La
revolución como proceso epocal y pregunta abierta
Hoy, en el Chile
actual, hay quienes han llegado a preguntarse si no es ya tiempo de una
“revolución”. No sería cosa sino de “tomarse poder” y transformar lo dado, en
tanto las condiciones objetivas permiten la oportunidad “única” de un acto tal.
Desde esta
tronera, creemos que esta tesis cae en un “inmediatismo táctico”, y a la vez
opera implícitamente con una noción equivocada de lo que es (y lo que supone)
una “revolución”. Ésta, aquí planteamos, no es un mero “putsch”, el cual
aprovecharía un momento de desconcierto dentro de las clase(s) dominante(s),
sino que en sí misma implica: a) una prolongada y profunda preparación previa a
la toma del poder del Estado (o su sucedáneo); b) varias décadas (o incluso
más) de transformación de la formación social de que se trate; c) una
perspectiva y un horizonte internacionalista (de lo local, a lo nacional, a lo
regional, a lo mundial). Si bien es cierto que una “revolución” supone aprovechar
un momento preciso en el tiempo en una formación determinada (la “crisis
nacional objetiva” de Lenin), la misma es, ante todo, un proceso epocal. Este es el
sentido de la expresión de Marx en el Manifiesto: “una época de
revolución social”. Por lo demás, la misma historia nos da cuenta de que las
revoluciones con mayor éxito hasta el momento (las revoluciones burguesas),
supusieron, precisamente, toda una época de “revolución social”. Más de dos
siglos de “revoluciones burguesas nacionales” fueron necesarios para que los
distintos Estados se acomodaran y funcionaran de acuerdo a la lógica del modo
de producción capitalista (o el “modo de producción moderno burgués”, como
establece Marx en el Prefacio de 1859)[1].
Por lo mismo, una revolución contra la sociedad de clases hoy existente en Chile y en la región
latinoamericana, en tanto momento crucial de transformación de las estructuras
estatales, y si es que desea fungir en tanto que “divisoria de aguas” (aquí comenzamos
a trascender el capitalismo…), debe necesariamente auto-comprenderse como
proceso social epocal. Asimismo, y a diferencia de las revoluciones burguesas
nacionales, la revolución contra el capitalismo es una revolución consciente de
sí misma en el sentido más propio de la palabra (no como lo fueron las
revoluciones burguesas, sólo parcialmente conscientes –como señalan Callinicos
y Davidson).
Ahora bien, si el objetivo es una revolución
tal como la hemos definido, la pregunta que emerge necesariamente es la
siguiente: ¿cómo hacemos para que suceda? Muchos hoy en día no tienen en cuenta
el avance sustantivo inscrito en la pregunta antecedente, si es que la
comparamos a la luz de la Segunda internacional de Karl Kautsky, una
organización que propugnaba que el partido proletario no “hacía” la revolución
sino que esperaba que ésta “sucediera”. Las deudas deben reconocerse: el hecho
de que podamos formular esta pregunta se debe a Lenin y Trotsky (la variante
bolchevique rusa de la Segunda Internacional). Fueron ellos quienes formularon
teórica y prácticamente la necesidad de preparar a revolución mediante
estructuras organizativas afines (el partido como “unidad de combate”, tal como
lo interpreta Therborn). Y estos desarrollos no suponían tampoco el reverso de articular
tesis voluntaristas: la revolución debía hacerse, pero siempre dependiendo de
la existencia de una “crisis nacional objetiva” (como cuando el Estado zarista
ruso prácticamente “se cayó” en 1917). Implícitamente, hemos venido definiendo
dos condiciones para la existencia de una revolución social capaz de trascender
el capitalismo: a) la existencia de una estructura organizativa como unidad de
combate y b) la presencia de una crisis nacional objetiva. Como puede verse,
estas dos condiciones no constituyen una mera “fórmula” a ser aplicada
mecánicamente en cualquier momento histórico y en la formación social que sea;
antes bien, fungen en tanto que “indicaciones generales” sobre la posibilidad
de trascender una sociedad de clases como la capitalista actual.
Es dentro de este marco de “indicaciones
generales”, que las clases productoras y explotadas deben responder a una serie
de problemáticas propias del capitalismo, si su objetivo es trascender a éste y
no meramente “regularlo”. La respuesta a estas preguntas siempre será, como dijera
Vladimir Illich, una respuesta concreta
a una situación concreta. Nunca podrá
plantearse en términos generales pertinentes a cualquier momento histórico;
éste es de hecho el sentido del concepto de praxis en el marxismo. En lo que
sigue plantearemos algunas de estas preguntas que creemos requieren respuesta
en el Chile latinoamericano actual (la lista que proponemos no es exhaustiva)
1)
¿Qué es
lo que existe y cómo existe?
