Comentario a: http://observatoriocriticocuba.org/2014/03/25/si-no-estamos-en-venta-estamos-en-subasta/
"Las
circunstancias exigen, una vez más, la política revolucionaria de poner en
manos de las personas trabajadoras los recursos, fuerzas y medios productivos;
fomentar en su máxima expresión las políticas de autogestión y cogestión.
Dentro de un marco así, no está excluida la inversión extranjera, que podía
también entrar sin peligro alguno para los trabajadores y trabajadoras cubanos,
que ejercerían de dueños definitivos y plenos en provechosa interacción con
todos los elementos favorables al desarrollo. Establecidas unas relaciones de
producción verdaderamente socialistas, libres de enajenaciones y frenos
burocráticos y autoritarios impuestos por una clase élite autoritaria, veríamos
un despegue económico y social sobre bases auténticamente socialistas"
Aquí el
compañero olvida una elemento esencial. El paso más allá del capitalismo es
analogable a una catástrofe social. No es sólo que se requiera una "crisis
nacional objetiva" para derrocar a la clase dominante en un países
determinado, sino que, más todavía, es la lucha de clases después de la toma
del poder estatal la que será sangrienta y terrible. Y esto no porque a quien
escribe le parezca bien la violencia, la guerra y el terror físico, sino porque
la clase dominante nacional y sus fracciones en los otros países capitalistas
no descansarán a la hora de defender sus condiciones materiales de existencia.
No existe una vía pacífica al socialismo desde una perspectiva materialista. Y,
por esto, el mentado autodespliegue armónico y expansivo de las fuerzas
productivas, no es una dimensión propia de un Estado obrero genuino, ni
siquiera es propia del socialismo. Es una cuestión específica del comunismo, la
sociedad sin explotados ni explotadores, que en ningún caso es una
"nacional". Así, quienes postulamos desde una perspectiva clasista
algo más allá del capitalismo, no planteamos la armonía ni el desarrollo en los
plazos inmediato y mediato. Sabemos que para acabar con la explotación
capitalista son necesarias crisis, revoluciones y catástrofes.
El único matiz
que puede adicionarse a esta tesis materialista, es el hecho de que en un
estado obrero genuino y en una sociedad socialista, la vida será menos
miserable, porque existirá la tendencia a la igualdad material y a la libertad
positiva colectiva. Y estas mismas tendencias podrán fungir como ejemplo capaz
de convencer a los explotados de otros países, lo que supondrá a su vez la
posibilidad de ahorrarnos cierta guerra y cierta catástrofe.
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