“Hay que hacer notar que, ya en tiempos de Marx y
Engels, a la maltratada palabra “socialismo” se le pretendía dar cualquier
significado. Por eso, en el Manifiesto
Comunista se ven obligados a clarificar las variedades de “socialismos”
fraudulentos en boga. Para eso emplean ante todo una “crítica de clase”; es
decir, de los sujetos sociales que se expresan en esos pretendidos
“socialismos”
En
este sentido, nuestros desarrollos (e.g. a) comentarios a Rengo Zamora; b)
conclusión de nuestro trabajo sobre Bolivia), insertan la idea de que, si nos
reapropiamos antes bien de la tradición comunista (que parte con los rabiosos y
Babeuf) que de la socialista, nuestra operación de clarificación y distinción
será más fácil y fértil. Esto por: a) la auto-denominación “comunista” no
traspasa barreras de clase; b) la autodenominación comunista es anti-mercantil;
c) la autodenominación comunista lleva ínsita la necesidad de la dictadura
obrera
¿El fin de
las “formas de explotación comandadas” sin revoluciones y resistencias?
“¿Cómo se volvió al capitalismo sin que mediasen
contrarrevoluciones sangrientas, guerras civiles o invasiones imperialistas que
destruyesen esos “estados obreros” y despojasen también a la clase trabajadora
(supuestamente la clase “dominante”) de la propiedad de los medios de
producción y en general del dominio de la sociedad?”
“Eso, insistimos, habría sucedido sin resistencias
notables de la clase trabajadora. Los trabajadores de los estados burgueses de
occidente han resistido más las privatizaciones de las empresas públicas que la
URSS, el Este y China la restauración del capitalismo. No hicieron gran cosa
para defender la propiedad nacionalizada (para no hablar del supuesto “estado
obrero” en su conjunto y su “dictadura del proletariado)”
“Por supuesto, en esa transición hubo crisis
políticas y enfrentamientos que en algunas ocasiones hicieron correr sangre.
Sin embargo, esos hechos no sólo no fueron la norma, sino que no tuvieron que
ver con una defensa de la propiedad supuestamente “socialista”, ni del estado
obrero, ni con un rechazo de la restauración. En uno de los más resonantes, el
de Tien An Men, por ejemplo, no hubo nada en ese sentido. Tampoco en la
rebelión popular que tiró abajo a Ceausescu en Rumania. Ni en la peleas,
algunas sangrientas, que hubo en los procesos de separación de la ex Unión
Soviética. Tampoco las guerras que llevaron a la disolución de Yugoslavia se libraron
entre restauracionistas y opositores a la vuelta al capitalismo”
“…cómo, sin mayor resistencia de la clase
trabajadora, se volvió al capitalismo, sin que mediase una contrarrevolución
sangrienta y/o una guerra civil que destruyese el “estado obrero”
“Sería el primer caso en la historia de que una
“clase dominante” se deja quitar el poder y la propiedad de esa manera, sin
resistencia alguna
“Pero, en general, la burocracia como tal no fue
liquidada (incluso en países donde excepcionalmente hubo revueltas violentas,
como Rumania, o donde existían grandes movimientos políticos de oposición en
condiciones de reemplazarla, como en Polonia). En mayor o menor medida, según
los casos, la burocracia se “recicló” en el nuevo régimen y simultáneamente sectores
de ella se hicieron empresarios”
Necesaria
crítica, ya que Ramírez se encuentra profundamente equivocado en este punto.
Primero, porque no demuestra nada con hechos y/o argumentaciones, sino que sólo
“afirma” y sienta una premisa incuestionada. Segundo, porque la comparación en
este respecto es errada. Ésta, debió fijarse, primero y antes que nada, en las
transiciones/revoluciones entre modos de producción diferenciados, y así
comparar el tránsito desde el feudalismo al capitalismo con el tránsito desde
los “modos de explotación comandados” hacia el capitalismo. Esta comparación
nos permite visibilizar cómo estos últimos son meros “modos de explotación” y
no modos de producción “epocales” (por ejemplo, porque el mpc requirió varias
revoluciones burguesas en un período de 2 siglos para afirmarse por sobre el
feudalismo, y esto aún teniendo en cuenta que el mpc es, en términos de
desarrollo de las fuerzas productivas, mucho más avanzado el mpf. En cambio, la transición desde los “modos de
explotación comandados” hacia el capitalismo sólo requirió de conflictos,
guerras e insurrecciones por un espacio, a los más de dos décadas). Lo que en
parte explica lo anterior, es el hecho de que los “modos de explotación
comandados” no eran más avanzados que el mpc en términos de desarrollo de las
fuerzas productivas, cuestión a su vez subraya la subsunción mediada de los
primeros al segundo: influencia de la ley del valor que se expresa en la
deformación militarista de los estados del este, aburguesamiento de las burocracias,
interrelación entre las clases explotadas del mpc y las de los “modos de
explotación comandados”, etc). En tercer
lugar, Ramírez no es sistemática ni riguroso al dar cuenta de la resistencia a
las privatizaciones que se dieron bajo el mpc a partir de los 1980s. “Concluye”
en un terreno que debe ser investigado. Al respecto, podemos aportar los
siguientes elementos: a) no se conoce resistencia digna de ese nombre a fin del
Estado de bienestar en Suecia, que es claro, según varios autores ya en 1992;
b) lo afirmado respecto a Suecia es válido para otros países (España, Francia,
EEUU); c) la única “resistencia fiera” conocida por quien escribe fue la
inglesa. Cuarto, Ramírez está profundamente equivocado respecto del Tian An
Men, si tenemos en cuenta los desarrollos de Cochnay de 1999. Quinto, Ramírez
se equivoca respecto del proceso general de “restauración capitalista”, al
menos si damos algo de credibilidad a lo escrito por Ted Grant en los 1990s.
