la segunda Guerra Mundial,
Trotsky parecía listo para evaluar, en función del inmenso acontecimiento
histórico que se avecinaba, el destino ulterior de la URSS, cuya definición
como “Estado obrero” consideraba una “categoría histórica al borde la negación”
“Esto era coherente con un aspecto profundo de la
teoría de la revolución permanente, basada en la concepción dinámica de ésta:
si las conquistas anteriores no son seguidas por otras nuevas conquistas y
progresos en el terreno de la revolución internacional e interior, el
retroceso…”
“Respecto de
Aleksandrovna, yo no creo que el problema de definición de la URSS –“Estado
obrero o no”- pueda constituir un obstáculo insuperable para un acercamiento
político. En las mismas filas de la IV Internacional, muchos camaradas se
levantan contra la definición de la URSS como “Estado obrero”. En la fuente de
este rechazo, hay –según creo, en la mayoría de los casos- una ausencia de
dialéctica en la manera de abordar los problemas. En lo esencial, esos
camaradas tienen sobre la URSS la misma apreciación que nosotros. Pero tienen
la tendencia a emplear la categoría “estado obrero” como una categoría lógica o
incluso algo ética, y no como una categoría histórica que ha llegado al borde
de su negación. Será necesario un acontecimiento histórico de gran importancia,
un cambio de situación en la URSS, el derrumbe de la camarilla estalinista,
para que esos camaradas digan: “sí, hasta ahora teníamos un Estado obrero
degenerado” (León Trotsky,
“Cuestiones del trabajo ruso”)
Retener!
Contra el
marxismo como dogma
“Una y otra vez, Lenin insistió que el marxismo “no es un dogma, sino una guía para la
acción”
“La teoría no
es una letra de cambio que se pueda cancelar en cualquier momento. Si ha
fallado, hay que llenar sus lagunas o revisarla…En todo caso, no se puede errar
en las tinieblas repitiendo las frase rituales…que son una afrenta a la
realidad viva” (Trotsky, La
Revolución traicionada)
Trotskysmos
a) Schachtmanismo: primero desarrolla la
teoría del colectivismo burocrático y luego capitula ante el imperialismo
b) Pablo-mandelismo: capitula ante la URSS
C) Ortodoxos: corrientes que se negaron a
seguir (desde 1953) los pasos de capitulación del pablo-mandelismo
Trotsky, hasta su muerte, se negó a aceptar que en
la URSS se estaban comenzando a desarrollar relaciones de explotación (por eso
habla de “expoliación”), que fue a nuestro entender lo que finalmente ocurrió,
por más que estas relaciones de explotación no fueron orgánicas y no dieron
lugar a una nueva clase explotadora, como sostenían los defensores de las
teorías del colectivismo burocrático y del capitalismo de Estado”
Babeuf, los
“cavadores” y Marx
“El hecho
sorprendente sobre los orígenes del movimiento está basado en el período de
Marx de intensa lectura y estudio acerca de la Revolución Francesa. Este deja
completamente afuera todo el espectro de los jacobinos –no sólo Robespierre y
Saint Just, sino también Hebert y Marat- a favor de dos tendencias poco
conocidas: los social-girondinos, alrededor del “Círculo Social” y Abbe
Fauchet, y el ala revolucionaria de izquierda del ascenso…los enragés, que
rechazaban el jacobinismo y su dictadura desde la izquierda y desde el punto de
vista de las clases trabajadoras (Leclerc, Jacques Roux). Esto es especialmente
interesante porque Babeuf y Buonarotti se asumían como
jacobinos-robespierristas; pero en los ojos de Marx, su comunismo era una rama
especial de las ideas jacobinas. Este es, en verdad, el sentido en el cual el
uso del término “comunismo jacobino” para describir la tradición
babuvista-blanquista…Este hecho ha sido pasado por alto en la literatura
marxista desde que la interpretación dominante ha sido fuertemente influenciada
por los historiadores “robespierristas” como Mathiez y fuerzas políticas como
el Partido Comunista Francés, incluyendo historiadores capaces como Soboul. Una
situación análoga se observa respecto de la situación inglesa…es la visión
similar de Cromwell opuesto a los “niveladores” (Levellers) democráticos, por
no hablar de los verdaderos niveladores o de los cavadores (Diggers)” (Hal Draper, “Karl Marx theory of
Revolution”)
Naville y
una sugerencia fértil acerca de la “teorización estructural”
“…el período
actual es poco propicio, en razón misma de su carácter transitorio y de las
mutaciones aceleradas, a una formalización del tipo que elabora Marx en 1850.
