domingo, 28 de abril de 2013

Génesis y estructura de El Capital (Rosdolsky, 1968)


Roman Rosdolsky: Génesis y estructura del Capital (Apuntes propios)
(1968 en Alemania; 1978 Latinoamérica)

Tampoco está elaborada aún su teoría específica de la ganancia. En cambio, hacia 1848 estaban trazadas las líneas fundamentales de su teoría del plusvalor (de acuerdo a Nicolaus esta afirmación es excesiva, ya que Marx solo conocía en 1848 la existencia del excedente, pero éste no formaba parte axial de su sistema teórico socioeconómico), piedra angular de su doctrina económica, y solo quedaba la tarea de desarrollar dicha teoría en detalle, proceso que podemos estudiar minuciosamente en los Grundrisse.

En el plan de 1857, la obra estaba dividida en seis libros (o secciones, o capítulos). El primero debía tratar sobre el capital, el segundo sobre la propiedad de la tierra, el tercero acerca del trabajo asalariado, el cuarto sobre el Estado, el quinto sobre el comercio exterior y el sexto acerca del mercado mundial. A todo ello quería anteponerle Marx, una Einleitung en la que se plantearan las condiciones abstractas generales que corresponden en mayor o menor grado a todas las sociedades.

Excurso: Los manuscritos base del tercer tomo del Capital datan de 1864-1865.

En el decenio de 1870, Marx efectuó estudios especiales enteramente nuevos, justamente para la sección dedicada a la renta de la tierra. Había estudiado y extractado, durante años, en su idioma original, los registros estadísticos y otras publicaciones sobre la propiedad de la tierra que se tornaron inevitables luego de la Reforma practicada en –Rusia en 1861…Dada la variedad de las formas tanto de la propiedad de la tierra como de la explotación de los productores agrícolas en Rusia, en la sección acerca de la renta de la tierra Rusia estaba destinada a desempeñar el mismo papel que había desempeñado Inglaterra, en el primer tomo, al tratarse el trabajo asalariado industrial.

…tomo III del capital, en el que Marx excluía el problema de las conexiones en el mercado mundial del ámbito de investigación de El capital. Pero tanto vale para el problema de los ciclos industriales, la alternancia de prosperidad y crisis, cuyo análisis ulterior –como destaca repetidamente Marx- cae fuera del ámbito de nuestro análisis, y seguramente destinado a la eventual prosecución de la obra.

…El método de elevarse de lo abstracto a lo concreto es el único método científico de apropiarse lo concreto, de reproducirlo como espiritualmente concreto. Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, la unidad de lo diverso. Por eso el pensamiento solo puede concebirlo plenamente como proceso de síntesis, es decir por la vía de la reconstrucción por etapas de lo concreto a partir de sus determinaciones abstractas más sencillas. En cambio, si el análisis científico (económico, en el caso que nos ocupa) comienza directamente con lo real y concreto, con la propia premisa verdadera –es decir, por ejemplo, con la población o con el mercado mundial-tendrá que véselas con una imagen difusa y totalmente indefinida de la realidad: “la población es una abstracción si dejo de lado, por ejemplo, las clase de que se compone. Estas clases son, a su vez, una palabra hueca si desconozco los elementos sobre los cuales reposan, por ejemplo, el trabajo asalariado, el capital etc. estos últimos suponen el cambio, la división del trabajo, los precios, etc…si comenzara, pues, con la población, tendría una representación caótica del conjunto y, precisando cada vez más llegaría analíticamente a conceptos cada vez más simples. Llegado a este punto habría que reemprender el viaje de retorno, hasta dar de nuevo con la población, pero esta vez no tendría una representación caótica del conjunto, sino un arica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones”.

Sería impracticable y erróneo considerar las categorías económicas en el orden en que fueron históricamente determinantes. Su orden de sucesión está, en cambio, determinado por las relaciones que existen entre ellas en la moderna sociedad burguesa, y que es exactamente el inverso del que parece ser su orden natural o del que correspondería a su orden de sucesión en el curso de su desarrollo histórico…Nada parece más natural, por ejemplo, que comenzar por la renta del suelo, la propiedad de la tierra…como la primera forma de producción de todas la sociedades más o menos estabilizadas: la agricultura. Y, sin embargo, nada sería más erróneo. Pues en todas las formas de sociedad existe una determinada producción que asigna a todas las otras su correspondiente rango e influencia, y cuyas relaciones asignan por lo tanto a todas la otras su rango e influencia

“La distribución de los productos se halla precedida, pues, por una distribución de los elementos de la producción, por una escisión entre la fuerza de trabajo como mercancía del obrero y los medios de producción como propiedad de no trabajadores. La distribución de los productos es manifiestamente solo un resultado de esta distribución que se halla incluida en el proceso mismo de producción y determina la organización de la producción…estos modos de distribución son las relaciones de producción mismas, solo que consideradas sub alia specie”.

Es insensato considerar las formas burguesas de la producción como absolutas, mientras se entienden en cambio las formas burguesas de distribución como relativamente históricas, vale decir como transitorias

Las tres grandes clases de la sociedad capitalista desarrollada –terratenientes, capitalistas, asalariados- correspondientes a las tres grandes formas de rédito –la renta de la tierra, la ganancia, el salario- y la lucha de clases necesariamente dada con la existencia de aquéllas, en cuanto resultado real y evidente del período capitalista”.

Represento…al capitalista como un funcionario necesario de la producción capitalista, y muestro muy minuciosamente que no solo “quita” o “despoja” sino que fuerza a la producción del plusvalor, que lo ayuda a crear primeramente para quitarle luego…El capitalista es el explotador directo de los obreros, no solo el que se apropia directamente del plusvalor, sino el que lo provoca en forma directa.

 “La propia producción capitalista ha logrado que el trabajo de dirección ande por la calle en forma totalmente separada de la propiedad del capital, sea de propiedad propio o ajeno. Ha dejado de tener toda utilidad que los capitalistas realicen ese trabajo de dirección. En realidad existe separadamente del capital, no en la separación entre capitalistas industriales y capitalistas financieros, sino en la separación entre directores industriales y toda clase de capitalista…El capitalista, en cuanto funcionario de la producción, se ha tornado tan superfluo para los trabajadores tal como a él mismo le parece tan superflua la función de los terratenientes para la producción burguesa…En las sociedades por acciones, la función está separada de la propiedad del capital, y en consecuencia también el trabajo está totalmente separado de la propiedad de los medios de producción y del plustrabajo. Este resultado del desarrollo supremo de la producción capitalista es un punto de transición necesario para la reconversión del capital en propiedad de los productores, pero ya no como la propiedad privada de productores aislados, sino como propiedad de ellos en cuanto asociados, como propiedad directa de la sociedad”.
Pero del hecho de que el terrateniente no sea un agente necesario para la producción capitalista no se concluye en modo en alguno que sea totalmente innecesario para la subsistencia de esa producción, que el modo de producción capitalista hubiera podido originarse sin la propiedad de la tierra y desarrollarse de ese modo. Por el contrario. Si la tierra estuviese elementalmente a libre disposición de cualquiera, faltaría un elemento fundamental para la formación del capital. Ese medio esencial de producción, y con excepción del hombre y de su propio trabajo, único medio original de producción, no podría ser enajenado, apropiado, enfrentado de esa manera al trabajador, convirtiéndolo de esa manera en asalariado…la propiedad privada del suelo –la propiedad privada por parte de unos lo que implica la no propiedad de otros-, es el fundamento del modo capitalista de producción. Por eso, el capital no puede existir en modo alguno sin la propiedad de la tierra…por eso la transformación de las condiciones laborales en capital presupone no solo que se expropie la tierra a los productores directos, sino al mismo tiempo una determinada forma de la propiedad de la tierra.

De todos modos, lo que importa desde el punto de vista del capital, es solo que el suelo y la tierra no son propiedad común, que enfrentan a la clase obrera como un medio de producción que no le pertenece, y ese objetivo se logra por completo cuando se transforma en propiedad estatal, es decir, cuando el Estado recauda la renta de la tierra…Por eso el burgués radical…prosigue teóricamente hasta la negación de la propiedad privada de la tierra, a la que quisiera transformar, bajo la forma de propiedad estatal, en propiedad común de la clase burguesa, en capital.

La forma en que el incipiente modo de producción capitalista encuentra a la propiedad de la tierra, no se corresponde con él. Solo él mismo crea la forma correspondiente a sí mismo mediante la subordinación de la agricultura al capital. Sin embargo, la influencia del capital sobre la propiedad de la tierra tiene sus barreras. Todo cuanto puede hacer el capital es someter a la agricultura a las condiciones de la producción capitalista.

…como uno de tales poderes ajenos y como una barrera semejante el terrateniente enfrenta a al capitalista y puede tener éxito en arrancarle una parte del plusvalor creado por los trabajadores…la propiedad privada de los objetos naturales (renta de la tierra) no produce valor, pero puede constituir un factor preeminente para reclamar una orden de trabajo impago, gratuito..

Renta absoluta: piso mínimo que recibe cualquier propietario de una tierra dada por la mera posesión de la misma.
Renta diferencial: corresponde al importe particular de una tierra específica que recibe el propietario de la misma de acuerdo a las particularidades de ésta.

El capital…no solo como productor de sí mismo, sino al mismo tiempo como creador de valores, debe poner una forma de riqueza o un valor específicamente diferente del capital. Esta forma es la renta de la tierra. Constituye el único caso en el que el capital crea un valor diferente del propio capital, de su propia producción, Tanto por su naturaleza como históricamente, el capital es el creador de la moderna propiedad de la tierra.

La renta de la tierra es una creación específica del capital en tanto éste constituye a la misma dentro de sus cálculos sobre los costos de producción, asignándole así a situaciones naturales particulares (una caída de agua, por ejemplo) un valor de cambio (valor mercantil). Por lo mismo a ésta debía estudiársela luego del tratamiento de la categoría del capital.

El trabajo asalariado no es creado en su plenitud sino por la acción del capital sobre la propiedad de la tierra, y luego, una vez que ésta se ha consolidado como forma, por el propietario mismo de la tierra…No cabe duda alguna, pues, de que el trabajo asalariado en su forma clásica, como aquello que impregna a la sociedad en toda su amplitud y se convierte en base de la misma, en lugar de la tierra no es creado sino por la moderna propiedad de la tierra.
El valor del suelo no es otra cosa que el precio que se paga por la renta capitalizada del suelo. Por lo tanto, aquí deben suponerse desarrollos mucho más trascendentes que los que podrían surgir prima facie de la mera contemplación de la mercancía y su valor; muy a la manera del capital ficticio del que trata el juego de la bolsa, y que de hecho no es otra cosa que la compra y la venta de ciertos títulos…y que no puede desarrollarse plenamente a partir del concepto sencillo de capital productivo.

Por eso la producción capitalista…solo aparece en su amplitud total cuando también el productor rural directo es asalariado.

El capital existe y solo puede existir como muchos capitales; por consiguiente su autodeterminación se presenta como acción recíproca de los mismos entre sí…como el valor constituye la base del capital, y éste solo existe, forzosamente gracias al intercambio por un contravalor…el capital se repele necesariamente a sí mismo. Por ello es una quimera un capital universal, un capital que no tenga frente a sí capitales ajenos con los cuales intercambiar…En consecuencia un capitalismo de Estado solo sería posible en la medida en que se enfrentasen varios capitales estatalmente organizados.

Pero en su época de esplendor el dominio del capital solo puede concretarse en la competencia y a través de ella…solo a través de ella se pone como necesidad exterior para cada capital lo que corresponde al concepto del capital…la competencia es el motor esencial de la economía burguesa, aun cuando no crea sus leyes, sino que meramente las manifiesta –y de forma invertida-…

“Tan pronto como comienza a sentirse así mismo como barrera al desarrollo, recurre a formas que, aunque parecen dar los últimos toques al dominio del capital moderando la libre competencia, al mismo tiempo anuncia la disolución de aquél y del modo de producción en él fundado…” (aquí se predice el capitalismo monopolista, en 1857, pero al mismo se lo considera de manera bernsteiniana, es decir como factor positivo socializador de los medios de producción).

