lunes, 28 de julio de 2014

Trotsky y la crítica al socialismo conceptualizado como armonía universal (1908)

“…el bosquejo literario de Trotsky “Sobre la Muerte y Eros”, que está situado en un café parisino y cuyos principales personajes son un periodista marxista, un profesor de filología y un tímido hombre joven. Los dos antagonistas acusan al marxista de negar que mucho de la vida está compuesto por el sexo y la muerte, y especulan acerca del sexualmente armonioso “nuevo hombre” del futuro. El protagonista presenta su propia defensa:
“Primero que todo, se equivocan al interrumpirme. Segundo, ustedes construyen con muy poca habilidad al hombre del futuro bajo su propia imagen. Tercero, déjenme decirles que, francamente, aún me falta pasar una noche en vela pensando en los sentimientos del hombre del futuro. Dejémosle que ordene su interioridad él mismo: en lo que respecta a nosotros [los materialistas históricos], estaremos contentos con haberle dejado una buena economía fuera de él mismo”
Y después:
“¿Quieren armonía? Aún si fuera posible lograr situar este deseo suyo de la armonía personal en una perspectiva social, deben admitir que sin la completitud, sin la retención de todo aquello que hemos adquirido a lo largo de los tormentos del desarrollo histórico, la armonía alcanzada a través de la remoción quirúrgica de todas las contradicciones y por medio de la sobre-simplificación sicológica, es algo absolutamente inaceptable, aún si no fuera una utopía desesperanzadora. “Dans le véritable amour c'est l'âme qui enveloppe le corps” (en el verdadero amor, es el alma la que envuelve al cuerpo). En el seno del amor sexual han crecido tales flores sicológicas, a las cuales no queremos ni nos atrevemos a renunciar. Si así no fuera, lo que obtendríamos no sería sino la armonía del ganado de corral”

viernes, 25 de julio de 2014

Las precauciones de Trotsky sobre la asamblea constituyente



"Usted me recuerda que critiqué en su época la consigna de "Asamblea republicana basada en los comités obreros y campesinos", consigna lanzada antiguamente por el partido comunista italiano. Quisiera deciros por qué creo que esta fórmula es errónea, o por lo menos equívoca. La "Asamblea republicana", evidentemente forma parte del aparato de estado burgués. Entonces, ¿qué son los comités obreros y campesinos? Es evidente que en alguna medida equivalen a los soviets obreros y campesinos. Entonces lo que hay que hacer es decirlo. Estos organismos de clase de los obreros y los campesinos pobres, que usted llama soviets o comités, constituyen siempre organizaciones de lucha contra el estado burgués, posteriormente se transforman en organismos insurreccionales, para transformarse, después de la victoria, en organismos de la dictadura de proletariado. ¿Cómo es posible, en estas condiciones, que una Asamblea republicana -órgano supremo del estado burgués- tenga como "base" las organizaciones del estado proletario?» (León Trotsky; «Respuesta a los camaradas de la nueva oposición del P.C.I.», 14 de mayo de 1930. La Lutte de classes, no 23, julio de 1930 pp. 520-529-

miércoles, 16 de julio de 2014

Trotsky y una crítica a la “revolución popular”



El tema central de este trabajo está dedicado al mismo tiempo a una tentativa por establecer la posición marxista sobre las consignas democráticas en base a la reciente experiencia y a la crítica del mito de la revolución " popular", neutra, por, encima de las clases, asexuada (La importancia de las consignas democráticas, Trotsky, 1931)

Trotsky sobre el antifascismo como término huego y colaboracionista

Debemos tomar medidas enérgicas contra los mé­todos intelectuales "antifascistas" abstractos que suelen infiltrarse en nuestras filas. El "antifascismo" no es nada, es un concepto vacío que emplean los stali­nistas para encubrir sus triquiñuelas. En nombre del "antifascismo" instituyeron la colaboración de clases con los radicales. Muchos camaradas nuestros quisie­ron apoyar el "Frente Popular", es decir, la colabo­ración de clases, de la misma forma en que apoyamos el frente único, es decir, la política de separar al pro­letariado de las demás clases. En nombre del "antifascismo", partiendo de la consigna absolutamente falsa de "el Frente Popular al poder", van todavía más lejos y declaran que están dispuestos a apoyar al bonapar­tismo -porque el voto en favor del proyecto de ley "antifascista" de Colijn, no es sino un apoyo directo al bonapartismo (La democracia burguesa y la lucha contra el fascismo, Trotsky, 1936)

Trotsky y una crítica a la "unidad de los revolucionarios"

El documento afirma que esta organización internacional «trabaja objetivamente por la reconstrucción de la unidad revolucionaria sobre nuevas bases».[4] ¿Qué significa esto de « objetivamente »? Se puede decir que el proletariado se encuentra forzado «objetivamente» a situarse en el camino de la revolución: con esto se sobreentienden las leyes del desarrollo del capitalismo. Pero, ¿cómo se puede hablar de la misma necesidad «objetiva» para pequeños grupos propagandistas? El sentido de su existencia es su esfuerzo objetivo, pero ¿cuál es su programa? ¿Cuáles son sus objetivos? El papel que pueden jugar en el movimiento obrero está determinado por estos criterios subjetivos.

Precisamente son estas cuestiones decisivas las que permanecen sin contestación. Únicamente se nos habla de «unidad revolucionaria sobre nuevas bases». ¿Cuáles, las del S.A.P. o las de los marxistas revolucionarios, las de la IVª Internacional? Sobre esta cuestión está teniendo lugar una encarnizada lucha en el seno del partido holandés. Cuanto más tiempo siga evitando el partido español la discusión de las fórmulas exactas, más apasionado y destructor será el inevitable conflicto entre las tendencias opuestas.
Personalmente no podemos más que insistir en la necesidad de la precisión teórica y política, en interés del porvenir del nuevo partido español (
El POUM y la IV Internacional carta al RSAP, Trotsky, 1935)

Trotsky y una crítica a la tesis de la “ruptura democrática” y su conjunción con el “acumular poder popular”

Una parte considerable de mi artículo sobre los peligros que amenazan a la revolución española, está dedicado a demostrar que entre la revolución democrático-burguesa de abril y la futura revolución proletaria, no hay lugar para una revolución obrero-campesina intermedia. De pasada he subrayado que esto no significa que el partido del proletariado deba ocuparse exclusivamente de aumentar sus fuerzas "hasta la lucha final". Una concepción de este tipo seria antirrevolucionaria y digna de un filisteo. Si bien no puede existir una revolución intermedia, un régimen intermedio, sí pueden producirse manifestaciones de masas intermedias, huelgas, demostraciones, encuentros con la policía y el ejército, sacudidas revolucionarias impetuosas, durante las cuales los comunistas deberán estar en las primeras filas del combate. ¿Cuál es la significación histórica de estas luchas intermedias? Por una parte son susceptibles de provocar cambios democráticos en el seno del régimen democrático burgués, y por otra pueden preparar a las masas para la conquista del poder y para la creación del régimen proletario (Por la ruptura de la coalición con la burguesía, Trotsky, 1931)