Sexto, similares críticas a la tesis de Ramírez en nuestros comentarios al
prefacio del libro de Tony Cliff sobre la urss, prefacio escrito por Harman
hace unas dos décadas
Tres
apuntes más: a) reafirmar cómo una resistencia importante a la restauración se
expresó en el movimiento sindical polaco; b) repetir nuestra crítica al hecho
de que constatar como la ausencia de violencia extrema supone evidenciar la
falta de contradicción y conflicto (cuestión que tomamos en nuestras críticas a
Harman-Cliff y en la cual también puede ponerse el ejemplo de las pacíficas
revoluciones burguesas por arriba, de las revoluciones junker de Alemania y
Japón); c) Ver cómo el reciclaje de la burocracia soviética en el nuevo mpc
abona nuestra tesis y a la vez impone una necesaria comparación con cuestiones
similares que sucedieron en el caso del tránsito desde la esclavitud sureña
yanqui al mpc
Los dislates
de Mandel
“…Ernest Mandel, cuya última gran obra –un libro de
400 páginas dedicado a la situación de la URSS- comenzaba con la tesis de que
era “inconcebible” y “ridículo” pensar que Gorbachov o la burocracia soviética
en su conjunto desearan restaurar el capitalismo, porque eso iría contra su
propia naturaleza e intereses, y equivaldría a hacerse un hara kiri. Meses
después, la Unión Soviética y casi todos los “estados obreros” desaparecían en
la noche de la historia”
El reciclaje
de la burocracia rusa y su sentido “actual”
“Después del desastre del neoliberalismo “puro” de
Yeltsin y su pandilla de “oligarcas”, que culminó con la bancarrota financiera
de 1998, la hegemonía la conquista el núcleo central de la burocracia
sobreviviente, principalmente de la ex KGB y las Fuerzas Armadas, que aparecen
además representando y arbitrando –con un régimen bonapartista fuerte- los
inter4eses del conjunto de la nueva burguesía rusa y también del estado ruso en
su confrontación económica y geopolítica con EEUU y la Unión Europea. Así se
fue dando una pelea, con episodios sangrientos, entre Putin y algunos “oligarcas” que estaban demasiado
ligados a los capitales occidentales, y que iban en camino de convertir a Rusia
en una semi-colonia de Occidente”
La facilidad
de una crítica superficial
“Y si, insólitamente, siendo los trabajadores la
clase dominante, se han dejado quitar de esa manera con tal escandalosa
facilidad, el poder y la propiedad, habría que concluir que el marxismo se ha
equivocado sobre la posibilidad de que el proletariado sea la clase que, al
liberarse puede liberar al conjunto de los oprimidos y explotados, terminar con
el capitalismo y, sobre todo, encabezar la construcción de una nueva sociedad
sin explotadores ni explotados, el socialismo”
“Insistimos sobre este punto: sostener lo del
“estado obrero” después de lo sucedido en la ex URSS y el este (y también de
otro modo en China) significa implícitamente extender un certificado de radical
ineptitud del proletariado para realizar esa tarea histórica”
Críticas:
a) es fácil argumentar como hace Ramírez si se quita el adjetivo “deformado”,
“degenerado”, “en transición”, la “transición de la transición de Mandel”, etc;
b) todos los adjetivos anteriores intentar dar a entender que la clase obrera
no era “dominante” (la dominación es una categoría esencialmente “política”),
de ahí que la tarea es realizar una “revolución política”. Seguir reflexión y
críticas
Contrarrevoluciones
“La Revolución de Octubre de 1917 generó
efectivamente un Estado obrero encarnado en el poder de los soviets. Por eso,
fue necesaria la contrarrevolución más sangrienta del siglo XX –más aún que la
de Hitler en Alemania-, en las décadas del 20 y 30, para establecer y
consolidar el poder de la burocracia. Esto incluyó el exterminio en masa de la
vanguardia obrera y de casi todos los bolcheviques que habían hecho la
revolución de octubre. No hubo procesos similares en la segunda posguerra. Las
convulsiones sangrientas por las que atravesó China fueron de naturaleza muy
distinta. Su centro fueron esencialmente luchas interburocráticas, alimentadas
por las contradicciones del “socialismo en un solo país” puestas al rojo por
los disparates voluntaristas de Mao. Los episodios donde apareció la clase
obrera giraron sobre ese eje”
Teoría del Estado
en Marx y Engels
-
Fragmentaria: a) bonapartismo en El dieciocho de
Brumario; b) la sociedad asiática donde existe un estado y una capa burocrática
que explota a una sociedad sin clases; c) las ideas de Engels (en “El Origen de
la familia…”) de un Estado instrumento de la clase dominante, pero con anomalía