Si se comienza el análisis desde la esfera de la circulación, considerando a la misma como fundamento originario, el capital aparece como determinando los precios, dando trabajo, regulando la producción

La fase de la circulación como una barrera de la producción capitalista misma. La circulación lleva tiempo; un tiempo en el cual el capital no está creando valor, sino solo realizándolo. Por esto la explotación no depende solo del tiempo de trabajo (producción), sino también del tiempo de realización (circulación)

Solo la ganancia total de la clase capitalista debe coincidir con el plusvalor total del cual se apropiara. En cambio, los diversos capitales pueden embolsar más o menos de lo que les correspondería del plusvalor creado por ellos mismos en el proceso de producción.

El capital en general, a diferencia de los capitales en particular, se presenta solo como una abstracción; no como una abstracción arbitraria, sino como una abstracción que capta la diferencia específica del capital en oposición a todas la demás formas de la riqueza…pero el capital en general, diferenciado de los capitales reales en particular, es él mismo una existencia real…mientras que lo universal es, por una parte, solo una diferencia específica ideal, es a la vez una forma real particular al de la forma de lo particular y lo singular.

El capital, considerado en general, no es una mera abstracción. Si por ejemplo considero el capital global de una nación, por contraposición al trabajo asalariado total…o si tomo al capital como base económica general de una clase en oposición a otra, lo estoy considerando en general.

El capital en general, no solo constituye una forma de movimiento común a todos los capitales industriales individuales, sino que debe considerárselo simultáneamente como la forma en que mueve la suma de los capitales individuales, es decir, la forma en que se mueve el capital global de la clase capitalista; un movimiento en el cual el de cada capital industrial individual aparece solo como movimiento parcial que se entrelaza con los otros y se encuentra condicionado por ellos. Desde este punto de vista hay que considerar a los diversos capitales solo como fracciones del capital social, cuyo movimiento es tanto su movimiento individual como, al mismo tiempo, eslabón integrante del movimiento del capital global, el cual –a pesar de ser solo la suma de los capitales individuales- revela un carácter diferente del capital de cualquier capitalista individual.

Pero donde con mayor claridad se manifiesta el carácter real del capital social global,  es en el capital accionario, modalidad bajo la cual el capital se ha elaborado hasta su forma última, en la cual está puesto no solamente “en sí”, según su sustancia, sino según su “forma” como fuerza y producto social.

Toda esa molestia no sería necesaria si la forma de manifestación y la esencia de las cosas coincidiesen directamente; pero entonces toda ciencia sería superflua. Puesto que ello no es así, la investigación científica debe avanzar desde las manifestaciones en la superficie hacia la naturaleza interna, hacia la estructura nuclear de los procesos económicos, para de ese modo hallar la ley que rige al fenómeno y concebir al propio fenómeno como necesario.

El capital industrial, que es la forma fundamental de la relación del capital, tal como domina la sociedad burguesa y del cual todas las demás formas parecen derivadas y secundarias

Sobre los errores de Rosa Luxemburg

Luxemburg: “…pues solo Marx…logró extraer la diferencia fundamental entre las dos categorías: capital individual y capital social global en sus movimientos; la teoría económica marxiana es inseparable de la idea del capital global de la sociedad concebido como una magnitud real y efectiva, que cobra expresión tangible en la ganancia global de la clase capitalista y en su distribución, y de cuya dinámica invisible proceden todos los movimientos visibles de los capitales individuales”

Rosdolsky: los conceptos de “capital individual” y de “capital en general” no coinciden en modo alguno. El segundo es mucho más amplio que el primero. De donde resulta que, según Marx, también el “capital total” de la sociedad puede –más aún debe- considerarse con éxito dentro del marco de la categoría del “capital en general”.

Los reproches de Rosa a los esquemas de reproducción del segundo tomo del capital, solo tienen sentido si entendemos que ella comprendía que los mismos constituían, en tanto análisis del capital social global, a la vez una abstracción –en tanto se diferencia de los capitales individuales- y una realidad efectiva e histórica. Por esto Luxemburg se enerva al encontrar la ficción de una sociedad compuesta solamente de capitalistas y asalariados, mas este ofuscamiento deviene fútil a nuestros ojos cuando comprendemos que Marx no intentaba, en estos pasajes del capital, representar una realidad histórica efectiva, sino sólo un modelo analítico –cuestión a la que, por otra parte, también alude Lukacs-.
Asimismo, Luxemburg deplora el hecho de que Marx haga abstracción de todas las condiciones históricas en sus esquemas de reproducción, cuando en realidad solo lamenta la omisión de los sectores precapitalistas –“el tercero excluido” – Porque, si se tomaran en cuenta todas las condiciones históricas todas las elaboraciones de Marx en los tomos del Capital constituirían meras “ficciones”. Así, nos damos cuenta de cómo Rosa recae en la exageración de un empirismo desnudo.

Por cierto que Rosa Luxemburg destaca muy enérgicamente la diferencia fundamental entre la consideración de los procesos económicos desde el punto de vista del capital individual y desde el capital social global. Pero al mismo tiempo confunde esa diferencia con la distinción no menos fundamental entre “el capital en general” y “el capital en su realidad”, los “capitales múltiples”. En su opinión solo el “capital individual” permite una consideración abstracta, mientras que la categoría del capital social global debe representar una categoría de realidad inmediata. De ahí que apele constantemente a la realidad histórica contra la ficción teórica, de ahí su crítica errónea de los esquemas de reproducción de Marx.

El capitalismo era solo un modo de producción histórico, correspondiente a cierta época de desarrollo limitado de las condiciones materiales de la producción, y las categorías de la economía burguesa eran formas del pensar socialmente válidas, y por tanto objetivas, para las relaciones de producción que caracterizan ese modo de producción social históricamente determinado
Sin embargo, ¿de qué manera puede llegar  la teoría al conocimiento de tales leyes particulares, que solo pretenden validez histórica? ¿Y cómo pueden compatibilizarse estas leyes con las determinaciones económicas generales, aplicables a todas las épocas de la sociedad?...pues todas las épocas de la producción tienen rasgos en común. Ejemplos: a) ninguna sociedad puede producir continuamente, esto es, reproducir, sin reconvertir una parte de sus productos en medios de producción elementos de la nueva producción; b) en toda sociedad los miembros de la misma deben producir una cierta cantidad de plustrabajo para disponer de un fondo de desarrollo, tal como lo requiere ya el aumento de la población; c) ninguna sociedad puede impedir que de una manera u otra el tiempo de trabajo disponible regule la producción; y por ello, también en el socialismo le corresponderá una gran importancia a este sustrato material de la determinación del valor.

Valor de uso

“En la medida en que el proceso laboral solo es un mero proceso entre el hombre y la naturaleza, sus elementos simples siguen siendo comunes a todas las formas sociales de desarrollo del mismo. Pero cada forma histórica determinada de este proceso desarrolla ulteriormente las bases materiales y las formas sociales de aquél. Y precisamente esas formas sociales son –a diferencia de su contenido, dado por la “naturaleza”- lo que importa ante todo. Solo ellas constituyen el elemento activo y de impulso hacia delante”…para Marx son precisamente las formas económicas aquellas en que se expresan las relaciones sociales de los individuos económicos y gracias a lo cual se distinguen entre sí los diversos modos de producción.

No podemos olvidar que en lo que respecta a la relación entre contenido y forma, Marx adoptó el punto de vista de Hegel y el de Kant. Este consideró la forma como algo externo en relación al contenido y como algo que se adhiere al contenido desde fuera. Desde el punto de vista de la filosofía de Hegel, el contenido no es en sí mismo algo a lo cual la forma se adhiere desde fuera. Más bien, a través de su desarrollo el contenido mismo da origen a la forma que ya estaba latente en el contenido. La forma surge necesariamente del contenido mismo” (Isaac Illich Rubin)

“La economía política se ocupa de las formas sociales específicas de la riqueza o, más bien, de la producción de la riqueza. La sustancia de ésta, sea subjetiva, como el trabajo, u objetiva, como los objetos para la satisfacción de las necesidades naturales o históricas, se presenta ante todo como común a todas las épocas de la producción. Por consiguiente esta sustancia aparece en primer término como mero presupuesto, al margen de toda consideración de la economía política, y solo ingresa a la esfera de esa consideración cuando las relaciones formales la modifican o al presentarse como modificadora de éstas”   
En su indiferencia frente a la determinación de la forma económica,  el valor de uso se halla más allá del círculo de observación de la economía política. Solo cae dentro de este círculo cuando él mismo es determinación de la forma. En otras palabras: solo según su relación con las condiciones sociales de la producción es posible juzgar si el valor de uso tiene una significación económica o no. En la medida en que influye sobre dichas condiciones o recibe su influencia, a su vez, es ciertamente una categoría económica.
El valor de uso es subordinado y secundario cuando nos ocupamos de la economía mercantil simple, dado que en la misma se intercambian equivalentes. Por el contrario, cuando nos introducimos en el proceso de producción, y más todavía cuando el mismo adquiere forma capitalista, el valor de uso adquiere una significación económica en tanto es capaz de influir o ser influido por la forma de la relación social –por sus condiciones materiales de existencia mediadas por la historia-.

El valor de uso adquiere un carácter determinante, en tanto que influye o es influido por la forma económica de la relación social, en variantes típicas componentes del modo de reproducción del capitalismo. Así, en el caso del equivalente general a)–el dinero-, la forma específica de la mercancía utilizada, sus características  en tanto que valor de uso,  explican el porqué de su utilización como tal equivalente general –es decir, la forma económica de la relación social requiere de un equivalente general pasible de fungir como dado sus características particulares; en este caso, el dinero metálico o los billetes, poseen las especificaciones requeridas en medida creciente: durabilidad, facilidad de manipulación, etc-. Por otra parte, la b) mercancía fuerza de trabajo posee la característica esencial de que su valor de uso determina en gran medida la forma social de la relación económica –esto es evidente cuando observamos como las diferentes calificaciones de los trabajos modifican en cierta medida las relaciones de producción-…

La durabilidad del c) capital fijo, su mayor o menor desgaste –tiempo de consumo-, es decir, su valor de uso, deviene un factor determinante de la forma de la relación económica, no solo de su sustancia material. El tiempo necesario de reproducción del capital fijo, al igual que la proporción entre éste y todo el capital, modifican aquí, pues, el tiempo de rotación del capital total y con ello su explotación 

Pero donde con mayor claridad se manifiesta el valor del papel del valor de uso es en el proceso de reproducción del capital social global (tomo dos del capital), en cuya reproducción se trata no sólo de la sustitución de valor, sino también de la sustitución de material, y donde por ello importa de manera tan esencial la forma material, el valor de uso del valor del producto

el problema de si puede convertirse una parte del plusvalor directamente en capital constante, sin ser enajenado primeramente. Esto es efectivo, ya que en distritos industriales determinados hay constructores de máquinas que construyen fábricas íntegras para los fabricantes…y esto solo significa como la diferente utilización –valor de uso- de un quantum dado de plusvalor determina de manera diferente la forma de la relación social y económica.

