Más allá de El Capital Michael Lebowitz
…de que podamos hablar de
justicia cuando la propiedad de los medios de producción (nuestra herencia
común) permite a una pequeña parte de la sociedad obligar al resto atrabajar en
condiciones inhumanas
Un tercer requisito (implícito en
el capital) es que a los capitalistas no les da lo mismo alquilar medios de
producción que comprar fuerza de trabajo. Esto quiere decir que el capital ha
tomado posesión de la producción, y de este modo obliga a los productores que han sido separados de
los medios de producción a vender su fuerza de trabajo.
Dado de que carece -el
trabajador- de los medios de producción para asociarlos con su fuerza de
trabajo, ésta no es un valor de uso par él. Por eso la ofrece como una
mercancía para adquirir el equivalente social del trabajo que hay en su
interior.
Progresivamente surge algo más
que sólo una relación social de dominación y subordinación. Ahora, el
trabajador está dominado técnicamente por los medios de producción, por el
capital fijo, en el proceso de producción (de la subsunción formal a la
subsunción real del trabajo al capital)
Barrera/Límite: basándose en Hegel el autor establece que las
“barreras” son propias de los movimientos determinados de las cosas finitas,
por lo tanto siempre superables y rebasables, mientras los límites
corresponderían a fronteras insuperables de estas mismas cosas finitas. Aquello
infinito es un movimiento capaz de poner cada “límite” como su propia “barrera”
en una autodesarrollo sin fin. Esto es precisamente lo que supone la lógica del
capital abandonado a su sola autoreproducción (se entregan citas de Marx al
respecto).
De los seis libros proyectados en los
Grundrisse (del capital, de la propiedad territorial, del trabajo asalariado,
del estado, del comercio internacional, del mercado mundial), una importante
corriente de autores sostiene que lo fundamental del material pertinente a los
tres primeros libros, de hecho fue incluido en el primer tomo de El capital. Entre
estos autores se cuentan Rosdolsky, Grossman, Mandel, Ronald Meek. Sin embargo,
el argumento más rigurosamente informado sobre la materia supone su propia
negación parcial, toda vez que Rosdolsky aborda el problema del salario en un
capítulo aparte de su obra principal (Génesis y estructura de El capital),
desarrollando conclusiones que minan su propio argumento de la “inclusión”
Por el otro lado, existe una
corriente teórica que ha afirmado fuertemente que Marx nunca abandonó su plan
original, y que, por lo tanto, el libro sobre el trabajo asalariado quedó
finalmente sin elaborar (Maximilien
Rubel). Negri comparte este argumento sosteniendo que el libro “faltante” supondría
la limitación del objetivismo del capital, su reemplazo por el subjetivismo de
la lucha de clases.
Para Hegel, el hombre trascendía
las restricciones animales: primero, por la multiplicación de las necesidades y
de los medios, y, luego, por la descomposición y la distinción de la necesidad
concreta en partes singulares y aspectos específicos que llegan a ser
necesidades diversas particularizadas y, por lo tanto, más abstractas.
Por el contrario, marx enfatiza
en el hecho de que las necesidades sólo crecen y desarrollan junto y debido al
desarrollo de las fuerzas productivas, al desarrollo de la producción.
La generación constante de nuevas
necesidades de mercancías significa que cada nueva necesidad se convierte en
una nueva exigencia de trabajar, agrega una nueva carga. Cada nueva necesidad
se convierte en un nuevo eslabón de la dorada cadena que amarra a los
trabajadores al capital
El autor explica que la premisa de considerar las necesidades
(subsistencias que compran lo salarios) de los trabajadores como un dato fijo
es necesaria a Marx para determinar de manera analítica simple el grado de
explotación (tasa de plusvalía). Sin embargo, la misma premisa, derivada
de los planteamientos de los fisiócratas y de Adam Smith, debe ser abandonada
en el análisis posterior del capitalismo, como Marx planeaba hacerlo en su
proyectado libro sobre el Trabajo asalariado.
La única forma de variación de
los salarios que considera Marx es la que se deriva de la mayor productividad
del trabajo, la cual termina abaratando las mercancías que compran los
salarios. Por lo tanto, estos son cambios en el valor de la fuerza de trabajo
(que rebaja su valor)…
Marx habría tomado su noción de totalidad de Hegel (en rechazo al
althusserianismo); la cual supondría un todo compuesto de diversos aspectos
que se encuentran entre sí en una relación necesaria que surge de la naturaleza
del organismo. Y estos elementos son diferentes miembros de un sistema
orgánico, una estructura social en la que todas las relaciones existen
simultáneamente, y se sostienen las unas a las otras…para el marxismo, las partes no tienen existencia anterior como
“partes”: adquieren propiedades en virtud de ser parte de u todo particular.
