La crisis del Estado (autores varios)
II. (pp77) Sobre
el concepto de crisis del estado y su Historia (Christine Buci-Glucksmann)
La interpenetración creciente del aparato de Estado y de los monopolios
desemboca precisamente con una politización de las luchas de masas, que chocan
cada vez más directamente con el Estado como explotador colectivo.
Vía de análisis: poner a la luz
la importancia nuclear del concepto de crisis política para la teoría del
Estado
Gramsci desarrolla (en los
veinte) el concepto de “guerra de
posiciones” en oposición a la “guerra de movimiento”. Mientras la segunda
indica una estrategia revolucionaria inmediata y frontal de conquista del
Estado (como sucedió en Rusia), la primera señala una estrategia mayormente
mediada y prolongada en el tiempo, que se adecua con mayor facilidad a
formaciones sociales en las cuales el capitalismo se ha desarrollado con bastante
suficiencia en conjunto con una matriz cultural de raigambre democrática.
Crisis revolucionaria y crisis
del Estado no coinciden, al menos al principio, y según un modelo de ataque
frontal…
No hay crisis revolucionaria sin
crisis gubernamental…la crisis de las clases dirigentes no es solo condición de
la caída del poder: condiciona también el acceso de amplias masas a la política…la
crisis de las clases dirigentes y su estado condiciona la forma de politización
de las masas.
Al desarrollo desigual de la
situación objetiva (capitalismo emergente en “contradicción” con un régimen
autocrático feudal) corresponde el desarrollo desigual del dispositivo de las
fuerzas políticas revolucionarias (proletariado incipiente hegemoniza una
alianza con crecientes masas campesinas, siempre con una bandera de revolución
democrático burguesa transicional…)
Gramsci: crisis orgánica o crisis de hegemonía (crisis del Estado
en su conjunto)
Existe una dialéctica entre el
debilitamiento del Estado y el reforzamiento del Estado en la crisis (el
reforzamiento siempre indica una reorganización de la base de masas del Estado,
el cual, asimismo, adquiere un carácter más marcadamente “despótico-militar”).
La forma del Estado en crisis se
muestra decisiva en la crisis de un estado concreto y determinado y en la
salida de esta crisis.
Crisis revolucionaria (¿también
crisis política?): una fase de aceleración
de la historia en la que los conflictos llegan a su madurez
La crisis orgánica no es por
fuerza una crisis revolucionaria (lo que es siempre, sin embargo, es una crisis
de autoridad). La misma puede abrir, de hecho, un nuevo modo de constitución/unificación
de la clase dirigente, que se traduce por la reagrupación de un gran número de
partidos bajo la bandera de un partido único (Pregunta: ¿el carácter de
este partido puede determinarse a priori? ¿Corresponde este carácter a la veta
más marcadamente autoritaria propia de las clases dominantes?...)
De lo económico a lo político no hay correspondencia mecánica, sino
desarrollo desigual potencial, que una práctica hegemónica debe reducir y
sobrepasar
(recordar que faltan unas páginas en el libro
original)
III. El estado
en crisis (Jean Marie Vincent)
El asalariado clásico pudiera
sufrir una transformación para convertirse en un asalariado más político (en un
contexto en el cual el crecimiento del Estado y de los monopolios es ya
evidente)
La expansión del trabajo
asalariado dependiente del sector estatal…es una expansión de trabajos
concretos, absorbidos y consumidos por su valor de uso concreto y no por su
valor de uso abstracto (la capacidad de producir plusvalía)
El Estado no tiene que representar
todos los intereses empíricamente comprobables de la clase capitales, sino que
funciona más bien como un capitalista colectivo en idea (Engels), de manera de
mantener a toda costa la separación entre política y economía.
Los monopolios no suprimen la concurrencia, no hacen más que frenarla
temporalmente o trasponerla, en ciertas circunstancias, del dominio de los
precios al dominio de la innovación tecnológica. Como se sabe, las grandes
firmas están a la búsqueda de superbeneficios, pero no pueden proceder
arbitrariamente en la lucha para imponer a su beneficio transferencias de
plusvalía y para asegurarse en un lapso más o menos largo un índice de
beneficio superior al de los sectores no monopolísticos de la economía. (Esto
porque) el ritmo mantenido de superbeneficios durante un largo período es muy
raro en razón de la llegada casi inevitable de nuevos capitales en la rama de
que se trate, pero también que no puede haber transferencias de plusvalía sin
acumulación en una escala ampliada en los sectores no monopolísticos. De hecho
no existen relaciones rígidamente fijadas entre los monopolios y las otras
empresas, puesto que las condiciones de la concurrencia son demasiado
cambiantes, tanto en el nivel nacional como en el internacional, para que se pueda
considerar que hay situaciones definitivamente conquistadas (ejemplos en
este sentido: innovación tecnológica, economías de escala, expansión o
contracción de los mercados, etc)
Desvalorización por el estado de una parte del capital social en aras
del combate a la baja del índice de beneficio. En primer lugar, se ve mal como la valorización débil, nula o negativa
de ciertos capitales tomados a cargo por el Estado podría ser asimilada a la
puesta en reserva de una parte del capital social tal como ha sido descrita por
Marx. En la medida en que hay producción, la valorización débil o negativa de
los capitales del Estado resulta de las transferencias de plusvalía o de valor,
no corresponde de ningún modo al proceso de destrucción del capital por
quiebra, liquidación judicial, compra a bajo precio, así como tampoco
corresponde a la retirada pura y simple del capital en espera de días mejores
(cierre de empresas, inversiones en inmuebles, etc). La valorización débil o
nula en el sector estatal permite, es innegable, elevar el índice de beneficio
en el sector monopolístico durante un cierto tiempo, pero se vuelve a caer muy
rápidamente en los problemas ya planteados a propósito de transferencias de
plusvalía del sector no monopolístico.
