Roman Rosdolsky: Génesis y estructura del Capital (Apuntes propios)
(1968 en Alemania; 1978
Latinoamérica)
Tampoco está elaborada aún su
teoría específica de la ganancia. En cambio, hacia 1848 estaban trazadas las
líneas fundamentales de su teoría del plusvalor (de acuerdo a Nicolaus esta afirmación es excesiva, ya que Marx solo
conocía en 1848 la existencia del excedente, pero éste no formaba parte axial
de su sistema teórico socioeconómico), piedra angular de su doctrina
económica, y solo quedaba la tarea de desarrollar dicha teoría en detalle,
proceso que podemos estudiar minuciosamente en los Grundrisse.
En el plan de 1857, la obra
estaba dividida en seis libros (o secciones, o capítulos). El primero debía
tratar sobre el capital, el segundo sobre la propiedad de la tierra, el tercero
acerca del trabajo asalariado, el cuarto sobre el Estado, el quinto sobre el
comercio exterior y el sexto acerca del mercado mundial. A todo ello quería
anteponerle Marx, una Einleitung en
la que se plantearan las condiciones abstractas generales que corresponden en
mayor o menor grado a todas las sociedades.
Excurso: Los manuscritos base del tercer tomo del Capital datan de
1864-1865.
En el decenio de 1870, Marx efectuó estudios especiales enteramente
nuevos, justamente para la sección dedicada a la renta de la tierra. Había estudiado y extractado, durante años,
en su idioma original, los registros estadísticos y otras publicaciones sobre
la propiedad de la tierra que se tornaron inevitables luego de la Reforma practicada en
–Rusia en 1861…Dada la variedad de las formas tanto de la propiedad de la
tierra como de la explotación de los productores agrícolas en Rusia, en la sección acerca de la renta de la
tierra Rusia estaba destinada a desempeñar el mismo papel que había desempeñado
Inglaterra, en el primer tomo, al tratarse el trabajo asalariado industrial.
…tomo III del capital, en el que
Marx excluía el problema de las conexiones en el mercado mundial del ámbito de
investigación de El capital. Pero tanto vale para el problema de los ciclos
industriales, la alternancia de prosperidad y crisis, cuyo análisis ulterior
–como destaca repetidamente Marx- cae fuera del ámbito de nuestro análisis, y
seguramente destinado a la eventual prosecución de la obra.
…El método de elevarse de lo
abstracto a lo concreto es el único método científico de apropiarse lo
concreto, de reproducirlo como espiritualmente concreto. Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples
determinaciones, por lo tanto, la unidad de lo diverso. Por eso el pensamiento solo puede
concebirlo plenamente como proceso de síntesis, es decir por la vía de la
reconstrucción por etapas de lo concreto a partir de sus determinaciones
abstractas más sencillas. En cambio, si
el análisis científico (económico, en el caso que nos ocupa) comienza
directamente con lo real y concreto, con la propia premisa verdadera –es decir,
por ejemplo, con la población o con el mercado mundial-tendrá que véselas con
una imagen difusa y totalmente indefinida de la realidad: “la población es
una abstracción si dejo de lado, por ejemplo, las clase de que se compone.
Estas clases son, a su vez, una palabra hueca si desconozco los elementos sobre
los cuales reposan, por ejemplo, el trabajo asalariado, el capital etc. estos
últimos suponen el cambio, la división del trabajo, los precios, etc…si
comenzara, pues, con la población, tendría una representación caótica del
conjunto y, precisando cada vez más llegaría analíticamente a conceptos cada
vez más simples. Llegado a este punto habría que reemprender el viaje de
retorno, hasta dar de nuevo con la población, pero esta vez no tendría una
representación caótica del conjunto, sino un arica totalidad con múltiples
determinaciones y relaciones”.
“Sería impracticable y erróneo considerar las categorías económicas en
el orden en que fueron históricamente determinantes. Su orden de sucesión está,
en cambio, determinado por las relaciones que existen entre ellas en la moderna
sociedad burguesa, y que es exactamente el inverso del que parece ser su orden
natural o del que correspondería a su orden de sucesión en el curso de su
desarrollo histórico…Nada parece más natural, por ejemplo, que comenzar por
la renta del suelo, la propiedad de la tierra…como la primera forma de
producción de todas la sociedades más o menos estabilizadas: la agricultura. Y,
sin embargo, nada sería más erróneo. Pues
en todas las formas de sociedad existe una determinada producción que asigna a
todas las otras su correspondiente rango e influencia, y cuyas relaciones
asignan por lo tanto a todas la otras su rango e influencia”
“La distribución de los productos
se halla precedida, pues, por una distribución de los elementos de la
producción, por una escisión entre la fuerza de trabajo como mercancía del
obrero y los medios de producción como propiedad de no trabajadores. La distribución de los productos es
manifiestamente solo un resultado de esta distribución que se halla incluida en
el proceso mismo de producción y determina la organización de la producción…estos
modos de distribución son las relaciones de producción mismas, solo que
consideradas sub alia specie”.
“Es insensato considerar las formas burguesas de la producción como
absolutas, mientras se entienden en cambio las formas burguesas de distribución
como relativamente históricas, vale decir como transitorias”
“Las tres grandes clases de la sociedad capitalista desarrollada
–terratenientes, capitalistas, asalariados- correspondientes a las tres grandes
formas de rédito –la renta de la tierra, la ganancia, el salario- y la lucha de
clases necesariamente dada con la existencia de aquéllas, en cuanto resultado
real y evidente del período capitalista”.