“Tenemos un concepto de sistema
orgánico en el que las relaciones existen simultáneamente y se sostienen las
unas a las otras…dentro del sistema burgués ya desarrollado, cada relación
económica presupone otra ya plasmada y es al mismo tiempo, premisa de ella,
como curre en todo sistema orgánico”
Hegel: En la medida en que puede mostrarse que un concepto implica otro
ulterior, puede decirse que contiene en su interior una distinción, una
negación, que demuestra que no es adecuado en sí. Entonces, el momento
dialéctico con respecto al primer término es la comprensión de la distinción
que contienen implícitamente, del “otro” que está latente en su interior.
Para Marx, contrariamente a
Hegel, la totalidad del pensamiento, que reproduce concretamente la realidad en
la esfera del pensamiento, no era producto de un Concepto originario que se
autodesarrollaba, sino que era el producto de una “cabeza pensante” que se
apropiaba de la realidad de una manera particular, la cual estaba signada por
la elaboración y el desarrollo de materia prima compuesta por intuiciones o
representaciones propias de la forma cultural en la cual se inscribía.
Los párrafos anteriores nos
permiten señalar la importancia de la “deducción
dialéctica”, un método fundamental utilizado por Marx en toda la
arquitectura del El capital. Ahora bien, El capital no se fundamenta en el
autodesarrollo del concepto, sino que su norma, su punto referencial de
comparación, es siempre la realidad concreta: si el desarrollo del sistema
conceptual aún no logra captar ciertos fenómenos concreto-reales de importancia
más que marginal, si se le escapan determinaciones esenciales, se requiere la
introducción de una nueva categoría.
Ejemplos de este procedimiento de
deducción dialéctica están dados por el análisis de la mercancía en el primer
tomo de El capital (forma simple, desplegada, forma general), por los esquemas
de reproducción del tomo II (capital productivo, comercial, financiero, etc)
En consecuencia, la cuestión crucial es, así, determinar en qué punto
debe introducirse la categoría…Antes de que sus premisas hayan sido
desarrolladas, no puede introducirse ninguna categoría, y tampoco podrá introducirse
hasta que esté implícita y su incorporación sea necesaria para el desarrollo
ulterior de la totalidad pensada. En resumen, ninguna categoría puede caer
del cielo; cuando se la requiera debe ser desarrollada desde el interior del
sistema. Así, a los efectos de asegurar que ningún elemento es externo
¿Y si no podemos demostrar que todas sus presuposiciones son el
resultado de la propia obra del capitalismo?¿Habremos comprendido la totalidad
concreta?...
El método de deducción encontrado
en la obra general de El capital es desarrollado por lebowitz. El punto
inicial, la mercancía, para existir como tal contiene en sí una distinción, la
distinción entre valor de cambio y valor de uso, entre mercancía y dinero,
ya que la mercancía sólo existe en tanto puede ser intercambiada. Esta primera
distinción constituye una pareja de opuestos (mercancía y dinero) que se
resuelve en un tercer elemento de síntesis: el capital, unidad en la
diversidad, valor que se valoriza a sí mismo. Sin embargo, Marx se apercibe
de que el proceso de deducción dialéctica, hasta este momento, aún no se ajusta
a la realidad de la totalidad concreta, lo cual se demuestra en que el mismo
capital posee una distinción interna, que lo obliga a una nueva determinación. El
capital, para ser capital, debe ser primero capital en la circulación, luego
capital productivo, para después regresar a la esfera de la circulación. Los
opuestos de la “circulación” y la “producción” se unifican en el capital
concebido como totalidad procesual unificada, un círculo en el cual cada
resultado es su propia premisa.
Todas las presuposiciones, todas las
precondiciones, son ellas mismas resultados en el interior del ciclo del
capital: ésa es precisamente la naturaleza del capital comprendido como una
totalidad, como un proceso de reproducción. En resumen, la reproducción (entendida como reproducción de productos
materiales y de relaciones de producción) es el concepto central del todo
orgánico, del capital como totalidad.
