p.d.: En cursiva están los comentarios; en letra "normal" se consignan pasajes específicos del Libro: La condición Humana
Sociedad
La sociedad siempre exige que sus
miembros actúen como si lo fueran de una enorme familia con una sola opinión e
interés.
La asombrosa coincidencia del
auge de la sociedad con la decadencia de la familia indica claramente que lo
que verdaderamente ocurrió fue la absorción de la unidad familiar en los
correspondientes grupos sociales.
La fuerza natural del interés
común y de la unánime opinión está tremendamente vigorizada por el puro número,
el gobierno verdadero ejercido por un hombre, que representa el interés común y
la recta opinión podía llegar a ser innecesario
La sociedad…. (se ha convertido)
en una especie de gobierno de nadie. Pero este nadie…no deja de gobernar
por el hecho de haber perdido su
personalidad.
Este gobierno de nadie es apariencia, ilusión. Quien gobierna es el
capital, no una cosa que puede manipularse o aprehenderse; sino una relación
social en la cual está implícita la dominación
Con el ascenso de la sociedad de
masas, la esfera de lo social, tras varios siglos de desarrollo, ha alcanzado
finalmente el punto desde el que abarca y controla a todos los miembros de una
sociedad determinada, igualmente y con idéntica fuerza.
¿En qué sentido puede establecerse que la sociedad abarca y controla a
todos los miembros que la componen igualmente y con idéntica fuerza? Por una
parte, la sociedad se encuentra hispostatizada en una esfera que escapa al
control de los hombres, se constituye en una esencialidad no dependiente de
desarrollos y relaciones subyacentes. En este sentido, la sociedad pareciera
una entidad con un interés propio: mantenerse
“a costa” de los hombres que la componen. Por otra parte, es bastante
plausible establecer la ofuscación que lleva en sí esta frase: el control sobre
unos grupos sociales es necesariamente distinto que sobre otros; la idea de
dominio efectivamente se encuentra presente en tanto las clases se forman con
la permanencia del capital. En un proceso dual, constituido por una pareja
diádica (trabajo y capital), el capital (sus actores subyacentes) mantienen el
dominio en tanto pueden aislarse del sistema y sobrevivir, por más tiempo que
el trabajo (sus actores subyacentes)
La victoria de la igualdad en el
mundo moderno es solo el renacimiento legal y político del hecho de que esa
sociedad ha conquistado la esfera pública, y que distinción y diferencia han
pasado a ser asuntos privados del individuo
La carencia de una aprehensión sociológica de lo propio de la
modernidad (uno de sus caracteres fundamentales), esto es, la diferenciación,
se encuentra ausente. La propia distinción en la actividad productiva, aun en
tanto función de un sistema dado, no constituye una “masa” de individuos
“indistintos”, sino grupos sociales que efectivamente son capaces de
diferenciarse.
El actual auge de reales o
potencialmente muy ricas sociedades que, al mismo tiempo, carecen en esencia de
propiedad debido a que la riqueza del individuo consiste en la participación en
la renta anual de la sociedad como un todo….
A este respecto, es útil retrotraernos a una platitud, que aunque
platitud, desconoce Arendtt. Esta es reconocida por Marx: “toda producción es
apropiación de la naturaleza por el individuo en el marco y por intermedio de
una forma de sociedad determinada. En ese sentido, es una tautología decir que
la propiedad (apropiación) es una condición de la producción….Pero decir que no
puede hablarse de producción y por consiguiente de sociedad, cuando no existe
alguna forma de propiedad, es una pura tautología” (Grundrisse).
En función de esto, no existe sociedad humana que no produzca, y,
producir es siempre apropiarse, lo cual lleva necesariamente a una forma de
propiedad. Por lo tanto, no existe-es imposible que exista- ni real ni
potencial sociedad que carezca de propiedad. Arendtt realmente no sabe de lo
que está hablando.
Si pensarnos en períodos más
prolongados; la suma total al año del tiempo libre individual disfrutado en el
presente parece menos un logro de la modernidad que una aproximación a la
normalidad (su norma es la edad media y la antigüedad)
La autora absolutiza relaciones históricas contingentes, en este
sentido, la disponibilidad de tiempo libre no puede juzgarse a través de un
criterio, de una normatividad dada, que trasciende los límites históricos y
espaciales de una sociedad dada. La cantidad disponible de tiempo libre no
puede “volver” a la normalidad, en tanto la normalidad es inherente, sólo, a
una forma histórico-social dada.
Esas injusticias e hipocresías
que han desaparecido con la transformación de una sociedad de clases en una de
masas…
Argumento recurrente en el texto, afecta dos problemas
básicos-igualmente presentes en toda la obra. Primero, una sociedad de masas,
como la que creía analizar Arendtt, no negaba el carácter de clase de la misma
sociedad; esta supuesta transformación desde una sociedad de clases a una de
masas, es una espuria cuando pretende presentarse a los dos términos como
excluyentes. La razón de la mantención de la sociedad de clases en tanto a la
misma podía conceptualizársela también a
partir de la categoría de “masa”, es simple y evidente: la inmanencia del
capital. En tanto en la sociedad de masas existe capital, entonces existen
relaciones sociales entre clases, porque el capital constituye solo un elemento
de una pareja diádica (capital y trabajo). El obrero de la sociedad de masas,
aun en tanto transformado en sus
condiciones vitales de existencia, es quien siempre da vida al capital, como el
capital da vida al obrero. Que la actividad del obrero haya sido modificada, en
cuanto a su contenido, no quita que la
relación social básica de capital y trabajo no siga presente en la sociedad de
masas.
Política
Según el pensamiento antiguo
sobre estas materias, la expresión “economía política” habría sido una
contradicción de términos: cualquier cosa que fuera económica, en relación a la
vida del individuo y a la supervivencia de la especie, era no política, se
trataba por definición de un asunto familiar.
Si la política excluye las consideraciones económicas, entonces no hace
más que excluir toda posibilidad de discusión en torno a la forma organizativa
de la sociedad. Por lo tanto, al decantarse Arendtt por una forma de “lo
político” que mantiene lo dado, se pierde aquello esencial en todo actuar
político.