Represento…al capitalista como un
funcionario necesario de la producción capitalista, y muestro muy
minuciosamente que no solo “quita” o “despoja” sino que fuerza a la producción
del plusvalor, que lo ayuda a crear primeramente para quitarle luego…El
capitalista es el explotador directo de los obreros, no solo el que se apropia
directamente del plusvalor, sino el que lo provoca en forma directa.
“La propia producción capitalista ha logrado
que el trabajo de dirección ande por la calle en forma totalmente separada de
la propiedad del capital, sea de propiedad propio o ajeno. Ha dejado de tener
toda utilidad que los capitalistas realicen ese trabajo de dirección. En
realidad existe separadamente del capital, no en la separación entre
capitalistas industriales y capitalistas financieros, sino en la separación
entre directores industriales y toda clase de capitalista…El capitalista, en
cuanto funcionario de la producción, se ha tornado tan superfluo para los
trabajadores tal como a él mismo le parece tan superflua la función de los
terratenientes para la producción burguesa…En las sociedades por acciones, la
función está separada de la propiedad del capital, y en consecuencia también el
trabajo está totalmente separado de la propiedad de los medios de producción y
del plustrabajo. Este resultado del desarrollo supremo de la producción
capitalista es un punto de transición necesario para la reconversión del
capital en propiedad de los productores, pero ya no como la propiedad privada
de productores aislados, sino como propiedad de ellos en cuanto asociados, como
propiedad directa de la sociedad”.
Pero del hecho de que el terrateniente no sea un agente necesario para
la producción capitalista no se concluye en modo en alguno que sea totalmente
innecesario para la subsistencia de esa producción, que el modo de producción
capitalista hubiera podido originarse sin la propiedad de la tierra y
desarrollarse de ese modo. Por el contrario. Si la tierra estuviese
elementalmente a libre disposición de cualquiera, faltaría un elemento
fundamental para la formación del capital. Ese medio esencial de
producción, y con excepción del hombre y de su propio trabajo, único medio
original de producción, no podría ser enajenado, apropiado, enfrentado de esa
manera al trabajador, convirtiéndolo de esa manera en asalariado…la propiedad
privada del suelo –la propiedad privada por parte de unos lo que implica la no
propiedad de otros-, es el fundamento del modo capitalista de producción. Por
eso, el capital no puede existir en modo alguno sin la propiedad de la
tierra…por eso la transformación de las condiciones laborales en capital
presupone no solo que se expropie la tierra a los productores directos, sino al
mismo tiempo una determinada forma de la propiedad de la tierra.
De todos modos, lo que importa desde el punto de vista del capital, es
solo que el suelo y la tierra no son propiedad común, que enfrentan a la clase
obrera como un medio de producción que no le pertenece, y ese objetivo se
logra por completo cuando se transforma en propiedad estatal, es decir, cuando
el Estado recauda la renta de la tierra…Por eso el burgués radical…prosigue
teóricamente hasta la negación de la propiedad privada de la tierra, a la que
quisiera transformar, bajo la forma de propiedad estatal, en propiedad común de
la clase burguesa, en capital.
La forma en que el incipiente modo de producción capitalista encuentra
a la propiedad de la tierra, no se corresponde con él. Solo él mismo crea la
forma correspondiente a sí mismo mediante la subordinación de la agricultura al
capital. Sin embargo, la influencia del capital sobre la propiedad de la
tierra tiene sus barreras. Todo cuanto puede hacer el capital es someter a la
agricultura a las condiciones de la producción capitalista.
…como uno de tales poderes ajenos
y como una barrera semejante el terrateniente enfrenta a al capitalista y puede
tener éxito en arrancarle una parte del plusvalor creado por los
trabajadores…la propiedad privada de los objetos naturales (renta de la tierra)
no produce valor, pero puede constituir un factor preeminente para reclamar una
orden de trabajo impago, gratuito..
Renta absoluta: piso mínimo que recibe cualquier propietario de una
tierra dada por la mera posesión de la misma.
Renta diferencial: corresponde al importe particular de una tierra
específica que recibe el propietario de la misma de acuerdo a las
particularidades de ésta.
El capital…no solo como productor de sí mismo, sino al mismo tiempo
como creador de valores, debe poner una forma de riqueza o un valor
específicamente diferente del capital. Esta forma es la renta de la tierra.
Constituye el único caso en el que el capital crea un valor diferente del
propio capital, de su propia producción, Tanto
por su naturaleza como históricamente, el capital es el creador de la moderna
propiedad de la tierra.
La renta de la tierra es una creación específica del capital en tanto
éste constituye a la misma dentro de sus cálculos sobre los costos de
producción, asignándole así a situaciones naturales particulares (una caída de
agua, por ejemplo) un valor de cambio (valor mercantil). Por lo mismo a ésta
debía estudiársela luego del tratamiento de la categoría del capital.
El trabajo asalariado no es
creado en su plenitud sino por la acción
del capital sobre la propiedad de la tierra, y luego, una vez que ésta se ha
consolidado como forma, por el propietario mismo de la tierra…No cabe duda
alguna, pues, de que el trabajo asalariado en su forma clásica, como aquello
que impregna a la sociedad en toda su amplitud y se convierte en base de la
misma, en lugar de la tierra no es creado sino por la moderna propiedad de la
tierra.