La política de inmigración y de
vivienda contribuyen a reestructurar la oferta de mano de obra, modificando la
“movilidad” de la misma…
La crisis de legitimación, propia
de las sociedades tardocapitalistas según Offe y Habermas, sucede, en gran
medida, porque el crecimiento del Estado no va acompañado junto a una mayor
democratización de sus instituciones, no supone una mayor participación de las
capas populares…
IV.
Observaciones teóricas sobre el Estado burgués y su crisis (Joachim Hirsch)
Estado= dictadura+hegemonía
(supone el consenso activo de los dominados…Pregunta: ¿es aún válido este
énfasis en el consenso activo cuando la despolitización primó largo tiempo bajo
la infinidad de formaciones sociales capitalistas que efectivamente existieron?
De la misma manera que en el Capital
no se encuentra un análisis de la constitución de las clases –éstas son
presupuestas teóricamente luego de la rápida explicación de su formación
mediante la fórmula de la acumulación primitiva-, pero sí hallamos en él un
análisis de la reproducción ampliada de las clases, igualmente un análisis
fundado en la categorías estructurales de la sociedad burguesa avanzada no
puede estudiar la constitución de la violencia de clase. Solo puede determinar
la forma de su reproducción ampliada…
Paschukanis: la forma de dominación –y de reproducción de la
violencia de clase- adquiere un “carácter público” separado de la clase
dominante (al menos en una escisión relativa) en toda formación social
capitalista por una razón bastante precisa. La ley de valor, que prima
necesariamente en estas formaciones, supone que en la realidad social se
encuentran individuos formalmente iguales y libres que intercambian de manera
“justa” sus mercancías, por lo cual, esta “apariencia” debe reproducirse
análogamente en la forma concreta de dominación que aquí se presenta: la misma,
aparece bajo el carácter de un Estado concebido como ente público e imparcial,
en el cual los ciudadanos son formalmente libres e iguales (recordar la crítica
de Poulantzas; éste refiere que el carácter del Estado capitalista, la forma
precisa de dominación en la generalidad de las formaciones sociales
capitalistas, no puede fundarse en la esfera de la circulación mercantil –como
aquí lo sugiere Paschukanis-, sino que debe fundamentarse en el carácter específico
del MPC, el cual procede necesariamente de la esfera de la producción)
La dominación política no está
directamente vinculada al derecho de disposición de los medios de producción.
Está sometida a mecanismos de reproducción propios. La reproducción de las clases en el proceso
de valorización del capital y en la reproducción de la dominación política, no
son idénticas. De ello resulta una relación fundamentalmente problemática y
contradictoria de la burguesía respecto a su Estado: la lucha por la dirección
política (hegemonía)
La ideología no consiste en una
propagación de ideas arbitrarias, sino que contiene una base material fundante
en las relaciones, prácticas y experiencias sociales…Así, es en al esfera de la
circulación con su apariencia de intercambio equivalente en donde nacen las
ideologías de la libertad, de la igualdad y de la reciprocidad, del
individualismo de los propietarios y del sujeto burgués…
La razón por la cual el Estado actúa, también, paralelamente, como
medio de formulación y de organización de los intereses de clase de la
burguesía, reside en primer lugar en el hecho de que la burguesía no constituye
una clase políticamente homogénea: está, al contrario, constituida de capitales
individuales de un desarrollo desigual que compiten entre sí y que están
sometidos a fraccionamientos importantes. El hecho de que el movimiento del
capital se impone a través de la
concurrencia entre numerosos capitales individuales impide la articulación
inmediata de un interés de clase común a los miembros de la clase capitalista
En cuanto se refiere a la estructura del bloque en el poder, la
posición de las fracciones que lo constituyen, particularmente de la fracción
hegemónica, se determina esencialmente por la importancia que reviste para el
proceso de reproducción del capital global
En tanto que “capitalista
colectivo en idea”, el Estado no puede realizarse más que en la medida en que
su unidad institucional es también en idea (no es una institución homogénea
sino fraccionada y fragmentada por las luchas)
En tanto la relación fundamental
y constituyente del modo de producción capitalista es la explotación mediante
el plusvalor relativo, el mismo se reproduce mediante la lucha de clases: en sí
mismo, el proceso de producción capitalista contiene las luchas de clases en
tanto supone explotación. En tanto las luchas de clases reales y concretas
tienen efectos materiales precisos, los mismos modifican las condiciones
sociomateriales de la misma lucha. Esta modificación –que puede ejemplificarse
mediante las leyes “objetivas” de la acumulación capitalista: tendencia
decreciente de la tasa de ganancia, mecanización extremada, plusvalor relativo,
etc-, en tanto que realidad objetiva, procede “a espaldas” de los actores en
lucha. Por lo mismo, existen dos niveles
de lucha de clases: aquél que cristaliza en leyes objetivas del MPC, y
aquél que es relativamente autónomo de estas condiciones materiales objetivas,
en tanto responde y actúa en la lucha aún sin saber si estas acciones
cristalizarán finalmente en la objetividad de las leyes de la acumulación…(Pregunta: la influencia sobre las
condiciones objetivas de reproducción del MPC de las luchas de clases, podría
ser concebida dentro de un marco amplio, en el cual inmediatez y carácter
mediato existirían como realidades por propio derecho. Ahora bien, ¿no es
quizás un criterio de análisis pertinente para diferenciar entre conflictos
entre estratos y grupos sociales y propiamente lucha de clases, el hecho de que
ésta última suponga una cristalización objetiva en el modo de reproducción de
las relaciones sociales fundamentales capitalistas –en forma inmediata o
mediata?)