La esfera de la polis, por el
contrario, era la de la libertad, y existía una relación entre estas dos
esferas, ya que resultaba lógico que el dominio de las necesidades vitales en
la familia fuera la condición para la libertad de la polis.
La necesidad es de manera
fundamental un fenómeno prepolítico, característico de la organización
doméstica privada, y que la fuerza y la violencia se justifican en esta esfera
porque son los únicos medios para dominar la necesidad.
La libertad, concepto filosófico recurrente, se encuentra aquí
ofuscado. La libertad individual o la libertad de una clase o grupo social,
realmente no existen: toda libertad es “social”, ya que verdaderamente no
existen individuos sino “seres sociales”. En tanto lo constitutivo de la
persona solo son las relaciones sociales que la componen, toda libertad
presupone la igualdad. Nadie puede ser libre si dentro de las condiciones de su
libertad se encuentra la desigualdad; el presupuesto en este caso niega la
realidad porque, si las relaciones sociales son lo único que existe, un
componente relacional desigual implica desigualdad general. En suma, la
libertad conlleva el reconocimiento de lo propio constitutivo, la no negación
de la realidad que somos como hombres, así como a partir de este supuesto un
desarrollo libre.
Por esto, cuando Arendtt establece que la libertad era una esfera que
presuponía una previa desigualdad, autonomiza las partes de un todo. La
libertad del ciudadano griego era mera
apariencia en tanto contenía en sí misma la esclavitud, la dominación de otro
grupo social. Por otra parte, existe cierta confusión. Se entiende que la
libertad solo puede “ser” mediante la eliminación de la necesidad, sin embargo,
en tanto somos seres sociales, la necesidad nos constituye fundamentalmente, su
negación radical es imposible porque ella “es” lo que “somos”. La necesidad,
significa solamente la urgencia de trabar relaciones sociales (toda necesidad
es social); no necesariamente implica la dominación. Es en este sentido que
Marx habla del “libre desarrollo de las necesidades”. En función de todo esto,
la eliminación de la necesidad solo puede entenderse en este caso como la
eliminación de aquello que nos liga a la naturaleza (que nos esclaviza a ella).
Es la eliminación de aquellas necesidades sociales que portan su elemento
negativo-que lo producen.
La violencia es el acto
prepolítico de liberarse de la necesidad para la libertad del mundo.
Relacionando con lo anterior, podríamos establecer que la violencia
solamente crea apariencia.
La igualdad…era la propia esencia
de la libertad.
Quien entrara en la esfera
política había de estar preparado para arriesgar su vida
La esfera pública, la polis,
estaba calada de un espíritu agonal, donde todo individuo tenía que distinguirse
constantemente de los demás.
Se aprecia la contradicción entre estas tres frases. La
igualdad-libertad que constituye lo político no puede ser tal en tanto prime en
ella un espíritu “agonal”-perteneciente o relativo al
combate; que implica lucha- en el cual es posible arriesgar la propia vida
Solo la existencia de una esfera
pública y la consiguiente transformación del mundo en una comunidad de cosas
que agrupa y relaciona los hombres entre sí, depende por entero de la
permanencia. Si el mundo ha de establecer un espacio público no puede establecerlo
para una generación y planearlo solo para los vivos, sino que debe superar el
tiempo vital de los hombres mortales.
Sin esta trascendencia en una
potencial inmortalidad terrena, ninguna potencia política, estrictamente
hablando, ningún mundo común ni esfera pública resultan presentes
En función de esto, la política no puede ser la participación en la
esfera pública, sino la construcción de la misma, cuestión que la autora no
reconoce.
Bajo las condiciones del mundo
común, la realidad…está garantizada…por el hecho de que, a pesar de las
diferencias de posición y la resultante variedad de perspectivas, todos están
interesados por el mismo objeto.
En tanto en esta frase se determina una de las características del
espacio público, lugar donde se realiza la política, cabe una puntualización.
Si lo particular de la política se constituye a partir de la consideración
plural y distinta del mismo objeto, entonces, esta actividad no se constituye
sino como reafirmación de lo dado, como una negación de la organización que
lleva a la construcción de la sociedad en función de un determinado proyecto.
Porque, contrariamente a lo que establece Arendtt, lo político puede y debe ser
definido e torno a la consideración de un objeto distinto por parte de distintos
grupos sociales. En tanto la política continúa en un marco dado (un objeto
común) sus potencialidades son limitadas. Lo propiamente político está, por
ejemplo, en la actividad del obrero decimonónico que construía sociedad, esto
es, consideraba la posibilidad de la organización de la sociedad a partir de un
objeto o espacio político distinto. La pluralidad de objetos, es decir, de
campos o espacios desde los cuales intentar construir la sociedad, constituye
una conditio sine qua non de la política. La política es potencialmente más
real en tanto el burgués tiene su objeto (su espacio público), y el trabajador
define un nuevo espacio político: la disputa entre espacios políticos u objetos
es fundamental en “lo político”.
Marx
Lo que Marx no comprendió-no
podía comprenderlo en su tiempo- fue que el germen de la sociedad comunista
estaba presente en la realidad de una familia nacional, y que su pleno
desarrollo no estaba obstaculizado por ningún interés de clase como tal, sino
solo por la ya caduca estructura monárquica de la nación-estado.
Indudablemente, lo que impedía un suave funcionamiento de la sociedad eran
ciertos residuos tradicionales que se inmiscuían y seguían influyendo en la
conducta de las clases retrógadas.
Coherente con la apreciación general del texto de que la utopía
marxiana ya se había hecho realidad, esta sentencia demuestra solo que los
remanentes tradicionales presentes en el primer capitalismo, impedían el pleno
desarrollo y la constitución de la sociedad burguesa. Asimismo, existe cierta
contradicción: el residuo tradicional en efecto se organizaba como clase (como
clase premoderna, eso sí), siendo que el motor de la historia es la lucha de
clases.