El valor del suelo no es otra cosa
que el precio que se paga por la renta capitalizada del suelo. Por lo tanto,
aquí deben suponerse desarrollos mucho más trascendentes que los que podrían
surgir prima facie de la mera contemplación de la mercancía y su valor; muy a
la manera del capital ficticio del que trata el juego de la bolsa, y que de
hecho no es otra cosa que la compra y la venta de ciertos títulos…y que no
puede desarrollarse plenamente a partir del concepto sencillo de capital
productivo.
Por eso la producción
capitalista…solo aparece en su amplitud total cuando también el productor rural
directo es asalariado.
El capital existe y solo puede existir como muchos capitales; por
consiguiente su autodeterminación se presenta como acción recíproca de los
mismos entre sí…como el valor constituye la base del capital, y éste solo
existe, forzosamente gracias al intercambio por un contravalor…el capital se
repele necesariamente a sí mismo. Por
ello es una quimera un capital universal, un capital que no tenga frente a sí
capitales ajenos con los cuales intercambiar…En consecuencia un capitalismo de
Estado solo sería posible en la medida en que se enfrentasen varios capitales
estatalmente organizados.
Pero en su época de esplendor el
dominio del capital solo puede concretarse en la competencia y a través de
ella…solo a través de ella se pone como necesidad exterior para cada capital lo
que corresponde al concepto del capital…la competencia es el motor esencial de
la economía burguesa, aun cuando no crea sus leyes, sino que meramente las manifiesta
–y de forma invertida-…
“Tan pronto como comienza a
sentirse así mismo como barrera al desarrollo, recurre a formas que, aunque
parecen dar los últimos toques al dominio del capital moderando la libre
competencia, al mismo tiempo anuncia la disolución de aquél y del modo de
producción en él fundado…” (aquí se predice el capitalismo monopolista, en
1857, pero al mismo se lo considera de manera bernsteiniana, es decir como
factor positivo socializador de los medios de producción).
Si se comienza el análisis desde la esfera de la circulación,
considerando a la misma como fundamento originario, el capital aparece como
determinando los precios, dando trabajo, regulando la producción…
La fase de la circulación como una barrera de la producción capitalista
misma. La circulación lleva tiempo;
un tiempo en el cual el capital no está creando valor, sino solo realizándolo.
Por esto la explotación no depende solo del tiempo de trabajo (producción),
sino también del tiempo de realización (circulación)
Solo la ganancia total de la
clase capitalista debe coincidir con el plusvalor total del cual se apropiara.
En cambio, los diversos capitales pueden embolsar más o menos de lo que les
correspondería del plusvalor creado por ellos mismos en el proceso de producción.
El capital en general, a diferencia de los capitales en particular, se presenta solo como una abstracción;
no como una abstracción arbitraria, sino como una abstracción que capta la
diferencia específica del capital en oposición a todas la demás formas de la
riqueza…pero el capital en general, diferenciado de los capitales reales en
particular, es él mismo una existencia real…mientras que lo universal es, por
una parte, solo una diferencia específica ideal, es a la vez una forma real
particular al de la forma de lo particular y lo singular.
El capital, considerado en general, no es una mera abstracción. Si
por ejemplo considero el capital global de una nación, por contraposición al
trabajo asalariado total…o si tomo al capital como base económica general de
una clase en oposición a otra, lo estoy considerando en general.
El capital en general, no solo constituye una forma de movimiento común
a todos los capitales industriales individuales, sino que debe considerárselo
simultáneamente como la forma en que mueve la suma de los capitales
individuales, es decir, la forma en que se mueve el capital global de la clase
capitalista; un movimiento en el cual el de cada capital industrial individual
aparece solo como movimiento parcial que se entrelaza con los otros y se
encuentra condicionado por ellos. Desde este punto de vista hay que
considerar a los diversos capitales solo como fracciones del capital social, cuyo movimiento es
tanto su movimiento individual como, al mismo tiempo, eslabón integrante del
movimiento del capital global, el cual
–a pesar de ser solo la suma de los capitales individuales- revela un carácter
diferente del capital de cualquier capitalista individual.
Pero donde con mayor claridad se
manifiesta el carácter real del capital social global, es en el capital accionario, modalidad bajo
la cual el capital se ha elaborado hasta su forma última, en la cual está
puesto no solamente “en sí”, según su sustancia, sino según su “forma” como
fuerza y producto social.
Toda esa molestia no sería necesaria
si la forma de manifestación y la esencia de las cosas coincidiesen
directamente; pero entonces toda ciencia sería superflua. Puesto que ello no es
así, la investigación científica debe avanzar desde las manifestaciones en la
superficie hacia la naturaleza interna, hacia la estructura nuclear de los
procesos económicos, para de ese modo hallar la ley que rige al fenómeno y
concebir al propio fenómeno como necesario.