Si el movimiento de la acumulación capitalista se genera
esencialmente en términos mundiales (¿es realmente esto efectivo?), las
condiciones de producción y explotación se modifican de manera sustancial en términos mundiales. Por esto, si las
condiciones objetivas de lucha (en tanto condiciones materiales de producción y
explotación) existen fundamental y determinantemente en términos mundiales,
¿debe concederse al análisis supranacional una posición de determinación
privilegiada…? (podríamos formular la hipótesis de que las mismas condiciones
objetivas y “ya fijadas” existen en términos mundiales generales, mas la
modificación de las mismas mediante la lucha de clases se presenta siempre en
términos nacionales o regionales, por lo cual debe concederse al marco de
análisis nacional y regional un interés también esencial)
Una de las consecuencias de la
forma específica de dominación política en las condiciones capitalistas es que
el modo de reproducción de la violencia política institucionalizada no es
idéntico al de la reproducción de las clases sociales. El Estado burgués no es, como lo son las propias clases sociales, el
resultado de un proceso de producción directo (habría que acotar que las
clases tampoco lo son en su totalidad, ya que se componen de determinaciones
provenientes tanto de la esfera de la circulación como de la superestructura.
Lo cierto, sin embargo, es que la determinación de las clases por la esfera de
la producción es fundamental, lo que no existe en la esfera estatal)
Selectividad estructural: supone
un proceso de filtro, transformación y desplazamiento por parte del Estado de
las demandas o necesidades formuladas a nivel de la sociedad en general, de
manera que las mismas devengan en decisiones y acciones funcionales a la
economía capitalista, así como también en prácticas adecuadas a la dominación
de la clase burguesa.
El actuar del Estado protege el
sentido privado y autónomo de la economía toda vez que su funcionar solo supone
la modificación de los patrones de reproducción y distribución de la economía,
sin transformación alguna en la dimensión específica de la producción.
La destematización de la relación social fundamental que produce esto,
se da de maneras diversas: el tratamiento caso por caso, la descomposición de
las demandas en una multitud de sectores de competencia administrativa, la
remisión a intereses opuestos, la referencia a los recursos escasos, etc
El Estado implementa una
represión física selectiva en contra de grupos imposibles de integrar
ideológicamente en los aparatos…
El Estado reprime las ideologías
y los movimientos anticapitalistas no por lo que son por ellos mismos, sino
únicamente en la medida en que hay que esperar que pongan dificultades de
manera consecuente con la realización de la integración ideológica.
La constitución de una categoría social en tanto que grupo
reinante, no niega la identidad de intereses de este grupo en relación con
los intereses de la clase capitalista en su conjunto. Esto porque el interés
fundamental del grupo reinante es la estabilidad y la conservación del orden
mediante al inmutabilidad del Estado…(Pregunta:
¿debemos aceptar esta premisa sin un análisis específico en una determinada
formación social? Esto porque, si consideramos la realidad actual, vemos que el
agente transformador del estado –al menos en una medida parcial- deviene cierto
fragmento de la burocracia pública. Quizá la cuestión está en que las acciones
que ejecutan los miembros de este estrato pueden modificar el carácter del
Estado, pero nunca pueden transformar de manera sustancial su naturaleza de
clase. Por otra parte, podríamos argüir que los agentes estatales que buscan la
transformación del Estado y no se conforman con la estabilidad, realmente no
pertenecen a la categoría social reinante, sino que poseen una determinación de
clase objetivamente diversa, ya que es posible que no todas las posiciones
inscritas en el Estado sean parte de este estrato. Por último, el
comportamiento de los empleados públicos durante el periodo concertacionista
prueba el hecho de que la mayoría de los mismos se decantan por la
estabilidad…)
En tanto la fracción hegemónica
de la clase dominante se constituye como tal en función de su papel
determinante en la reproducción del capital social global, el estado debe
propender a favorecer los intereses de valorización de esta fracción
particular. Ahora bien, como esta fracción adquiere su preeminencia gracias a
su posición en el mercado mundial, el Estado se ve imposibilitado
estructuralmente para actuar en su completo beneficio (ausencia de una marco
político mundial real con fuerza efectiva)
El ciclo largo de lucha de clases se encuentra determinado por el
comportamiento tendencial de la tasa de ganancia…Cuando la baja del índice de beneficio se realiza de manera manifiesta,
la clase dominante se verá forzada a atacar frontalmente las condiciones de
vida y de trabajo de los explotados
La reproducción de la dominación de clase burguesa se efectúa siempre
sobre un fondo estructural de crisis
El periodo en el cual dominó una
forma de capitalismo keynesiano (1930 a 1970 aprox), tiene que ver con el
establecimiento de la hegemonía de la fracción monopólica del capital en el mundo
en general (en la diversidad de sus formaciones sociales componentes). Esta
forma de dominación suponía la rápida innovación tecnológica, el alza
continuada de la productividad, la generación de amplias capas neo
pequeñoburguesas (tecnocracia); todo esto como su forma de legitimación.