Una victoria completa de la
sociedad siempre producirá alguna especie de “ficción comunista”, cuya
sobresaliente característica política es la de estar gobernada por una mano
invisible, es decir, por nadie. Lo que tradicionalmente llamamos Estado y
gobierno da paso a la pura administración, situación que Marx predijo
acertadamente como el “debilitamiento del Estado”, si bien se equivocó en
suponer que solo una revolución podía realizarlo, y más todavía al suponer que
esta completa victoria de la sociedad significaría el surgimiento del reino de
la libertad.
El marchitamiento del Estado había
sido precedido por el debilitamiento de la esfera pública, o más bien por su
transformación en una esfera de gobierno muy restringida; en la época de Marx,
este gobierno ya había comenzado a marchitarse…
Se encuentra en este acápite un desconocimiento de la historia. Capital
y Estado no se excluyen, no se excluyeron en el origen de este sistema de
producción, tampoco se excluían bajo el
régimen social decimonónico europeo occidental. Más todavía, el Capital
necesita del Estado: este es el lugar donde los burgueses ordenan su riqueza y
en algún sentido reifican su dominación. Y esto Marx lo “demuestra” mediante
casos históricos (e.g. El Estado francés afectó un crecimiento y centralización
progresivas en el curso temporal que va desde las monarquías absolutas hasta
Napoleón III. Esto fue necesario para la burguesía y el capitalismo, siendo que
en la esfera estatal ésta podía “situar” su “población sobrante”-y apropiarse
de beneficios que de otro modo le hubieran estado vedados-, además, el campo de
poder público se constituía como funcional a un sistema económico que
implicaba exclusión al crear puestos de
trabajo para aquellos desplazados del proceso de producción)
La actividad laboral, bajo todas
las circunstancias de la vida en su sentido más elemental y biológico,
permaneció estacionaria durante miles de años encerrada en la eterna repetición
del proceso vital al que estaba atada
Nuevo desconocimiento de los procesos históricos, producto de un sesgo
moderno. Marx demuestra en los Grundrisse que el amplio campo
histórico-espacial denominado laxamente como “tradición”, comporta importantes
diferenciaciones internas así como movimientos constantes tanto progresivos o
regresivos (aunque no en un sentido teleológico)
Tanto Smith como Marx estaban de
acuerdo con la opinión pública moderna al despreciar la labor improductiva como
parásita…
Falta puntualizar, eso sí, que Marx reconocía la implicación
desgraciada implícita en el trabajo productivo.
En una humanidad socializada por
completo, cuyo único proceso fuera mantener el proceso de la vida- y tal es
desgraciadamente el nada utópico ideal que guía a las teorías de Marx-….
La utopía de Marx era el libre desarrollo de las necesidades y
capacidades de cada “ser social”, en modo alguno la mantención de un proceso
tenido como automático. Es por esto que define lo propiamente humano como un
devenir.
Pero la consecuencia de la
división del trabajo, en que una actividad se divide en tantas minúsculas
partes que cada especialista solo necesita un mínimo de habilidad, tiende a
abolir por completo el trabajo diestro, como bien predijo Marx. El resultado es
que lo comprado y vendido en el mercado de trabajo no es habilidad individual,
sino “poder de labor”, del que todo ser humano posee aproximadamente el mismo.
Debe relevarse un aspecto aquí aminorado en su importancia. Max Weber
enfatiza el carácter de especialismo de la época moderna. Claro, este tipo
laboral no es el “trabajo diestro” que llena el gusto de Arendtt-el constituido
por el artesano-lo cual no quita, sin embargo, que este sea también un trabajo
diestro. Por otra parte, si todo ser social que vende su fuerza de trabajo
vende trabajo abstracto, esto no quita que el plusvalor efectivo, concreto, que
cada cual es capaz de producir, no sea diferenciado en cada uno. Porque solo la
potencialidad de creación de plusvalor es igualmente inherente a cada hombre,
no así la materialización cuantitativa concreta, la cual depende de aquello que
la sociedad ha entregado a cada uno en forma de educación laboral (especialización).
Mientras fue una necesidad eterna
impuesta por la naturaleza y la más humana y productiva de las actividades del
hombre, la revolución, según Marx, no tiene la misión de emancipar a las clases
laborales, sino hacer que el hombre se emancipe de la labor; sólo cuando ésta
quede abolida, el “reino de la libertad” podrá suplantar al “reino de la
necesidad”. Porque el reino de la libertad solo comienza donde cesa la labor
determinada por la necesidad y la externa utilidad donde acaba el gobierno de
las necesidades físicas inmediatas.
(Marx) Sigue en pie el hecho de
que en todas las fases de su pensamiento define al hombre como “animal
laborans” y luego lo lleva a una sociedad donde su mayor y más humana fuerza ya
no es necesaria.
Si bien es plausible tomar frases aisladas de textos de Marx que
podrían dar esta impresión, conviene sintetizar un argumento orientado en otro
sentido. Cuando en “la ideología alemana” el autor establece la abolición del
trabajo en función de la libertad del hombre, solamente está implicando la
anulación de la división del trabajo, específicamente, su forma de división
burguesa. Y esto no es una interpretación original de quien escribe. Asimismo,
puede verse que lo propio de la liberación que propone Marx, se encuentra en el
desarrollo del hombre y, en tanto la condición básica que constituye a éste es
el trabajo, se propone entonces el desarrollo del trabajo (la expresión
positiva de la forma negativa que adopta en la sociedad burguesa). Es en los
“manuscritos económico filosóficos” donde se aprecia que el trabajo, en su
forma humana (que incluye todas las dimensiones de la vida del hombre, por
ejemplo, el arte) es aquello que debe ser liberado.
La fertilidad, de modo que el
famoso desarrollo de las fuerzas productivas de la humanidad…no obedece a otra
ley ni está sujeto a otra necesidad que no sea la del mandato “creced y
multiplicaos”, que es como si nos hablara la propia voz de la naturaleza.
El desarrollo de las fuerzas productivas no es natural. Se olvida el
concepto de praxis y la fundamentalidad de la lucha de clases.
Puesto que estaba interesado casi
exclusivamente por este proceso, el proceso de las fuerzas productivas de la
sociedad, en cuya vida, como en la de toda especie animal, producción y consumo
siempre encuentran un equilibrio, la cuestión de una existencia aparte de las
cosas mundanas, cuyo carácter sobrevive y soporta los devoradores procesos de
la vida, no se le ocurrió en absoluto.
