Comentarios sobre de la idea
de nacionalizar el litio (Julio 2012)
...Es una discusión interesante.
Claramente, cualquier nacionalización (estatización) no es siempre funcional a
los intereses de las clases trabajadoras. En efecto, en muchos casos ha habido
estatizaciones que refuerzan a las clases dominantes. Ahora bien, yo veo una
línea de continuidad entre ciertas demandas anteriores y lo que ahora emerge a
raíz de la privatización del litio. Por un lado, se imbrica con la idea de
renacionalización bajo control de los trabajadores, horizonte que fue
reflotado el año pasado por los subcontratados de el teniente y ciertas
fracciones del movimiento estudiantil. Por otro, se liga a la
reivindicación de las regiones (e.g. Calama) por una mayor participación en los
beneficios (y el control de los mismos por la comunidad) derivados de la
explotación de ciertos recursos (minerales, especialmente el cobre). Es por
esto que yo veo esta reivindicación como un horizonte necesario
de ser repostulado, socializado, rediscutido y reivindicado. Horizonte, en
tanto la forma de estado capitalista actual en la periferia es impermeable
a cualquier forma de estatización (con la excepción, quizás, de una
estatización temporal de la banca a modo de salvataje).
Por otro lado, siempre existen
beneficios "negativos" derivados de una estatización verdadera.
Primero, si es que el sector estatizado logra sustraerse a la lógica mercantil
(e.g. no vende servicios internamente, no permitela participación de capital
privado, etc), su existencia "estrecha" o
constriñe (parcialmente, claro está) la base de la acumulación del capital
en general. Esto refuerza las inestabilidades propias de la dinámica del mpc
(mayor probabilidad de crisis). Segundo, una estatización real inhabilita
una mayor acusación de la desigualdad, en tanto sustrae una esfera de la
producción a la lógica del beneficio privado. Tercero, supone una creación
de puestos de trabajo cuya naturaleza es más resistente a la lógica
precarizadora e informalizadora del capital privado. Asimismo, una de
las venajas del empleo estatal por sobre el privado, es el hecho de que los
conflictos laborales devienen inmediatamente públicos (mayor posibilidad de
socialización de los problemas inherentes al proceso de trabajo). Y, en la
misma línea, el potencial explotador del Estado siempre será menor que el del
capital privado dado que es inherente al primero la necesidad de
legitimación. Por lo demás, una estatización en buena lid genera la semilla
que niega una de las características centrales del mpc: la anarquía del mercado
capitalista. Como emergente forma de planificación, una estatización muestra
una de las formas productivas y organizativas propias de una sociedad que
supere al capitalismo.
En este sentido, una estatización no
es nunca solamente un medio (para generar servicios sociales efectivos), sino
que contiene en sí misma la posibilidad de constituir un
"fin". Esto se comprende en función de alguna de las razones ya
citadas (e.g. que los conflictos laborales devengan inmediatamente públicos, la
posibilidad de transformación de la forma de división del trabajo, la idea de
la planificación, etc). Y, por otra parte, es importante consignar que,
efectivamente, la forma de Estado que vehiculice de mejor manera la lucha
de las clases trabajadoras requiere necesariamente de mayores recursos.
Es un tema que da para largo; también
está la idea de que una reapropiación estatal de los recursos naturales
abre la posibilidad estructural de internalizar ciertos procesos productivos y
morigerar el grado de dependencia. Esto porque las divisas provenientes de la
exportación podrían utilizarse en la compra de tecnología y formas de
conocimiento conexas a la misma (lo cual es más viable todavía por el
hecho de que la moneda macional tendería a apreciarse dada la mayor cantidad de
divisas, por lo tanto abaratando la importación de maquinaria y equipo). En la
misma línea, es importante el hecho de que casi el 80% de las reservas de litio
del mundo están en la región andina: una estatización real puede llevar a
políticas de integración regional y aún a mejorar los términos del
intercambio (posibilidad de cartelizar la producción del litio).
Me fui un poco en la volá en la
extensión, pero creo planteao algunos argumentos no soslayables.
atte
msm
….Sigue interesante el debate. Si se
piensa que la nacionalización de los recursos naturales es un tipo de
"demanda" concreta capaz de articular amplios y diversos sectores
sociales, creo que se realiza un análisis relativamente correcto de la relación
de fuerzas en la situación actual. El nacionalismo económico tiene y ha
tenido mucho más gravitancia social que cualquier discurso sobre la
"transición" a una sociedad futura. Al punto que la nacionalización
del cobre fue una cuestión de alcance transversal (concitó alto grado de
unanimidad inlcuso en la derecha). Actualmente, por otra parte, el discurso
privatizador basado en la ineficiencia del Estado en el manejo de cualquier
tipo de recurso, es uno que no ha calado en la gente de a pie, sino sólo en la
tecnocracia y las clases profesionales ligadas a las transnacionales. Esto es,
mucha base del voto concerta votaba por los "socialistas" pensando
que los mismos efectivizarían una mayor participación del Estado en la
economía.
Siento que una demanda cuyo
norte inmediato es la rearticulación y reorganización de los "sectores
populares", cabe dentro de los rasgos propios de un tipo de proyecto
alternativo futuro; en este sentido, es en efecto un
"horizonte".
¿Por qué no postular el socialismo
como horizonte?. Porque la cuestión no es incorporar demandas a una realidad en
movimiento ya "dada", sino percibir la misma y enfatizar en los
rasgos progresivos de temas autogenerados por las organizaciones populares.
Por lo demás, estoy bastante seguro
del hecho de que el socialismo se encuentra bastante menos presente en el
discurso popular como una cuestión "positiva", que cualquier demanda
ligada a un "nacionalismo económico" bien entendido. Es una cuestión
de influencia acumulada: la crítica de la clase dominante a todo lo que huela a
"comunismo" es una acendrada y con una historicidad propia; la
crítica al "intervencionismo" estatal es una de más reciente data y
no ha logrado calar sino en las delgadas franjas tecnocráticas de la población
(basta recordar lo que el cies comprobó: la proporción de población
"estatista" es sorprendentemente crecida).
No hay comentarios:
Publicar un comentario