Comentario a: http://observatoriocriticocuba.org/2014/03/29/el-elefante-de-troya-o-sobre-el-derecho-a-practicar-la-explotacion/#comment-8397
"Una
clase trabajadora organizada, dueña de las fuerzas de producción nacionales que
es como decir, su destino, podrá interactuar sin sobresaltos con inversiones
extranjeras, con la estructura económica, financiera y comercial del mundo
globalizado. Podrá establecer acuerdos de mutuo beneficio, donde las
concesiones inevitables al capital foráneo vengan balanceadas con suficientes compensaciones
y beneficios para ambas partes"
Esta tesis es
errada (y no por poco). El socialismo nacional es una utopía reaccionaria. Es
una imposibilidad. El socialismo, entendido en un sentido objetivo y marxista,
esto es, como transición al comunismo, debe plantearse en términos
supranacionales. A lo más que puede llegar un país aislado es a construir un
Estado obrero genuino. Y si éste es de tal naturaleza, tendrá como una de sus
tareas principales expandir supra-nacionalmente las conquistas obreras a otros
Estados, en los cuales prima la explotación y los capitalistas no han sido aún
expropiados. Así, un Estado obrero genuino (aún no socialista), no podrá tener
relaciones pacíficas con otros Estados capitalistas; todo lo contrario: en
tanto Estado obrero genuino necesita expandir la revolución, por lo que entrará
en conflicto con las clases dominantes de los otros estados capitalistas. Sólo
la tesis estalinista del "socialismo en un sólo país" nos puede
llevar a postular la tesis que plantea el compañero Díaz Moreno. Si ni siquiera
existió el capitalismo en un sólo país (Robert Brenner está equivocado), menos
todavía puede el socialismo concebirse "nacionalmente".
Esta bien,
podría argumentarse que la política exterior de un Estado obrero genuino tiene
que aprovechar las contradicciones inherentes a la existencia de distintas
fracciones capitalistas, distintos estados capitalistas y distintos tipos de
proyectos capitalistas hegemónicos en el mundo capitalista como un todo. Y, por
esto, el conflicto con los otros Estados capitalistas no será siempre de la
misma naturaleza con todos, ni excluirá algunos pactos tácticos con algunos
Estados y/o fracciones capitalistas. Esto es posible, aunque incluso puede
discutirse desde una posición marxista, porque plantea una "coexistencia
pacífica parcial". Lo preocupante es que un autodenominado marxista
plantee la "coexistencia pacífica" en términos generales y de
principio.
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