miércoles, 16 de octubre de 2013

Sobre clase política, pueblo, ciudadanía (2013)



Desde esta tronera nos sentimos identificados con algunas de las apreciaciones de los compañeros del Map, con otras, por el contrario, no concordamos. Entendiendo que la discusión referida la realidad material objetiva sólo avanza mediante la crítica y la polémica, apuntamos los siguientes elementos:

(i) Debe rechazarse la noción de "clase política". Esto por distintas razones:

a) Su origen deriva de los desarrollos de autores como Pareto y Mosca. Ambos eran ajenos al movimiento obrero (tanto por su condición de clase, como por sus desarrollos teórico-políticos). Diremos bien, si los caracterizamos como "burgueses" que desarrollan una teoría que justifica el "modo de producción capitalista". Asimismo, quienes desarrollaron el concepto de "clase política", eran ajenos a una concepción materialista, clasista y objetiva de la realidad: sostenían una teoría social del "ciclo de las élites" (siempre existirá dominación en toda sociedad), también una suerte de preludio de "teoría del chorreo" (e.g. Pareto) y concibieron el término "clase política" para negarle validez a la noción de "clase" marxista (negando así la dominación y la explotación materiales).

b) Su uso se vincula a una tendencia que malcomprende la política. Al hablar de "clase política", pareciera ser que existiera un grupo específico que es político (y hace política), distinto de otros grupos (más masivos) que no son políticos (ni hacen política). Si queremos transformar la realidad, no podemos extender esta significación de la expresión que aquí criticamos, hasta el punto de concebir que la "soberanía" reside en unos "movimientos sociales" supuestamente no políticos. Antes que hacer propia la idea "ciudadanista" y burguesa de que la lucha relevante es la de "la sociedad civil frente al estado" (típica de este tipo de movimientismo), debemos entender que la reproducción política de la realidad sucede también (y eminentemente) en la base productiva de la sociedad. La mentada "sociedad civil" es el lugar de intereses de clase antagónicos, no una esfera privilegiada y "pura" de organización. Por lo mismo, el enemigo es y debe ser de clase: la mentada clase política no es más que la "fracción reinante" (Poulantzas) de la clase dominante
c) El uso del concepto de clase política inhibe e imposibilita el desarrollo de un análisis clasista riguroso, el cual es esencial para generar un estrategia de transformación de la realidad. Desde esta tronera, sostenemos que la realidad designada con el término "clase política", en realidad no es más que una realidad "burguesa". Así como las "clases profesionales" organizadoras del proceso de trabajo (que cumplen la función de explotación), las altas capas del Estado y los partidos tradicionales se unifican por su condición y extracción burguesa. No se unifican porque "hagan política"; esto es algo secundario en lo que respecta a sus condiciones de existencia. Existen como parte de la burguesía y constituyen una fracción de la misma. Este es el sentido de la indistinción entre lo público y privado en las sociedades burguesas: vemos todos los días como desde el directorio de una empresa privada se pasa sin solución de continuidad al directorio de una empresa estatal. Si existiera la mentada "clase política", este flujo continuo entre lo público y lo privado no existiría. Si existe es porque lo que unifica a las altas capas del Estado y los partidos tradicionales no es la política (entendida como las decisiones políticas apropiadas y monopolizadas por el "sistema político"), sino que su condición, extracción y posición de clase (burguesas que en muchas ocasiones devienen capitalistas)

(ii) El pueblo y los "amigos del pueblo", no coadyuvan a la lucha de las clases explotadas/productoras. La noción de "pueblo", además de tener una resonancia ciudadanista-burguesa "tipo Rousseau", ya fue bien criticada desde una posición materialista por el pelado Vladimir IIich. El sentido de la critica del pelado es aún muy válido: el pueblo está dividido en clases y cualquier noción que nos lleve a negar o no reconocer esta cuestión, no le hace bien a la lucha de los explotados/productores. Entonces, antes que "pueblo" (una categoría tan laxa que para el PC durante la UP incluía al pequeño y mediano capital), debemos utilizar y desarrollar el concepto de "clase"

(iii) La dominación/explotación de clase en el chile actual no está determinada por la manipulación de 10 familias, como tampoco por un 1% o por "los más ricos de los ricos". Lo que existe no es una "élite", una "casta" o una "oligarquía": existen clases sociales determinadas por sus relaciones de producción. En términos concretos esto significa que: 

a) La clase explotadora principal es la clase capitalista y ésta se compone, no sólo del "gran capital", sino que también del pequeño y mediano capital (y ninguno de estos tres puede existir sin los otros)

b) La clase dominante se compone de esta clase capitalista, más su "periferia" "burguesa": clases profesionales que en muchas ocasiones cumplen funciones de explotación

(iv) Las clases explotadas/productoras no tienen patria. O, si se quiere, su única patria efectiva será una sociedad que trascienda el capitalismo. Operar con la noción de "patria" reproduce acríticamente la idea del "socialismo en un sólo país" (tipo Stalin), cuando la única transformación susceptible de coadyuvar a las clases explotadas/productoras siempre tendrá un horizonte internacional. En términos concretos, hay que apostar a la construcción de un proyecto regional (propio de América Latina): esto es lo que esbozó la UP con el "Pacto Andino" y esto es lo que intenta hoy Venezuela (aún si malamente).

(v) Debe rechazarse la noción de "ciudadano". "Ciudadanos" son tanto los burgueses como las clases explotada/productoras; no nos confundamos. Por lo mismo el peladito hablaba de una "democracia de los explotados"

Con respecto a lo que desarrolla el compañero Baronti, sólo podemos decir dos cosas


(i) Las concepciones idealistas de la realidad se reproducen más fértilmente en aquellas capas menos ligadas a la producción de la vida material
(ii) El fetichismo de la "conciencia", la "moral" y la "voluntad" tuvo su oportunidad revolucionaria hace unas 3 o 4 décadas en América Latina: bajo la forma de un foquismo guerrillerista elitista, y desligado de las clases explotadas/productoras, demostró ser inviable (y se perdieron muchos luchadores en ella).

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