Hay un elemento que no es
parte de el capital, que no es producido ni reproducido por el capital, que es
un punto de partida pero no de retorno en el ciclo del capital, una premisa que
no es un resultado del mismo capital, exterior a él, pero que es necesaria para
la reproducción del mismo: la
reproducción de la clase obrera. Al respecto, Marx escribe: “la
conservación y reproducción constante de la clase obrera siguen siendo una
condición constante para la reproducción del capital. Pero el capitalista puede
abandonar confiadamente el desempeño de esa tarea a los instintos de
conservación y reproducción de los obreros.
Departamento I (Medios de producción) y Departamento II (artículos de
consumo). En cada departamento hay dos insumos en la producción: medios de
producción (Mp) y Fuerza de trabajo (Ft) y, de esta forma, dos fuentes
componentes del valor (trabajo inerte y
trabajo vivo). Y hay dos productos: medios de producción (Mp) y artículos de
consumo (Ac). Un producto, lo medios de producción, también es un insumo; es un
resultado y una presuposición de la producción. Sin embargo, el otro producto, los artículos de consumo, aquí no es un
insumo; y el otro insumo, la fuerza de trabajo aquí no es un producto.
…el valor de los medios de producción consumidos en el Departamento II
debe ser igual al valor agregado en el Departamento I. No obstante, esta
condición no cumple los requisitos para la reproducción, si especificamos que
la reproducción debe implicar la reproducción de un número dado de trabajadores
requeridos.
Ahora vemos que el ciclo incluye un intercambio de dinero por medios
de producción (D-Mp) y un intercambio de medios de producción por dinero (Mp-D),
que son el mismo acto visto desde lados diferentes. En el interior del ciclo
del capital, los medios de producción son claramente un supuesto y un resultado.
Sin embargo, esta cuestión simplemente
subraya la asimetría (oculta) entre la fuerza de trabajo y los artículos de
consumo: hay un intercambio de dinero por fuerza de trabajo (D-Ft) y un
intercambio de artículos de consumo por dinero (Ac-D). De este modo, vemos
nuevamente que en el interior del ciclo la fuerza de trabajo sólo es un
supuesto, y los artículos de consumo sólo un resultado.
Ambas partes de esta metamorfosis ya han sido
implicadas por los movimientos del capital dentro de “su” ciclo (D-Ft;
Ac-D)…Sin embargo, este paso todavía es insuficiente porque la fuerza de
trabajo sigue siendo aquí un supuesto, pero no un resultado. Tenemos, en este punto, el consumo de
fuerzas de trabajo pero no su producción y la producción de artículos de
consumo pero no su consumo. En resumen, el sistema sólo puede ser completo
poniendo explícitamente otro proceso de producción, un segundo momento de
producción (Pt), distinto del proceso de producción de capital: en el que es
producida la fuerza de trabajo en el curso del consumo de artículos de consumo.
De esta manera, el ciclo del capital implica necesariamente un segundo ciclo:
el del trabajo asalariado.
El capital, en el concepto de su
reproducción resulta contener una distinción (no es una “totalidad completa”): para existir como tal, el capital como
un todo debe postular al trabajador asalariado fuera de él.
De este modo, para ser “para sí”,
el trabajador asalariado debe ser un “ser para otro”. Aquí tenemos al trabajador como asalariado para sí; como alguien que
trata al capital como un medio, un medio cuyo fin es el trabajador para sí. El
capital no crea un trabajador asalariado para el capital, sino un trabajador
asalariado “para sí”….He aquí un paralelo con el análisis del capital.
Primero se nos presenta al capital en la esfera de la circulación y su
necesario ingreso en la esfera de la producción, y luego en su regreso a la
esfera de la circulación. El capital como totalidad desarrollada es una unidad
determinada de producción y de circulación. Del mismo modo, vemos que el
trabajador asalariado debe conseguir artículos de consumo en la esfera de la
circulación, consumirlos y aniquilarlos en el proceso de su propia producción y
regresar a la esfera de la circulación como vendedor de fuerza de trabajo. El trabajo asalariado como totalidad también
es una unidad determinada de producción y circulación.
Debemos destacar que no estamos
sugiriendo que el capital es unilateral porque excluye al trabajo asalariado
como tal. Obviamente, el trabajo asalariado en sí no podría estar ausente del
libro, porque sin él ni siquiera podríamos hablar del desarrollo del capital. El trabajo asalariado está presente como la
barrera que el capital rebasa en su intento por crecer. Pero no como el “deber
ser” que tiene al capital como su barrera.