El valor de uso es determinante en la forma de la relación social de producción, es decir tiene pertinencia económica –determina o es determinado por el valor de cambio, no solo en casos indicativos o descriptivos, sino en tendencialidades estructurales de la dinámica propia del modo de producción. Así, en la constitución de d) la renta de la tierra configura un factor fundamental. Lo mismo en torno a la e) tasa de ganancia, la cual depende en todo momento de las condiciones naturales que proporciona la tierra al proveer las materias primas necesarias para la reproducción del sistema capitalista –buena cosecha o mala cosecha, por ejemplo-. También, en el mismo sentido, la reproducción ampliada del capital, en tanto supone a la vez aumento de la productividad mediante plusvalor relativo, no solo implica un aumento de la composición orgánica, sino que supone un masivo acrecentamiento del contingente de valores de uso existentes –aquí se ve como la forma económica determina los valores de uso-. Asimismo, el aumento de productividad implica que con el mismo trabajo se crean más cosas que pueden ser transformadas en capital, al margen de su valor de cambio
Cita: “esa masa de trabajo que puede comandar el capital no depende de su valor, sino de la masa de materias primas y auxiliares de la maquinaria y de los elementos del capital fijo, de los medios de subsistencia que componen ese capital, cualquiera que sea el valor de todos esos componentes. Al aumentar de esa manera la masa de trabajo empleado, y en consecuencia también del plustrabajo, también aumenta el valor del capital reproducido y el plusvalor nuevo que le ha sido adicionado”

“En cambio, si la demanda es tan intensa que no se contrae cuando el precio resulta regulado por el valor de las mercancías producidas bajo las peores condiciones, éstas determinan el valor del mercado” –aquí Rosdolsky intenta demostrar que la esfera de la circulación, de la demanda y la oferta, puede, en ocasiones, determinar el valor de cambio de las mercancías sobreponiéndose a la determinación tendencial de los precios por los precios de producción. De una manera u otra intenta establecer que la variación de los precios de mercado con relación a los precios de producción, puede deberse, en algunos momentos, no sólo a correcciones que gravitan en torno al centro del precio de producción de las mercancías, sino que a factores derivados de la oferta y la demanda, los cuales pueden modificar el valor de mercado y no solo el precio de mercado. Hay que recordar, sin embargo, que esta es solo una interpretación, como muy bien establece Rosdolsky, ya que el mismo Marx formula hipótesis contrarias a estas tesis en otros pasajes; por tanto, no es absolutamente claro al respecto-.

La f) necesidad social, es decir el valor de uso elevado aquí a la potencia social, aparece aquí como determinante de la cuota de tiempo global de trabajo social correspondiente a las diversas esferas de la producción en particular.

El “precio” se distingue por lo tanto del “valor” no solo como lo que es nominal se distingue de lo real;…sino por este motivo: que el segundo se presenta como la ley de los movimientos recorridos por el primero. Sin embargo, ellos son constantemente distintos y nunca coinciden o solo lo hacen de modo accidental y por excepción…
Demanda y oferta determinan de modo constante los precios de las mercancías; nunca coinciden o sólo lo hacen accidentalmente; pero los costos de producción determinan por su parte las oscilaciones de la demanda y de la oferta…

…la inconvertibilidad entre valor real y valor de mercado, entre valor de cambio y precio…dado que el precio no es idéntico al valor, el elemento que determina el valor –el tiempo de trabajo-  no puede ser el elemento en el que se expresan los precios, ya que en tal caso el tiempo de trabajo debería expresarse al mismo tiempo como lo determinante y lo no determinante, como lo igual y no lo igual a sí mismo…

No comprenden en absoluto que toda circulación de mercancías debe llevar a la formación de dinero, y que por ello es imposible eliminar el dinero mientras el valor de cambio siga siendo la forma social de los productos.

¿Es posible revolucionar las relaciones de producción existentes y las relaciones de distribución a ellas correspondientes mediante una transformación del elemento de circulación, es decir, transformando la organización de la circulación? En síntesis, no es posible.

El hecho de que solo el dinero es la verdadera existencia del valor en cuanto tal y que por ello el trueque debió individualizar el valor de cambio mediante la creación de un medio de cambio particular, es cosa que Marx ya establece en 1844…

Siendo las mercancías como valores distintas solo cuantitativamente, la diversidad natural de las mercancías debe entrar en contradicción con su equivalencia económica, y por ello su valor debe adquirir una existencia cualitativamente diferenciable de sí mismas…

El modo de tratamiento lógico no es, de hecho, otra cosa que el histórico, solo que despojado de la forma histórica y de los accidentes molestos. Allí donde comienza la historia debe comenzar también el razonamiento, y su curso ulterior no será otra cosa que el reflejo, en forma abstracta y teóricamente consecuente, del decurso histórico; una imagen corregida, por ello según leyes que presentan el verdadero curso histórico…(Engels)
 
Sobre el salario y la pauperización

(pp319)  El precio de la fuerza de trabajo es el salario, en tanto depende solo de la relación entre oferta y demanda en el mercado laboral; en cambio el valor de la fuerza de trabajo es la magnitud media a la cual tiende a equipararse, a través de prolongados períodos, el salario efectivamente pagado, y que por ende es independiente de la oferta y la demanda. El valor de la fuerza de trabajo se determina por sus costos de producción –medios de vida necesarios para el obrero y su familia-, como todas las demás mercancías.

El aumento de los salarios reales puede deberse a: prolongación de la jornada de trabajo (horas extra), intensificación del trabajo y acrecentamiento de la productividad del trabajo. Por lo cual vemos que los salarios reales pueden crecer a la vez que aumenta el nivel de explotación (mediante plusvalor absoluto o relativo)

La jornada laboral más intensa toma cuerpo en más productos que la jornada menos intensa del mismo número de horas. Con la fuerza productiva incrementada, sin duda, la misma jornada laboral suministra también más productos. Pero en el último caso baja el valor del producto singular, pues cuesta menos trabajo que antes, mientras que en el primer caso se mantiene inalterado, pues el producto cuesta tanto trabajo antes como después.
El aumento de precio de la fuerza de trabajo, a veces puede acompañarlo, en cambio una disminución de su valor. Esto ocurre siempre cuando el aumento de precio que experimenta la fuerza de trabajo no compensa el desgaste acelerado padecido por la misma.
El valor de la fuerza de trabajo está determinado por el valor de una cantidad determinada de medios de subsistencia. Lo que varía con la fuerza productiva del trabajo es el valor de esos medios de subsistencia y no necesariamente su masa. La masa misma, si aumenta la fuerza productiva del trabajo, puede acrecentarse simultáneamente y en la misma proporción para el obrero y el capitalista, sin que se opere cambio alguno de magnitud entre el precio de la fuerza de trabajo y el plusvalor….solo ha ocurrido que cada uno se representa en una cantidad mayor de valores de uso, pero proporcionalmente abaratados….El precio de la fuerza de trabajo puede disminuir, pero si lo hace en menor medida que el alza de la productividad, esta disminución puede significar una masa mayor de valores de uso disponibles para el obrero…

Si bien los propios obreros no pueden impedir que se haga descender su salario, en cuanto a su valor (de resultas del aumento de la productividad del trabajo)…la productividad creciente del trabajo va a la par del abaratamiento del obrero, y por lo tanto de una tasa creciente del plusvalor, incluso cuando el salario real aumenta. Pero el aumento de éste nunca está en proporción al de la productividad del trabajo (si ello fuera la regla la tasa de plusvalor jamás podría crecer, y sería imposible el plusvalor relativo, ergo imposibilitaría el capitalismo)

La ley de la acumulación capitalista…no expresa en realidad sino que la naturaleza de dicha acumulación excluye toda mengua en el grado de explotación a que se halla sometido el trabajo o toda alza en el precio de éste que pueda amenazar seriamente la reproducción constante de la relación capitalista, su reproducción en una escala constantemente ampliada”

No solo existe el salario nominal y el salario real, sino que también, y más esencial en el modo de producción capitalista, debemos consignar la categoría de salario relativo (del cual ya habló implícitamente Ricardo). El mismo supone la participación en el producto total por parte del trabajador; así, éste puede aumentar su salario real –obteniendo una masa mayor de mercancías por igual trabajo-, pero al mismo tiempo puede decrecer su salario relativo –la masa mayor de mercancías que recibe es menor en relación al total de producto, el cual ha crecido, de lo que era la masa de mercancías anteriores al alza en relación con el producto total en ese momento-. Con respecto al salario relativo, Luxemburg colige que Marx formuló implícitamente la ley de la caída tendencial del salario relativo, la cual se ha verificado ampliamente en el curso histórico hasta la actualidad.

La producción capitalista no puede avanzar un solo paso adelante sin reducir la participación de los obreros en el producto social. Con cada innovación de la técnica…se reduce la participación de los obreros en el producto y aumenta la de los capitalistas…pero los efectos de todos estos avances sobre el salario relativo de los obreros son el resultado mecánico de la producción mercantil y del carácter de mercancía de la fuerza de trabajo…Es por ello que la lucha contra la caída del salario relativo, entraña la lucha contra el carácter de mercancía de la fuerza de trabajo, la lucha revolucionaria contra el modo de producción –la tendencia activa socialista del proletariado- propiamente tal que emerge desde los sindicatos. (Luxemburg)

La tercera categoría de la sobrepoblación relativa, la estancada, constituye una parte del ejército obrero activo, pero su ocupación es absolutamente irregular…El máximo de tiempo de trabajo y el mínimo de salario la caracterizan. Hemos entrado ya en conocimiento de su figura principal bajo el rubro de la industria domiciliaria (traer a la actualidad)

¿Acaso no formuló el propia Marx una teoría de la pauperización? Rosdolsky sostiene que esto no es así. La misma solo es explícitamente enunciada en El manifiesto, el cual, sin embargo, carece todavía de una teoría económica desarrollada (ver argumento compartido con Nicolaus). En los pasajes utilizados por sus críticos –en el primer y el tercer tomo del capital- Rosdolsky demuestra que Marx utiliza la noción Elend (pauperización) solo en un sentido de miseria relativa en función de la riqueza producida por el desarrollo del capitalismo. Lo más que puede atribuírsele filológicamente a Marx es la afirmación de que los subempleados y el ejército industrial de reserva, tendencialmente giran hacia una miseria absoluta (cuestión que efectivamente depende de variables políticas, ya que dependiendo de la relación de fuerzas entre las clases puede establecerse un Estado Social en mayor o menor grado que alivie las penurias de los desempleados). Asimismo, Rosdolsky presenta citas de conferencias de Marx y Engels concomitantes a los periodos de redacción de los tomos del capital que demuestran la preeminencia del salario relativo en las teorizaciones de ambos, el cual niega la ley de bronce de los salarios y toda referencia a la pauperización absoluta.   
Incluso si Marx hubiese formulado realmente (cuestión que Nicolaus solo constata su presencia efectiva en el Manifiesto, no así en los tomos del capital…) alguna vez una teoría de la pauperización, habría que rechazarla por contraria al espíritu y al contenido de su teoría del salario.
Ahora bien, la teoría de la pauperización no es un mero invento voluntarista de los revolucionarios para soliviantar a las masa; su origen tienen raíces sociales e históricas de cierto arraigo. Sucede que el periodo de 1840 a 1860 supuso un estancamiento espectacular de los salarios y condiciones de vida y trabajo de los obreros en el conjunto de los países centrales. Por lo mismo, parecía como si fuera inevitable la pauperización absoluta de la clase proletaria en esos tiempos. En razón de esto, muchos pensadores sociales y revolucionarios de aquella época  adoptaron esta creencia…de ello no estuvo absolutamente exento Marx, aunque el valor de su teorización se encuentre realmente en el énfasis con el cual se avino a no tomar en cuenta este sentido común difundido.

Con esto no se dice que en la realidad capitalista no existan tendencias pauperizantes. La cuestión es que hay que saber ubicarlas en la estructura de la realidad social. Una tendencia pauperizante transitoria pero recurrente, está dada por la emergencia ineluctable de las crisis bajo el modo de producción capitalista, en las cuales la masa depauperada crece correlativamente a la generalización del desempleo. Por otro lado, existen también tendencias pauperizantes permanentes; estás se muestran en la realidad de los países periféricos y semiperiféricos.