El capital industrial, que es la
forma fundamental de la relación del capital, tal como domina la sociedad
burguesa y del cual todas las demás formas parecen derivadas y secundarias
Sobre los errores de Rosa
Luxemburg
Luxemburg: “…pues solo Marx…logró
extraer la diferencia fundamental entre las dos categorías: capital individual
y capital social global en sus movimientos; la teoría económica marxiana es
inseparable de la idea del capital global de la sociedad concebido como una
magnitud real y efectiva, que cobra expresión tangible en la ganancia global de
la clase capitalista y en su distribución, y de cuya dinámica invisible
proceden todos los movimientos visibles de los capitales individuales”
Rosdolsky: los conceptos de “capital individual” y de “capital en general” no
coinciden en modo alguno. El segundo es mucho más amplio que el primero. De
donde resulta que, según Marx, también el “capital total” de la sociedad puede
–más aún debe- considerarse con éxito dentro del marco de la categoría del
“capital en general”.
Los reproches de Rosa a los
esquemas de reproducción del segundo tomo del capital, solo tienen sentido si
entendemos que ella comprendía que los mismos constituían, en tanto análisis
del capital social global, a la vez una abstracción –en tanto se diferencia de
los capitales individuales- y una realidad efectiva e histórica. Por esto
Luxemburg se enerva al encontrar la ficción de una sociedad compuesta solamente
de capitalistas y asalariados, mas este ofuscamiento deviene fútil a nuestros
ojos cuando comprendemos que Marx no intentaba, en estos pasajes del capital,
representar una realidad histórica efectiva, sino sólo un modelo analítico
–cuestión a la que, por otra parte, también alude Lukacs-.
Asimismo, Luxemburg deplora el
hecho de que Marx haga abstracción de todas las condiciones históricas en sus
esquemas de reproducción, cuando en realidad solo lamenta la omisión de los
sectores precapitalistas –“el tercero excluido” – Porque, si se tomaran en
cuenta todas las condiciones históricas todas las elaboraciones de Marx en los
tomos del Capital constituirían meras “ficciones”. Así, nos damos cuenta de
cómo Rosa recae en la exageración de un empirismo desnudo.
Por cierto que Rosa Luxemburg destaca muy
enérgicamente la diferencia fundamental entre la consideración de los procesos
económicos desde el punto de vista del capital individual y desde el capital
social global. Pero al mismo tiempo
confunde esa diferencia con la distinción no menos fundamental entre “el
capital en general” y “el capital en su realidad”, los “capitales múltiples”.
En su opinión solo el “capital individual” permite una consideración abstracta,
mientras que la categoría del capital social global debe representar una
categoría de realidad inmediata. De ahí que apele constantemente a la
realidad histórica contra la ficción teórica, de ahí su crítica errónea de los
esquemas de reproducción de Marx.
El capitalismo era solo un modo de producción histórico,
correspondiente a cierta época de desarrollo limitado de las condiciones
materiales de la producción, y las categorías de la economía burguesa eran
formas del pensar socialmente válidas, y por tanto objetivas, para las
relaciones de producción que caracterizan ese modo de producción social
históricamente determinado
Sin embargo, ¿de qué manera puede
llegar la teoría al conocimiento de
tales leyes particulares, que solo pretenden validez histórica? ¿Y cómo pueden
compatibilizarse estas leyes con las determinaciones económicas generales,
aplicables a todas las épocas de la sociedad?...pues todas las épocas de la producción tienen rasgos en común.
Ejemplos: a) ninguna sociedad puede producir continuamente, esto es,
reproducir, sin reconvertir una parte de sus productos en medios de producción
elementos de la nueva producción; b) en toda sociedad los miembros de la misma
deben producir una cierta cantidad de plustrabajo para disponer de un fondo de
desarrollo, tal como lo requiere ya el aumento de la población; c) ninguna
sociedad puede impedir que de una manera u otra el tiempo de trabajo disponible
regule la producción; y por ello, también en el socialismo le corresponderá una
gran importancia a este sustrato material de la determinación del valor.
Valor de uso
“En la medida en que el proceso
laboral solo es un mero proceso entre el hombre y la naturaleza, sus elementos
simples siguen siendo comunes a todas las formas sociales de desarrollo del
mismo. Pero cada forma histórica determinada de este proceso desarrolla
ulteriormente las bases materiales y las formas sociales de aquél. Y
precisamente esas formas sociales son –a diferencia de su contenido, dado por la
“naturaleza”- lo que importa ante todo. Solo ellas constituyen el elemento
activo y de impulso hacia delante”…para Marx son precisamente las formas
económicas aquellas en que se expresan las relaciones sociales de los
individuos económicos y gracias a lo cual se distinguen entre sí los diversos
modos de producción.
“No podemos olvidar que en lo que respecta a la relación entre contenido
y forma, Marx adoptó el punto de vista de Hegel y el de Kant. Este consideró la
forma como algo externo en relación al contenido y como algo que se adhiere al
contenido desde fuera. Desde el punto de vista de la filosofía de Hegel, el
contenido no es en sí mismo algo a lo cual la forma se adhiere desde fuera. Más
bien, a través de su desarrollo el contenido mismo da origen a la forma que ya
estaba latente en el contenido. La forma surge necesariamente del contenido
mismo” (Isaac Illich Rubin)
“La economía política se ocupa de
las formas sociales específicas de la riqueza o, más bien, de la producción de
la riqueza. La sustancia de ésta, sea subjetiva, como el trabajo, u objetiva,
como los objetos para la satisfacción de las necesidades naturales o
históricas, se presenta ante todo como común a todas las épocas de la
producción. Por consiguiente esta sustancia aparece en primer término como mero
presupuesto, al margen de toda consideración de la economía política, y solo
ingresa a la esfera de esa consideración cuando las relaciones formales la
modifican o al presentarse como modificadora de éstas”
En su indiferencia frente a la determinación de la forma
económica, el valor de uso se halla más
allá del círculo de observación de la economía política. Solo cae dentro de
este círculo cuando él mismo es determinación de la forma. En otras palabras:
solo según su relación con las condiciones sociales de la producción es posible
juzgar si el valor de uso tiene una significación económica o no. En la medida
en que influye sobre dichas condiciones o recibe su influencia, a su vez, es
ciertamente una categoría económica.