como el absolutismo y el bonapartismo
-
El concepto central de la teoría marxista del
estado, el de “clase”, no es definido por Marx en ningún lugar de manera
explícita (al menos no lo es en lo que concierne a los distintos modos de
producción)
Cuestionar
el hecho de que la “clase” pueda ser transhistórica. Antes bien, “clase” se
deriva de un modo de producción/explotación. Antes de definir a las clases
debemos consignar el modo de producción/explotación vigente, su dominancia,
articulación con otros modos y formas de explotación, etc. Sólo al realizar
esto tendremos una caracterización adecuada de las clases sociales….
-
Ramírez consigna que la definición más general y
abarcante de Estado Marx la establece en el siguiente párrafo (que nosotros
hemos traducido de distintos autores yanquis y que suponíamos que era de los
Grundrisse, pero según Ramírez proviene de el Tomo III de El Capital):
“La forma económica específica mediante la
cual el plustrabajo impago es extraído de los productores directos, determina
la relación entre los gobernantes y los gobernados, como emerge inmediatamente
a partir de la producción misma y finalmente reacciona sobre la agencia
determinante…siempre es la relación directa de los propietarios de los medios
de producción con los productores directos la que revela el secreto interno, el
fundamento escondido de toda la estructura social” (Marx, Grundrisse) –citado en Eugene E. Ruyle
(La
traducción de Ramírez cambia algunas palabras, pero esencialmente agrega lo que
sigue en este párrafo, que es crucial para el tema del Estado: “…el fundamento escondido de todo el
edificio social, y por consiguiente también la forma política, revestida por la
relación de soberanía y dependencia: en una palabra de toda forma específica de
Estado”)
Reflexión
Nosotros consignamos, por nuestra parte, la
traducción que hicimos de todo el párrafo (que Ramírez también corta y no lo
dice) como expuesto en un artículo de EM Wood:
“La forma económica específica en la que
se extrae el plustrabajo impago al productor directo determina la relación de
dominación y servidumbre tal como ésta surge directamente de la propia
producción y a su vez reacciona en forma determinante sobre ella…En todos los
casos, es la relación directa entre los propietarios de las condiciones de
producción y los productores directos…donde encontraremos el secreto más
íntimo, el fundamento oculto de toda la estructura social, y por consiguiente
también de la forma política que presenta la relación de soberanía y de
dependencia, en suma, de la forma específica de Estado existente en cada caso.
Eso no impide que la misma base económica –la misma con arreglo a las
condiciones principales- en virtud de incontables circunstancias empíricas…pueda
presentar variaciones y matices en sus manifestaciones, las que sólo resultan
comprensibles mediante el análisis de estas circunstancias empíricamente dadas” (Marx,
Grundrisse)
Notar cómo la definición de Marx no es generalizante
como propone Ramírez
Ramírez y Rakovsky
Ramírez
cita la definición de Rakovsky de la URSS (que consignamos en nuestra ficha a
un trabajo de 2004 sobre el tema de Roberto Sáenz) y establece cómo la misma es
rigurosa al aplicar las sugerencias que Marx propone en el párrafo citado más
arriba. Así, la definición de Rakovsky
(“estado burocrático con restos proletarios comunistas”) toma en cuenta:
la relación de dependencia entre amos y no-amos
(gobernantes y gobernados); b) la forma específica en que el plustrabajo
no pagado se extrae a los productores
Los análisis de Trotsky de los 1930s como
hipótesis prospectivas
“…se
trataba de un fenómeno no sólo inesperado sino absolutamente nuevo, sin
precedentes en la experiencias anteriores de la lucha de clases y los acontecimientos
históricos. Pero esto da a toda su obra –desde “La revolución traicionada”
hasta las decenas de artículos menores pero no menos importantes- una
característica que muchas veces no es tenida en cuenta: que obligatoria e
inevitablemente presenta hipótesis y elementos contradictorios, y sobre todo
análisis y pronósticos alternativos”
“…los doctrinarios no estarán,
naturalmente, satisfechos por una definición tan vaga. Ellos quisieran fórmulas
categóricas; sí y sí; no y no. Las cuestiones de sociología serían mucho más
simples si los fenómenos sociales tuvieran siempre contornos precisos. Pero
nada es más peligroso que eliminar, buscando la precisión lógica, los elementos
que contrarían desde ahora nuestros esquemas y pueden mañana refutarlos.