No hay que partir de la única hipótesis de un cambio brusco que pasaría
de una normalidad de la dominación de clase burguesa a una crisis política
abierta. Este tránsito puede darse igualmente de manera gradual
V. Crisis
capitalista y política económica (Suzanne de Brunhoff)
Friedman: las crisis económicas no pueden ser previstas ni
solucionadas por la política económica del Estado; ésta sólo puede agravar las
mismas (de hecho, esto es lo que sucedió en la crisis de 1929 y la crisis de
1975). Asimismo, la política monetaria, según la visión de este autor, debe
limitarse a seguir una regla fija: el aumento cuantitativo de la masa de moneda
es una función precisa del crecimiento medio del producto.
La óptica liberal y keynesiana, aun si en la superficie aparecen como
radicalmente diversas, en realidad comparten una perspectiva epistemológica
similar. La misma comprende el Estado como un agente externo a la economía,
en tanto que sujeto autónomo al desenvolvimiento de esta última. Así también,
se entiende la posibilidad de una economía libre de crisis estructurales; las
crisis solo se producirían por demasiada intervención estatal (liberales), o
una intervención deficiente (keynesianos).
Según la autora la crisis debe ser concebida como una
estrategia componente de la política económica inscrita en una economía
capitalista. Ahora bien, esta idea debe asumirse con las debidas
precauciones. Esto porque supone un control y dominación exhaustivo por parte
de la clase burguesa de las condiciones objetivas de la economía. En este
sentido, es cierto que la inflación es una estrategia de la clase dominante
para disminuir el poder de compra de los salarios. Sin embargo, este mismo
mecanismo es también a la vez un desequilibrio objetivo de las relaciones
existentes entre las distintas mercancías dentro del mercado; este
desequilibrio no es completamente manipulable por la clase dominante.
Los cambios que afectan la financiación y la moneda han ido
conjuntamente con los que han afectado la fuerza de trabajo. De la misma manera
que el vínculo entre valor de la fuerza de trabajo y el salario directo que
monetiza este valor se afloja (dada la existencia de seguros sociales
públicos, sindicatos, control y formación del trabajo), igualmente la relación entre créditos y moneda de pago pierde tensión,
lo que expresa la práctica del curso forzado
Ejemplo: El seguro de los depósitos en
banco por el Estado ha sido instaurado en los estados Unidos en los años de
1930, al mismo tiempo que el prior sistema de seguros sociales.
…no existe una secuencia del siguiente tipo: situación económica
coyuntural global, medidas de conjunto de política económica, consecuencias de
estas medidas. Puesto que no hay una situación económica inicial que no incorpore
ya prácticas de gestión. Tampoco existe situación final que permita la
abstracción de los efectos de las medidas tomadas. Esto no es más que una
aplicación, en el nivel del funcionamiento de la po0lítica económica, de la
idea general que el frente a frente del Estado y la Economía esta vacía de
sentido.
La política económica siempre posee un carácter dual: oscila entre su
carácter de medida técnica y su naturaleza como sanción política. Así
también, una medida concreta siempre modifica las condiciones posteriores de la
economía que facilitan u obstaculizan una medida de política económica
ulterior. Según la autora de este artículo el “capitalismo contemporáneo” no
puede renunciar a la existencia de la política económica; la misma es inherente
al funcionamiento de cualquier formación social capitalista.
Antes de devenir política económica, en los años 1930, la acción
económica del Estado capitalista existía, inseparable del funcionamiento del
sistema. Sus dos polos fundamentales son la gestión de la fuerza de trabajo y
la de la moneda.
…fuerza de trabajo y moneda tiene
una situación particular, en razón del carácter de su valor de uso.
Utilizada para crear mercancías, la fuerza de trabajo es la única capaz de
crear valor de cambio. En cuanto a la moneda, por su forma concreta –cualquiera
sea el soporte material, metal o papel-, sirve de equivalente general a todas
las otras mercancías, de la serie de las cuales se encuentra excluida. Estas
dos mercancías, cuyo valor de uso entretiene con el valor de cambio relaciones
particulares, tienen condiciones de reproducción que piden una intervención
estatal.