El valor de uso es subordinado y
secundario cuando nos ocupamos de la economía mercantil simple, dado que en la
misma se intercambian equivalentes. Por el contrario, cuando nos introducimos
en el proceso de producción, y más todavía cuando el mismo adquiere forma capitalista,
el valor de uso adquiere una significación económica en tanto es capaz de
influir o ser influido por la forma de la relación social –por sus condiciones
materiales de existencia mediadas por la historia-.
El valor de uso adquiere un
carácter determinante, en tanto que influye o es influido por la forma
económica de la relación social, en variantes típicas componentes del modo de
reproducción del capitalismo. Así, en el
caso del equivalente general a)–el dinero-, la forma específica de la mercancía
utilizada, sus características en tanto
que valor de uso, explican el porqué de
su utilización como tal equivalente general –es decir, la forma económica
de la relación social requiere de un equivalente general pasible de fungir como
dado sus características particulares; en este caso, el dinero metálico o los
billetes, poseen las especificaciones
requeridas en medida creciente: durabilidad, facilidad de manipulación, etc-.
Por otra parte, la b) mercancía fuerza de trabajo posee la
característica esencial de que su valor
de uso determina en gran medida la forma social de la relación económica –esto
es evidente cuando observamos como las diferentes calificaciones de los
trabajos modifican en cierta medida las relaciones de producción-…
La durabilidad del c) capital fijo, su mayor o menor desgaste –tiempo
de consumo-, es decir, su valor de uso, deviene un factor determinante de la
forma de la relación económica, no solo de su sustancia material. El tiempo
necesario de reproducción del capital fijo, al igual que la proporción entre
éste y todo el capital, modifican aquí, pues, el tiempo de rotación del capital
total y con ello su explotación
Pero donde con mayor claridad se
manifiesta el valor del papel del valor de uso es en el proceso de reproducción
del capital social global (tomo dos del capital), en cuya reproducción se trata
no sólo de la sustitución de valor, sino también de la sustitución de material,
y donde por ello importa de manera tan esencial la forma material, el valor de
uso del valor del producto
…el problema de si puede convertirse
una parte del plusvalor directamente en capital constante, sin ser enajenado
primeramente. Esto es efectivo, ya que en distritos industriales determinados
hay constructores de máquinas que construyen fábricas íntegras para los
fabricantes…y esto solo significa
como la diferente utilización –valor de uso- de un quantum dado de plusvalor
determina de manera diferente la forma de la relación social y económica.
El valor de uso es determinante en la forma de la relación social de
producción, es decir tiene pertinencia económica –determina o es determinado
por el valor de cambio, no solo en casos indicativos o descriptivos, sino en
tendencialidades estructurales de la dinámica propia del modo de producción. Así, en la constitución de d) la renta de
la tierra configura un factor fundamental. Lo mismo en torno a la e) tasa de
ganancia, la cual depende en todo momento de las condiciones naturales que
proporciona la tierra al proveer las materias primas necesarias para la
reproducción del sistema capitalista
–buena cosecha o mala cosecha, por ejemplo-. También, en el mismo sentido, la
reproducción ampliada del capital, en tanto supone a la vez aumento de la
productividad mediante plusvalor relativo, no solo implica un aumento de la
composición orgánica, sino que supone un masivo acrecentamiento del contingente
de valores de uso existentes –aquí se ve como la forma económica determina los
valores de uso-. Asimismo, el aumento de productividad implica que con el mismo
trabajo se crean más cosas que pueden ser transformadas en capital, al margen
de su valor de cambio
Cita: “esa masa de trabajo que
puede comandar el capital no depende de su valor, sino de la masa de materias
primas y auxiliares de la maquinaria y de los elementos del capital fijo, de
los medios de subsistencia que componen ese capital, cualquiera que sea el
valor de todos esos componentes. Al aumentar de esa manera la masa de trabajo
empleado, y en consecuencia también del plustrabajo, también aumenta el valor del
capital reproducido y el plusvalor nuevo que le ha sido adicionado”
“En cambio, si la demanda es tan
intensa que no se contrae cuando el precio resulta regulado por el valor de las
mercancías producidas bajo las peores condiciones, éstas determinan el valor
del mercado” –aquí Rosdolsky intenta
demostrar que la esfera de la circulación, de la demanda y la oferta, puede, en
ocasiones, determinar el valor de cambio de las mercancías sobreponiéndose a la
determinación tendencial de los precios por los precios de producción. De una
manera u otra intenta establecer que la variación de los precios de mercado con
relación a los precios de producción, puede deberse, en algunos momentos, no
sólo a correcciones que gravitan en torno al centro del precio de producción de
las mercancías, sino que a factores derivados de la oferta y la demanda, los
cuales pueden modificar el valor de mercado y no solo el precio de mercado. Hay
que recordar, sin embargo, que esta es solo una interpretación, como muy bien
establece Rosdolsky, ya que el mismo Marx formula hipótesis contrarias a estas
tesis en otros pasajes; por tanto, no es absolutamente claro al respecto-.