Nosotros tememos por encima de todo, e nuestro análisis, violentar el dinamismo
de una formación social que no tiene precedentes y no conoce analogías” (León
Trotsky, “La revolución traicionada”)
Esta
advertencia hay que tenerla en cuenta porque además ha sido frecuente en le
movimiento trotskysta la operación de
“recortar” tal o cual aspecto de los análisis y definiciones de Trotsky y
hacerlos absolutos, dejando de lado además otros textos que marcaban tendencia
opuestas. Por ejemplo, el mandelismo, tomando citas donde Trotsky decía que
inicialmente la burocracia cumplía un papel contradictorio en el estado
soviético, las sacó fuera de todo contexto y las reformuló como “doble
naturaleza de la burocracia”
Trotsky y las relaciones de propiedad y
relaciones de producción
En “La
naturaleza de clase del Estado soviético” Trotsky afirma que la URSS seguía
siendo “obrera” (“proletaria”) porque se conservaban las “formas de propiedad
creadas por la revolución de octubre”. Así, igualaba la forma de propiedad
estatal con su naturaleza de clase obrera
El
problema con esto, es que las relaciones (formas) de propiedad no son iguales a
las relaciones de producción. En efecto, y siguiendo al Marx de la
“Contribución a la crítica de la economía política”, las formas de propiedad
constituyen la expresión jurídica, mediada dialécticamente, de las relaciones
de producción. “En el curso de la historia, entre las relaciones de producción
y las relaciones de propiedad han jugado todas las variantes del desarrollo
desigual y combinado y sus mediaciones”.
Propiedad
absoluta y no-propiedad absoluta, han sido excepcionales en la historia. “Sólo
se ha dado en las formaciones sociales esclavistas (Grecia clásica y Roma) y
sobre todo en las capitalistas modernas. En el resto han primado toda suerte de
combinaciones, de formas “intermedias”, complejas y a veces ambiguas, de
posesión y usufructo, o incluso de propiedad “escalonada” (sobre un mismo bien,
diferentes personas tienen diferentes derechos: por ejemplo, en el feudalismo,
sobre un bosque, el señor podía tener el derecho exclusivo de caza, y los
siervos, de recoger leña caída pero sin cortar los árboles, etc). Y estas
formas pueden estar legisladas explícitamente o no. En los períodos de
transición, esto se suele combinar con importantes desfases –“atrasos” o
“adelantos” relativos- entre la estructura (relaciones de producción) y su
“expresión jurídica” (relaciones de propiedad)
Ejemplos:
(i) “Una
de las medidas fundamentales de los colonizadores europeos en Asia y África
(por ejemplo, los ingleses en la India) fue imponer una legislación que
consagrara las normas de propiedad absoluta del capitalismo. Este cambio
superestructural, jurídico, fue un arma poderosa para liquidar “desde arriba”
las formas de propiedad y las relaciones estructurales de producción
precapitalistas, sobre todo en el campo (lo que implicaba al mismo tiempo la
ruina y el despojo en masa del campesinado)”
Cuestionar con toda la discusión sobre la India
(textos sobre el feudalismo indio que ya hemos fichado, nuestras fichas sobre
el debate de los modos de producción en la India, fichas de textos sobre el
modo de producción asiático, etc)
(ii) “Un
ejemplo inverso; en 2007, el parlamento chino votó una ley consagrando los
plenos derechos a la propiedad privada capitalista (es decir, de los medios de
producción y de cambio). Por supuesto sería ridículo fechar en ese día el fin
del “estado obrero” chino, como deberíamos hacer si nos guiásemos sólo por las
relaciones jurídicas de propiedad para definir el carácter de clase del Estado.