Las fuerzas productivas incluyen el trabajo humano de manera primordial.
El desarrollo de las fuerzas productivas, si bien prevé y tiene en alto nombre
la liberación del hombre frente a la naturaleza (independencia a través de un
mínimo básico de necesidades satisfechas), implica también el desarrollo del
trabajo humano, lo cual supone el desarrollo del hombre en cualquier dimensión
de su actuar (ya se citó al arte).
A primera vista parece extraño
que una teoría que tan decisivamente concluía con la abolición de toda
propiedad haya partido del establecimiento teórico de la propiedad privada.
Puesto que ninguna teoría
política anterior al socialismo y comunismo había propuesto establecer una
sociedad enteramente sin propiedad
Grueso error. En las secciones finales del primer tomo del capital (las
cuales sorprendentemente Arendtt parece haber leído pero desestimado) Marx
claramente establece la restitución de la propiedad individual. Por otra parte,
ya se demostró el absurdo de una sociedad “sin propiedad”.
De la misma manera que Marx
introdujo una fuerza natural, la fuerza de labor del cuerpo, para explicar la
productividad de la labor y progresivo crecimiento de la riqueza
Marx tenía en común con Locke su
deseo de ver el proceso de crecimiento de la riqueza como un proceso natural
que, de manera automática, seguía sus propias leyes y se hallaba al margen de
decisiones y propósitos.
La coincidencia de la filosofía
de la labor de Marx con las teorías de evolución y desarrollo del siglo
XIX…resulta sorprendente y ya fue observada por Engels, quien llamó a Marx “el
Darwin de la historia”
La diferencia está en su no naturalidad, su diferencia radical de la
naturaleza si se ha de comprender a ésta como “ciclo y repetición” y, lo
propiamente humano en el trabajo sería, por el contrario, su existencia como devenir (aquello siempre nuevo que es un
desarrollo, una construcción). Asimismo, puede volverse a repetir: el
desarrollo de las fuerzas productivas no es natural. Se olvida el concepto de
praxis y la fundamentalidad de la lucha de clases.
Lo que todas estas teorías en las
diversas ciencias-economía, historia, biología y geología- tienen en común es
el concepto de proceso, virtualmente desconocido antes de la época moderna.
Es natural que el proceso
biológico dentro de nosotros mismos se convirtiera finalmente en el mismo modelo
del nuevo concepto; en el marco de las experiencias dadas a la introspección,
no conocemos más proceso que el de la vida de nuestros cuerpos…
Pudiera ser éste uno de los argumentos centrales del texto: la
comprensión de la categoría “proceso” mediante una implicación automática y
evolucionista. No obstante, sin pretender abarcar un complejo problema teórico,
puede sin embargo establecerse que la noción específica de proceso histórico
marxiana implica necesariamente la asunción de las categorías de praxis y lucha
de clases. Esta asunción elimina de plano toda implicación automática y
evolucionista.
(Marx) Fue también justo, es
decir, consecuente con su concepción del hombre como “animal laborans”, cuando
vaticinó que los “hombres socializados” dedicarían su liberación
del laborar a esas actividades estrictamente privadas y esencialmente no
mundanas que llamamos “hobbies”
Una sociedad de masas de
trabajadores, tal como Marx la tenía en mente cuando hablaba de “humanidad
socializada”, está compuesta de especimenes no mundanos de la especie de la
humanidad.
Un hobbie es aquel concepto que define
aquellas actividades no esenciales al proceso de producción que desarrolla el
hombre burgués fuera de su función social de producción básica. Por tanto, es
un concepto inscrito dentro de un marco social dado; no es posible sacarlo de
él. Así, las actividades practicadas como desarrollo integral del hombre
después de la anulación teórica y práctica del mundo burgués, no pueden nunca
ser conceptualizadas de esta manera. Asimismo, si aceptamos el argumento de la
autora en torno a la obra de arte, la cual, según ella constituye el elemento
mundano más permanente (inmortal) de la actividad del hombre, podría afirmarse
que la actividad humana “post burguesa” supone más bien esta cualidad que su
constitución como “hobbie”.
Por otra parte, nada menos veraz es afirmar
que Marx deseaba utópicamente la configuración de una sociedad que presentara
masas de trabajadores. El concepto de “masa”, por una parte, es inaplicable en el
sentido bajo el cual lo aprehende Arendtt a la situación social que vivía el
autor. Esto porque, las masas como tales, esto es, conceptualizadas ya en el
siglo veinte, no existían “teóricamente” (tampoco prácticamente) en el campo
social en el cual estaba inserto Marx. Además, el concepto “masa” es altamente
inadecuado para ilustrar el libre desarrollo de las necesidades y capacidades
de todo ser social, objetivo utópico marxiano.
La emancipación de la labor y la
concomitante emancipación de las clases laborantes de la opresión y
explotación, sin duda alguna significó un progreso hacia la no-violencia. Mucho
menos cierto es que también significó un progreso hacia la libertad.
Nuestra filósofa implica que las clases laborantes (fuerza de trabajo)
se han emancipado de la opresión y la explotación en la sociedad de masas
moderna. Aún hoy la explotación y la opresión constituyen la matriz fundamental
de las relaciones sociales en esta sociedad. Que la actividad vital encuentre
algunas comodidades inexistentes en otro tiempo (las cuales, por cierto, no se
hallan alcance de cualquier obrero, sino solo a aquellos que laboran en el
mundo desarrollado que aún posee resabios del próximo a fenecer “estado de
bienestar”), no implica para nada la inexistencia de opresión y explotación
(así lo mencionan adorno y horkheimer, foucault, etc)
Marx…vio en el cambio de valor de
uso por valor de cambio el pecado original del capitalismo
Este punto es ambiguo en Marx. Porque, si bien estableció aquello
implicado en la frase que aquí se cita, no enfatizó con claridad la necesidad
de volver al valor de uso en la hipotética sociedad comunista.