(Comentario: en primer lugar,
se abusa de la noción de althusseriana que comprende toda práctica como un
proceso de producción, toda vez que el consumo de los proletarios –su
mantención- se entiende como un proceso de trabajo, un proceso de producción.
Se indistingue, entonces, la noción de trabajo, el cual ahora se identificaría
casi con cualquier actividad realizada por el hombre. En segundo lugar, las relaciones anteriores
dan a entender que el trabajador asalariado no es producido por el
automovimiento del capital; esta tesis fuerza la nota: en la realidad lo único
que comprende –en su totalidad-el proceso de reproducción capitalista es la
materialidad de los medios de producción, por lo tanto, de esta manera, si
quiere, incluso podría decirse que la autoproducción de los capitalistas como
seres privados –consumidores- no se encuentra en el proceso de reproducción del
capital-----¡nos faltaría todavía incluir la autoproducción de los capitalistas
como seres humanos fuera de la esfera de trabajo!...)
En este sentido, al desplegar el concepto del capitalismo como un
todo…utilizando materiales de El capital, sugerimos una continuidad esencial en
el pensamiento entre el joven Marx y el maduro…Asimismo, esto no implica
que no haya habido desarrollos significativos ni rupturas epistemológicas entre
la posición del joven Marx y el Marx maduro…Pero no es un giro en la
concepción del capitalismo como totalidad; sino que los Grundrisse representan
el desarrollo de una nueva forma de comprender la parte del capital dentro de
esa totalidad (contra Martin Nicolaus)
Para desarrollar el concepto de capital es necesario no comenzar con
el trabajo, sino con el valor (Grundrisse) En los Grundrisse
descubrimos el surgimiento de un concepto adecuado de capital, el concepto de
capital como autovalorización, como “valor para sí”…Marx afirma, ahora, que
tratar de explicar las leyes interiores del capital como el resultado de la
competencia equivale a reconocer que no se las comprende…En resumen, ya no
encontramos a Marx explicando el movimiento del capital como el resultado de
movimientos exteriores de los capitales individuales (su repulsión y
atracción), tal como lo hacía en sus escritos anteriores a los Grundrisse (como
Trabajo Asalariado y Capital)---en los Grundrisse comienza a existir un nuevo
concepto de capital
Competencia: un punto esencial es que la misma es una premisa
para el desarrollo y el crecimiento de las tendencias inherentes al capital.
Si bien se eliminan capitales individuales, para el “capital en general” la
competencia amplía los mercados y el poder del capital. Por el contrario, la competencia para la “clase obrera en general”
supone la reducción de su valor, la baja de los salarios. La competencia es inmanente y beneficiosa
para el capital (si se aceptan los esquemas de producción que postulan el
desarrollo ad infinitum del capital); para el trabajo asalariado, es perniciosa
(su propio principio de desarrollo es la asociación y la cooperación)
La plusvalía, y el desarrollo del
capital, aumentan y se desarrollan separando a los trabajadores.
De este modo Marx observó que en el interior de la manufactura el
capital debe luchar sin pausa contra la insubordinación de los obreros, la
resistencia contra el despotismo del capital (indisciplina) era fruto cotidiano
durante el periodo de la manufactura. Esta situación se revierte una vez la
introducción de las máquinas en el proceso de trabajo deviene sistemática
(subsunción real del trabajo al capital disciplina la fuerza de trabajo)
Marx sobreestimó la victoria del capital a partir de la máquina en
su época y subestimó la capacidad de los obreros para poner límites a las
tiránicas usurpaciones del capital. En
esta medida había una importante contratendencia intrínseca en la máquina como
capital fijo. El mismo crecimiento del capital fijo hace indispensable la
continuidad del proceso de producción…el desarrollo de la industria de
maquinarias hace al capital más, en vez de menos, vulnerable al arma de las
huelgas. El capital está en una forma en la que pierde valor y valor de
cambio cada vez que es privado de contacto con el trabajo vivo. De este modo,
el potencial de los trabajadores de imponer su voluntad en la producción no fue
automáticamente eliminado con el surgimiento de la industria a gran escala.