Esa ley no fue el principio sino el final de un largo proceso de décadas de
cambios estructurales (es decir, de transformación en las relaciones de producción)
y también superestructurales, que inicialmente operaron de hecho, adelantándose
a su “legalización” final. Ni las multinacionales ni la nueva burguesía china
surgida principalmente de la burocracia esperaron ese día para comenzar a
explotar obreros y acumular capital. Pero, al mismo tiempo, el reclamo de
“garantizar la seguridad jurídica”, poniendo a la ley de acuerdo con la
realidad, era ya un fuerte clamor de todos los capitalistas, chinos y
extranjeros”
Reflexionar sobre todo este apartado teniendo en
cuenta: a) nuestras distinciones entre proceso de trabajo, proceso de
producción, relaciones de producción, relaciones sociales de producción; b)
detenerse en los componentes de las relaciones de producción y fuerzas
productivas distinguidos por Ross Gandy; c) vincular este problema al debate
sobre la primacía de las ffpp o las rrpp; d) ligar a la cuestión formación
social modo de producción, modo de explotación, forma de explotación; e) rever
cómo argumenta Chattopadhyay sus tesis respecto de la relación entre las
“formas de propiedad” y las “relaciones de producción” (tanto en el contexto
del debate indio sobre los modos de producción, como después, cuando escribe
sobre la URSS en 1992)
Una pregunta esencial
“…relaciones
de producción en la transición del capitalismo al socialismo. Concretamente,
¿esas relaciones de producción son esencialmente las mismas en un “estado
obrero burocrático” que en un verdadero estado obrero, donde impere la
democracia socialista y la clase trabajadora sea la que realmente ejerza el
poder y no sea sustituida por una burocracia que pretende gobernar en su
nombre?”
“…en relación con esta cuestión crucial,
Trotsky no da una respuesta del todo clara, sino formulaciones parcialmente
contradictorias”
En
principio, Trotsky estaba en lo correcto al forzar las categorías marxistas en
su análisis de la URSS, ya que todavía faltaba la prueba de la lucha de clases
(segunda guerra mundial por venir) y “no debía enterrarse una revolución antes
de tiempo”
Categorías histórico-dialécticas en
Rakovsky y Trotsky
“Las
definiciones de Rakovsky y Trotsky son diferentes pero absolutamente opuestas.
Ambas son categorías dialécticas, es decir, “histórico-temporales”, como decía
Marx. Tanto Rakovsky como Trotsky coinciden en señalar un proceso
contrarrevolucionario que aún no se ha consumado del todo: “estamos pasando a
un estado burocrático con restos proletarios comunistas”, dice Rakovsky; lo del
estado obrero es “una categoría histórica que ha llegado al borde de su propia
negación”, afirma Trotsky. Pero mientras Rakovsky pone el acento en el ya visible punto de llegada, Trotsky,
en cambio, subraya el punto de partida: una gran revolución obrera, de la que
sólo restaba la propiedad nacionalizada”
Derrota obrera en la segunda posguerra y
pronóstico de Trotsky
“Por el
contrario, fue en la posguerra donde la burocracia alcanzó el cenit de su poder
geopolítico y de su influencia sobre el movimiento obrero y la izquierda
mundial, gracias a haber encabezado, junto a las “democracias occidentales”, la
guerra contra el nazi-fascismo”
“La
guerra mundial había dado resultados muy diferentes a la alternativa que
imaginaba Trotsky. Esa alternativa se planteaba en términos absolutos que no se
dieron: contrarrevolución fascista (con la liquidación de la URSS, incluida su
burocracia) o revolución obrera y socialista, con la consiguiente regeneración
del Estado soviético y el derrocamiento de la burocracia estalinista…Se
presentaron situaciones revolucionarias (incluso con elementos de poder dual)
en países importantes de Europa, como Francia, Italia e incluso regiones de
Alemania. Pero, como sabemos, fueron decisivos los pactos entre el imperialismo
y la burocracia del kremlin para contener y luego desarmar eso”
Siglo XX y un desplazamiento geográfico de
la revolución a la periferia
“El
hecho es que el epicentro de las luchas revolucionarias se desplazó de Europa a
la periferia (Asia, África y América Latina). Europa o, mejor dicho, el
proletariado y el movimiento obrero europeos, desde 1848, habían sido el
epicentro mundial de las revoluciones y en general de la lucha por el
socialismo. Pero, desde la derrota de la revolución española durante la guerra
civil de 1936-1939, esto no volvió a suceder hasta ahora. Aunque hubo luchas
importantes, con gran intervención obrera y con repercusión mundial –la
revolución de los consejos obreros de Hungría (1956), el mayo francés (1968),
la revolución portuguesa (1974) y otros procesos- el centro de gravedad
revolucionario en el mundo se trasladó a la periferia, con profundas
consecuencias en relación con los sujetos sociales y políticos involucrados”
Estados obreros y parecidos de familia
“Según
esta concepción metafísica o “lógica”, cualquier estado que expropiara y/o
poseyera los medios de producción fundamentales, pasaba a ser automáticamente
un “Estado obrero” aunque ningún obrero, ni menos la clase trabajadora como
tal, tuviese mucho que ver con el asunto…dejando de lado los sujetos sociales y