La f) necesidad social, es decir el valor de uso elevado aquí a la
potencia social, aparece aquí como determinante de la cuota de tiempo global de
trabajo social correspondiente a las diversas esferas de la producción en
particular.
El “precio” se distingue por lo
tanto del “valor” no solo como lo que es nominal se distingue de lo real;…sino
por este motivo: que el segundo se presenta como la ley de los movimientos
recorridos por el primero. Sin embargo, ellos son constantemente distintos y
nunca coinciden o solo lo hacen de modo accidental y por excepción…
Demanda y oferta determinan de
modo constante los precios de las mercancías; nunca coinciden o sólo lo hacen
accidentalmente; pero los costos de
producción determinan por su parte las oscilaciones de la demanda y de la
oferta…
…la inconvertibilidad entre valor
real y valor de mercado, entre valor de cambio y precio…dado que el precio no
es idéntico al valor, el elemento que determina el valor –el tiempo de
trabajo- no puede ser el elemento en el
que se expresan los precios, ya que en tal caso el tiempo de trabajo debería
expresarse al mismo tiempo como lo determinante y lo no determinante, como lo
igual y no lo igual a sí mismo…
No comprenden en absoluto que toda circulación de mercancías debe llevar
a la formación de dinero, y que por ello es imposible eliminar el dinero
mientras el valor de cambio siga siendo la forma social de los productos.
¿Es posible revolucionar las relaciones de producción existentes y las
relaciones de distribución a ellas correspondientes mediante una transformación
del elemento de circulación, es decir, transformando la organización de la
circulación? En síntesis, no es posible.
El hecho de que solo el dinero es
la verdadera existencia del valor en cuanto tal y que por ello el trueque debió
individualizar el valor de cambio mediante la creación de un medio de cambio
particular, es cosa que Marx ya establece en 1844…
Siendo las mercancías como
valores distintas solo cuantitativamente, la diversidad natural de las
mercancías debe entrar en contradicción con su equivalencia económica, y por
ello su valor debe adquirir una existencia cualitativamente diferenciable de sí
mismas…
El modo de tratamiento lógico no
es, de hecho, otra cosa que el histórico, solo que despojado de la forma
histórica y de los accidentes molestos. Allí donde comienza la historia debe
comenzar también el razonamiento, y su curso ulterior no será otra cosa que el
reflejo, en forma abstracta y teóricamente consecuente, del decurso histórico;
una imagen corregida, por ello según leyes que presentan el verdadero curso
histórico…(Engels)
Sobre el salario y la
pauperización
(pp319) El precio
de la fuerza de trabajo es el
salario, en tanto depende solo de la relación entre oferta y demanda en el
mercado laboral; en cambio el valor
de la fuerza de trabajo es la
magnitud media a la cual tiende a equipararse, a través de prolongados
períodos, el salario efectivamente pagado, y que por ende es independiente de
la oferta y la demanda. El valor de la fuerza de trabajo se determina por sus
costos de producción –medios de vida necesarios para el obrero y su familia-,
como todas las demás mercancías.
El aumento de los salarios reales puede deberse a: prolongación de
la jornada de trabajo (horas extra), intensificación del trabajo y
acrecentamiento de la productividad del trabajo. Por lo cual vemos que los
salarios reales pueden crecer a la vez que aumenta el nivel de explotación
(mediante plusvalor absoluto o relativo)
La jornada laboral más intensa
toma cuerpo en más productos que la jornada menos intensa del mismo número de
horas. Con la fuerza productiva incrementada, sin duda, la misma jornada
laboral suministra también más productos. Pero en el último caso baja el valor
del producto singular, pues cuesta menos trabajo que antes, mientras que en el
primer caso se mantiene inalterado, pues el producto cuesta tanto trabajo antes
como después.
El aumento de precio de la fuerza de trabajo, a veces puede
acompañarlo, en cambio una disminución de su valor. Esto ocurre siempre cuando
el aumento de precio que experimenta la fuerza de trabajo no compensa el
desgaste acelerado padecido por la misma.