Poder del capital como
propietario de los productos del trabajo: aquí, como consumidor, el trabajador
enfrenta al capital en su forma más etérea, como “totalidad”, pero al mismo
tiempo supone el verdadero enfrentamiento de raíz con el mismo por parte del
trabajo asalariado (Comentario: la lucha esencial tiene que situarse, no
como Lebowitz preconiza en la esfera de la circulación, sino en la misma
producción, en el cómo y mediante qué se produce)
Donde Marx rompió con los teóricos
clásicos fue en lo tocante a la eficacia de los aumentos de población para el
capital. Argumentó que el capital no podría conformarse con el aumento natural
de la población: “para poder desenvolverse libremente, requiere un ejército
industrial de reserva que no dependa de esa barrera natural”. De este modo Marx criticó el principio de que los
aumentos de salarios generarían una multiplicación más rápida de la población
y, en consecuencia, provocarían una reducción de salarios a su nivel normal,
principalmente porque el periodo de gestación para la producción de este
particular insumo, la población “realmente apta para trabajar”, es demasiado
largo. El capital no puede ni podrá esperar que se produzca una
población excedente absoluta. En consecuencia, el capital la sustituye por un
insumo productivo diferente, la maquinaria, que produce desempleo: una
población excedente relativa que baja los salarios debido a la competencia
incrementada entre los trabajadores.
Pero los cambios en los
salarios de mercado, ¿cómo alteran el patrón de necesidades? (y el valor de la
fuerza de trabajo)? Ya conocemos la respuesta: el patrón de necesidades
necesita ajustes. Si el precio de la fuerza de trabajo es inferior a su valor
por un tiempo considerable, el patrón de necesidades tenderá a contraerse.
Engels había apuntado que, sin sindicatos, los trabajadores se van
acostumbrando, gradualmente, aun nivel de vida más y más bajo. El mismo proceso
ocurre cuando los salarios crecientes permiten a los trabajadores satisfacer
una cantidad mayor de sus necesidades socialmente desarrolladas.
En la medida en que los medios de
subsistencia que habitualmente necesitan los trabajadores pueden cambiar,
entonces no podemos decir con Marx que el precio del trabajo en el mercado, al
igual que las demás mercancías, tiene que adaptarse con el transcurso del
tiempo a su valor. Así, en la
medida en que el volumen de las necesidades sociales de los trabajadores es un
producto histórico, el valor de la fuerzas de trabajo tiene un tendencia ajustarse
a su precio, y no al revés.
Caso: la productividad y el patrón de necesidades suben al mismo ritmo.
“El obrero continúa recibiendo el mismo valor –o la objetivación de la misma
parte de la jornada laboral- que antes. En este caso, dado que la productividad
del trabajo se ha incrementado, la cantidad de valores de uso que recibe, su
salario real, se ha elevado, pero su valor ha permanecido constante, puesto que
continúa representando la misma cantidad de tiempo de trabajo realizado que
antes. En tal supuesto, sin embargo, el plusvalor es también inalterado, no hay
cambio entre el salario y el plusvalor” (Marx)
Si el equilibrio de fuerzas de las clases es tal que mantiene la tasa
de explotación constante, entonces el efecto de los aumentos de productividad
será un incremento en los salarios reales y no del plusvalor relativo.
Vemos que una
discusión únicamente basada en los incrementos de la productividad social es
insostenible. Antes bien, es esencial comprender que el fundamento real para el
plusvalor relativo debe ser localizado en le mercado de trabajo….Sólo un grado cada vez mayor de separación
entre los obreros iniciado por la introducción de la maquinaria asegura que la
productividad crecerá en relación al salario real….en la medida en que el
desplazamiento de los obreros por la maquinaria intensifica la competencia
entre ellos…se genera plusvalor relativo….Cuando crece la productividad, la condición necesaria y suficiente para
la creación de plusvalor relativo es el debilitamiento de la fuerzas relativa
de los obreros.