políticos que la aplicaban y cómo lo hacían…Quién expropiaba y cómo lo hacía
eran cuestiones relegadas al último plano o desaparecían por completo”
“A las
palabras “Estado obrero” o “dictadura del proletariado” se les añadía algún
adjetivo, como “deformado” o “burocrático”, como si fuesen variedades de una
misma familia, algo así como las panteras o los gatos domésticos, que son ambos
de la misma familia zoológica de los felinos”
“…después
de la Segunda Guerra Mundial, hubo una oleada de estatizaciones, no sólo en
China y el este de Europa, sino también en infinidad de países africanos y
asiáticos…Entonces, muchos trotskystas, como el mandelista Livio Maitán se
preguntaba si Egipto no se había transformado “en frío” en un “Estado obrero”,
ya que Nasser, además de proclamarse “socialista”, había estatizado casi toda
la economía. Otros, aún más delirantes que Maitán, encontraron que además de
los ya reconocidos de China, el este Europeo, Cuba, etc, había otra buena
docena de “estados obreros”; por ejemplo, Etiopía bajo el régimen militar
terrorífico de Mengistu Haile Mariam. Y, finalmente, recordemos como el
mandelismo declaró “estado obrero” a la Nicaragua gobernada por Daniel Ortega”
Reflexión y discusión. Los cliffistas también
proponen una variante de esta tesis, orque para ellos serían países
“capitalistas de estado” incluso México y la argentina peronista. Ver bien en
qué sentido las tesis que desarrollamos para la URSS se cumplen en otros casos
(China, Vietnam, Corea, Cuba, países africanos, etc)
Extrapolaciones espurias del trotskysmo de
posguerra
(i)
Objetivismo: “un estado obrero, al igual que los estados burgueses, podía
tener regímenes políticos completamente distintos, a saber, burocrático o de
democracia obrera. Dicho de otro modo: que sobre las mismas bases sociales y
estructurales pueden erigirse superestructuras muy distintas, tal como ocurre
en el capitalismo”
“…los
Estados burgueses muestran cómo un mismo Estado pueden tener diferentes
regímenes políticos (monárquicos, bonapartistas, democráticos, fascistas, etc).
Son regímenes muy diferentes (que a veces incluso se apoyan sobre sectores
distintos de las clases explotadoras), pero el carácter de clase del estado es
el mismo: burgués”
“De la
misma manera, un estado obrero puede instaurar regímenes políticos distintos.
Si se apoya en las capas burocráticas, será un estado burocrático. Si, en
cambio, el régimen se apoya en la clase trabajadora organizada
democráticamente, será un Estado obrero de “democracia socialista” (Mandel) o
“revolucionario” (Moreno)
(ii) Sustituismo:
“Que algunas clases y/o sectores sociales podían sustituir a la clase obrera,
cumpliendo tareas históricas que corresponderían al proletariado”
“…Bismarck,
que cumplió la tarea históricamente progresiva de unificar Alemania (que la
burguesía había sido incapaz de consumar) y que se apoyaba en los
terratenientes prusianos de estirpe feudal. De la misma manera, la situación de
la lucha de clases en la posguerra hizo que sectores sociales no proletarios
cumplieran tareas que se creían reservadas a la clase obrera”
“Haciendo
una analogía hipotética (con revoluciones burguesas por arriba como la
alemana), Trotsky se preguntaba en qué medida la burocracia soviética –una capa
pequeñoburguesa- podía jugar momentáneamente un rol “sustituista”
parecido…Pero, al mismo tiempo, daba hipótesis opuestas (que generalmente no
son recordadas), como por ejemplo que el dominio de la burocracia ya
significaría, tarde o temprano, la restauración del capitalismo “en frío”
Este
resultado debe también a una cualidad también única del capitalismo: la
amplísima capacidad, a nivel nacional y mundial, de asimilarse otras clases y
capas sociales precapitalistas explotadoras y/o privilegiadas, “aburguesarlas y
ponerlas a su servicio”
Una crítica basada en la especificidad del
capitalismo
“En primer lugar, no es posible generalizar a
todas las formaciones económico-sociales (y menos aún a las que han expropiado
a la burguesía) una característica que es casi exclusiva del capitalismo: a
saber, la separación extrema entre estructura y superestructura, entre las
relaciones de producción y la dominación política, entre la economía y el
Estado”, entre el hombre como homo economicus (comprador o vendedor en el
mercado de la fuerza de trabajo, que determina la fundamental división en
clases de la sociedad) y la ficción de los “ciudadanos iguales” en la esfera
política. Esto da al capitalismo, en esa esfera política, un carácter
extremadamente “plástico” que no tienen ni podrían tener otras formaciones
económico-sociales, tanto precapitalistas como poscapitalistas”
“Pero el
resto de las formaciones sociales no tiene semejante plasticidad. Por ejemplo,
en el feudalismo clásico sería inconcebible semejante separación entre las
funciones superestructurales político-jurídico-militares del señor feudal y sus
funciones estructurales, la extracción del producto y trabajo excedentes a sus
siervos”
Discusión y crítica de esta tesis (tomar todo lo que
hemos leído sobre el feudalismo)
“…poco o
nada esto puede suceder una vez que se expropia a los capitalistas: Estado,