La situación de las capas más bajas del proletariado, se mueve según las mismas leyes de la producción capitalista, se amplía y se estrecha por ellas, y junto con la amplia capa de los obreros rurales, así como su ejército de desocupados y con todas las capas, desde las más altas hasta las más bajas, el proletariado constituye un todo orgánico, una clase social, en cuyas diversas gradaciones de miseria y opresión puede captarse correctamente la ley capitalista del salario en su conjunto (Luxemburg)

Aquí debemos recurrir nuevamente a la teoría marxiana de la explotación de las naciones capitalísticamente subdesarrolladas (sobre todo de los pueblos agrícolas) por parte de las naciones altamente capitalistas. Esto no se debe a la voluntad conciente de las naciones centrales (al menos en mayor medida), sino que es corolario de los mecanismos objetivos inmanentes de la producción capitalista. Una de estos mecanismos fundamentales es la teoría del valor:

Marx afirma que no solo la mayor intensidad del trabajo, sino también la mayor productividad del mismo entre las diferentes naciones deriva una situación en la cual la nación más productiva recibe un mayor retorno de valor (mercancías, dinero). Es la ley de desarrollo desigual (tesis que también sostiene Otto Bauer) que se cumple en el contexto del mercado mundial (ahora bien, Rosdolsky argumenta que al nivel de las formaciones sociales la tasas de ganancia y de salario tienden a equilibrarse, por lo cual el desarrollo desigual resulta matizado, lo cual no ocurre en el contexto internacional. ¿Por qué es que se da esta diferencia? ¿Realmente existe esta diferencia si empíricamente podemos comprobar el desarrollo desigual generalizado incluso a las naciones centrales, cuestión que incluso da por cierto la corriente marxista constituida por Poulantzas?)

En estos casos de desarrollo desigual, se completan las analogías con la diferencia dada entre trabajo simple (no calificado) y trabajo complejo (calificado), y con la diferencia transitoria que se efectiviza cada vez que un capitalista individual innova en maquinaria (ergo, en productividad) y obtiene de esta manera ganancia adicionales transitorias. La cuestión es que en las relaciones mundiales esta divergencias son permanentes y estructurales –así también al país central se le abaratan los costos de las mercancías que en su país saldría más oneroso producir-.
Por último, Henryk Grossman sostiene acertadamente que existencia una tendencia efectiva en el desarrollo mundial del capitalismo, la cual dice relación con el hecho de que los países que producen mercancías por medio de un trabajo social mayor que el “socialmente necesario” tienden a vender las mismas a un precio menor que el correspondiente a su valor, así como los países que producen con un trabajo social menor que el “socialmente necesario” tienden a vender sus mercancías a un precio mayor. Esto acentúa el desarrollo desigual (ver bien las razones de esta tendencia)

De esta manera, podemos ver como los países centrales comportan, dada la estructura mundial de la economía, suficientes características para satisfacer relativamente las demandas mayormente exigentes de su  propia clase obrera: los recursos que extraen a los países menos productivos, así como el abaratamiento de las materias primas que compran de estos últimos, les permiten ahogar las tendencias radicales de sus proletarios.

No es menor consignar que esta tendencial estructural es doblemente determinada: tanto por la esfera de la producción –dada la pertinencia de la ley del valor-, como por la esfera de la circulación –tomando en cuenta lo establecido por Grossman- (desarrollo desigual).  

Sobre la esfera de la circulación

“…en cuanto medio de cambio la mercancía debe ser valor de uso, pero solo llega a serlo merced a la enajenación, puesto que la mercancía no es valor de uso para aquél en cuyas manos es mercancía, sino para aquél que la adquiere, en cuanto valor de uso por medio del intercambio. Para el poseedor de la mercancía el valor de la misma consiste solo en su intercambiabilidad, en su capacidad de ser enajenada por el monto del valor de cambio representado en ella”

“…la desvalorización constituye un elemento del proceso de valorización, lo que ya está implícito en que el producto del proceso en su forma directa no es valor, sino que tiene que entrar nuevamente en la circulación para realizarse en cuanto tal”

Una barrera a la realización del valor del capital, de su transformación a la forma universal “dinero”, es a) la magnitud de la necesidad social a la que responden los productos que en este caso cargan el valor potencial del capital –cuantos agentes requieren ese valor de uso y cuan intensamente también-.

Una segunda barrera a la realización del valor del capital, está en la necesaria presencia de dinero, en el conjunto de la sociedad, que se le contraponga como equivalente. Pero como este dinero equivalente debe subsanar un plusvalor que el capitalista lleva al mercado, una condición de la valorización del capital en el mercado es el hecho de que exista este plusvalor en el mercado, que exista en forma de dinero. Para que esto se cumpla deben existir producciones concomitantes de plusvalor llevadas al mercado, existentes en forma dinero; en síntesis, una limitación a la realización del capital es la necesaria b) existencia de procesos de producción de plusvalor concomitantes o antecedentes (así como también futuros) con los cuales éste pueda intercambiar el plusvalor producido.

La contradicción entre producción y valorización se halla fundada en la propia naturaleza del capital, en la contradictoria relación recíproca entre trabajo necesario y plustrabajo. Cuanto mayor sea el plustrabajo, tanto menor será (relativamente considerado) el trabajo necesario; pero también será tanto menor la posibilidad de realización del  plusproducto.

Pero, si el propio capital erige, por medio de la limitación del consumo de sus obreros, una barrera a la realización del plusvalor creado en el proceso de producción,  ¿cómo es posible entonces el desarrollo del propio capitalismo?

En el modo de producción capitalista en todos los puntos el consumo está mediado por el intercambio y para el trabajador el trabajo nunca tiene valor de uso directo.

Con excepción de sus propios obreros, la masa total de todos los obreros se presenta frente a cada capitalista no como obreros, sino como consumidores, como poseedores de valores de cambio (salario)

El capital tiene la tendencia a aumentar en lo posible la masa de la población industrial (verificar realidad de esta tendencia)
El capitalista individual desea, naturalmente, que los obreros de los demás capitalistas consuman la mayor cantidad posible de sus propias mercancías, pero en lo que respecta a sus propios obreros, intenta por todos los medios reducir sus salarios (ergo, su capacidad de consumo) de modo que su ganancia se la mayor posible (la existencia misma de una ganancia sobre una mercancía cualquiera presupone una demanda exterior a la del trabajador que la produjo)

Pero la relación entre cada capitalista y sus obreros es la relación en general entre el capital y el trabajo, la relación esencial.
Es la competencia entre los capitales, su indiferencia y autonomía recíprocas, lo que lleva a que el capital individual no se comporte ante los obreros de todo el capital restante como ante obreros

En la medida en que un capitalista le compra a otro –compra mercancía o las vende-, ambos mantienen una relación de cambio simple; no se comportan entre sí como capital. La proporción correcta conforme a la cual tendrían que intercambiar mutuamente para en definitiva poder valorizarse como capital, queda al margen de su relación recíproca” (Un ejemplo de esto puede verse en los intercambios entre el subsector I, de bienes de producción, y el subsector II de bienes finales de consumo. Aquí el intercambio es simple, la plusvalía meramente se reparte, no se genera; lo más que puede ocurrir es que las relaciones de fuerza –políticas- implica una distribución del plusvalor más favorable a un capital que otro)

La superproducción general tendrá lugar no porque los obreros consuman relativamente demasiado poco y/o los capitalistas lo mismo, sino porque de ambas mercancías –las destinadas a los obreros y las destinadas a los capitalistas- se ha producido demasiado-; no demasiado para el consumo, correspondiente a las verdaderas necesidades, sino para asegurar la valorización correcta entre el consumo y la valorización; demasiado para la valorización
Marx afirma que, si bien el tiempo de trabajo se distingue del tiempo de producción (por ejemplo, en procesos agrícolas como la producción de vino), éste último no crea valor, sino que solo lo hace el primero.

Circulación: distinguir entre dimensión física (real) y dimensión económica. La primera, las más de las veces debe considerarse parte del proceso de producción, del mecanismo mediante el cual un producto deviene finalmente mercancía. Por lo mismo, los transportistas y acomodadores generales de las mercancías pueden ser considerados trabajadores productivos.
“En cuanto el comercio lleva un producto al mercado, le otorga un nuevo valor de uso (y esto es válido hasta para el comerciante minorista, que pesa, mide, empaqueta y de esta suerte le da forma al producto para el consumo) y este nuevo valor de uso insume tiempo de trabajo; es por lo tanto, al mismo tiempo, valor de cambio”
(¿significa esto que los empleados de los centros de comercio forman parte del proceso de producción, ergo, son trabajadores productivos?)

¿No interviene en la determinación del valor un momento que es independiente del trabajo, que no deriva directamente de él, sino que dimana de la circulación misma? En efecto. El tiempo que ocupa la circulación (la conversión de la mercancía en dinero, luego la transformación del dinero en nuevas condiciones de producción) determina la cantidad de productos, el tiempo de valorización, las condiciones de realización etc. Por esto es posible que influya incluso en el valor de cambio mismo (¿en el valor mismo?); es central, también, consignar que esta determinación de la circulación es independiente del proceso productivo…
Sin embargo, lo más que puede lograr la aceleración de la circulación es aminorar los obstáculos a la reproducción del capital, ínsitos en la naturaleza del propio capital. Pues el tiempo de circulación del capital no es otra cosa que el tiempo de su devaluación, abreviándose el primero, se abrevia también el segundo. De lo cual ciertamente no puede concluirse que la valorización del capital haya aumentado sino solo que su desvalorización ha disminudo”.

La ley general es que todos los costos de circulación que surgen solo de la transmutación formal de la mercancía no agregan ningún valor a esta última. Son meramente, gastos para la realización del valor, o para su transferencia de una forma a otra. El capital desembolsado para cubrir estos costos (incluido el trabajo a disposición de dicho capital) forma parte de faux frais de la producción capitalista. La reposición de los mismos debe ocurrir a expensas del plusproducto y constituye, considerando toda la clase capitalista, una deducción del plusvalor o del plusproducto. Por todo esto debe consignarse que, dado que la circulación no crea valor, los trabajos a ella asociados no son productivos en el sentido requerido por el modo de producción capitalista. Lo que significa que el modo de producción optimiza el tiempo reaccionando con eficiencia, toda vez que instituye una esfera especializada en el intercambio; sin embargo, a ésta se le debe retribuir con una fracción de plusvalor que ella misma no produce, dado que solamente ayuda a reducir la desvalorización del capital dada por su existencia en el tiempo.

El intercambio, la esfera mercantil de la circulación, siempre implica tiempo en el cual no se crea valor. Esta necesidad está dada por la realidad de una economía con el trabajo dividido de manera no planificada ni racional.

La cuota de plusvalor que le corresponde a cada capital en particular, no se deriva solamente de su parte proporcional con la cual contribuye a la masa de plusvalor general al conjunto del capital social, sino que también del tiempo de que éste ha debido-objetiva y legítimamente en términos económicos- permanecer inactivo en función de su particular proceso de circulación

Como el dinero es parte constitutiva de la esfera de la circulación, el mismo constituye una reducción del plusvalor…Por esto la tendencia del capital es a la eliminación del dinero en su existencia inmediata (cuestión que hoy día se presenta como una realidad en sentido fuerte)

Rotación del capital: tiempo de producción sumado a tiempo de circulación. Esto quiere decir que dos capitales pueden tener la misma composición orgánica, el mismo tiempo de trabajo y la misma tasa de plusvalor, pero comportar masas muy distintas de plustrabajo total. Esto porque uno de ellos pueden poseer un tiempo de circulación muy menor al otro, o un tiempo de producción muy acotado en relación al tiempo de trabajo utilizado; cualquiera de estas dos variaciones –independientemente o combinadas- supone una rotación del capital más rápida, ergo, una posibilidad de valorizarse mayor número de veces por parte de este capital…

Como el proceso de acumulación capitalista supone una continuidad ininterrumpida –al menos en tiempos de no crisis-, para que el capital pueda cumplir con ello, el mismo –en términos de capital social total- debe fraccionarse en porciones que, sin embargo, actúan de manera simultánea. Así, la porción que se encuentra en la esfera de circulación –por ejemplo, en la forma dinero- constituye una reserva de capital inutilizado, en barbecho.
Asimismo, es claro también que el tiempo de rotación del capital se deriva de su magnitud.