En la igual distribución
socialista de todos los artículos entre todos los que laboren, cada cosa
tangible se disuelve en simple función en el proceso de regeneración de la vida
y de la fuerza de labor.
La categoría de función no es central en Marx. No concibe a un sistema
social funcional. Lo que Arendtt hace en este caso es trasponer las barreras de
la historia y las determinaciones sociales para imputar un concepto que si
tenía validez e “inteligibilidad social” en su propio tiempo, no en el Marx.
La pretensión de Marx de que las
leyes económicas son como leyes naturales, que no están hechas por los hombres
para regular los actos libres del intercambio, sino que son funciones de las
condiciones productivas de la sociedad como un todo.
Nuevamente, se omite el concepto de praxis y el de lucha de clases. Se
olvida que para Marx los hombres eran a la vez “autores y actores de su propio
drama”.
La humanidad socializada es ese
estado de la sociedad en el que solo rige un interés, y el sujeto de dicho
interés es la humanidad o las clases, pero nunca el hombre o los hombres. La
cuestión es que desapareció incluso el último vestigio de la acción en lo que
los hombres hacían, el motivo implicado en el propio interés…Ya no era
necesaria ninguna de las más elevadas capacidades del hombre para conectar la
vida individual a la de la especie…lo único necesario fue trabajar.
La humanidad socializada, utopía marxista, es ajena a un todo social de
pensamiento único. El libre desarrollo de las necesidades y capacidades del
hombre niega este carácter a la sociedad que constituirían los hombres
comunistas.
Historia
Los juicios históricos de las
comunidades políticas, por las que cada una determinaba que actividades de la
“vita activa” debían mostrarse en público y cuáles tenían que ocultarse en
privado, pueden tener correspondencia en la misma naturaleza de estas
actividades.
Aserción central del texto. Se implica que la naturaleza de las
actividades que se relevaran como constituyentes de la “condición
humana”-labor, trabajo y acción-se corresponde con el juicio histórico de una
sociedad determinada sobre ellas. Entonces, se absolutiza y se hace trascendente
histórica y socialmente, una valoración histórica de un proceso o actividad
dados. Esto es contrario a todo pensamiento sociológico, ya que todo juicio de
valor en torno a un fenómeno es solo válido en el contexto sociocultural en el
cual se presenta. Si las demarcaciones socioculturales son complejas y muy
difíciles de realizar, puede sin embargo afirmarse con certeza que la sociedad
griega (sus condiciones socioculturales) es por completo diferente a la
realidad social actual. Por lo tanto, la aplicación de juicios históricos en
torno a determinadas actividades no puede, simplemente, absolutizarse y hacerse
trascendente como hace Arendtt. De hecho, este es gran parte del vicio de todo
el libro, ya que en él se describe una realidad actual en la cual se han
perdido ciertas cualidades (la acción y el trabajo), a las cuales se las
considera como potencialidades inherentes a la condición humana y se mira con
nostalgia esta misma sustracción. A pesar de las advertencias iniciales del
texto sobre el no tratamiento de la “naturaleza humana”, la absolutización de
ciertos elementos de la condición humana termina produciendo un efecto similar
a aquél no querido.
La mano
invisible, la naturaleza, el espíritu del mundo, el interés de clase y demás,
con los que los filósofos cristianos y modernos intentaron resolver el
intrincado problema de que si bien la historia debe su existencia a los
hombres, no es hecha por ellos
La
diferencia entre una historia real y otra ficticia estriba precisamente en que
ésta fue hecha, al contrario de la primera, que no la hizo nadie. La historia
real en la que estamos metidos carece de autor visible o invisible porque no
está hecha.
Estos juicios muestran un estructuralismo sin “estructura
estructurante”, un mundo de actores donde la trama de la historia que
interpretan no ha salido de ninguna parte. Sin embargo, sostenemos por nuestra
parte junto a Marx una opinión
diferenciada: el hombre es a la vez autor y actor de su propio drama. Esto es,
la historia la hacen los hombres, pero bajo condiciones dadas independientes de
su voluntad. En función de esto, puede establecerse que la historia moderna se
ha configurado a través de la relación social que constituyen el capital y el
trabajo (sus sujetos subyacentes).
La
naturaleza política de la historia, su carácter de ser una narración de hechos
y acción, en vez de tendencias o ideas…
Aquí no nos interesan las causas
históricas que determinaron el nacimiento de la ciudad estado; los griegos
dejaban muy en claro lo que pensaban de ella y su “raison d’etre”
Interesa este aserto porque demuestra la negación de los objetivos
propuestos inicialmente por la autora, es decir, el relatar lo que los hombres
“hacen” y no lo que “piensan”. Todo el argumento se desliza en torno a lo que
los griegos “pensaban” sobre lo que “hacían”
Lo que en el comienzo de la época
moderna diferencia este desarrollo de los casos similares dados en el pasado es
que la expropiación y la apropiación de riqueza no derivó en nueva propiedad ni
llevó a una distinta redistribución de riqueza, sino que volvieron a proveer el
proceso para generar nuevas apropiaciones…
No queda más que repetir que el origen del capitalismo implicaba una
nueva forma de propiedad y una nueva distribución de la riqueza.
Otros
Pensar y trabajar son dos
actividades diferentes que nunca coinciden por completo; el pensador que quiere
que el mundo conozca el contenido de sus pensamientos, lo primero de todo ha de
hacer una pausa y recordar sus pensamientos.
Una actividad que, si bien
relacionada con el mundo exterior de muchas maneras, no se manifiesta
necesariamente en él y no requiere ser vista, oída, ni usada, ni consumida para
ser real: la actividad del pensamiento.
Acción, discurso y
pensamiento….no producen, no engendran nada, son tan fútiles como la propia
vida. Han de pagar ese precio porque su naturaleza es por completo no mundana
y, por consiguiente, necesita la ayuda de una actividad cuya naturaleza sea
diferente; para su realidad y materialización dependen de la misma mano de obra
que construye las demás cosas
Estos tres párrafos al menos llevan a la reflexión. La división entre
el pensamiento y el hacer es una que no termina de convencer. Esto porque desde
la propia experiencia puede tomarse el hecho de que el pensamiento no solo
necesita la materia para expresarse y manifestarse, sino que la necesita para
desarrollarse como tal. A modo de ejemplo, en este momento realizo un
“hacer”(escribo) al tiempo que este “hacer” no solo cristaliza ideas
precedentes, sino que desarrolla, da forma y contenido, al mismo pensamiento.