El valor de la fuerza de trabajo
está determinado por el valor de una cantidad determinada de medios de
subsistencia. Lo que varía con la fuerza productiva del trabajo es el valor de
esos medios de subsistencia y no necesariamente su masa. La masa misma, si
aumenta la fuerza productiva del trabajo, puede acrecentarse simultáneamente y
en la misma proporción para el obrero y el capitalista, sin que se opere cambio
alguno de magnitud entre el precio de la fuerza de trabajo y el plusvalor….solo
ha ocurrido que cada uno se representa en una cantidad mayor de valores de uso,
pero proporcionalmente abaratados….El precio de la fuerza de trabajo puede
disminuir, pero si lo hace en menor medida que el alza de la productividad,
esta disminución puede significar una masa mayor de valores de uso disponibles
para el obrero…
Si bien los propios obreros no
pueden impedir que se haga descender su salario, en cuanto a su valor (de
resultas del aumento de la productividad del trabajo)…la productividad creciente del trabajo va a la par del abaratamiento
del obrero, y por lo tanto de una tasa creciente del plusvalor, incluso cuando
el salario real aumenta. Pero el aumento de éste nunca está en proporción al de
la productividad del trabajo (si ello fuera la regla la tasa de plusvalor jamás
podría crecer, y sería imposible el plusvalor relativo, ergo imposibilitaría el
capitalismo)
“La ley de la acumulación capitalista…no expresa en realidad sino
que la naturaleza de dicha acumulación
excluye toda mengua en el grado de explotación a que se halla sometido el
trabajo o toda alza en el precio de éste que pueda amenazar seriamente la
reproducción constante de la relación capitalista, su reproducción en una
escala constantemente ampliada”
No solo existe el salario nominal y el salario real, sino
que también, y más esencial en el modo de producción capitalista, debemos
consignar la categoría de salario
relativo (del cual ya habló
implícitamente Ricardo). El mismo
supone la participación en el producto total por parte del trabajador; así,
éste puede aumentar su salario real –obteniendo una masa mayor de mercancías
por igual trabajo-, pero al mismo tiempo puede decrecer su salario relativo –la
masa mayor de mercancías que recibe es menor en relación al total de producto,
el cual ha crecido, de lo que era la masa de mercancías anteriores al alza en
relación con el producto total en ese momento-. Con respecto al salario
relativo, Luxemburg colige que Marx formuló
implícitamente la ley de la caída
tendencial del salario relativo, la cual se ha verificado ampliamente en el
curso histórico hasta la actualidad.
La producción capitalista no
puede avanzar un solo paso adelante sin reducir la participación de los obreros
en el producto social. Con cada innovación de la técnica…se reduce la participación
de los obreros en el producto y aumenta la de los capitalistas…pero los efectos
de todos estos avances sobre el salario relativo de los obreros son el
resultado mecánico de la producción mercantil y del carácter de mercancía de la
fuerza de trabajo…Es por ello que la
lucha contra la caída del salario relativo, entraña la lucha contra el carácter
de mercancía de la fuerza de trabajo, la lucha revolucionaria contra el modo de
producción –la tendencia activa socialista del proletariado- propiamente tal
que emerge desde los sindicatos. (Luxemburg)
La tercera categoría de la sobrepoblación relativa, la estancada,
constituye una parte del ejército obrero
activo, pero su ocupación es absolutamente irregular…El máximo de tiempo de
trabajo y el mínimo de salario la caracterizan. Hemos entrado ya en
conocimiento de su figura principal bajo el rubro de la industria domiciliaria (traer a la actualidad)
¿Acaso no formuló el propia Marx una teoría de la pauperización?
Rosdolsky sostiene que esto no es así. La misma solo es explícitamente
enunciada en El manifiesto, el cual,
sin embargo, carece todavía de una teoría económica desarrollada (ver
argumento compartido con Nicolaus). En los pasajes utilizados por sus críticos
–en el primer y el tercer tomo del capital- Rosdolsky demuestra que Marx utiliza la noción Elend (pauperización) solo en un sentido de miseria relativa en
función de la riqueza producida por el desarrollo del capitalismo. Lo más
que puede atribuírsele filológicamente a Marx es la afirmación de que los
subempleados y el ejército industrial de reserva, tendencialmente giran hacia
una miseria absoluta (cuestión que efectivamente depende de variables
políticas, ya que dependiendo de la relación de fuerzas entre las clases puede
establecerse un Estado Social en mayor o menor grado que alivie las penurias de
los desempleados). Asimismo, Rosdolsky
presenta citas de conferencias de Marx y Engels concomitantes a los periodos de
redacción de los tomos del capital que demuestran la preeminencia del salario
relativo en las teorizaciones de ambos, el cual niega la ley de bronce de los
salarios y toda referencia a la pauperización absoluta.
Incluso si Marx hubiese formulado
realmente (cuestión que Nicolaus solo constata su presencia efectiva en el
Manifiesto, no así en los tomos del capital…) alguna vez una teoría de la
pauperización, habría que rechazarla por contraria al espíritu y al contenido
de su teoría del salario.
Ahora bien, la teoría de la
pauperización no es un mero invento voluntarista de los revolucionarios para
soliviantar a las masa; su origen tienen raíces sociales e históricas de cierto
arraigo. Sucede que el periodo de 1840 a 1860 supuso un estancamiento
espectacular de los salarios y condiciones de vida y trabajo de los obreros en
el conjunto de los países centrales. Por lo mismo, parecía como si fuera
inevitable la pauperización absoluta de la clase proletaria en esos tiempos. En
razón de esto, muchos pensadores sociales y revolucionarios de aquella época adoptaron esta creencia…de ello no estuvo
absolutamente exento Marx, aunque el valor de su teorización se encuentre
realmente en el énfasis con el cual se avino a no tomar en cuenta este sentido
común difundido.
Con esto no se dice que en la realidad capitalista no existan
tendencias pauperizantes. La cuestión es que hay que saber ubicarlas en la
estructura de la realidad social. Una tendencia pauperizante transitoria
pero recurrente, está dada por la emergencia ineluctable de las crisis bajo el modo de producción
capitalista, en las cuales la masa depauperada crece correlativamente a la
generalización del desempleo. Por otro lado, existen también tendencias
pauperizantes permanentes; estás se
muestran en la realidad de los países periféricos y semiperiféricos.
