Pequeños apuntes sobre movilizaciones 2011 hasta
mediados de 2013
Una
interpretación unificada no es cosa fácil (como dice Agacino). Como planteé
hace poco, pueden tenerse en cuenta los siguientes elementos:
(i)
Quienes sostuvieron masivamente
las movilizaciones estudiantiles de 2011 fueron los secundarios y sus liceos
tomados (500 en todo el país durante
meses). Estos son en su mayoría hijos de obreros.
(ii)
Quienes tienen mayor potencialidad
organizativa son sectores secundarios (Agacino sobre el basismo de la aces).
Son hijos de obreros.
(iii)
Que las movilizaciones
estudiantiles hayan aparecido mediáticamente como las más importantes, como
universitarias y basadas en la crítica al endeudamiento sólo se debe a:
a)
Hegemonía pequeño burguesa en
algunas universidades estatales (e.g. uchile)
b)
Es el discurso más fácil de
“digerir” por la clase dominante
(iv)
La movilización estudiantil no fue
la única del período. Antes estuvo Magallanes, después Aysén. Ambas fueron
movilizaciones policlasistas donde el
elemento de fuerza de los trabajadores no es tan menor
(v)
La idea de que las demandas son
mesocráticas se arraiga en la noción de que sólo las clases medias piden
“educación”. Esto no es más que un reduccionismo sociológico que trabaja con un
concepto caricaturizado de lo que son los obreros
(vi)
Como tendencia, las movilizaciones
estudiantiles morigeraron luego de 2011-2012. Quienes han mantenido la
movilización hasta hoy son los obreros: Mineros, portuarios, trabajadores de la
basura, trabajadores de correos, etc, etc, etc
El elemento nuevo más interesante del período
es la reproducción de movilizaciones tipo Aysén (Tocopilla, Mejillones, Calama,
Freirina, Antofagasta, etc). Son ciudades depauperadas que se unifican en torno
a demandas específicas. En general, la composición es policlasista; lo que
podemos afirmar tentativamente, es que parecen no tener una hegemonía cultural
burguesa o pequeñoburguesa demasiado marcada (al revés de la movilización
universitaria)
Rechazamos el
concepto de “integración”. Esto porque supone un “dado” al cual ciertos
excluidos deben “integrarse”. Nosotros cuestionamos este “dado”: deseamos
transformarlo. En este sentido, no compartimos el paradigma de los
marginales/excluidos, el cual no fue más que un artificio del cura belga
Roger Vekemans para fundamentar el proyecto capitalista que proponía el Frei
de la “revolución en libertad”
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Partiría
citando a Engels: “la violencia es la partera de la historia”. Continuaría
citando a Marx y la idea de que en una “crisis revolucionaria” es necesaria
la “violencia revolucionaria” (Marx lo demuestra defendiendo la práctica de
Robespierre durante la RF).
Seguiría
explicitando como existen dos formas de concebir la realidad social
(consenso/conflicto). Operar enfáticamente con la tesis de la lucha no
violenta supone una asunción implícita de una sociedad basada en el consenso.
Nosotros rechazamos esta noción, la cual está basada en una interpretación
unilateral de la teoría crítica
Luego,
distinguiría diferentes tipos de imposición. Sólo una de ellas es la
violencia física; también existe la coerción derivada de la existencia del
mercado capitalista (la obligación de vender la fuerza de trabajo para
sobrevivir). En este sentido, no hay que operar con dicotomías burguesas que
esquematizan la realidad (paz/guerra, violencia/no-violencia).
Lo importante
es reconocer que en las sociedades clasistas lo que prima es un tipo de
conflicto específico: la lucha de clases. Esta se expresa en diferentes
formas de imposición (algunas que implican represión física, otras coerción
mercantil, etc)
En términos de
estrategia política, siempre hay que operar con la tesis de “poner la
política antes que el fusil”, y no “el fusil antes que la política”. La
segunda opción es el error del foquismo guerrillerista. Antes bien,
previamente a plantearse el problema militar, es necesario trabajo de base
con y desde los explotados (desarrollo de organización, programa, conciencia,
solidaridad material, etc). Sólo en el contexto de una crisis revolucionaria
el problema militar cobra relevancia inmediata: en este punto, como lo
demuestra la revolución rusa y la revolución boliviana, el problema de las
armas lo resuelven las masas a su manera (el ejército se quiebra, los
arsenales se abren a los obreros, etc)
Por último, citaría el texto que mandé sobre
la violencia y las masas (escribían unos consejistas). Recalcaría que la
violencia sin las masas es contraproducente. Asimismo, establecería que la
única violencia que sirve es aquella que mejora las condiciones de lucha para
los explotados…
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