Desde esta tronera nos sentimos identificados con algunas de las
apreciaciones de los compañeros del Map, con otras, por el contrario, no
concordamos. Entendiendo que la discusión referida la realidad material
objetiva sólo avanza mediante la crítica y la polémica, apuntamos los
siguientes elementos:
(i) Debe rechazarse
la noción de "clase política". Esto
por distintas razones:
a) Su origen deriva de los desarrollos de autores como Pareto y Mosca.
Ambos eran ajenos al movimiento obrero (tanto por su condición de clase, como
por sus desarrollos teórico-políticos). Diremos bien, si los caracterizamos
como "burgueses" que desarrollan una teoría que justifica el
"modo de producción capitalista". Asimismo, quienes desarrollaron el
concepto de "clase política", eran ajenos a una concepción
materialista, clasista y objetiva de la realidad: sostenían una teoría social
del "ciclo de las élites" (siempre existirá dominación en toda
sociedad), también una suerte de preludio de "teoría del chorreo"
(e.g. Pareto) y concibieron el término "clase política" para negarle
validez a la noción de "clase" marxista (negando así la dominación y
la explotación materiales).
b) Su uso se vincula a una tendencia que malcomprende la política. Al
hablar de "clase política", pareciera ser que existiera un grupo
específico que es político (y hace política), distinto de otros grupos (más
masivos) que no son políticos (ni hacen política). Si queremos transformar la
realidad, no podemos extender esta significación de la expresión que aquí
criticamos, hasta el punto de concebir que la "soberanía" reside en
unos "movimientos sociales" supuestamente no políticos. Antes que
hacer propia la idea "ciudadanista" y burguesa de que la lucha
relevante es la de "la sociedad civil frente al estado" (típica de
este tipo de movimientismo), debemos entender que la reproducción política de
la realidad sucede también (y eminentemente) en la base productiva de la
sociedad. La mentada "sociedad civil" es el lugar de intereses de
clase antagónicos, no una esfera privilegiada y "pura" de
organización. Por lo mismo, el enemigo es y debe ser de clase: la mentada clase
política no es más que la "fracción reinante" (Poulantzas) de la
clase dominante
c) El uso del concepto de clase política inhibe e imposibilita el
desarrollo de un análisis clasista riguroso, el cual es esencial para generar
un estrategia de transformación de la realidad. Desde esta tronera, sostenemos
que la realidad designada con el término "clase política", en
realidad no es más que una realidad "burguesa". Así como las "clases
profesionales" organizadoras del proceso de trabajo (que cumplen la
función de explotación), las altas capas del Estado y los partidos
tradicionales se unifican por su condición y extracción burguesa. No se
unifican porque "hagan política"; esto es algo secundario en lo que
respecta a sus condiciones de existencia. Existen como parte de la burguesía y
constituyen una fracción de la misma. Este es el sentido de la indistinción
entre lo público y privado en las sociedades burguesas: vemos todos los días
como desde el directorio de una empresa privada se pasa sin solución de
continuidad al directorio de una empresa estatal. Si existiera la mentada
"clase política", este flujo continuo entre lo público y lo privado
no existiría. Si existe es porque lo que unifica a las altas capas del Estado y
los partidos tradicionales no es la política (entendida como las decisiones
políticas apropiadas y monopolizadas por el "sistema político"), sino
que su condición, extracción y posición de clase (burguesas que en muchas
ocasiones devienen capitalistas)
(ii) El pueblo y
los "amigos del pueblo", no coadyuvan a la lucha de las
clases explotadas/productoras. La noción de "pueblo", además de tener
una resonancia ciudadanista-burguesa "tipo Rousseau", ya fue bien
criticada desde una posición materialista por el pelado Vladimir IIich. El
sentido de la critica del pelado es aún muy válido: el pueblo está dividido en
clases y cualquier noción que nos lleve a negar o no reconocer esta cuestión,
no le hace bien a la lucha de los explotados/productores. Entonces, antes que
"pueblo" (una categoría tan laxa que para el PC durante la UP incluía
al pequeño y mediano capital), debemos utilizar y desarrollar el concepto de
"clase"
(iii) La
dominación/explotación de clase en el chile actual no está determinada por la
manipulación de 10 familias, como tampoco por un 1% o por "los más ricos
de los ricos". Lo que existe no es una "élite", una
"casta" o una "oligarquía": existen clases sociales
determinadas por sus relaciones de producción. En términos concretos esto
significa que:
a) La clase explotadora principal es la clase capitalista y ésta se compone, no sólo del "gran capital", sino que también del pequeño y mediano capital (y ninguno de estos tres puede existir sin los otros)
b) La clase dominante se compone de esta clase capitalista, más su "periferia" "burguesa": clases profesionales que en muchas ocasiones cumplen funciones de explotación
(iv) Las clases
explotadas/productoras no tienen patria. O, si se quiere, su única patria
efectiva será una sociedad que trascienda el capitalismo. Operar con la noción
de "patria" reproduce acríticamente la idea del "socialismo en
un sólo país" (tipo Stalin), cuando la única transformación susceptible de
coadyuvar a las clases explotadas/productoras siempre tendrá un horizonte
internacional. En términos concretos, hay que apostar a la construcción de un
proyecto regional (propio de América Latina): esto es lo que esbozó la UP con
el "Pacto Andino" y esto es lo que intenta hoy Venezuela (aún si
malamente).
(v) Debe rechazarse
la noción de "ciudadano". "Ciudadanos" son tanto los
burgueses como las clases explotada/productoras; no nos confundamos. Por lo
mismo el peladito hablaba de una "democracia de los explotados"
Con respecto a lo que desarrolla el compañero Baronti, sólo podemos
decir dos cosas
(i) Las concepciones idealistas de la realidad se reproducen más fértilmente en aquellas capas menos ligadas a la producción de la vida material
(ii) El fetichismo de la "conciencia", la "moral" y la "voluntad" tuvo su oportunidad revolucionaria hace unas 3 o 4 décadas en América Latina: bajo la forma de un foquismo guerrillerista elitista, y desligado de las clases explotadas/productoras, demostró ser inviable (y se perdieron muchos luchadores en ella).
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