(Comentario: esta la razón formulada por Lebowitz para explicar por
qué los salarios reales siempre aumentan relativamente en menor medida que la
productividad. Es importante constatar que este hecho no es fundamentalmente
explicado por Marx, para quien era más bien empíricamente autoevidente: los
países capitalistas avanzados que analizó efectivamente poseían salarios reales
altos que combinaban una tasa de explotación mayor todavía. Por otro lado, es
importante, complejizar la tesis del autor: es muy posible que el
desplazamiento de trabajadores por la mayor utilización de maquinaria, lleve a
un desempleo –y, por lo tanto, una “separación” mayores -; sin embargo, también
es necesario incluir entre los efectos netos de este proceso una reformulación
de la organización del trabajo. Se produce necesariamente una economía de
escala, caracterizada por una mayor socialización de la producción. Por lo
tanto aumenta la concentración de los obreros en le lugar de trabajo
–fábricas-, al tiempo que se homogeneizan las tareas –taylorismo-. Todo esto
puede llevar a una asociación sindical más fuerte por parte de los trabajadores
empleados, la cual podría venir a contrarrestar la baja de los salarios por el
mayor desempleo. De esta manera, vemos que es posible contemplar el proceso de
introducción de maquinaria como uno de consecuencias ambivalentes…)
Tendencia inmanente al capital en función de la separación de los
trabajadores: la revolución técnica y la introducción de maquinaria no es
una variable que dependa exclusivamente de la competencia entre capitales, sino
que más bien su dimensión fundamental está dada por el posibilitamiento de la
generación de plusvalía relativa mediante la división y fragmentación de los trabajadores: este proceso debe ser
fundamentado en la producción y no en la circulación. Una innovación técnica
que contribuya a la mayor asociación de los trabajadores no tiene grandes
posibilidades de implementarse; por su parte, una innovación que sea menos
productiva pero que a la vez fragmente a los trabajadores se abrirá camino
bastante fácilmente (esto ilustra el carácter ideológico de la teconoclogía).
Con esto ilustramos la tendencia inmanente a la descentralización de la
producción por parte del capital, rasgo muy presente en la globalización
“deslocalizadora” actual.
(Comentario:
esta tendencia inmanente debe ser mayormente contrastada empíricamente a la vez
que mayormente desarrollada en su lógica argumentativa, ya que la misma
contraviene una de las leyes fundamentales del MPC descubiertas por Marx: la
tendencia a la centralización y concentración de la producción y del capital.
Someramente se puede agregar que es posible la ley elaborada por Marx se cumpla
y sea vigente e términos de valor capital, mas no suponga esto una tendencia
similar en la esfera productiva material-física –la propiedad y posesión de los
medios de producción se centraliza y concentra, pero los mismos se distribuyen
y fragmentan en sus funciones por todo el mundo…)
El argumento de Marx es que para perpetuar
la fuerza de trabajo, los salarios deben ser suficientemente bajos como para
impedir a los obreros ahorrar para sustraerse ala situación de asalariados
porque, si lo logran, tienden a convertirse en granjeros independientes….Por lo tanto, nada puede ser peor para el
capital que los salarios de los obreros elevándose más rápidamente que los
salarios de éstos: la situación en las colonias. Parece que el capital no
siempre puede abandonar confiadamente la conservación y reproducción de la clase
obrera a los instintos de conservación y reproducción de los obreros, como Marx
señala en algunas ocasiones.
El hombre rico es al mismo tiempo
el hombre necesitado de una totalidad de la expresión vital humana. El hombre
en cuya propia realización existe como necesidad intrínseca, como necesidad
(Marx) (Comentario: esta cita, de un poder filosófico-poético
sustancial, nos lleva a la consideración de la pobreza como la no necesidad de
expresión vital –la pasividad anodina del hombre gris moderno)
Retener la expresión
“depreciación de la fuerza de trabajo” (sobreexplotación que implica el rápido
desgaste de los trabajadores, su necesaria más rápida sustitución por muerte y
enfermedad)
Fundamento liberal pluralista en Hegel: “el algo es un concreto de
múltiples determinaciones, que se muestran en él igualmente como durables y
permanentes. Por consiguiente, tanto una determinación como la otra puede ser
establecida como fundamento, es decir, como la esencial, en comparación de la
cual la otra, luego, resulta solamente algo puesto…En su forma de esencialidad,
una determinación vale tanto como la otra; pero, como ella no contiene todo el
ámbito de la cosa, es un fundamento unilateral, y los otros lados particulares
de la cosa tienen igualmente fundamentos particulares, sin que ninguno de ellos
agote la cosa que constituye la conexión de todos y los contiene todos, ninguno
de ellos es fundamento suficiente”
Abstracción racional:
reconocimiento de una dimensión analítica común a un género amplio de fenómenos
La tasa de plusvalía puede ser
entendida como una relación inadecuada de la tasa de explotación, ya que no
tiene en cuenta el trabajo doméstico privado que realiza el trabajador para sí
mismo.