…El malentendido corriente de suponer “que Marx pretende definir cuando desarrolla”. “Se sobreentiende que cuando no se conciben las cosas y sus relaciones recíprocas como fijas, sino como variables, también sus reflejos en la mente –los conceptos- se hallan igualmente sometidos a modificación y renovación, que no se los enclaustra en definiciones rígidas, sino que se los desarrolla dentro de su proceso de formación histórico o lógico, respectivamente” (Engels en la introducción al tercer tomo del capital)

La distinción entre capital fijo y capital circulante es una distinción formal, analítica. Que el capital sea circulante quiere decir que siempre se encuentra en proceso, siempre es momento fluido ininterrumpido. A su vez, que el capital sea fijo implica que el mismo siempre se encuentra determinado, fijado, en una fase particular, sea como producto, como mercancía, como dinero, como trabajo objetivado, etc. La distinción analítica es clara: simultáneamente la misma realidad posee un doble carácter –quizás dependiendo de la perspectiva-; el capital es proceso a través de sus diferentes determinaciones.
Esta diferenciación conceptual se presenta como mayormente concreta y real –en tanto ocupa espacios y tiempo diferentes- en la consideración de la fase extrema pujanza del capital –aquí es proceso puro-, así como en la consideración de las recurrentes crisis –aquí es fijación, determinación pura-.

Asimismo, la división entre capital fijo y capital circulante, adquiere un carácter concreto cuando se analiza el proceso de producción. En él los medios de trabajo adquieren un carácter fijo –dada su inmovilidad-, mientras los demás factores de producción –materias primas, capital variable, etc- comportan diversos grados de movilidad, ergo, constituyen materializaciones del capital circulante.

A medida que el capital fijo deviene maquinaria, sistema automatizado de producción, los tiempos de circulación se disocian correspondientemente a los diferentes elementos de la producción. Así, la velocidad de circulación del dinero, las materias primas o las mercancías-producto, es siempre mucho mayor que la velocidad de circulación del capital fijo-maquinaria. Esta última debe, por tanto, incluir su valor de uso como valor de cambio en la esfera de la realización de manera fraccionada, a medida que su valor de uso va consumiéndose –desgaste de maquinaria-. Por lo tanto, en lo que concierne al proceso de reproducción del capital en su conjunto deben incluirse ambos procesos con velocidades diferenciadas de circulación.

Si entendemos que el desarrollo de la riqueza de las sociedades debe ser medido por el desarrollo de sus fuerzas productivas objetivadas –máquinas-, ya que el mayor tiempo destinado a la producción de maquinaria siempre implica un mayor tiempo de plustrabajo –mayor productividad-, también debemos comprender dos consecuencias que se derivan de esto. La primera dice relación con el hecho efectivo de que mientras más crecido el número de máquinas que intervienen en la producción en términos relativos al mismo, así como también mayor la durabilidad de las máquinas, el proceso de circulación deviene completo en un tiempo más prolongado. Esto significa menor cantidad en la recurrencia de las circulaciones, ergo, menor valor descontado del contingente total de plusvalor –esto si el proceso de circulación menos recurrente no es demasiado prolongado y costoso-. También, mayor tiempo “dedicado” al proceso de producción y valorización, menor lapso a la desvalorización que acaece en la circulación. La segunda consecuencia de esto es que las interrupciones periódicas del la reproducción total del capital, devienen mayormente desequilibrantes. Esto porque mientras la producción es mayormente inmediata, la inutilización del valor de uso del capital circulante no es perjudicial en mayor grado –productos y dinero pueden acumularse sin perder valor, por ejemplo-, pero cuando la producción es mediata –automatizada-, la interrupción del proceso lesiona el mismo valor de uso de las máquinas, las cuales ya no pueden transferir el mismo a la esfera del intercambio…

Cita al respecto: para el capital circulante la interrupción, si no dura tanto como para inutilizar su valor de uso, solo interrumpe la creación de plusvalor. Pero en el capital fijo su interrupción, en tanto su valor de uso se aniquila en el interín necesariamente, y de manera relativamente improductiva, esto es sin sustituirse como valor, es destrucción de su valor mismo.

El tiempo medio en el cual se renueva la maquinaria –tiempo de circulación del capital fijo-, constituye al mismo tiempo uno –no el único- de los motivos determinantes de la periodicidad de las crisis.
En su forma inmediata la ganancia no es sino la suma del plusvalor expresada como proporción con respecto al valor total del capital. La ganancia nunca puede ser mayor a la masa total de plusvalor, así como también siempre debe ser menor a ésta. “La tasa de ganancia no expresa nunca la tasa real según la cual el capital explota el trabajo, sino una proporción siempre menor…solo podría expresar la tasa real del plusvalor si el capital entero se intercambiara nada más que por salario…es decir, si no solo la materia prima fuera cero…sino también los medios de producción…”

Tasa de ganancia es diversa a tasa de plusvalor. Por tanto, unas mismas tasas de ganancia de dos capitales determinados pueden corresponder a tasas de explotación muy diferentes. Y también a la inversa. Esto puede darse entre las diferentes ramas de la producción ya que las mismas por lo general poseen composiciones orgánicas muy distintas.
En la esfera del intercambio, cada capital individual puede aumentar o disminuir su tasa de ganancia con respecto a su tasa de plusvalor objetivamente contenida en él, cuando la equivalencia en los intercambios particulares no se produce. Pero esto solo afecta la distribución del plusvalor (de la ganancia si descontamos lo desembolsado en medios de producción), no su masa total o su tasa total: esta no puede modificarse mediante mecanismos derivados del intercambio.

Ya Adam Smith formulaba la teoría de la baja tendencial de la tasa de ganancia.  Sin embargo, explicaba la misma como fenómeno derivado de la competencia de los capitales entre sí –lo que es erróneo-
 
Para Ricardo, el descenso de la tasa de ganancia estaba dado por un aumento del valor de los medios de subsistencia del obrero, un aumento del salario, porque este autor concebía a la ganancia y el salario como directa e inmediatamente contrapuestos, sin la mediación de los medios de producción (tesis de la comprensión, el “squeeze” que no reconoce la distinción entre capital variable y capital constante, tampoco la diversidad del plusvalor y la ganancia). El aumento en el valor de los medios de subsistencia solo podía estar dado, para Ricardo, por una productividad cada vez mayormente decreciente en la agricultura (tesis maltusiana)

En tanto tendencia, la caída de la tasa de ganancia, posee contratendencias que se derivan de la situación histórica –pero que son igualmente estructurales. Marx menciona alguna: a) las crisis, en tanto destruyen capital improductivo; b) la continua desvalorización de un parte del capital existente; c) el improductivo despilfarro de una gran parte del capital; d) la creación de nuevas ramas de la producción, en las que se requiere más trabajo inmediato en proporción al capital constante; e) la expansión hacia ramas de la producción donde existe un desarrollo de las fuerzas productivas relativamente bajo; f) también los monopolios; g) sobrepoblación relativa de mano de obra (de modo que resulta más barato utilizar capital variable que capital constante)

Asimismo, debe realizarse una distinción fundamental entre tasa de ganancia y masa de ganancia. La primera es relativa, es decir, se la considera en comparación con las dimensiones del capital invertido precedentemente; la segunda es absoluta, se la considera en su aislamiento, no en relación a la magnitud de su capital. Veamos un ejemplo:
Si un capital de 100 obtiene una tasa de ganancia de 10%, obtendrá 10 de masa de ganancia. Por el contrario, si un capital 1000 logra una tasa de ganancia del  5%, obtendrá una masa de ganancia de 50…

Tasa de interés, y modo de préstamo, deben considerarse en el marco sociohistórico en que se presentan –en relación a los modos de producción correspondientemente dominantes-. Así, que la usura haya existido en periodos precapitalistas, debe recordarnos que la misma comprendía una relación diferenciada: el prestamista tenía como clientes a pequeños productores o a nobles terratenientes. Por el contrario, bajo el MPC quien presta presupone en el prestatario un accionar capitalista, presupone que su “cliente” se apropiará subsecuentemente de trabajo impago.
Asimismo, como el interés es solo una forma transformada del capital, para que pueda desarrollarse la ganancia industrial –otra forma de manifestación del capital-, el mismo interés debe decrecer en su contingente relativamente. Por el contrario, en modos precapitalistas de producción el interés correspondía a una parte correlativamente mayor del capital total, de modo que la ganancia industrial se hallaba comprimida y no podía desarrollarse.

Crédito: constituye una necesidad funcional estructural –inmanente- al capital y su desarrollo. Primero, porque es la segunda manera en que el capital logra superar su necesaria fase de interrupción en la creación de valor debida a la circulación –la primera forma de superación de esta barrera se configura mediante la división del capital en porciones- (recordemos que el desarrollo del capital requiere como necesidad la continuidad de su proceso de valorización).  En segundo lugar, el mecanismo crediticio constituye un mecanismo más por medio del cual el capital puede reducir los costos de circulación… Finalmente, el crédito constituye una institución fundamental del MPC toda vez que el mismo contribuye a solucionar el déficit crónico de demanda que se produce bajo este sistema –solución parcial a la superproducción-.

“El crédito revela ser la fuerza propulsora del desarrollo del orden social capitalista hacia forma última y suprema posible, y de ese modo trabaja acerando la disolución del MPC”. En él es más palmario el carácter social de la producción capitalista…

Existen métodos para elevar la tasa de explotación –el plusvalor-, sin aumentar la composición orgánica del capital: la aceleración del proceso de trabajo que realizan las máquinas, el prolongamiento de la jornada de trabajo, etc

Marx responde sobre la supuesta arbitrariedad de considerar aisladamente las tendencias de las contratendencias a la baja de la tasa de ganancia, así como el hecho de que las primeras tiendan siempre a dominar histórica y lógicamente a las segundas –sobre el tema general de la desvalorización del capital constante-:

“No hay duda alguna de que la maquinaria se abarata por dos razones:  1) la aplicación de maquinaria en la producción de materias primas con que se hacen las máquinas; 2) la utilización de maquinaria en la transformación de ese material en maquinaria. Pero con ello se dicen dos cosas: primero, que también en esas dos ramas, en comparación con los instrumentos que necesitaba la industria manufacturera, el capital invertido en maquinaria crece en valor en comparación con el invertido en trabajo. Segundo: lo que se abarata es la máquina individual y sus partes componentes; pero se desarrolla un sistema de la maquinaria; el lugar de la herramienta no lo ocupa ya una sola máquina, sino un sistema que agrupa en muchos millares la herramienta…que quizás anteriormente desempeñara el papel principal. Cada máquina que se enfrenta al obrero es ya una ingente colección de herramientas que antes necesitaba en forma individual, como 1800 husos en lugar de 1. Pero además contiene elementos que la antigua herramienta no contiene, etc. Pese al abaratamiento del elemento individual, la masa total de la maquinaria asciende enormemente en su precio, y la extensión de la productividad consiste en la constante extensión esta masa total…Por lo tanto es obvio, o un principio tautológico, que al aumento de la productividad del trabajo por medio de la maquinaria corresponde a un aumento del valor de la maquinaria relativo a la masa del trabajo empleado, y de ahí al valor del trabajo, al capital variable…”
(Asimismo, el abaratamiento de las materias primas –cuestión que en el orden actual no se produce-, disminuye la velocidad del crecimiento del valor del capital constante, pero no logra abolirlo…)
 
Marx: “el valor de la fuerza de trabajo no desciende en la misma proporción en que asciende la fuerza productiva del trabajo o del capital. Pues este incremento de la productividad también multiplica en todas las ramas que no producen directa o indirectamente la relación entre el capital constante y el variable, sin producir modificación alguna en el valor del trabajo. El desarrollo de la fuerza productiva no es homogéneo. En la naturaleza de la producción capitalista reside el hecho de que la misma desarrolla más rápidamente la industria que la agricultura”
(Esto quiere decir que, dado que la productividad es más baja en la agricultura, los medios de vida del obrero que constituyen su salario comportan una limitación objetiva para que el capitalista pueda implementar un alza sustantiva de la tasa de explotación –ya que al ser menos productiva la agricultura que la industria, los bienes adquiridos por medio del salario, preferentemente provenidos del campo agrícola, se constituyen como relativamente más caros, comportan un mayor valor dado su mayor costo de producción-…)
(Verificar esta tendencia ¿inmanente? del capital a desarrollar más lentamente la productividad agrícola. También constatar a cuanto asciende la parte de los bienes “agrícolas” en los salarios actuales de los centros y las periferias)

Marx: sobre los límites objetivos del aumento de la tasa de plusvalor

Cuanto mayor sea el plusvalor del capital antes del aumento de la fuerza productiva…o cuanto menor desde ya la fracción de la jornada de trabajo que constituye el equivalente del obrero…tanto menor es el crecimiento del plusvalor recibido por el capital gracias al aumento de la fuerza productiva. Por consiguiente, cuanto más desarrollado sea ya el capital…tanto más formidablemente tendrá que desarrollar la fuerza productiva para valorizarse a sí mismo en ínfima proporción, vale decir, para agregar plusvalor, porque su barrera es siempre la proporción entre la fracción del día –que expresa el trabajo necesario- y la jornada entera de trabajo. Únicamente puede moverse dentro de este límite”.

