lunes, 21 de abril de 2014

Crítica a comentario crítico sobre cuba y la transición más allá del capitalismo (Abril 2014)




"Las circunstancias exigen, una vez más, la política revolucionaria de poner en manos de las personas trabajadoras los recursos, fuerzas y medios productivos; fomentar en su máxima expresión las políticas de autogestión y cogestión. Dentro de un marco así, no está excluida la inversión extranjera, que podía también entrar sin peligro alguno para los trabajadores y trabajadoras cubanos, que ejercerían de dueños definitivos y plenos en provechosa interacción con todos los elementos favorables al desarrollo. Establecidas unas relaciones de producción verdaderamente socialistas, libres de enajenaciones y frenos burocráticos y autoritarios impuestos por una clase élite autoritaria, veríamos un despegue económico y social sobre bases auténticamente socialistas"

Aquí el compañero olvida una elemento esencial. El paso más allá del capitalismo es analogable a una catástrofe social. No es sólo que se requiera una "crisis nacional objetiva" para derrocar a la clase dominante en un países determinado, sino que, más todavía, es la lucha de clases después de la toma del poder estatal la que será sangrienta y terrible. Y esto no porque a quien escribe le parezca bien la violencia, la guerra y el terror físico, sino porque la clase dominante nacional y sus fracciones en los otros países capitalistas no descansarán a la hora de defender sus condiciones materiales de existencia. No existe una vía pacífica al socialismo desde una perspectiva materialista. Y, por esto, el mentado autodespliegue armónico y expansivo de las fuerzas productivas, no es una dimensión propia de un Estado obrero genuino, ni siquiera es propia del socialismo. Es una cuestión específica del comunismo, la sociedad sin explotados ni explotadores, que en ningún caso es una "nacional". Así, quienes postulamos desde una perspectiva clasista algo más allá del capitalismo, no planteamos la armonía ni el desarrollo en los plazos inmediato y mediato. Sabemos que para acabar con la explotación capitalista son necesarias crisis, revoluciones y catástrofes.


El único matiz que puede adicionarse a esta tesis materialista, es el hecho de que en un estado obrero genuino y en una sociedad socialista, la vida será menos miserable, porque existirá la tendencia a la igualdad material y a la libertad positiva colectiva. Y estas mismas tendencias podrán fungir como ejemplo capaz de convencer a los explotados de otros países, lo que supondrá a su vez la posibilidad de ahorrarnos cierta guerra y cierta catástrofe.

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