El salario directo, remuneración del valor cotidiano de la fuerza de
trabajo, no corresponde al valor de reproducción de esta fuerza. No puede
entretener al obrero en paro o enfermo…
Si no existiesen más que monedas escriturales privadas, emitidas por
bancos que responden a las necesidades de quienes piden préstamos y a las
demandas de pago, la calidad monetaria de los títulos en circulación sería
limitada en el tiempo y el espacio, y dependería de incesantes procedimientos
de autentificación. Las monedas emitidas por os diferentes rancios están,
verificadas como monedas en tanto que son inmediatamente y constantemente
convertibles en moneda central emitida por el Estado.
La intervención del Estado se encuentra aquí requerida por la
insuficiencia de la moneda privada para asegurar la reproducción del
equivalente general…Pero no significa de ningún modo que exista una oferta
de moneda a escala nacional, oferta cuyo volumen regularía el Banco Central. El
modo de intervención del Estado está circunscrito por el desarrollo de las
relaciones de crédito y de la circulación financiera privadas. Ese modo
consiste en garantizar la calidad de la conservación de los medios de pago cuya
emisión no controla. Ese modo está determinado con referencia a la primacía de
la circulación comercial capitalista. Así, la gestión estatal de la moneda es a
la vez inmanente y exterior a las relaciones de circulación capitalistas
Gestión de fuerza de trabajo y gestión de la moneda son los fundamentos
de la intervención económica del estado capitalista. Sus formas varían
considerablemente hasta transformarse en elementos de política económica, pero
sus funciones son las mismas.
Que bajo la primacía del
neoliberalismo la política económica se materialice preferencialmente mediante
el manejo de la moneda (monetarismo), no significa que ésta cese de existir
porque el manejo financiero y fiscal por parte del Estado ya no prime más
(keynesianismo).
VI. Las
relaciones de la crisis del Estado y de la internacionalización: un revelador
(Jean Pierre Delilez)
No se puede yuxtaponer o sumar crisis al nivel nacional y crisis de las
relaciones internacionales. Tampoco se puede contrabalancear la una por la
otra. Están íntimamente vinculadas.
El internacionalismo reaparece concretamente como cuestión política en
cada episodio de crisis…
La concentración creciente de las contradicciones sociales no puede
efectuarse con plena intensidad ni al nivel regional ni al nivel supranacional.
El imperialismo no ha de ningún modo disuelto las naciones, muy al
contrario.
Ya antes de la primera guerra
mundial el fenómeno del neocolonialismo (como endeudamiento externo de
economías debilitadas) se presenta.
La multinacionalización se apoya directamente en las diferentes formas
de intervención pública desde el Estado banquero, legislador y organizador de
las reestructuraciones de la producción…todo ello lleva a considerar esta
multinacionalización como un aspecto del capitalismo monopolista de Estado.
La más o menos gran solidaridad de los procesos de crisis (monetaria,
financiera, tecnológica, comercial) en el nivel internacional no se ha
acompañado por un debilitamiento del papel de los estados.
Los impulsos de internacionalización del proceso de trabajo deben
distinguirse cuidadosamente de la internacionalización del capital. Esto
porque, la primera se encuentra como “contenida” por las relaciones de
propiedad, las cuales fragmentan e imposibilitan la realidad de unas fuerzas
productivas que se unifican en términos internacionales…
Inflación: es un instrumento
de crecimiento del índice de explotación por el hecho de que actúa sobre el
poder de compra de manera global. Pero contribuye igualmente a desvalorizar, de
manera selectiva, los capitales en función, practicando al mismo tiempo un
suave reajuste de los índices de beneficio e interés.
Las instituciones del Estado, si
aún cada una de ellas materializa una función específica y particular
(organizativa, ideológica o represiva), todas actúan sobre un fondo de
interdependencia de funciones, así como de imbricación de las mismas.
Comprender la crisis del estado, es referir las discontinuidades y las
rupturas parciales a la tendencia a la no reproducción de las relaciones
sociales de producción, de cambio y de apropiación.
El Estado ya es una
superestructura inseparable de la base en su movimiento, levantada a partir de
antagonismo de clase de una formación social, puesto que se ha construido a
partir de la no reproducción de una estructura concreta.
El presidencialismo, junto al
predominio del ejecutivo por sobre el legislativo, es propio del capitalismo
monopolista de Estado (el cual prima durante la época de oro del keynesianismo)
VII Crisis del
Estado, consumo colectivo y contradicciones urbanas (Manuel Castells)
Las contradicciones urbanas
adquieren un carácter específico y fundamental en la etapa “actual” del
capitalismo, toda vez que las mismas enfrentan a una clase dominante al
conjunto de las capas populares (no solo a la clase obrera) en tanto influyen
de manera decisiva en la organización del espacio en la vida cotidiana.
