miércoles, 10 de diciembre de 2014

Continuar utilizando el lenguaje de “los derechos” (noviembre 2014)

A raíz de una nota en la cual se extractaba una declaración del compañero Nicolás del Caño - en el contexto del lanzamiento de su pre-candidatura presidencial-, vuelve a rondar por el campo de la “izquierda” el “lenguaje de los derechos”. A los compas del PTS los respeto mucho, y es en razón de este respeto que dejo este extracto referido al tema, el cual escribí a principios de año en el contexto de un “análisis concreto de la situación concreta” propia de Bolivia:
 
“…Ahora bien, como acertadamente señala un dirigente obrero de La Paz, la negociación por rama y/o federación requiere el paso previo del fortalecimiento de los sindicatos de base, fortalecimiento que permite: a) tener la suficiente coordinación y unidad de acción para poder actuar genuinamente como rama o federación; b) generar un marco material en el cual las futuras negociaciones por rama o federación no sean meros arreglos concertados por las cúpulas dirigenciales. En este contexto, a quien escribe le parece muy lúcida la siguiente frase de este obrero de La Paz:
 
“Es necesario lograr que el conflicto de derechos, tenga como marco el conflicto de intereses” (citado en Escobar de Pabón, 2010)
 
 Sostenemos que esta declaración es lúcida y muy importante, porque, en lo esencial, cuestiona el marco “ciudadanista” en el cual ha tendido a encuadrarse la lucha de los productores explotados desde el quiebre que supuso el comienza de la cuarta fase capitalista. Lo hace porque cuestiona el hecho de que la lucha de los explotados: a) no tenga un enemigo claro (la clase explotadora); b) reproduzca la división sociedad civil/Estado y mantenga la división clasista de la primera; c) constituya una demanda general abstracta vinculable a cualquier condición social y no a una precisa (la obrera); d) tome al Estado como ente neutral capaz de arbitrar por sobre las clases y asegurar derechos “para todos”; e) permanezca en el terreno del derecho burgués, el cual es necesariamente formal y está imposibilitado de establecer cuestiones positivas (de contenido) esenciales; f) entienda a la demanda de los explotados como una meramente superestructural (jurídica) y no material132.
 
 132 Esta frase de nuestro obrero de La Paz es particularmente relevante para el escenario político chileno configurado desde 1990. En éste, partidos a la izquierda como el comunista, ya en 2005 establecieron que su tarea en el mediano plazo era la lucha por “derechos sociales”; hoy, distintas orgánicas políticas en el campo de la izquierda han naturalizado esta forma de lucha y el marco que impone a las demandas de los explotados (y oprimidos). Se dirá que no se lucha por unos meros “derechos”, sino que por “derechos sociales universales”. Sin embargo, como lo demuestran los programas y demandas de la mayor parte de las orgánicas que actualizan este tipo de lucha, la lucha por los derechos sociales universales no ingresa al mundo del trabajo y la producción (o, si lo hace, éste ingreso es meramente el de “un sector más” que habría que “incluir”). Así, lo “social” pareciera ajeno a cualquier dimensión relacionada directamente con los explotados, que continúan siendo la mayoría de la población en cualquier formación social capitalista. Y no es sólo que no se incluya (o se incluya parcialmente) a la mayoría de la población en su actividad principal (su trabajo), sino que se olvida que cualquier otro derecho fuera del campo de la producción, está determinado por lo que sucede en ésta (esto si se adopta una postura materialista consecuente). Por último, adicionar el término “universales” a la expresión “derechos sociales”, no hace más que reproducir el discurso de los derechos humanos (burgueses), discurso que “pasa por encima” de las clases y los intereses de la clases (de ahí que muchos en este campo de la izquierda chilena utilicen la expresión “para todos”…).
 
 [y dejo una cita más referida al tema, consignada también por nosotros en el trabajo que aquí cito]
 
…“…si bien las cuestiones vinculadas al consumo, tal como el acceso al agua potable, constituyen una parte esencial de la lucha más amplia de la clase obrera, así como también la construcción de coaliciones entre grupos sociales diferentes es necesaria para revertir la polarización social exacerbada por el neoliberalismo, las coaliciones que se enfocan en abaratar los bienes-salario en detrimento de la lucha obrera por mejores salarios y condiciones de trabajo, corren el peligro de contribuir a la declinación de la clase obrera como un todo…La experiencia de Cochabamba demuestra que la adopción acrítica de coaliciones multi-clasistas enfocadas en el consumo y en los derechos ciudadanos, no es una panacea o sustituto de la autoorganización y movilización obrera, esto si un desarrollo genuinamente emancipatorio y humano desea ser construido” (Susan Spronk, 2006)
El discurso de los derechos en el Chile de hoy
 "La educación es un derecho y no un bien de consumo" (Andrés Allamand, fines de 2013, en Tolerancia Cero).
 
 Boric, Vallejo y Pancho Figueroa repiten lo mismo desde 2011. No pareciera un gran plus en la lucha política contra la derecha (ni hablar de la lucha social contra la clase dominante), este discurso sobre los derechos.
 
 Claude y TALM tenían como objetivo programático construir una "sociedad de derechos". Estamos hablando de una orgánica que, en palabras de Pablo Varas a principios de 2013, consideraba que la izquierda que hablaba de clase obrera estaba demodé. No pareciera ser muy adecuado entonces consignar al "discurso de los derechos" como el plus de una política clasista.
 
 IA y nodo xxi se autodefinen como los luchadores por los "derechos sociales universales". Pero este marco de lucha se da por parte de tipos como Víctor Orellana, quien despreció a la clase obrera en septiembre de 2013 en un foro público (y es un compañero que explicitó tener orígenes obreros -que tristeza lo que le hace la universidad a algunos-). Esta tendencia política no solo es apoyada por la progresía alemana, sino que saca declaraciones en apoyo del actual gobierno patronal en Venezuela, así como le escribe súplicas a la mami Bachelet para que recuerde  sus compromisos democráticos con la educación. De nuevo, no pareciera ser muy adecuado unir el discurso de los derechos a una política clasista genuina (y menos todavía como un plus democrático)
...así con la temática de los derechos.....

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