A esto hay que sumarle la relación de fuerzas que posee de por sí la realidad histórica de una formación social, en la cual los trabajadores presionan material y efectivamente para que no aumente la tasa de explotación (por ejemplo, mediante la fijación de un número máximo de horas de trabajo por contrato mediante la ley)

Una contratendencia, sin embargo, está constituida por la disminución de valor trabajo en los mismos medios de producción –capital constante-, siempre derivado esto de un aumento de la productividad…(verificar…)

Ley marxiana: “el límite absoluto de la jornada laboral media, que por naturaleza serpa siempre menos de 24 horas, constituye una barrera absoluta para compensar el capital variable aumentando el grado de explotación de la fuerza de trabajo” 

El intercambio de trabajo vivo por trabajo objetivado, es decir el poner el trabajo social bajo la forma de la antítesis entre el capital y el trabajo asalariado es el último desarrollo de la relación de valor y de la producción fundada en el valor. El supuesto de esa producción es, y sigue siendo, la magnitud de tiempo inmediato de trabajo, el cuanto de trabajo empleado como el factor decisivo en la producción de la riqueza. En la medida, sin embargo, en que la gran industria se desarrolla, la creación de riqueza efectiva se vuelve menos dependiente del tiempo de trabajo y del cuanto de trabajo empleados, que del poder de los agentes puestos en movimiento durante el tiempo de trabajo, poder que a su vez…no guarda relación alguna con el tiempo de trabajo inmediato que cuesta su producción, sino que depende más bien del estado general de la ciencia y del progreso de la tecnología, o de la aplicación de esta ciencia a la producción…El trabajo ya no aparece como recluido en el proceso de producción, sino que más bien el hombre se comporta como supervisor y regulador con respecto al proceso de producción mismo…En esta transformación lo que aparece como el pilar fundamental de la producción no es ni el trabajo inmediato ejecutado por el hombre ni el tiempo que éste trabaja, sino la apropiación de su propia fuerza productiva general, su comprensión de la naturaleza y su dominio de la misma gracias a su existencia como cuerpo social…Tan pronto como el trabajo en su forma inmediata ha cesado de ser la gran fuente de la riqueza, el tiempo de trabajo deja, y tiene que dejar, de ser su medida y por tanto el valor de cambio deja de ser la medida del valor de uso…Con ello se desploma la producción fundada en el valor de cambio, y al proceso de producción inmediato se le quita la forma de la necesidad apremiante y el antagonismo. Desarrollo libre de las individualidades, y por ende no reducción del tiempo de trabajo necesario con miras a poner plustrabajo, sino en general reducción del trabajo necesario de la sociedad a un mínimo, al cual corresponde entonces la formación artística, científica, etc de los individuos gracias al tiempo que se ha vuelto libre y a los medios creados para todos…”

“…ya que la riqueza real es la fuerza productiva desarrollada de todos los individuos. Ya no es entonces, en modo alguno, (la posesión del tiempo de trabajo ajeno) la medida de la riqueza, sino el tiempo disponible…”

Rosdolsky: “el desarrollo de la tecnología nos impulsa, evidentemente, hacia una situación en la cual puede desaparecer la división del trabajo imperante hasta el presente, que mutila al hombre, y con ella todos sus tormentos, siendo ocupado su lugar por el trabajo como ocupación libre de las fuerzas físicas e intelectuales (Crítica: se cae en un tecnologicismo, que no es otra forma de economicismo. Esto porque se aísla el desarrollo de la maquinaria, y de las fuerzas productivas en general, de su determinación de clase atribuida –de manera inconsciente, las más de las veces-, la cual le otorga una cierta división al trabajo social. El desarrollo de las fuerzas productivas, de la maquinaria en general, se encuentra sobredeterminada por la división del trabajo; y ésta, en cuanto tal, es función de una política objetiva de clase –el carácter objetivo de esta política, no dependiente de la voluntad supuestamente libre de los agentes sociales, está dado por la determinación del intereses de los mismos por sus condiciones sociales y materiales de existencia-. Al menos se puede afirmar esto en un sentido “tendencial”. Por otro lado, puede interpretarse el desarrollo de la tecnología como un producto derivado de una relación de clases, no una propiedad de una clase determinada, por lo cual la misma compartiría una doble determinación: a la vez burguesa y proletaria. Más todavía si en la tecnología se plasma la relación fundamental del mpc. Que la misma se encuentre determinada en última instancia por su carácter burgués/capitalista –ya que es expresión esencial del modo de producción que supone el dominio de esta clase- no niega que a su vez pueda contener factores sobredeterminantes proporcionados por la precisa influencia de las clases subalternas. Estos factores constituye el preludio, el germen de un modo de producción distinto. Entonces, la tarea a realizar por la investigación racional es parcelar analíticamente estas dimensiones de “liberación” pasibles de constituirse en tendencias –no meros elementos coyunturales- inscritas en la tecnología y las formas de trabajo en general…)

…¡Trabajarás con el sudor de tu frente! fue la maldición que Jehová lanzó a Adán. Y de esta suerte, como maldición, concibe Adam Smith el trabajo. El reposo aparece como el estado adecuado, idéntico a la libertad y a la dicha. Que el individuo en su estado normal de salud, vigor, actividad, habilidad, destreza, tenga también la necesidad de su porción normal de trabajo, y de la supresión del reposo, parece estar muy lejos de su pensamiento. A no dudarlo, la medida misma del trabajo se presenta como dada exteriormente, por medio de los objetivos a alcanzar y de los obstáculos que el trabajo debe superar para su ejecución. Pero que esta superación de obstáculos es de por sí ejercicio de la libertad –y que además a los objetivos exteriores se les haya despojado de la apariencia de necesidad natural meramente exterior, y se les haya puesto como objetivos que no es sino el individuo mismo el que pone-, o sea, como autorrealización, objetivación del sujeto, por ende libertad real cuya acción es precisamente el trabajo…

…aún no se han creado las condiciones, subjetivas y objetivas…para que el trabajo sea trabajo atractivo, autorrealización del individuo, lo que en modo alguno significa que sea mera diversión, mero entretenimiento, como concebía Fourier…Precisamente los trabajos realmente libres, como por ejemplo la composición musical, son al mismo tiempo condenadamente serios, exigen el más intenso de los esfuerzos…al contrario de lo que quiere Fourier, el trabajo no puede volverse juego…el tiempo libre –que tanto es tiempo para el ocio como tiempo para actividades superiores- ha transformado a su poseedor, naturalmente, en otro sujeto, el cual entra entonces también, en cuanto ese otro sujeto, en el proceso inmediato de la producción. Es éste a la vez disciplina…y ejercicio, ciencia experimental, ciencia que se objetiva y es materialmente creadora…

“…la diferencia entre tiempo de trabajo y tiempo de esparcimiento perderá el carácter antitético que posee en la actualidad, puesto que el tiempo de trabajo y el tiempo libre se acercarán y complementarán cada vez más en forma recíproca…”

“Una vez supuesta la producción colectiva la determinación del tiempo, como es obvio, pasa a ser esencial. Cuanto menos es el tiempo que necesita la sociedad para producir trigo, ganado, etc, tanto más tiempo gana para otras producciones, materiales o espirituales. Al igual que para un individuo aislado, la plenitud de su desarrollo, de su actividad y de su goce depende del ahorro del tiempo. Economía del tiempo: a esto se reduce finalmente toda economía. La sociedad debe repartir su tiempo de manera planificada para conseguir una producción adecuada a sus necesidades de conjunto…Economía del tiempo y repartición planificada del tiempo de trabajo entre las distintas ramas de la producción resultan siempre la primera ley económica sobre la base de la producción colectiva. Sin embargo…esto es esencialmente distinto de la medida de los valores de cambio…mediante el tiempo de trabajo”

En modo alguno podía extenderse también a la sociedad socialista (o comunista) la vigencia de la ley del valor.
“Cuando el trabajo es comunitario, las relaciones de los hombres en su producción ya no se presentan como “valor” de “objetos”…La necesidad misma de transformar el producto o la actividad de los individuos ante todo en “valor de cambio”, en “dinero”…demuestra dos cosas distintas: 1) que los individuos siguen produciendo para la sociedad y en la sociedad; 2) que su producción no es inmediatamente social, no es el fruto de una asociación que reparte en su propio interior el trabajo…En una sociedad productora de mercancías el trabajo es puesto como trabajo general solo mediante el cambio (del dinero)…En cambio, en el socialismo el trabajo del individuo es puesto desde el inicio como trabajo social…no tiene entonces producto particular alguno para cambiar. Su producto no es un “valor de cambio”. El producto no se debe ser ante todo convertido en una forma particular para recibir un carácter general para el individuo. En lugar de una división del trabajo, que se genera necesariamente en el cambio de valores de cambio, se tendrá una organización del trabajo que tiene como consecuencia la porción que corresponde al individuo en el consumo colectivo. Por eso, la medición del trabajo por el tiempo de trabajo será, en este caso (por muy importante que, por lo demás, pueda parecer para la sociedad socialista) un medio de planificación social y naturalmente ya nada tendrá en común con el famosísimo valor y con la ley del valor

Rosdolsky: “…en la sociedad socialista la medición del trabajo por el tiempo de trabajo podrá cumplir, evidentemente, dos funciones diferentes. En primer lugar servirá, dentro del propio proceso de la producción, para establecer la cantidad necesaria de trabajo vivo para la producción de diversos bienes, y para poder administrarla en forma tanto más económica; y, en segundo lugar, esta medición también puede tenerse en consideración como un medio de distribución, con cuya ayuda se adjudicarían a los diversos productores individuales participaciones en el producto social destinado al consumo…Puede tenerse en cuenta, hemos dicho; pero no es imprescindible que así sea. Pues que la futura sociedad socialista acuda o no a este modo de distribución dependerá del grado de desarrollo de las fuerzas sociales productivas, es decir, sobre todo, de cuanto hay que repartir…”

“…cuanto más se desarrolla el modo de producción capitalista, tanto más se alienan las relaciones sociales de producción de los propios hombres, enfrentándolos como potencias externas que los dominan…”

Aquí interviene un complejo proceso social, el proceso de nivelación de los capitales, que a los precios medios relativos de las mercancías los separa de sus valores y, por otra parte, a las ganancias medias en las diferentes esferas de la producción…las aísla de la real explotación del trabajo por los capitales particulares. No solo parece serlo, sino que aquí, de hecho, el precio medio de las mercancías es diferente de su valor, esto es, del trabajo realizado en ellas…el valor de las mercancías ya solo se manifiesta directamente en la influencia de la fluctuante fuerza productiva del trabajo sobre la baja y el alza de los precios de producción, sobre su movimiento, y no sobre sus últimos límites…Así, merced a la transformación de los valores en precios de producción, parece estar suprimida la propia base, esto es, la determinación del valor de las mercancías por el tiempo de trabajo contenido en ellas”

Esquemas de reproducción de Marx (tomo II)

Criticados por Rosa Luxemburg, llevaron a la corriente austromarxista –adialéctica y positivista (recordar que se encontraban en el ambiente de los positivistas lógicos)- a entender la reproducción ilimitada del modo de producción capitalista. La negación de la teoría del derrumbe, informada por el armonicismo evidenciado en esta etapa del análisis de Marx, fue en efecto la política de estos marxistas reformistas (Kautsky en primer, luego sus discípulos Otto Bauer y Rudolph Hilferding).
Hay que recordar, sin embargo, que así como estos personajes no concebían el final del sistema capitalista, tampoco entendían la posibilidad (y necesidad histórica) del quiebre del imperio austrohúngaro y su hegemonía en Europa del Este.