El proceso contemporáneo de
centralización y concentración del capital, debe entenderse como la
reproducción extendida del desarrollo desigual, tanto en el nivel internacional
como en nivel nacional. Esto lleva a la formación de grandes metrópolis que
concentran la producción y el consumo; se genera la necesidad de la primacía
tendencial del consumo colectivo (transportes, servicios sociales, vivienda,
educación, salud)
La creciente mecanización del
proceso de trabajo (alza de la composición orgánica del capital) supone que
cada unidad de fuerza de trabajo moviliza una mayor cantidad de capital
constante que anteriormente, lo cual lleva a concebir el proceso de trabajo
como extremadamente sensible a las variaciones en la propia fuerza de trabajo
(la cual siempre será el factor más variable, por sobre el capital constante de
cualquier especie). Todo esto refuerza la necesidad de la preocupación acerca
del consumo colectivo (pregunta:
¿puede realmente afirmarse que el elemento más variable, en todo momento, en el
proceso de trabajo, es el capital variable?. Un juicio ponderado tendría que
observa la enorme variación y fluctuación existentes en el precio de las
materias primas –capital constante circulante-m, así como en el valor de la
maquinaria. Todo esto mientras la fuerza de trabajo cada vez es mayormente
encuadrada y disciplinada, tanto por medio de mecanismos ideológicos, como mediante
fragmentaciones técnicas en la s posibilidades de sindicalización)
Contradicción: si bien para la reproducción del capital en escala
ampliada es necesario el desarrollo de los medios de consumo colectivos, la
inversión privada no encuentra en esta esfera condiciones de inversión
favorables, dado que la tasa de media de ganancia en la misma es inferior a la
tasa media (cuestión que se explica por la gran cantidad de capital inicial que
se requiere para comenzar el funcionamiento de estas esferas de la producción
-principalmente de capital constante- mientras la retribución es relativamente
en gananc8ias es relativamente pequeña en el orto plazo, si consideramos que se
debe amortizar en gran cantidad este enorme capital inicial). Todo esto supone
la intervención precedente del Estado en estas esferas, el cual prepara las
condiciones infraestructurales para que el capital privado luego pueda
incorporarse a las mismas.
La intervención del Estado en la
esfera del consumo colectivo, modifica su carácter neutral de “vigilante
nocturno”, lo cual agudiza las contradicciones en el seno de las formaciones
sociales politizando a las capas populares.
Contradicción: en el contexto de la crisis el sistema se encuentra
ante la doble necesidad de reforzar la explotación (para restablecer el índice de beneficio) y a
la vez aumentar la integración social (para restablecer la hegemonía política e
ideológica)
VIII Crisis de
la relación Estado/sociedad local vista a través de la política regional
(Renaud Dulong)
(Pregunta: ¿por qué se habla más de capas populares que de capas
burguesas? ¿Deriva esto de una unidad de clase más evidente en los puestos
dominantes?)
Fracción regional de clase
Feudalidades: en los territorios,
usualmente denominados regiones, la clase dominante –o la fracción hegemónica
del bloque dominante- se apoya en clases burguesas subordinadas, las cuales
obtienen un marco de poder en sus regiones a cambio de la mantención de la
subordinación de las capas populares de estas regiones. Así, las contradicciones
secundarias de una formación social, son mediadas, tratadas por clases
dominantes en grado relativo subalterno, de modo que no afecten y se aíslen de
la contradicción fundamental capital/trabajo.
Feudalidades: lugares en que la dominación se ejerce de
tal manera que las organizaciones que tienen el proyecto de cambiar esta
dominación parecen extranjeras y son tratadas como tales.
Crisis en la relación
Estado/sociedad local: está indicada por la posibilidad de la cristalización de
una relación directa entre el gobierno y una zona determinada del territorio
(morigeración del carácter mediado específico de esta relación)
Prácticas de la clase
monopolista: trastornan el territorio, y hacen aparecer al mismo como
extranjero respecto al antiguo criterio de definición de la nación. Desde
entonces, el espacio nacional puede presentarse difícilmente como lugar de
unión interclases contra un enemigo exterior; es uno de los lugares donde se
descubre la naturaleza del adversario de clase…el enemigo interior.
Contradicción entre la
internacionalización del capital y la forma nación de la ideología dominante
IX El papel
social de los altos funcionarios y la crisis del Estado (Jacques Sallois,
Michel Cretin)
Solo con su funcionamiento, el Estado expresa un orden que no puede
más que reproducir las relaciones sociales dominantes cuya crítica efectiva
define precisamente el desorden. En función de esta armonía preestablecida, la
dominación de la clase o fracción de clase dominante puede ejercerse por
intermedio de un personal no salido directamente de ella desde el momento en
que está asegurada su adhesión a la forma estatal del poder. Entonces le
basta controlar el reclutamiento y la formación.
El desarrollo del capitalismo
“contemporáneo” ha supuesto dos cosas –al menos-. Por un lado la escisión más
marcada en el seno de la administración: en ella las cúpulas dirigenciales
poseen una diferencia de naturaleza con respecto a los funcionarios de más bajo
rango, a la vez que ostentan poderes discrecionales amplios –sus funciones
están en menor medida repertoriadas-. Asimismo, esta transformación se
entrelaza con una mayor preponderancia del ejecutivo por sobre el Parlamento;
la función de legitimación recae ahora preponderantemente en los puestos
dirigenciales del sector administrativo (el cual ahora deviene también
formulador de políticas, no solo “implementador” de las mismas). En segundo
lugar, se evidencia una mayor homogeneidad entre los puestos y la formación de
los altos funcionarios públicos en con conjunto con los ejecutivos privados.
