Factor internacional y “colchón
regional”: dimensiones necesarias para entender el proceso de la Unidad Popular
chilena (1970-1973)
La teoría marxista más clásica, desde Marx hasta Lenin y
pasando por Luxemburg y Trotsky, siempre operó con un horizonte teórico
definido: la unidad de la historia mundial. Con esto, el marxismo clásico se
refería al hecho de que es posible –y necesario- concebir la historia mundial a
partir de modos de producción entendidos como etapas históricas. La vigencia de
estos modos epocales en términos mundiales, implicaba que cada formación social
inserta en ellos estaba sujeta a tendencias generales objetivas similares.
Ahora bien, como el marxismo clásico no fue ni es una filosofía de la historia,
sino una teoría histórico-concreta, autores como Marx, Lenin, Trotsky y
Luxemburg se vieron obligados a reconocer –en el curso de sus investigaciones
que a la vez derivan en el desarrollo de su sus conceptos-, la especificidad
propia de cada una de las formaciones sociales insertas en los mencionados
modos epocales. Una de las formas conceptuales utilizadas para teorizar e
investigar concretamente esta heterogeneidad constitutiva de la historia
mundial, fue desarrollada por Trostky a partir de la idea de “desarrollo
desigual y combinado”. Este mismo concepto, aplicado al campo de la lucha de
clases, supone considerar los ciclos históricos de lucha de clases (aquellas
tendencias generales que muestran la unidad de la historia mundial en una de
sus dimensiones), en tanto que ciclos temporal y regionalmente diferenciados.
Un ejemplo concreto de esta idea se presenta continuación.
El modo de
producción capitalista, a mediados de los años 60s del siglo XX, comenzaba a
sufrir una crisis estructural. En tanto que modo epocal, éste es un modo
mundial, por lo que las tendencias derivadas de esta crisis estructural (que se
explica por la creciente composición orgánica del capital y su corolario de la
tendencia descendente de la tasa media de ganancia), se expresaron en términos
mundiales. Esta manifestación mundial de una crisis que comenzaba (aún no caía
la masa de ganancia), fue una manifestación “desigual y combinada”. “Desigual”,
porque ocurrió coyunturalmente en diferentes momentos dentro de las diferentes
zonas y formaciones sociales capitalistas. “Combinada”, porque este nuevo ciclo
de la lucha de clases (derivado de la crisis estructural que comenzaba), fue de
hecho un ciclo parcialmente acumulativo: cada coyuntura concreta de lucha de
clases en una formación determinada influía (por medio de diferentes
mecanismos) en la coyuntura histórica de lucha de clases siguiente. “Desigual”,
nuevamente, porque las coyunturas de agudización de la lucha de clases en formaciones particulares, coexistían temporalmente
junto con otras formaciones en las cuales existía un retroceso desde la
perspectiva de la clase trabajadora (contrarrevolución) o, por caso, con otras
donde la acumulación capitalista ocurría sin grandes sobresaltos.
En
términos histórico concretos, podemos postular que:
a)
La
lucha de clases se agudizó (desde la perspectiva de la clase obrera) en ciertas
formaciones específicas de América Latina
(i)
Bolivia (revolución de 1952 que
desemboca en la coyuntura revolucionaria de 1971 –Asamblea del pueblo, gobierno
de Torres, etc-)
(ii) Perú (ascenso del gobierno reformista
militar de Velasco Alvarado -1968-1976)
(iii) Ecuador (el tercermundismo
nacionalista de Rodríguez Lara en 1972 y 1976)
(iv) Argentina (Cordobazo de fines de los 60s
y segundo Cordobazo –con alcance nacional- en 1971-1972)
(v)
Chile (UP y cordones industriales)
b)
Hubo un retroceso de la lucha de clases
(desde la perspectiva de la clase trabajadora) en otras zonas de nuestro
subcontinente
(i) Brasil (dictadura militar de Castelo
Branco instaurada en 1964. Esta dictadura derrocó un gobierno reformista que
había terminado inclinándose hacia la clase obrera –Joao Goulart-, y fue
especialmente represiva en lo que respecta a las organizaciones de izquierda y
ciertas fracciones más activas del movimiento obrero. Asimismo, la dictadura brasileña
fue un nueva e importante “cadena de transmisión” de la dominación yanqui en el
subcontinente –algo así como su base en él-)
(ii)
Paraguay (Stroessner)
(iii) Venezuela: Marini establece que es en
1958, con el advenimiento de Acción Democrática y Rómulo Betancourt, cuando
cristaliza la estrategia dual de dominación yanqui para el subcontinente. El
“garrote” estaba representado por la política de la “contrainsurgencia”; la
zanahoria, por su parte, se materializa en democracias represivas y pactadas
como la de Venezuela con Betancourt (e.g. prohibición de ciertos partidos
políticos)
c)
Constante
que coadyuva al avance la lucha de clases en desde la perspectiva de la clase
obrera = Cuba
-
Hay
que retener que Fidel llegó a decir que la vía chilena al socialismo era la vía