El error al cual estos marxistas llegan está dado por su ambiente intelectual contemporáneo, en el cual primaba el positivismo. Esta forma de conocer la realidad concedía la necesidad de las abstracciones, pero entendía a las mismas como rasgos “arbitrarios”  que se sustraían a una realidad de por sí compleja. Así, el proceso de concretización suponía la agregación casi gratuita de elementos particulares que “completaran” la realidad (la abstracción era concebida como una fotografía lejana de la realidad). Sin embargo, el método dialéctico reconoce la necesidad del análisis y la abstracción, mas siempre existe un puente cualitativo entre ello y lo concreto. Cita:

“Pero si se concibe de esa manera la relación entre lo abstracto y lo concreto, entonces tendrá que pasarse por alto la necesaria contradicción entre la ley general y situaciones concretas más desarrolladas, entonces se cae en la ilusión de que la imagen abstracta refleja simplemente las condiciones concretas, sin mediaciones de ninguna índole…(por eso) las fórmulas abstractas del tomo II de El Capital solo constituyen una etapa del análisis, por lo cual no puede aplicárselas directamente a la realidad capitalista concreta, ya para ello se requieren muchos eslabones intermedios”

Ya Ricardo y Smith conocían la existencia del plusvalor (aun si podían llamarlo de distintas formas). Mas no la realidad de la ganancia. Por su parte, Sismondi ya reconocía el carácter histórico de la producción capitalista, toda vez que veía en el problema de realización que ella cargaba (crisis de superproducción) su imposibilidad futura.
“…de hecho la producción capitalista crea su propio mercado y también “resuelve en ese sentido la dificultad de la realización del plusvalor. Pero no la resuelve aboliendo esa dificultad por completo, sino solo creando la “forma” dentro de la cual “puede moverse”, es decir, relegando la dificultad de la realización a una esfera más amplia, al abrirle un campo de acción más dilatado ( es éste, en general, el método por el cual se resuelven las contradicciones reales). Por eso, la solución dialéctica del proceso de realización solo puede residir en el progreso del modo de producción capitalista, en la constante extensión de sus mercados interno y externo…el modo de producción capitalista mismo debe reproducir sus contradicciones internas en una escala cada vez más elevada”
Danielson (narodniki ruso, 1892): “Del mismo modo que no es posible imaginar una fábrica capitalista cuya producción estuviese exclusivamente orientada hacia el consumo de los obreros que ella misma ocupa, así de imposible parece una nación capitalista sin mercados extranjeros. Y precisamente por eso cada una de las naciones capitalistas pone en juego todas sus energías para conquistar los mercados de sus rivales; sin mercados no existe capitalismo alguno. Pero, ¿cómo podría llegar Rusia a poseer mercados externos?...ingresamos a la arena mundial en un momento en que todos los esfuerzos de nuestros competidores están tensos al máximo, en el cual deben darse por satisfechos incluso con la más mínima tasa de ganancia…Por eso parece que nuestro amado niñito, el capitalismo, que destruye los fundamentos de la industria doméstica campesina, pero que no dispone de un mercado interno ni de mercados externos, no posee entre nosotros una base de desarrollo firme”

Rosdolsky: No se debe considerar estáticamente este problema…Pues mientras avanza la acumulación y un parte del plusvalor acumulado se emplea para ocupar fuerza de trabajo adicional, estos nuevos obreros ayudarán a realizar, mediante el gasto de sus salarios, una y otra vez, el plusvalor creado en el periodo de producción anterior. Ciertamente, los nuevos obreros empleados crean a su vez un producto de valor cuya magnitud debe exceder la suma total de sus salarios, y de esa manera la contradicción anteriormente mencionada se reproduce constantemente de nuevo en un nuevo plano

Tanto Tugán-Baranovski (revisionista) como Bulgákov, ambos marxistas legales rusos de finales del siglo XIX, vaticinaron la reproducción ilimitada del modo de producción capitalista (sujeto a una planificación que corrigiera la desproporcionalidad) a partir de una relectura de los esquemas que Marx presenta en el tomo II del capital. Asimismo, consideraban que la producción capitalista era independiente del consumo, y que, por lo tanto, su mercado solo lo proveía en gran medida el capital constante. De esto concluyeron la superfluosidad de la necesidad de un mercado externo para toda formación capitalista, toda vez que cada una de ellas podía crear fácilmente su mercado interno (si no poseía algún déficit evidente de materias primas indispensables para la producción). Por todo esto, las crisis recurrentes del capitalismo solo surgían a causa de la desproporcionalidad encontrada entre las ramas de la producción a cada tanto.

Lenin: influido por los marxistas legales rusos, adhirió a la tesis de la reproducción ilimitada del capitalismo (si al mismo se lo dirigía mediante una planificación consciente). Esto en un contexto político donde los narodniki propugnaban un socialismo romántico con base agrícola, toda vez que éstos no veían posibilidades históricas de desarrollo del capitalismo en Rusia. Si bien Lenin se equivocaba naturalmente, acertaba si su argumento se lo ajustaba a la realidad rusa que él vivía en ese momento.  Porque, cuando sostenía que el capitalismo debía desarrollarse en Rusia gracias a que el mismo podía crearse con relativa facilidad un mercado interno, siempre en función del crecimiento más rápido de la producción de medios de producción que de medios de consumo, no equivocaba el punto. En efecto, un capitalismo primitivo puede desarrollarse - y se desarrolla- mediante una aceleración de la demanda de bienes de producción por sobre los medios de consumo; de hecho, toda industrialización supone esto junto a una limitación en el consumo de las masas populares. Ahora bien, el error de Lenin estaba en el hecho de que generalizaba esta situación al capitalismo en su conjunto, lo que no es efectivo en la práctica: una vez el proceso industrializador se ha llevado a cabo, la formación capitalista debe producir para el consumo, con lo cual se equilibran las demandas de los sectores de la producción y emerge la posibilidad recurrente de las crisis de realización dependientes del consumo popular. Por último, no es menor consignar que Lenin adhirió a las teorías de Tugán y Bulgakov hasta el final, solo que derivando del problema fundamental de la desproporcionalidad (siempre más amplio e importante) la contradicción entre producción y consumo, y así entendiendo como complementarios el tomo II y el tomo III de El capital.

Los esquemas de la reproducción del capital en el tomo II no incluyen: avance técnico (desarrollo de las fuerzas productivas), comercio exterior, desproporcionalidad o anarquía inherente a las ramas de la producción en el mpc, contradicción entre producción y consumo, un conjunto mundial donde no solo existen capitalistas y asalariados. Si se incluyen estas características no puede colegirse que la reproducción del capitalismo sea imposible (para argumentar con Luxemburg que depende necesariamente de una periferia precapitalista), sino que su equilibrio se revoluciona constantemente y se establece bajo nuevas beses a cada momento (la misma proporcionalidad de las ramas de la producción solo se da muy transitoriamente).

“Espiral capitalista” (término acuñado por Sismondi)

Bohm-Bawerk: este austriaco de principios del siglo XX cree poder formular una crítica decisiva a la teoría del valor trabajo marxiana. Se basa en el hecho de que Marx, aparentemente, despliegue una argumentación circular a la vez que reemplace la categoría de “ser” por “valer”. Bohm-Bawerk cree poder demostrar que el trabajo calificado no puede reducirse al trabajo simple, ya que Marx no logra explicitar argumentativamente este proceso. Ahora bien, si éste austriaco fuera fiel hasta el final en su argumentación debiera poder afirmar que no es posible comparar ningún trabajo con otro, ya que todos son cualitativamente diferentes (así lo son los “trabajos simples” entre sí, al igual que los “trabajos calificados” en comparación con los “simples”), y, por lo tanto, establecer que el trabajo medio (trabajo humano general abstracto) no es posible de reconocer en la realidad. Empero, Marx establece que, precisamente, la realidad empírica de una formación capitalista desarrollada informa sobre un proceso real donde los trabajos son efectivamente intercambiables y simples (por el desarrollo de la maquinaria y la subsunción real de los obreros a la misma). Por esto la abstracción “trabajo humano general abstracto” no solo es posible sino que requerida por la realidad capitalista misma.

¿Por qué se sirve Marx –en este pasaje y en otros- de la expresión “se considera”? Simplemente, para insinuar que la cualidad creadora de valor del trabajo humano no está dada de antemano, no es un hecho natural, sino sólo el resultado de una equiparación de diversos trabajos que tiene lugar en el proceso social.

Ahora bien, la distinción de Marx entre trabajo calificado y trabajo no calificado es lo suficientemente simple y heterodoxa para ser aceptada: ambos difieren en que sus costos de producción (costos de formación) son diferentes. Con esto no se viene abajo la teoría del valor de Marx, porque solo podemos concluir que el plusvalor producido por un tipo de trabajo es mayor que el producido por otro tipo (ergo, el valor de la mercancía final no es el valor con el cual se compra la fuerza de trabajo más los medios de producción…)

Trotski: “Teóricamente, a ciencia cierta, es posible concebir una situación en la cual la burguesía en su conjunto constituye una sociedad anónima que, mediante su Estado, administra toda la economía nacional. Las leyes económicas de semejante régimen no presentarían misterio. Un capitalista individual recibe, como es bien sabido, en la forma de ganancia, no la parte del plusvalor directamente creado por los obreros de su propia empresa sino una participación del plusvalor combinado creado en todo el país, proporcional al monto de su capital. Bajo un “capitalismo de Estado” integral, se realizaría igual esta ley de la tasa de ganancia no por senderos tortuosos –es decir, mediante la competencia entre diferentes capitales- sino en forma inmediata y directa mediante la contabilidad estatal. Sin embargo, semejante régimen jamás existió, y jamás existirá, a causa de las profundas contradicciones entre los propietarios mismos, tanto más cuanto que, en su carácter de depositario universal de la propiedad capitalista, el Estado se convertiría en un objeto demasiado tentador para la revolución social”

Rosdolsky: “Por Capitalismo de Estado se entiende aquí una tendencia evolutiva, y no una forma realmente existente del capitalismo. Incluso si la misma se concretase en países aislados, ello aún no significaría en modo alguno el fin del capitalismo, ya que seguirían enfrentándose varios capitales estatalmente organizados” (ver cumplimiento de esta realidad en la Urss)

…Como el capital no paga el trabajo empleado sino el valor de la fuerza de trabajo empleada, para él el uso de la máquina está limitado por la diferencia que existe entre el valor de la misma y el valor de la fuerza de trabajo que reemplaza. Como la división de la jornada laboral en trabajo necesario y plustrabajo difiere según los países, y difiere también, asimismo, según las épocas en el mismo país, o según los ramos de actividad en el mismo periodo; como, además, el salario real del obrero ora cae por debajo del valor de su fuerza de trabajo, ora supera dicho valor, la diferencia entre el precio de la maquinaria y el precio de la fuerza de trabajo que debe sustituir puede variar considerablemente, por más que la diferencia entre la cantidad de trabajo necesaria para la producción de la máquina y la cantidad de trabajo sustituido por ella se mantenga invariable.
En cambio en una sociedad socialista, el límite para el uso de la maquinaria está dado por el hecho de que su propia producción cueste menos trabajo que el trabajo sustituido por su empleo  

Excurso: capital constante fijo= maquinaria; capital constante circulante =materias primas y auxiliares