Esta pregunta
plantea de entrada la necesidad de definición (lo que es crucial). La respuesta
más general (y poco precisa) sería establecer la existencia del capitalismo.
Muchos hablan de capitalismo (sociólogos, antropólogos, institucionalistas,
etc); sin embargo, la definición y explicación más acertada de éste sólo podrá
encontrarse –aquí postulamos- bajo el paradigma marxista. La misma supone la
utilización de una serie de conceptos (relaciones de producción, formas de
explotación, fuerzas productivas, esfera de la producción, esfera de la
circulación, capital “en general”, capitales “particulares”, lucha de clases,
modo de producción, etc) y la verificación sistemática de una serie de tesis
sustantivas (“tendencia descendente de la tasa media de ganancia”,
“depauperación relativa de la clase obrera”, vigencia de la “ley del valor”, etc).
Sólo mediante este paradigma (y su aplicación y desarrollo a situaciones
concretas) se podrá trascender el capitalismo; no sólo porque Marx era
revolucionario (y quienes le siguieron también lo fueron), sino porque es sólo
éste paradigma el que es capaz de reproducir lo real de forma más detallada,
abarcante y explicativa.
2)
¿Qué y
quiénes son los que permiten la trascendencia de lo que existe?
Derivada de la pregunta anterior, la respuesta
a esta cuestión es clara: lo que permite la trascendencia del capitalismo es su
estructura contradictoria interna (e.g. contradicción entre fuerzas productivas
y relaciones de producción), estructura cuya manifestación agencial más
importante (en términos coyunturales) es la “lucha de clases”. Son las clases explotadas/productoras las llamadas a
trascender el capitalismo, la “clase obrera” y sus aliados. Esto implica
rechazar los siguientes conceptos que intentan sustituir al agente central del
cambio en toda sociedad capitalista: a) “ciudadano” (como explicita Marx en
1843); b) “pueblo” (como deja claro Lenin varias veces); c) “campesinado” (como
critica Trotsky); d) “estudiantes” (rechazar la alternativa propuesta por
Touraine en los 1960’s), e) “multitud” (bajo la redefinición espuria del
“sujeto revolucionario” por un Toni Negri); f) “mayorías oprimidas” (como
quisiera la teoría feminista y los progres hoy en día); g) “los más pobres y
explotados” (como quiso la teoría dependentista errada de Gunder Frank), etc.
Asimismo, la respuesta a esta pregunta supone identificar sin ambages al
enemigo: la clase capitalista in pleno. Y, así, rechazar todas aquellas
alternativas que se han propuesto y aún se proponen como sustituto: a)
oligarquía, b) terratenientes feudales; c) ricos; d) imperialismo; e) cinco familias
dueñas del país; f) el 1%, etc. En tanto que concepto central, es pertinente
definir yexplicar la categoría de “clase”; esto lo hacemos en la siguiente nota
al pie[2].
…Dadas estas
respuestas, la clase obrera y sus clases y fracciones de clase aliadas, debe
contestar las siguientes preguntas (que quedan abiertas).
3)
¿Cuál es
la forma actual del capitalismo?
¿Posee éste
fases? Si es así, ¿cuáles son y en cuál nos encontramos? ¿Cómo se diferencia
mundialmente el capitalismo? ¿Es un sistema-mundo, una totalidad compuesta de
centro y periferia, una estructura que abarca metrópolis y satélites, una
unidad de primer y tercer mundo?
¿Qué queremos
decir con imperialismo? ¿Es éste un concepto útil para trascender el
capitalismo? ¿Es una fase del capitalismo? ¿O es una relación entre países?
¿Cuáles son las determinantes de esta relación: materias primas, mercados,
sobreacumulación en los centros, etc?
¿Cuáles –si es
que existen- son las contradicciones emergentes del capitalismo?
4)
¿Cuál es
la relación de la clase obrera con las instituciones propias del capitalismo?
3.1) Con
sus propias organizaciones
¿En qué momentos
es necesario un solo partido unificado y en qué momentos es necesaria la
generación de una multitud de colectivos obreros?
¿Cómo funciona
en la práctica el centralismo democrático y como evitamos su deformación
estalinista?