El rasgo conmovedor del
movimiento laboral en sus primeras etapas…surge de la lucha contra la sociedad
como un todo…era el único grupo en la escena política que no solo defendía sus
intereses económicos, sino que libraba una batalla política completa
Se ha citado esto porque la autora
elabora estas páginas sin referencias bibliográficas, lo que da la
impresión de la existencia de un desarrollo teórico propio frente a los
fenómenos históricos ilustrados. Sin embargo, este desarrollo no es más que una
tautología de un argumento marxiano (y en estos pasajes no se cita a este
autor). Marx estableció que el interés del proletariado era universal en
términos sociales, que éste impugnaba a la sociedad en su conjunto, condición que
estaba dada por las implicancias sistémicas marginales de su existir en la
sociedad moderna.
(Perdón y promesa son los
remedios de la futilidad de la acción y el discurso)
Referimos estos elementos para destacar el hecho de que los remedios
pergeñados por Hanna Arendtt tienen ciertas raíces subyacentes bastante
evidentes. El perdón es una categoría de acción eminentemente cristiana
inexistente en el mundo antiguo (según la propia autora). La promesa, o mejor
dicho contrato, constituye el eje articulador de la sociedad mercantil de los
primeros tiempos del capitalismo (y continúa teniendo importancia en nuestra
actualidad burguesa). Así, aquello que permite solventar la experiencia
política proviene de la religión occidental y el modo burgués más propio de
vida.
La fuerza que las mantiene unidas
(a las personas), a diferencia del espacio de aparición en que se agrupan y el
poder que mantiene en existencia este espacio público, es la fuerza del
contrato o la mutua promesa.
La soberanía, que es siempre espuria
si la reclama una entidad aislada, sea la individual de una persona o la
colectiva de una nación, asume una cierta realidad limitada en el caso de
muchos hombres recíprocamente vinculados por promesas. (Esto) muestra su
superioridad sobre los que son completamente libres, sin sujeción a ninguna
promesa y carentes de un propósito. Esta superioridad deriva de la capacidad
para disponer del futuro como si fuera el presente, es decir la enorme y en
verdad milagrosa ampliación de la propia dimensión donde en la que el poder
puede ser efectivo
La intención aquí es relevar que la misma autora señala como
constitutivo del actuar el crear espacios futuros de acción, pero sin embargo
no destaca este fenómeno como lo propiamente “político”, sino que se queda en
aquella definición que implica expresión de la propia individualidad inscrita
en una pluralidad.
Proceso
(El concepto del ser se reemplaza
por el concepto de proceso, en tanto “desarrollo natural”). Todas las cosas
particulares derivaron su significado de sus funciones en el proceso total.
Fue decisivo que el hombre
comenzara a considerarse parte integrante de los dos procesos, superhumanos y
que lo abarcan todo, de la naturaleza y de la historia, los cuales parecían
destinados a un infinito progreso sin alcanzar ningún inherente telos ni
aproximarse a ninguna idea predeterminada.
El automatismo implicado en el concepto de proceso puede ser discutido.
Ya nos referimos al proceso histórico como algo que hacen los hombres bajo
ciertas condiciones dadas independientes de su voluntad.
Trabajo
El verdadero trabajo de
fabricación se realiza bajo la guía de un modelo, de acuerdo con el cual se
construye el objeto…lo que guía al trabajo de fabricación está al margen del
fabricante y precede al verdadero proceso de trabajo.
En este punto puede situarse la misma crítica realizada en torno a la
división que la autora elabora respecto del pensamiento y el hacer. Siempre
denotan cierto “idealismo” estas
afirmaciones.
El utilitarismo antropocéntrico
del homo faber ha encontrado su mayor
expresión en la fórmula kantiana de que ningún hombre debe convertirse en medio
de un fin, que todo ser humano es un fin en “sí mismo”
La crítica puede configurarse a partir de las formulaciones de Adorno y
Horkheimer, quienes estipulan que la formalización que supone la “razón
kantiana”, llevaba en sí misma las implicancias de una completa
instrumentalización de la sociedad y, por lo tanto, del dominio de ésta por
sobre el hombre (el pretendido fin
último)
La cuestión es que el homo faber,
constructor del mundo y productor de cosas, solo encuentra su propia relación
con otras personas mediante el intercambio de productos, ya que estos productos
siempre se han producido en aislamiento.
Apenas puede haber algo más
extraño o incluso destructivo para el artesanado que el trabajo en equipo, que
realmente no es más que una variedad de la división de la labor.
Tiende a obnubilarse la realidad social de cualquier comunidad humana:
el trabajo artesanal difícilmente pudo haberse dado de manera exclusivamente
individual, la historia no ha mostrado trabajo que no sea “social”.
Arte
La reificación que se da al
escribir algo, pintar una imagen, modelar una figura o componer una melodía se
relaciona evidentemente con el pensamiento que precedió a la acción, pero lo
que de verdad hace del pensamiento una realidad y fabrica cosas de pensamiento
es la misma hechura…
Debido
a su sobresaliente permanencia, las obras de arte son las más intensamente
mundanas de las cosas tangibles (dado su producción para no uso)
Y ni
siquiera puede reclamar el pensamiento estos productos inútiles, ya que al
igual que los grandes sistemas filosóficos, apenas cabe calificarlos de
resultados de puro pensar, estrictamente hablando, puesto que precisamente es
el proceso de pensamiento lo que el artista o el filósofo escritor ha de
interrumpir y transformar para materializar la reificación de la obra.
El
elemento imitativo no solo se basa en el arte del actor, sino también…en el
hacer o escribir de la obra.