No obstante, hay que tener en
cuenta que la separación de los obreros es producida también espontáneamente
por la forma de existencia del capital como un todo…El capital existe como
“muchos capitales”. Y esa existencia del capital como capitales individuales
separados y compitiendo entre sí a su vez separa a los trabajadores, en tanto
ellos se sienten dependientes no solo del capital como un todo, sino también de
los capitales particulares.
La base para la discusión de la “tasa decreciente de ganancia” es el
atraso relativo de la productividad en la producción de medios de producción (y
que puede ser rastreada finalmente en la naturaleza)
(Comentario: se
señala un punto interesante. El atraso de la productividad en la producción de
medios de producción, supone que su valor de cambio baja menos rápidamente que
el valor de las “mercancías de consumo”, por lo cual el aumento en la
composición orgánica se acentúa. ¿Por qué este proceso puede ser rastreado en
la naturaleza?)
El precio de las materias determina
ampliamente el nivel de la tasa de ganancia, ya que éstas son insumos casi
insustituibles en la producción de todo tipo. Este es un límite natural para el
descenso de la tasa de ganancia, ya que muchas veces el precio de las materias
primas asciende por una escasez –suboferta- determinada por causas naturales.
(por lo mismo, la destrucción del
medioambiente por el capital contiene en sí la posibilidad de la constitución
de un Límite –en términos hegelianos- a su desarrollo)
La depauperación relativa no sólo
debe medirse en valores de uso que son a la vez mercancías, sino también en
necesidades que son satisfechas por valores de uso que no constituyen
mercancías (aire puro, por ejemplo. Por lo tanto, la destrucción del
medioambiente por parte del capital incluye más razones todavía para la
acusación de la depauperación relativa de los trabajadores.
Dada la mistificación inherente
del capital, la desmistificación es, por lo tanto, una condición necesaria para
que los obreros vayan más allá del capital. Por esta misma razón, Marx
consideró esencial revelar la naturaleza del capital, revelar lo que no puede
ser inmediatamente visualizado: que el capital mismo es el resultado de la
explotación. La teoría es necesaria porque la superación del capital exige que
éste sea comprendido como el resultado de la explotación.
Puesto que la mercancía y la
forma dinero ocultan la relación real, Marx propuso que había que considerar
esta relación de una manera en lo que no fuera considerado lo que aparecía en
la superficie. Cada transacción tonada
por sí misma puede parecer justa y libre detona sospecha de explotación….No
obstante, es otro el aspecto de las cosas cuando no consideramos al capitalista
individual y al obrero individual, sino a la clase capitalista y a la clase
obrera. El método de Marx de
considerar el trabajo asalariado y el capital como una totalidad…fue
precisamente lo que se necesitaba para Mostar la naturaleza del capital como
resultado de la explotación
Toda estrategia que abogue por
alianzas entre los trabajadores y los nuevos actores sociales, parte de la
reducción teórica de los trabajadores a productos unidimensionales del capital.
Sin embargo…Los trabajadores reales tienen muchas dimensiones y existen
simultáneamente en muchas y diferentes elaciones sociales. En lugar de una
oposición inherente entre los nuevos movimientos sociales y la lucha de los
trabajadores como una clase frente al capital, debe considerarse a los nuevos
movimientos como una expresión de otras necesidades de los trabajadores…
No obstante, solo la lucha de los trabajadores como asalariados
directamente plantea la alternativa de los trabajadores como automediadores y
les proporciona a éstos la autopercepción como productores de la riqueza
social. En este sentido, los nuevos movimientos sociales no contemplan en sí
mismos las bases para una nueva forma de producción social subordinada a la
asociación de productores libres y asociados.
Según Lebowitz, para Marx cada
átomo arrancado de plusvalía es un robo (criticar
esta postura pequeñoburguesa)
El autor insiste en que la
lucha de clases en el interior del capitalismo tiene como resultado fundamental
unir y asociar a los trabajadores, para los cuales la unidad en la lucha pasa
de “medio” a “fin”. De esta manera, se entiende que la unión y socialización de
los trabajadores es más propiamente un resultado de las acciones obreras, que
de la tendencia a la centralización y concentración del capital (ley que Marx
dio un carácter objetivo, y a la cual Lebowitz les sustrae validez)
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