régimen y economía dejan de ser (relativamente) “autónomos”. Se termina esa
“externalidad mutua entre producción y Estado, estructura y superestructura”
“…las
razones de esta diferencia se basan en que el capitalismo puede reproducirse
“automáticamente”
“¿Excluye
esto las posibles diferencias de regímenes en la transición? ¡De ninguna
manera! Pero estas diferencias se mueven en un ámbito cualitativamente menos
amplio que en las formaciones capitalistas. Por ejemplo, el régimen político de
un futuro estado boliviano no podría menos que tener en cuenta el problema de
los pueblos originarios. De la misma manera, en Centroamérica, el régimen
debería probablemente asumir la forma de una federación socialista, y no de un
Estado unitario. Asimismo, la necesidad política de la clase trabajadora de
establecer su hegemonía sobre todos los explotados y oprimidos llevará
seguramente a dar concesiones institucionales, según la realidad social de cada
país o región. Esto también es válido para los estados burocráticos: el régimen
político en la URSS no fue exactamente el mismo en tiempos de Stalin que en la
época de Brejnev, ni luego en la Gorbachov. Pero, de la misma manera, estas
variantes se dieron dentro de márgenes cualitativamente más estrechos que en el
capitalismo”
Reflexión. Tener en cuenta que el programa de
transición plantea demandas transicionales no desde el poder, sino antes que se
haya conquistado el poder del estado y luego expropiado a los capitalistas. Por
esto, las demandas transicionales en él requieren necesariamente tener un
carácter de clase, deben enfrentar al enemigo de clase. Y son demandas
transicionales (y no el programa máximo), porque generan condiciones bajo las
cuales la clase obrera se planteará necesariamente el problema del poder. Así,
la indexación salarial hace a la clase obrera darse cuenta de cuánto depende de
su propia actividad productiva, el futuro del país y la economía. La
indexación, además, transparenta la naturaleza de los precios, es una forma
mediada de “abrir los libros de cuentas” y “terminar con el secreto comercial”.
Y no sólo esto: la indexación permite explicitar cómo la “remuneración” de la
clase capitalistas es una superflua en términos de funcione sociales reales,
cómo los capitalistas son parásitos. El “control obrero de la producción”, da
cuenta de cómo el “despotismo de fábrica” es una cuestión superflua, cómo la
fracción poseedora de los medios de producción, cómo la misma función de
explotación, es superflua respecto del desarrollo del proceso productivo.
En razón de
esto, la “asamblea constituyente revolucionaria” (pts) no puede constituir una
demanda transicional, no puede ser un “puente real”. Primero, porque no da
cuenta de que se ubica fuera y antes de la conquista del poder del estado, y
mucho antes de la expropiación de la clase dominante. No da cuenta del carácter
específico de las demandas transicionales que plantea Trotsky. No hace esto
porque no plantea la confrontación clasista de manera clara, porque no es una
demanda de combate. Se plantea en términos soberanistas sin enemigo claro. Un
elemento decisivo es el hecho de que la clase dominante/explotadora bajo el mpc
no puede cooptar las demandas transicionales originales (indexación, control
obrero de la producción), pero sí lo hace a menudo con la demanda de la
asamblea constituyente. Respecto del control obrero de la producción, ha
resultado ser una demanda transicional parcialmente cooptable, pero bajo
condiciones bien específicas (fuerza de la clase obrera, toyotismo japonés,
etc). En segundo lugar, la asamblea constituyente revolucionaria no es una
demanda transicional porque meramente establece el programa máximo: una vez
conquistemos el poder estatal y expropiemos a los capitalistas, es obvio que la
democracia obrera es un “sumum”. Lo es sumado a las otras dos dimensiones que
componen toda la transición (la dictadura y represión a los antiguos
explotadores y sus remanentes –y a quienes busquen seguir explotando-, la
expansión de las conquistas obreras en términos internacionales). La democracia
obrera en este contexto es igual a: i) libertad positiva colectiva; ii)
igualdad material en todos los planos (sobre todo en el productivo, en el
“cómo” y el “quién” de la producción). Así, la demanda asamblea constituyente
no plantea el problema del poder de manera mediada, lo plantea de manera
desnuda y además de forma aclasista. Demandas transicionales hoy, en el chile
actual serían:
(i) Contra el subcontrato: a) es estructuralmente
necesario para la fase actual de acumulación capitalista; b) no es cooptable;
c) si se cumple le demuestra su propio poder a los obreros (no por nada Marx
identifica las causas de la conciencia revolucionaria de clase en la subsunción
real y el plusvalor relativo)
(ii) Contra los despidos por necesidades de la
empresa: cuestiona el EIR y le genera condiciones a la clase obrera para que se
de cuenta de su poder
(iii) Contra el contrato por prestación de servicios:
cuestiona la polivalencia, elemento estructural necesario al funcionamiento
actual del proceso de trabajo capitalista
¿Por qué son necesarias las demandas transicionales?