En términos bastante sumarios, puede
retomarse el argumento presentado en “la dialéctica de la ilustración” para
explicitar una crítica al argumento subyacente en estos párrafos. La obra de
arte se constituiría en función de la radical negación frustrada del “estilo”,
esto es, de la forma de materialización
del arte predominante en una sociedad dada. En este sentido, el arte no estaría
en la “hechura” como postula Arendtt, sino que se constituiría como motivación
ajena a la “forma”; sería más bien contenido y no receptáculo formal. En este
sentido, el carácter imitativo o mimético sería no propio de él.
Actuar
(actuar)
Puede estimularse con la presencia de otros cuya compañía deseemos, pero nunca
está condicionada por ellos; su impulso surge del “comienzo”, que se adentró en
el mundo cuando nacimos y al que respondemos comenzando algo nuevo por nuestra
propia iniciativa.
Actuar
significa tomar una iniciativa….poner en movimiento.
El
hecho de que el hombre sea capaz de acción significa que cabe esperarse de él
lo inesperado, que es capaz de realizar lo que es infinitamente improbable. Y
una vez más esto es posible solo debido a que cada hombre es único., de tal
manera que con cada nacimiento algo singularmente nuevo entra en el mundo. Con
respecto a este alguien que es único, cabe decir verdaderamente que nadie
estuvo allí antes que él.
Sin la
revelación del agente en el acto, la acción pierde su específico carácter
La
acción sin un nombre (individual), un quien unido a ella, carece de
significado.
El hombre no es único si lo que lo constituye
solo son relaciones sociales. Porque una relación social implica dos o más
actores que siempre, en todo momento, comparten algo no propio individual, sino
común. La acción humana no puede ser individual ni real ni normativamente,
porque todo actuar es social, se constituye a partir de relaciones sociales,
las cuales también son su medio y su fin. Por otra parte, si bien la absoluta
predictibilidad de la acción no es deseable, la consideración normativa en
torno a la improbabilidad o lo inesperado de una acción, supone un juicio que
linda con el absurdo, cuestión que, a nuestro juicio, es un elemento a evitaren
toda acción social.
Y, finalmente, la acción como revelación de
una entidad humana individual, constituye una negación de lo propio del hombre,
que es existir como “ser social”.
Si no
hubiera nada más en juego que el uso de la acción como medio para alcanzar un
fin, está claro que el mismo fin podría alcanzarse mucho más fácilmente en muda
violencia, de manera que la acción no parece un sustituto muy eficaz de la
violencia.
Esta es meramente una afirmación sin
sustento. ¿Por qué el medio más rápido para alcanzar un fin determinado tiene
que ser la violencia? Por ejemplo, si el fin que se propone es organizar una
sociedad de manera igualitaria, la mera aplicación de la violencia (imposición
e intención de dominación) es una premisa que niega de plano el fin querido.
La
ilusión de que podemos hacer algo en la esfera de los asuntos humanos-hacer
instituciones o leyes, por ejemplo, de la misma forma que hacemos mesas y
sillas, o hacer hombres mejores o peores.
La
acción…siempre establece relaciones y por tanto tiene una inherente tendencia a
forzar todas las limitaciones y cortar todas las fronteras…las vallas que
aíslan la propiedad privada…la fronteras territoriales…son de tan gran
importancia para los asuntos humanos precisamente porque ninguno de tales
principios limitadores y protectores surge de las actividades que se dan en la
propia esfera de los asuntos humanos.
(Para
los griegos) Las leyes, como la muralla que rodeaba a la ciudad, no eran
resultados de la acción, sino productos del hacer. Antes de que los hombres
comenzaran a actuar, tuvo que asegurarse un espacio definido y construirse una
estructura donde se realizaran todas las acciones subsecuentes.
(Polis)
Ofrecía un remedio para la futilidad de la acción y el discurso; porque las
oportunidades de que un echo merecedor de fama no se olvidara, de que
verdaderamente se convirtiera en inmortal no eran muy grandes.
(Polis)
No es la ciudad estado en su situación física; es la organización de la gente
tal como surge de actuar y hablar juntos, y su verdadero espacio se extiende
entre las personas que viven juntas para este propósito, sin importar donde
estén.
Estas frases indican un elemento central.
Para que la actividad propia del hombre político se de, asegura Hanna Arendtt,
deben antes configurarse estructuras físicas así como materializaciones
normativas. Esto permite a la acción permanecer, a la vez que le proporciona un
marco necesario para la inherente vulneración de limitaciones que la misma
supone. Sin embargo, la autora es constante en su afirmación de que el espacio
político es aquél mundo plural humano inmaterial en cual cada individuo se
presenta y distingue. Por el contrario, quien escribe estipula que el campo
propio de la política es la creación de la condiciones de la acción en un marco
dado, es la acción que lleva a la acción, no el acto en lo dado imperecedero.
La política es, efectivamente, la construcción relacional de estructuras
espaciales (la polis), como normativas (la constitución de leyes o reglamentos,
esto es, disposiciones para el ordenamiento de la sociedad). En este sentido,
aún la política en lo dado debe ser un constante repreguntarse por aquello que
fue válido para el relacionamiento social en unas condiciones dadas, y que
puede ya no serlo en otras condiciones distintas a las precedentes. Así, la
política es siempre un “siendo”, llevando a cabo; el gerundio es inherente a
ella. Es organización que lleva a la organización.
El
íntimo significado del acto actuado y la palabra pronunciada, es independiente
de la victoria y de la derrota, y debe permanecer intocado por cualquier
resultado final, por sus consecuencias para lo mejor o lo peor.
La
acción solo puede juzgarse por el criterio de grandeza debido a que en su
naturaleza radica el abrirse paso entre lo comúnmente aceptado y alcanzar lo
extraordinario. Los motivos y objetivos, por puros y grandiosos que sean, nunca
son únicos; al igual que las cualidades psicológicas, son típicos,
característicos de diferentes clases de personas. La grandeza, por lo tanto, o
el significado específico de cada acto, solo puede basarse en la propia
realización, y no en su motivación ni en su logro.