Por emplear un vocabulario proveniente de los saintsimonianos, estaríamos en
una época crítica, y no orgánica. Los períodos críticos se ajustan menos que
los otros a la elaboración de un modelo global, formalizado. Hace falta que un
modelo se apoye sobre una realidad orgánica y constituya un conjunto funcional
bien definido e incluso estable por un largo período de tiempo…¿Tiene este
aspecto orgánico la época actual?...Es justamente eso de lo que carece…” (Pierre Naville, El Salario socialista)
Retener
y reflexionar
Roberto
Sáenz desarrolla nuestra propia perspectiva
“Esto se
liga…con el carácter de la dictadura del proletariado, que, desde el comienzo,
debe ser solamente un “semi-estado proletario”, un estado constituido de tal
forma que comience inmediatamente a desaparecer y no pueda dejar de
desaparecer, tendiéndose a la abolición de todo Estado, de toda institución
permanente por encima de los trabajadores. Esto es, tendiéndose a la
reabsorción de las funciones del Estado por la sociedad trabajadora, proceso
que en concreto irá de la mano de y estará marcado por el ritmo de la
revolución internacional y de la transición al socialismo en el terreno
económico-social, en una combinación no lineal sino
contradictoria…Intrínsecamente ligado a lo anterior…la transición debe tender a
la liquidación del trabajo asalariado… es una tarea gradual pero absolutamente
de principio, que el estalinismo también oscureció, justamente porque se basó
en la lisa y llana explotación del trabajo como fuente de sus privilegios. Y
esta pelea por su liquidación y por organizar el conjunto del trabajo sobre
nuevos principios y objetivos es absolutamente de principios justamente porque
debe significar la revolución a nivel de propio proceso concreto de producción
inmediato…No se debe olvidar que…Marx y Engels identificaron como la tarea
específica más importante de la revolución la liquidación de la base económica
de toda explotación y opresión del hombre por el hombre” (Roberto Sáenz, Problemas del estado
soviético según la visión de Lenin, 1993)
Astarita y
una crítica al Trotsky del estado obrero
“Una de las
respuestas que tradicionalmente dieron Trotsky y sus seguidores a quienes
cuestionaban la caracterización de la URSS como Estado obrero, fue que a lo
largo de la historia no siempre la dominación de clase ha coincidido con el
grupo social que ejerce el poder estatal. Para Trotsky, la dominación de clase
se ejercía directamente a través de la burocracia, excrecencia parasitaria….sin
embargo, como apuntamos en la crítica a las posiciones de Trotsky, el argumento
es abstracto si no nos cuestionamos hasta qué grado el ejercicio del poder por
una fracción de clase, o por cualquier grupo social, efectivamente apunta al
fortalecimiento –por lo menos en un sentido histórico- de la clase que se
supone dominante…cuando una clase tiene el poder, lo que se hace a través del
Estado incide de manera positiva sobre la reproducción de las relaciones de
producción de las cuales esa clase es portadora dominante. En cambio, cuando
esa acción estatal va sistemáticamente en contra del afianzamiento del poder de
esa clase que se suponía dominante, se ha producido un cambio en la naturaleza
de clase del Estado” (Rolando
Astarita, relaciones de producción y estado en la URSS”, 1998)
Reflexión:
i) vincular con los desarrollos de Therborn acerca de la acción estatal; ii)
preguntarse si de hecho esta acción sistemática contra la clase obrera y sus
conquistas es lo que explica que la URSS sólo haya presenciado una sola crisis
estructural; iii) pensar sobre esta acción sistemática en contra y
contraponerle dos cuestiones (peso del movimiento obrero bajo el capitalismo,
el cual tendía a fortalecerse –relativa y contradictoriamente- por la misma
presión y existencia de la urss…seguir reflexión
La
expropiación como tarea exclusiva de la clase obrera en lo actual
“En las condiciones de comienzos del siglo XXI, de mundialización
del capital y derrumbe del aparato estalinista, no hay ninguna posibilidad de
que la expropiación sea llevada a cabo por otra revolución que no sea la
encarnada por la clase trabajadora, sus organismos y partidos, la revolución
genuinamente obrera y socialista”
“Consideramos que esta especificidad de la segunda
posguerra difícilmente se repita. La ubicación mundial de la burocracia en ese
momento histórico era realmente excepcional en virtud del grado de
independencia de que gozaba, al estar al frente de inmensos Estados sin tener a
su lado una clase realmente propietaria. En el momento presente, en caso de
reiniciarse una dinámica de revolución que apunte a la expropiación de la
burguesía, solo vemos posible esta tarea encarada por la clase obrera. No hay
otro sector social que pueda llevarla adelante, y menos aún en la condiciones
del imperialismo en su fase de mundialización”
Sujetos
sociales y políticos de las revoluciones “excepcionales” de la segunda
posguerra
(i) Yugoslavia: el sujeto político fue un
partido-ejército de tipo estalinista, y su sujeto social las masas explotadas
rurales y urbanas
(ii) China, Vietnam y Corea: proceso dirigido por
un partido-ejército estalinista al frente de una revolución campesina. “También
podrá decirse que el partido-ejército tenía la forma de “partido-movimiento”,
en el sentido de que al administrar porciones de territorio y pequeñas urbes,