Tendencias actuales de la
división del trabajo: alta calificación de un número restringido de cuadros y
la descalificación de una masa creciente de trabajadores asalariados. Esta
dinámica se reproduce tanto en lo privado como en lo público –en este último
sector supone el mayor poder las cimas burocráticas y la ruptura de la alianza
de la alta burguesía con las capas pequeñoburguesas que se formaron al alero
del Estado-
A falta de un tema que pueda
representar, incluso esquemáticamente, la alianza entre la fracciones de clases
en nombre de las cuales interviene la alta función pública, la adaptación a un
cambio cuyas finalidades no son explícitas deviene un fin en sí.
La solidez de un régimen se juzga, de hecho, por su capacidad de hacer
trabajar al servicio del gobierno a hombres que no comparten forzosamente el
conjunto de sus perspectivas. Una relativa heterogeneidad de la alta función
pública…es la marca y la garantía de la hegemonía que ejerce en el conjunto del
cuerpo social una clase particular.
X ¿Crisis de la
justicia, crisis de la ley, crisis del Estado? (Dominique Charvet)
…el fenómeno estatal es quizá el acontecimiento político más importante
de estos últimos treinta años, durante los cuales se ha visto el número de comunidades
humanas organizadas en Estados, pasar de unos treinta a ciento cincuenta. Lo
que deviene mundial es la civilización del Estado. Por lo tanto, la crisis
actual del Estado puede muy bien no ser una crisis de decadencia, sino una
crisis de crecimiento…
Hablar de crisis respecto de la Justicia es, en cierta medida, paradójico, puesto
que se trata de una institución de crisis. Su historia, su procedimiento,
su vocabulario, se relacionan con el conflicto y hoy todavía el debate judicial
se parece a alabanza guerrera de los pueblos primitivos: costumbres, ritos
actitudes, todo habla de enfrentamiento, de batalla. Y en efecto, es una
batalla, una guerra civil, la que cotidianamente lleva a cabo la Justicia para imponer la
norma social…Si, colocada como otras administraciones entre lo real social y la
norma del estado, impone como esas otras administraciones la norma de este
estado, la Justicia
se diferencia fundamentalmente por el conflicto que confiesa; más todavía: por
el conflicto que pone en escena.
La noción de la Justicia como un tercer
poder imparcial –elaborada por Montesquieu-, no deriva de razonamientos
especulativos específicos de este autor, sino de la situación social
determinada de su época: la creciente disputa entre los parlamentos (señores) y
el poder central (el rey), requería una solución institucional de una medidas
similar a la pergeñada idealmente…
Lo judicial es un compromiso inestable: institución semipública,
semiprivada, separada de la creación de la norma que pertenece al legislativo,
como de su concreción que es del ejecutivo, la institución judicial va a tener
por misión la integración del conflicto en la normas fundamentales en un
registro soportable.
Justicia: es una
institución que constituye uno de los instrumentos
importantes de integración social en la medida es que la negación de los
conflictos de clase por su traducción en conflictos morales o abstractos:
el bien, el mal, lo justo y lo injusto
La institución judicial ha sido para la clase dominante la herramienta
técnica de las resoluciones de contradicciones secundarias (como repartirse una
herencia, a quien atribuir un derecho de propiedad), y el instrumento
ideológico de afirmación de sus valores (el respeto del derecho de propiedad y
de la autoridad)
…ese juez pone fin a la ficción de que la fábrica es un lugar privado
–ficción basada en la propiedad privada-.
Pero el presupuesto del Estado no permitirá jamás poner a un policía
detrás de cada ciudadano y la única estrategia rentable se redescubre
actualmente: poner un policía al interior de cada ciudadano
Seguridad…¿qué
seguridad?...¿contra el paro, contra la inflación, contra el deterioro del
medioambiente, contra los accidentes de trabajo, contra la delincuencia?
Una solidaridad entre la necesidad de seguridad de los ciudadanos y la
necesidad de seguridad de un Estado que no se siente seguro de sí mismo
XI. Atlantismo
y crisis del Estado Europeo (Alain Joxe)
Las fuerzas populares son siempre locales y el internacionalismo
proletario ha de construirse. La represión, también, la cual sigue siendo,
pues, geográfica, contrariamente al capital financiero (Comentario: la
actualidad niega que la represión solo sea función de lo local)
Existen tres niveles de
contradicciones en el sistema imperialista: a) Estado líder/Estado dependiente;
b) fracción hegemónica/fracción no hegemónica del bloque en le poder; c)
burguesía/clases explotadas en una formación social determinada
Para dominar Europa Estados
Unidos tiene interés en unificarla (ver como la historia progresa mediante
contradicciones; posteriormente, la
Europa unificada devino rival o competidor de EEUU)
OCDE: creada para canalizar el
flujo del Plan Marshall…
La hegemonía política de clase se manifiesta siempre por la
organización de “falsos debates”; tomando partido en ellos las clases invierten
una parte recuperable de sus intereses reales al mismo tiempo que se dividen
políticamente, por sus propios intereses antagónicos respecto a los de la
burguesía.