correcta en las condiciones histórico-concretas propias del subcontinente en
ese momento
Esta sumaria descripción de las tendencias de la lucha de
clases en América del Sur, constituye un buen ejemplo de la tesis del
desarrollo desigual y combinado propio de los ya mencionados ciclos de lucha de
clases. Asimismo, permite comprender el por qué de la emergencia de un proyecto
como el de la Unidad Popular, así como también el desarrollo obrero subsecuente
(e.g. cordones industriales). En este sentido, la agudización de la lucha de
clases propia del tiempo de la Unidad Popular, no hubiera existido de la forma
en que existió, sino no se hubiera “combinado” con lo que podríamos denominar
una suerte de “colchón regional”. Este “colchón regional” configuró un marco
bajo el cual el proyecto chileno tuvo cierta viabilidad. Dos botones de muestra
de esto:
a)
Pacto
Andino de Chile con Perú, Bolivia y Ecuador (cooperación comercial y
productiva)
b)
Participación
de luchadores andinos en los cordones industriales (e.g. el organizador
campesino peruano Hugo Blanco)
En la misma línea, la determinación regional de la
experiencia chilena, también emanó desde zonas donde se experimentaban periodos
de contrarrevolución. El carácter “combinado” de la experiencia chilena, en
este caso, puede verse en la migración masiva de intelectuales de izquierda
provenientes de Brasil. Teóricos dependentistas y organizadores
teórico-políticos cercanos al marxismo, enriquecieron el proceso de lucha de
clases de nuestro país; desplazando, así, el proceso de lucha de clases en
términos regionales (si bien términos muy relativos)
En términos mundiales, el ciclo de lucha de clases que
comienza a mediados de los 60s del s XX, presenta casos como los siguientes
(i)
Luchas
obreras en Francia en 1968 (10 millones de obreros movilizados)
(ii)
Cierta
agudización de la lucha de clases en Italia en 1971
(iii)
Revolución
portuguesa truncada (1974-1976) –mezclado con la lucha de clases en la colonia
angoleña
En términos de la relación urss/capitalismo occidental
(i)
Existían
zonas de influencia claramente demarcadas. Esto implicó que la urss no ayudó
militar y económicamente a Chile. La única relación fue una relación comercial
(Chile fue receptor de créditos soviéticos)
(ii)
La
urss operaba con la política de la “coexistencia pacífica”. En términos
nacionales, esto se expresaba en el hecho de que el socialismo solo podía
llegar “de este lado de la cortina de hierro” si es que las clases dominantes
locales convenían en ello. De ahí el etapismo y la colaboración de clases
propia de las fracciones dominantes dentro de la UP
(iii)
La
urss actualizaba un ya largo proceso de desestalinización (desde el xx congreso
del PCUS en 1956). Esto implicó desarrollar internacionalmente una nueva
estrategia de lucha:
a)
Kruschev
estableció que la construcción del socialismo ya no debía darse mediante un
estado obrero, sino a través de un “Estado de todo el pueblo” (y éste es uno de
los factores que explica el populismo propio de la up)
b)
Kruschev
enfatizaba en la vía pacífica al socialismo (Corvalán lo cita largamente en los
60s)
c)
El
nuevo socialismo trataba con guante blanco a la democracia…
d)
Por
último, puede hipotetizarse que esta nueva estrategia tuvo sus bases materiales
objetivas en la creciente convergencia económica y social de ambos campos
opuestos (urss/capitalismo occidental):
El
tercer cuarto del siglo XX fue una época dorada o plateada para ambos sistemas
-
Cambio
estructural general
-
Alto
crecimiento
-
Énfasis
productivista
-
“El periodo aparentemente
confirmó algunas de las virtudes atribuidas por cada familia ideológica a su
sistema preferido. Al mismo tiempo, las fallas económicas imputadas tanto al
capitalismo como al socialismo parecieron disminuir durante el periodo de alto
crecimiento…En realidad, una teoría optimista de la convergencia sistémica se
desarrolló durante ese periodo. La administración macro por parte del Estado
intervencionista y la extensión de la planificación por parte de las firmas
gigantes de un lado, y la reducción de la centralización y el renovado interés
en las categorías monetarias y de ganancia, de otro, apuntaban, se argumentaba,
a una posible evolución de los dos sistemas hacia un intermedio de sociedades
industriales similares.”
(El conflicto
histórico entre el socialismo y el capitalismo , y la transformación
post-socialista (Bernard Chavance, 2000)
(iv)
Ahora
bien, justamente cuando toma el poder la UP la constitución de dos polos
efectivos deviene problemática, principalmente desde el lado soviético:
a) Movilizaciones en Europa de
Este (Checoslovaquia en 1968)
b) Quiebre de china con la urss
(para los chinos ésta es el enemigo inmediato –el “socialimperialismo”- y no
los yanquis)
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