(Fin en
sí mismo) porque en estos ejemplos de acción y discurso no se persigue el fin,
sino que yace en la propia actividad, que por tanto se convierte en
“entelequia”
Desde la postura que aquí afectamos-y junto
Max Weber-criticamos la noción que implica en la política la grandeza que no
mide las consecuencias de sus actos, así como cualquier noción de “expresión”
subyacente. A la política debe reivindicársele su carácter de medio-fin, en
tanto es el medio para permitir una organización social que habilite el libre
desarrollo de las capacidades y necesidades de todo “ser social”. Asimismo, el
medio deviene fin en tanto descubrimos que el libre desarrollo de las
capacidades y necesidades es siempre un “siendo” un “construyendo” a partir de
la de la constatación de los posibles cambios en la condiciones de la acción.
Es un
elemento indispensable del orgullo humano la creencia de que quien es alguien
trasciende en grandeza e importancia a todo lo que el hombre puede hacer y
producir…Solo el vulgo aceptará que su orgullo deriva de lo que ha hecho.
Y, de hecho, el hombre es lo que hace, porque
el gerundio inherente a él implica la negación de una cristalización de la
identidad individual. El constructo que es el “ser social” es siempre un
construyéndose. Por tanto, aquello que se “hace” constituye la centralidad del
hombre.
La
incapacidad del animal laborans para la distinción y, de ahí, para la acción y
el discurso parece confirmarse por la sorprendente inexistencia de rebeliones
de esclavos en los tiempos antiguos y modernos
¿Quién cuenta la historia? ¿Donde queda
Espartaco?
Si bien
los hombres han podido destruir cualquier producto salido de sus manos
humanas…nunca han sido capaces de deshacer o controlar con seguridad cualquiera
de los procesos que comenzaron a través de la acción.
Y esta
incapacidad para deshacer lo que se hecho va ligada a una casi completa
incapacidad para predecir las consecuencias de cualquier acto o tener un
conocimiento digno de confianza de sus motivos
(Por
esto) Los hombres…tienen plena conciencia de que quien actúa nunca sabe del
todo lo que hace.
Si bien es cierto que la predictibilidad
total y cabal de la acción es imposible, esto no implica una renuncia, sino que
debe configurarse como normatividad a seguir. Por otra parte, establecer que
los procesos de la acción son irreversibles presenta complicaciones evidentes.
Primero, podría ser una base para afirmar que “todo se relaciona con todo”, lo
cual no es sino una ofuscación de toda acción humana, siendo que ésta se
encuentra fundamentalmente signada por la definición y delimitación (base de
todo conocimiento). Segundo, lleva en sí la implicación de que toda forma
social es expresión de algún proceso precedente en forma fundamental, lo cual
podría suponer la aplicación de un juicio propio de un marco social dado a otro
radicalmente distinto.
Poder
Solo es
realidad donde la palabra y acto no se han separado, donde las palabras no
están vacía y los hechos no son brutales, donde las palabras no se emplean para
velar intenciones sino para descubrir realidades, y los actos no se usan para
violar y destruir sino para establecer relaciones y crear nuevas realidades
Toda creación es una destrucción, una negación
temporal de potencialidades. El acto positivo “en sí “no existe. Por tanto, el
campo político puede muy bien ser uno de creación-destrucción
Si el
poder fuera más que esta potencialidad de estar juntos, si pudiera poseerse
como la fuerza o aplicarse como ésta en vez de depender del acuerdo temporal y
no digno de confianza de muchas voluntades e intenciones
¿La política supone el acuerdo? Aún siendo
que Weber encuentra implícito el acuerdo en toda relación social (así en el
amor como en la guerra), el presentar de manera preferencial la capacidad de
acuerdo-como hace Arendtt- conlleva el peligro de ver en ella no más que una
transacción, esto es, una categoría derivada del intercambio mercantil.
De ahí
resulta la no infrecuente combinación política de fuerza y carencia de poder…se
conoce como tiranía, y el consagrado temor a esta forma de gobierno no se
inspira de modo exclusivo en su crueldad, que-como atestigua la larga serie de
benévolos tiranos y déspotas ilustrados-no es uno de sus rasgos inevitables,
sino en la impotencia y futilidad a que condena a gobernantes y gobernados
La
tiranía…necesariamente no se caracteriza por la debilidad y la esterilidad; por
el contrario, las artes y los oficios pueden florecer bajo estas condiciones si
el gobernante es lo bastante benévolo para dejar a sus súbditos solos en su
aislamiento.
¿En que sentido una tiranía puede ser fútil
si ha llegado ha conocerse aún en nuestros tiempos? ¿No es un rasgo de
perdurabilidad-criterio primordial en nuestra autora-el hecho de permanecer en
el conocimiento o recuerdo del hombre? Por otra parte, si aceptamos que los
oficios y las artes solo pueden florecer en tanto las relaciones sociales que
se reconocen como tales y se desarrollan de acuerdo con esto, debemos también
aceptar que una tiranía benévola no deja a los hombres en su aislamiento, sino
que los relaciona efectiva y positivamente.
El
poder corrompe cuando los débiles se congregan con el fin de destruir a los
fuertes, pero no antes. La voluntad de poder…se halla, como la envidia y la
codicia, entre los vicios de los débiles, y posiblemente es el más peligroso.
En consonancia con la postura que afecta la
autora, aquí se considera nociva la negación de la “fuerza impuesta” por los
débiles, porque se considera que la construcción de poder es siempre una
cuestión de independencia y autonomía de los actores sociales de un grupo dado.
Quien escribe piensa, por el contrario, que lo propio del desarrollo del poder
es la relación social desde un grupo dado a otro, así como la pretensión de
relación social con la totalidad social.
Libertad
Si
fuera verdad que soberanía y libertad son lo mismo, ningún hombre sería libre,
ya que la soberanía, el ideal de intransigente autosuficiencia y superioridad,
es contradictoria a la propia condición de pluralidad. Ningún puede ser
soberano por que ningún hombre es solo, sino “los hombres”
Tanto libertad como soberanía solo pueden ser
sociales; Arendtt, al entender la libertad en términos individuales cae en la
contradicción citada arriba.
Pregunta
¿El
concepto de desarrollo lleva implicado en sí un telos definido? ¿Lo mismo
sucede con el de proceso?
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