¿Cuál es la
relación entre las organizaciones más propiamente políticas de la clase obrera
y sus organizaciones sindicales? ¿Debe rechazarse la lucha sindical como
planteaban fracciones de la izquierda comunista en los 1920s y 1960s-70s? ¿La
organización sindical es siempre positiva como plantean los socialdemócratas?
¿Qué significa en la práctica un sindicalismo revolucionario? ¿Son los consejos
o soviets una estructura organizativa viable y permanente, esto es, suficiente
y necesaria para trascender el capitalismo?
¿Cuál es la
función de las organizaciones culturales y cuál es su relación con la clase
obrera? ¿Diluye la lucha cultural –por su sentido meramente afirmativo,
identitario y festivo- la lucha de clases necesaria para la transformación del
capitalismo?
3.2) Con
el Estado
¿En qué momentos
la legalidad de las organizaciones obreras es necesaria y en qué momentos no lo
es?
¿Cuando la lucha
electoral puede ser llegar a ser más que una mera acumulación ficticia de
votos?
¿Cuál es el
sentido específico de la fórmula “destrucción del “Estado capitalista-burgués”?
¿Qué implicamos
con la “dictadura del proletariado”?
¿Qué significa
la “democracia de los explotados” –como postula Lenin-?
¿Qué significa y
que implica la violencia revolucionaria? Esto es, ¿cuál es la violencia con un
sentido “anticapitalista objetivo”?
4) ¿Cuál es la relación de la clase
consigo misma?[3]
¿Cuál es la relación de la clase con las nuevas
generaciones y sus condiciones de vida? Al respecto, Karl Marx y Brian Simon efectivamente
aún tienen algo que decir:
“La
parte más ilustrada de la clase obrera entiende que el futuro de su clase, y,
por tanto, de la humanidad, depende por completo de la formación de la nueva
generación obrera…ellos saben que, antes que cualquier cosa, los niños y
jóvenes deben ser salvados de los aplastantes efectos del actual sistema” (Karl Marx, en una alocución pública a
la Primera Internacional, 1867)
“No puede existir ninguna duda que Marx (y también Engels) pusieron una
gran importancia en la lucha de la clase obrera en aras de los medios de
educación para sus hijos” (Brian
Simon)
¿Qué implica el poder de clase? Al respecto Tony
Cliff también tuvo algo que comunicar:
“La
cuestión del poder es la clave. Esa sensación de seguridad es fundamental. Lord
Acton dijo que "el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe
absolutamente". El refrán debió de decir: "El poder corrompe, y la
falta de poder corrompe absolutamente"…No hay nada peor que la sumisión.
No hay nada mejor que la lucha, que la pelea” (Tony Cliff)
Por último, el
movimiento obrero debe resolver la siguiente cuestión ¿qué significa en la práctica la “solidaridad
de clase”?
[1] En el caso de la
revolución social burguesa-capitalista la preparación previa de la revolución
es la emergencia del mismo “capitalismo” en modos de producción anteriores; en
el caso de una revolución social que trasciende el capitalismo, esta preparación
previa tiene que ver con la problemática Partido-sindicato-consejos
obreros-Estado. Esto porque el modo de
producción que supera el capitalismo no existe previamente en éste, como si lo
hizo el capitalismo en relación al feudalismo (el capitalismo sólo prepara las “condiciones
de su superación” en tanto que “potencias”, no en tanto que realidad económica
efectiva)
a) Relación con los medios de producción;
b) Papel desempeñado en la organización social del
trabajo;
c) Forma y cuantía de la riqueza social apropiada
A esto hay que sumarle:
d) “trayectoria de clase”
e) extracción
f) condición
g) posición
e) sobredeterminación estamental (modo de vida);
f) sobredeterminación política e ideológica
Asimismo, incluir críticamente dos cuestiones: la noción Draper-Anderson:
“…(la
burguesía) es una penumbra social entorno al núcleo duro de capitalistas
propiamente hablando, matizándose (oscureciéndose) en los diversos elementos
sociales que funcionan como servidores o parásitos del capital sin ser
propietarios ellos mismos de capital” (Hal Draper)
“…está
masa está típicamente compuesta…por la gama de grupos profesionales,
administrativos y técnicos que disfrutan las condiciones de vida de los
capitalistas mismos –todo aquello que por costumbre incluimos en el término
“burguesía” en oposición a “capital”…” (Perry Anderson)
[3] Esto en tanto las clases
no son “unidades últimas”, sino que realidades heterogéneas divididas en
fracciones, momentos vitales de sus miembros, en generaciones, etc
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