Por el efecto de dominación que reproduce en los explotados un modo de producción
específico. Este efecto produce impotencia, fragmentación, opresión y
atomización. Además, las demandas transicionales también dan cuenta de buena
forma de la cuestión de la alienación
La maldita pregunta es por qué el tema del
subcontrato pega tan poco en el chile actual. Habría que probar como responden
los explotados ante la demanda (ii) y (iii)
Sumar también dos cosas: i) la lucha por el
plebiscito es siempre necesaria como una cuestión táctica para triunfar y
conseguir una demanda específica (cuestión que no es propia de la “demanda” por
una asamblea constituyente revolucionaria); ii) el mismo Lenin profirió
“demandas transicionales” (pan, paz y tierra) días antes de tomarse poder
mediante la insurrección obrera- no menciona la asamblea constituyente- ; iii)
la lucha por una asamblea constituyente es propia del Lenin de 1905 (“Dos
tácticas”), el cual sigue siendo etapista
Trotsky y la democracia obrera en el
período de transición
En “La
economía soviética en peligro” (1932), Trotsky distingue dos caminos posibles
para la URSS:
a) Planificación
burocrática: creen que poseen una “mente universal” que les permitiría
“trazar a priori un plan económico perfecto y exhaustivo, empezando con el
número de acres de trigo y terminando con el último botón de los chalecos”
b) Democracia obrera: “una economía de
la etapa de transición por medio de la interrelación de estos tres elementos:
la planificación estatal, el mercado y la democracia soviética”. Y de estos
tres elementos, Trotsky pone como decisivo a la democracia obrera y socialista,
porque “la lucha entre los distintos intereses como factor fundamental de
planificación nos lleva al terreno de la política”
“Así, la
política y la democracia socialista (superestructura) es parte integral e
inseparable de las relaciones de producción (estructura) de la transición”
Retener
que el mismo hecho de que los “modos de explotación comandados” sólo vivieran
una crisis estructural (que no superaron), niega ya la tesis del “colectivismo
burocrático” (que suponía la vigencia de este nuevo modo de producción por
siglos)
Moreno, el ferrocarril y los estados de la
segunda posguerra
“…analogía
formulada por Nahuel Moreno sobre la transición. Moreno decía que era como una
línea de ferrocarril. Si el tren de la revolución lo conducían direcciones
burocráticas y/o pequeñoburguesas, entonces, se detenía en la estación
“expropiación de la burguesía” y no seguía avanzando en la transición al
socialismo”
“Así, la
burocracias organizadas en Estados “todopoderosos”, no pararon el tren después
de la expropiación, sino que siguieron marchando por otras vías. Inicialmente,
ni la burocracia estalinista ni la maoísta tendieron a la restauración
capitalista, sino que avanzaron tratando de hacer “orgánico” e históricamente
perdurable su sistema de explotación “inorgánico”…Por ese camino se establecieron
estados burocráticos…que finalmente se demostraron sin mayores perspectivas
históricas. Es decir, fracasaron estrepitosamente. Entre otros motivos, porque
eran economías nacionales en el marco de una economía mundial capitalista, y
porque el sistema burocrático fue incapaz de un desarrollo sostenido de las
fuerzas productivas. Después de esos fracasos, las burocracias se orientaron
hacia la restauración, aunque bajo distintas formas”
Una crítica al autonomismo y los
posmodernos NMS
“El
problema concreto es otro: después de un siglo de inmensas revoluciones cuyo
saldo fue el fracaso total e inapelable de los sustitutos de la clase
trabajadora, el “sustituismo” está de nuevo en pie, como programa y política de
sectores del marxismo revolucionario y de la vanguardia”
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