incluyendo la organización de la producción, adquiría (aunque a escala mucho
mayor) formas análogas a las de los movimientos sin tierra y de desocupados de
hoy”
Peng Shuzi y
la revolución china de 1949
Peng Shuzi fundó el PCCH y la Oposición de
Izquierda junto con Chen Tu Siu, y escribió en 1951:
“(El Tercer Congreso de la Cuarta
Internacional) no votó un texto sobre la revolución china, y se limitó a
escuchar el informe de la comisión presentado por Peng Shuzi…Allí estuvo, sin
ninguna duda, la mayor laguna del Congreso…El largo informe de Peng…evaluaba
que China seguía siendo un Estado burgués incluso luego de la victoria
revolucionaria de 1949; y que existía en china una dictadura jacobina
pequeño-burguesa…A sus ojos, tres perspectivas eran posibles: 1) retornó a una
dictadura burguesa; 2) posibilidad de un desarrollo hacia la dictadura del
proletariado bajo ciertas condiciones especiales; 3) posibilidad de una
situación semejante a la del glacis (excepto de Yugoslavia), esto así, de
asimilación a la URSS, y esta tercera perspectiva es la más probable” (Los congresos de la IV Internacional,
1989)
Sobre la
lucha entre el plan y la ley del valor en la URSS
Preobrazhensky teoriza en “La Nueva Economía”
(1926) acerca de una competencia casi objetiva entre la “ley del plan” y la
“ley del valor” en la economía soviética
“El análisis
de nuestra economía desde el punto de vista de la interacción (tanto en sus
conflictos como en sus armonías) entre la ley del valor y la ley de la
acumulación socialista es en principio un enfoque extremadamente provechoso;
más precisamente, el único correcto…Pero ahora hay un peligro creciente de que
este enfoque metodológico sea convertido en una perspectiva económica acabada
que prevea el “desarrollo del socialismo en un solo país”. Hay motivos para
esperara, y temer, que los seguidores de esta filosofía, que se han basado
hasta ahora en una cita mal entendida de Lenin, van a tratar de adaptar el
análisis de Preobrazhensky convirtiendo un enfoque metodológico en una
generalización para un proceso casi autónomo…La interacción entre la ley del valor
y la ley de la acumulación socialista debe ser puesta en el contexto de la
economía mundial. Entonces, quedará claro que la ley del valor que opera dentro
del marco limitado de la NEP está complementada por la creciente presión
externa de la ley del valor que domina el mercado mundial y que se está
volviendo cada vez más fuerte” (León
Trotsky, Notas sobre cuestiones económicas, 1926)
La actual
vigencia del Qué Hacer y la distinción entre lo social y lo político
“Porque
aunque la clase trabajadora sea capaz de elevarse muy por encima del
sindicalismo, y lo demostró a lo largo de todo el siglo XX, no sólo en la
experiencia del soviet de 1905 y 1917, sino en la experiencia de los consejos
de Turín…el consejismo alemán…o las experiencias de los años ’70…ninguna de
estas experiencias de auto-organización puede remplazar el papel centralizador
de la experiencia histórica, el programa y la teoría marxista, de la que sólo
pueden ser portadores los partidos revolucionarios. En última instancia, si
algo caracterizó al pensamiento de Lenin y conserva hoy toda su vigencia es la
distinción entre la clase trabajadora…y el partido revolucionario. Una
distinción que implica también una separación –siempre relativa- entre el campo
específicamente político y el campo social, incluida la lucha de clases que
surge a consecuencia de la disputa espontánea por el reparto de la
plusvalía…con todas las críticas que podamos hacerle, Daniel Bensaid tiene
razón cuando sostiene que las relaciones sociales de fuerza no tienen una
traducción automática en el terreno político. De hecho, este terreno tiene su
independencia relativa y es un campo específico” (Jorge Sanmartino, 2004)
La revisión
morenista
“Moreno definió equivocadamente y de manera reduccionista,
durante los 80, que lo que caracterizaría al trotskysmo sería la “democracia
obrera”, la “revolución internacional” o la “centralidad de la clase obrera”.
Entre otros O. Garmendia criticó correctamente esta concepción, en la medida en
la que, tomados de manera aislada, estos elementos no hacen una teoría
específica de la revolución”
La crítica
de Trotsky al primer plan quinquenal
“Trotsky, en su crítica al primer plan quinquenal,
distinguía en las relaciones de producción se la sociedad transicional –aunque
nunca desarrolló hasta el final este ángulo desde el punto de vista teórico-
tres elementos: el dinero, la planificación estatal y la democracia de los
trabajadores. Por supuesto, esto implica partir de reconocer el imperio de la
ley del valor, que para Trotsky, en oposición al voluntarismo estalinista de
los 30, operaba “no menos, sino más” que antes de la revolución…para Trotsky la
planificación consciente y la democracia de los trabajadores eran parte
esencial de las relaciones sociales de producción”
El vacío de
una mera negación
“La
combinación de fuerzas productivas y relaciones de producción constituye el
núcleo del modo de producción, en tanto base material de la sociedad, si bien,
en el sentido histórico del término, los países del este no conformaron un tipo
ideal de modo de producción, sino que constituyeron formaciones sociales
híbridas y desigualmente desarrolladas”
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