La guerra francesa en Indochina,
comenzada el año 1947, tuvo intencionada o inintencionadamente el resultado de
redirigir la orientación de las fuerzas de orden de ese país, desde una
reciente tradición signada por la Resistencia (masiva, popular y de izquierdas) en
la segunda guerra, a una nueva tradición aliada a la defensa del imperio
francés (internamente unificado)
La guerra con Argelia (1950 en
adelante) supone, asimismo, una mayor fascistización y control de las capas
populares por parte de la burguesía francesa dominante
Ya en 1969, con la crítica a la guerra
en Vietnam, se formula la posibilidad de un servicio militar no obligatorio. En
1973 cristaliza formalmente esta alternativa.
En Europa…el principio del
servicio militar y obligatorio constituye, la base de un consenso popular
respecto a la hegemonía burguesa. Esta institución es el único compromiso
de clase que funda la legitimidad del Estado burgués, a la vez en términos de
dominación y en términos de hegemonía…el
Ejército es la fortificación de la hegemonía burguesa, porque todas las clases
aceptan integrarse en ella bajo órdenes de la burguesía en defensa del interés
nacional.
Contradicción no antagónica: la
izquierda defiende el reclutamiento porque solo eso permitiría a las capas
explotadas y a la clase obrera controlar el mando e impedir que el cuadro
permanente se convierta pura y simplemente en una tropa de mercenarios al
servicio de la dictadura burguesa. Por ende, el servicio militar sirve para
atenuar la dictadura burguesa. La derecha defiende el reclutamiento porque
el servicio constituye el lugar privilegiado de la suspensión de las luchas de
clases y un ejercicio permanente de hegemonía conseguida sobre las capas
populares
El servicio militar refuerza la hegemonía burguesa. La burguesía ha
cedido un poco de poder de dominación a cambio de un refuerzo de su poder
hegemónico, y ese intercambio ha interesado históricamente al proletariado y a
los campesinos.
La ideología dominante no es dominante más que porque vehicula,
deformándola, una parcela de la verdad objetiva
La transnacionalización acentuada
del capital norteamericano y su fusión con fracciones financieras hegemónicas
de las formaciones sociales europeas, ha llevado a que la noción de “defensa
nacional” pierda sentido para las clases dominantes de Europa. Por lo mismo, el
compromiso que se había fraguado en torno al ejército con las capas populares,
puede ahora romperse (fin del servicio militar obligatorio), para ser
reemplazado por la preeminencia de una fuerzas de orden extremadamente
policíacas…
La alianza atlántica, materializa
en la OTAN ,
deviene con el tiempo una alianza militar no dirigida hacia el exterior sino
que hacia el interior, toda vez que exige la militarización y el control de las
luchas de clase nacionales (especialmente durante las crisis económicas)
Rama armamento: dimensión
dinamizadora del modo de producción capitalista durante toda su historia
(influenciaba benéficamente la industria pesada, ya en los primeros siglos
capitalistas mediante la construcción de buques navales)
Armamento (posee un carácter político por varias razones)
a) vende a los Estados los
instrumentos de su monopolio de la violencia legítima
b) única rama planificada a largo
plazo en el capitalismo. Investigación y producción se siguen paralelamente, en
un sector de la realidad capitalista en el cual prima la planificación
burocrática socialista;
c) como los compradores están
asegurados mediante el oligopolio de los Estados, la competencia no se produce
principalmente mediante los precios más bajos, sino que genera a partir de una mayor “calidad”, lo
que a su vez supone la competencia mediante la rápida innovación tecnológica
(inversión intensiva en capital constante fijo);
d) de esta manera, el armamento
no es solo un polo dinámico de desarrollo de las fuerzas productivas, sino que también
funge como morigerador y filtro de las crisis capitalistas, toda vez que su
dinámica marca el paso a la desvalorización de capital (su destrucción) lo que
redunda en una contención de la baja tendencial de la tasa de beneficio
Por lo tanto, la rama del
armamento es un negocio altamente político, un asunto de estado. Pero como no existe
una estructura política supranacional que asuma esta tarea, deviene una
cuestión imperial a cumplimentar por la formación social dominante en el
imperio determinado.
Al desnacionalizar técnicamente los ejércitos, los nuevos sistemas de
armamentos impuestos al Imperio consagrarían la ruptura entre el Estado y la
nación….la nación dejaría de ser un concepto burgués para no pertenecer más que
al pueblo.
Políticamente, el Estado burgués,
el ejército burgués y todo el folclore patriótico ya no sirven para nada. En
las altas esferas se preconiza que el consenso quede limitado a las capas
privilegiadas y que el ejercicio de la pura dictadura se ejerza contra las
capas explotadas.
EEUU: para reforzar la aparente
importancia de los estados naciones burgueses, facilitará por todos los medios
la aparición de conflictos interestatales (si es posible, a un nivel de
violencia inferior); y, para dar al estado nación unitario un trabajo
constante, eventualmente apoyarán las tendencias separatistas regionalistas
(¿teoría de la conspiración?)
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