Racionalización fallida (Otto Bauer): “racionalización que, si bien hace descender los costos de producción de una empresa aislada, aumenta al mismo tiempo, sin embargo, los costos sociales de producción, enriquece al individuo y empobrece a la colectividad”
Fenómeno típico de la racionalización capitalista. Ya que el empresario individual siempre se desprende de mano de obra cada vez que la sustitución de la misma por maquinaria le es menos costosa, pero a la vez el mismo no se hace cargo de los obreros despedidos sino que hace esto la “sociedad”. Por esto, siempre ocurre una racionalización fallida en una formación social determinada, cuando los costos de mantener a esos obreros desempleados (y formarlos-reubicarlos), le resultan a la sociedad en su conjunto más onerosos que la cantidad de trabajo que el capitalista individual ha ahorrado con la sustitución de los mismos por maquinaria mayormente productiva.
Por lo tanto la racionalización capitalista, en tanto racionalización fallida, sucede en la mediante un aumento de la ganancia del capitalista individual a expensas de una pérdida para la economía social en su conjunto (alias, la sociedad)

Engels: para el capital la ley del incremento de la fuerza de trabajo productiva no tiene validez incondicionada. Para el capital, esa fuerza productiva se incrementa no cuando se economiza en general en materia de trabajo vivo, sino solo cuando se economiza en la parte paga del trabajo vivo más de lo que se adiciona en materia de trabajo pretérito. Aquí, el modo capitalista de producción cae en una nueva contradicción. Su misión histórica es el desarrollo sin miramientos, impulsado en progresión geométrica, de la productividad del trabajo humano. Pero se torna infiel no bien se opone al desarrollo de la productividad…

Otto Bauer: el modo de producción capitalista disminuye…no solo el pleno aprovechamiento de las fuerzas humanas de trabajo disponibles, sino que también impide el empleo del modo de operación de mejor rendimiento posible. La sociedad socialista podrá emplear una máquina cuando ahorre mayor cantidad de trabajo que la que sea necesaria para su producción en cambio el modo de producción capitalista solo puede utilizar una máquina si la misma ahorra mayor cantidad de salario que el que cuesta. Cuanto más bajos sean los salarios, tanto más difícil será la incorporación de nuevas máquinas, es decir el aprovechamiento del progreso técnico. Puesto que el salario solo puede ser una forma de manifestarse del valor de la fuerza de trabajo, pero nunca una forma de manifestarse del valor del producto del trabajo, la sociedad capitalista jamás podrá utilizar todas las máquinas que una sociedad socialista podría poner ya a su servicio.
 “El precio de producción de la máquina se halla permanentemente por encima de su valor…Porque en ella se halla contenida una porción del plusvalor producido en otras ramas, del cual se apropiaron los productores de hierro y de la máquinas en virtud de su capital objetivo…Podemos añadir ahora que el más elevado precio de producción de la máquina, que siempre es más elevado que su valor…constituye un nuevo obstáculo para la sustitución del trabajo manual por el trabajo maquinal más productivo. A esto se suma, aún finalmente, un motivo: las máquinas presentan un precio de producción siempre más elevado que su valor toda vez que los monopolios industriales y de materias primas manejan los precios al alza…

Capitalismo de Estado: solamente aquí es realmente aplicable el concepto de racionalización fallida, ya que aquí la economía es conscientemente “planificada” (se ha superado la anarquía del mercado)…En este caso particular de capitalismo las innovaciones técnicas deben ser más lentas, pero a la vez más sostenidas (lentas porque deben esperar que las nuevas máquinas ahorren más tiempo de trabajo que el necesario para mantener y reeducar a los obreros desplazados de sus trabajos por las máquinas; sistemáticas, porque se supone la planificación, el dirigismo)  que en el capitalismo privado mercantil (ya que en éste las mismas se dan a saltos, dada la no planificación; pero a la vez más rápidamente, dado que las mismas se efectivizan solo cuando a un capitalista individual le es más conveniente utilizar máquinas que obreros –ergo, no espera que esta situación sea la conveniente para todos los empresarios-)

Sociedad socialista: no habría desocupación, ni costos de readiestramiento, ni trabajo asalariado. Esta sociedad evidentemente no tendrá que contar en su cálculo de costos de producción con los costos de la fuerza de trabajo (como el capitalismo), sino con el propio gasto de trabajo. En consecuencia, allí deben resultar viables también transformaciones tales que parezcan fallidas tanto desde el punto de vista de la economía estatal capitalista como desde el punto de la economía capitalista privada. En este caso solo se produciría una racionalización fallida si las nuevas máquinas costasen a la sociedad tanto o más trabajo que lo que le ahorrarían en trabajo (no en pago de la fuerza de trabajo). Por consiguiente, en este caso los límites de la racionalización estarían trazados con mucha mayor amplitud que en el capitalismo; la sociedad socialista podría racionalizar con mucha mayor rapidez, generosidad e ímpetu las fuerzas productivas del trabajo social.

Las mercancías solo poseen objetividad como valores en la medida en que son expresiones de la misma unidad social, del trabajo humano; que su objetividad en cuanto valores, por tanto, es de naturales puramente social” (Marx)

“En la expresión ponderal del pan de azúcar, el hierro asume la representación de una propiedad común a ambos cuerpos: su pesantez; mientras que la chaqueta, en la expresión del valor del lienzo, simboliza una propiedad supranatural de ambas cosas: su valor, algo que es puramente social”

Adam Smith creía una tarea inconmensurablemente digna el buscar una medida invariable de valor para medir a las mercancías. Creía, de hecho, haber encontrado esta medida en el (valor invariable) del trabajo humano simple, en su valor real -no nominal- como salario. Por su parte, Ricardo consideraba como medida invariable del valor el trabajo humano, no en tanto salario, sino en tanto trabajo humano como tal, como actividad humana creadora de valor.
En cambio, Marx estableció: para medir los valores de las mercancías –para una medida externa de los valores- no es necesario que el valor de la mercancía con la cual se miden las otras mercancías, sea invariable. Por el contrario, y como tal lo he demostrado en la primera parte, debe ser variable porque la medida de los valores es a su vez y debe ser mercancía, por el hecho de que de otro modo no tendría ninguna inmanente en común con las demás mercancías. Por ejemplo, si se modifica el valor del dinero, se modifica igualmente con relación a todas las demás mercancías. Por ello sus valores relativos se expresan correctamente en él, como si hubiese permanecido inalterado (por lo mismo el trabajo, como medida del valor, es una categoría histórica sujeta a modificación mediante el progreso de las fuerzas productivas)

Marx jamás afirmó que la tasa de explotación se modifica con la inversión de capital per capita de los obreros ocupados o, en otras palabras, que el monto del plusvalor producido sea función del capital constante empleado. Semejante afirmación hubiera sido un disparate a su modo de ver. El predominio relativo de la parte constante del capital sobre la variable significa por cierto un crecimiento de la productividad del trabajo. Pero no significa en absoluto, por ejemplo, que en industrias que emplean una cantidad mayor de capital constante, los obreros creen automáticamente mayores plusvalores (la tasa de plusvalor solo puede aumentarse mediante un aumento de la productividad cuando las industrias de los medios de subsistencia pueden procurar bienes de consumo más baratos para los obreros y cuando de este modo se acorta la parte necesaria de la jornada de trabajo. Pero esto afecta a todos los obreros en todas las industrias)

Pero en realidad Marx nunca se cansó de atacar a Proudhon como a todos los restantes utopistas que pretendían desquiciar el mundo mediante un sistema justo de cambio especialmente planeado. Comprobó repetidamente y con el mayor énfasis que el valor es una categoría histórica, una forma particular de expresión de la función social del trabajo en una sociedad de propietarios de mercancías, y que por ello debía desaparecer forzosamente en la sociedad socialista.
Dentro de la sociedad colectivista corporativa, fundada en la propiedad común de los medios de producción, los productores no intercambian sus productos; tampoco aparece en ella el trabajo aplicado a esos productos como valor de esos productos, como una propiedad objetiva que poseen, ya que entonces, en contraste con la sociedad capitalista, los trabajos individuales ya no existen como partes componentes del trabajo total mediante un rodeo, sino en forma directa…(crítica la programa de Gotha)

Para Marx, tanto el valor como la mayoría de las categorías económicas constituían categorías históricas, sujetas a su concreción en las formaciones capitalistas…

El capital no ha inventado el plustrabajo Dondequiera que una parte de la sociedad ejerce el monopolio de los medios de producción, el trabajador, libre o no, se ve obligado a añadir al tiempo de trabajo necesario para su propia subsistencia tiempo de trabajo excedentario y producir así los medios de subsistencia para el propietario del los medios de producción (sea éste terrateniente feudal o capitalista)
 …El plustrabajo, el trabajo por encima del tiempo necesario para la autosustentación del obrero y la apropiación de ese plustrabajo por parte de otros, la explotación del trabajo es común a todas las formas de sociedad existentes hasta el presente, en tanto éstas se movían en contradicciones de clases. Pero sólo cuando el producto de ese plustrabajo asume la forma de plusvalor, cuando el propietario de los medios de producción encuentra frente a sí al obrero libre –libre de ataduras sociales y libre de posesiones propias- como objeto de la explotación, y lo explota con el fin de producir mercancías, solo entonces el medio de producción asume, según Marx, el carácter específico del capital (Engels)
 Excurso: Teóricos marxistas del subconsumo (Baran, Sweezy)
 Es obvio que desde el punto de vista de la teoría de Marx solo el trabajo crea valor. Pero eso no significa en modo alguno que, a su modo de ver, haya que negarle toda productividad a los “factores objetivos de la producción”. Por el contrario: en tanto esos factores acrecientan el rendimiento de la producción contribuyen por cierto a la producción de valores de uso. Por otra parte, Marx destaca una y otra vez que el capital (no el suelo) es productivo aún en otro sentido: en cuanto relación social dominante del modo de producción burgués: “el gran sentido histórico del capital…consiste en crear ese trabajo excedente…Por esta razón el capital es productivo; es decir, es una relación esencial para el desarrollo de las fuerzas productivas sociales”
  Existen leyes económicas objetivas válidas para todas las sociedades humanas. Luxemburg cita algunas: a) “el trabajo vivo llega a estar en condiciones de elaborar cada vez una mayor cantidad de medios de producción en un tiempo cada vez menor para convertirlos en objetos de uso (ley válida para todas las sociedades que progresan económicamente, independientemente de su forma histórica); b) cuanto mayor sea la productividad del trabajo humano tanto más breve será el tiempo en el que transforma una cantidad dada de medios de producción en productos terminados.
 Ahora bien, esto no quiere decir que la economía política posea un objeto específico en el modo de producción capitalista, ya que en el las relaciones de producción se imponen con una objetividad ciega a espaldas de los productores, adquiriendo el proceso social una forma natural –en palabras de Marx-, lo cual habilita a que este objeto sea tratado con el método científico (por lo cual habilita que la economía social devenga “ciencia” social). Por el contrario, aun si en todas las sociedades existen ciertas determinantes naturales objetivas que se cumplen a todo evento, es claro que tanto en las sociedades precapitalistas (antigüedad, feudalismo, modo de producción asiático, comunidades primitivas, etc) y en la futura sociedad socialista las leyes económicas generales y determinantes son mayormente transparentes (no requieren la utilización del método científico para su intelección). Así también, en la sociedad socialista las leyes económicas objetivas devendrán dominio de la sociedad, podrán ser en su mayor parte controladas.
 …Pero mientras que para Ricardo el análisis constituye el alfa y el omega de su procedimiento, para Marx solo constituye una etapa necesaria del conocimiento científico y se lo debe complementar de inmediato con la investigación genética, cuya tarea consiste en investigar la trayectoria y el proceso de conformación de las propias categorías económicas, su desarrollo a través de las diferentes fases (según Hegel esto implica la exposición genética del concepto). Pero,¿qué otra cosa es el análisis enriquecido mediante la investigación genética, sino el método dialéctico de Marx?
 La teoría de la formación de los precios presupone la descripción e intelección del mercado mundial, los ciclos industriales y las crisis

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