La situación de las capas más
bajas del proletariado, se mueve según las mismas leyes de la producción
capitalista, se amplía y se estrecha por ellas, y junto con la amplia capa de
los obreros rurales, así como su ejército de desocupados y con todas las capas,
desde las más altas hasta las más bajas, el proletariado constituye un todo
orgánico, una clase social, en cuyas diversas gradaciones de miseria y opresión
puede captarse correctamente la ley capitalista del salario en su conjunto
(Luxemburg)
Aquí debemos recurrir nuevamente
a la teoría marxiana de la explotación de las naciones capitalísticamente
subdesarrolladas (sobre todo de los pueblos agrícolas) por parte de las
naciones altamente capitalistas. Esto no se debe a la voluntad conciente de las
naciones centrales (al menos en mayor medida), sino que es corolario de los
mecanismos objetivos inmanentes de la producción capitalista. Una de estos
mecanismos fundamentales es la teoría del valor:
Marx afirma que no solo la mayor intensidad del trabajo,
sino también la mayor productividad del mismo entre las diferentes naciones
deriva una situación en la cual la nación más productiva recibe un mayor
retorno de valor (mercancías, dinero). Es la ley de desarrollo desigual (tesis
que también sostiene Otto Bauer) que se cumple en el contexto del mercado
mundial (ahora bien, Rosdolsky argumenta que al nivel de las formaciones
sociales la tasas de ganancia y de salario tienden a equilibrarse, por lo cual
el desarrollo desigual resulta matizado, lo cual no ocurre en el contexto
internacional. ¿Por qué es que se da esta diferencia? ¿Realmente existe esta
diferencia si empíricamente podemos comprobar el desarrollo desigual
generalizado incluso a las naciones centrales, cuestión que incluso da por
cierto la corriente marxista constituida por Poulantzas?)
En estos casos de desarrollo desigual, se completan las
analogías con la diferencia dada entre
trabajo simple (no calificado) y trabajo complejo (calificado), y con la
diferencia transitoria que se efectiviza cada vez que un capitalista individual
innova en maquinaria (ergo, en productividad) y obtiene de esta manera ganancia
adicionales transitorias. La cuestión es que en las relaciones mundiales esta
divergencias son permanentes y estructurales –así también al país central se le
abaratan los costos de las mercancías que en su país saldría más oneroso
producir-.
Por último, Henryk Grossman
sostiene acertadamente que existencia una tendencia efectiva en el desarrollo
mundial del capitalismo, la cual dice relación con el hecho de que los países que producen mercancías por
medio de un trabajo social mayor que el “socialmente necesario” tienden a
vender las mismas a un precio menor que el correspondiente a su valor, así como
los países que producen con un trabajo social menor que el “socialmente necesario”
tienden a vender sus mercancías a un precio mayor. Esto acentúa el desarrollo
desigual (ver bien las razones de esta tendencia)
De esta manera, podemos ver como
los países centrales comportan, dada la estructura mundial de la economía,
suficientes características para satisfacer relativamente las demandas
mayormente exigentes de su propia clase
obrera: los recursos que extraen a los países menos productivos, así como el
abaratamiento de las materias primas que compran de estos últimos, les permiten
ahogar las tendencias radicales de sus proletarios.
No es menor consignar que esta tendencial estructural es doblemente
determinada: tanto por la esfera de la producción –dada la pertinencia de la
ley del valor-, como por la esfera de la circulación –tomando en cuenta lo
establecido por Grossman- (desarrollo desigual).
Sobre la esfera de la
circulación
“…en cuanto medio de cambio la
mercancía debe ser valor de uso, pero solo llega a serlo merced a la
enajenación, puesto que la mercancía no
es valor de uso para aquél en cuyas manos es mercancía, sino para aquél que la
adquiere, en cuanto valor de uso por medio del intercambio. Para el
poseedor de la mercancía el valor de la misma consiste solo en su
intercambiabilidad, en su capacidad de ser enajenada por el monto del valor de
cambio representado en ella”
“…la desvalorización constituye un elemento del proceso de valorización,
lo que ya está implícito en que el producto del proceso en su forma directa no
es valor, sino que tiene que entrar nuevamente en la circulación para
realizarse en cuanto tal”
Una barrera a la realización del valor del capital, de su
transformación a la forma universal “dinero”, es a) la magnitud de la
necesidad social a la que responden los productos que en este caso cargan el valor
potencial del capital –cuantos agentes requieren ese valor de uso y cuan
intensamente también-.
Una segunda barrera a la
realización del valor del capital, está en la necesaria presencia de dinero, en
el conjunto de la sociedad, que se le contraponga como equivalente. Pero como este dinero equivalente debe
subsanar un plusvalor que el capitalista lleva al mercado, una condición de la
valorización del capital en el mercado es el hecho de que exista este plusvalor
en el mercado, que exista en forma de dinero. Para que esto se cumpla deben
existir producciones concomitantes de plusvalor llevadas al mercado, existentes
en forma dinero; en síntesis, una limitación a la realización del
capital es la necesaria b) existencia
de procesos de producción de plusvalor concomitantes o antecedentes (así como
también futuros) con los cuales éste pueda intercambiar el plusvalor
producido.
La contradicción entre producción
y valorización se halla fundada en la propia naturaleza del capital, en la
contradictoria relación recíproca entre trabajo necesario y plustrabajo. Cuanto
mayor sea el plustrabajo, tanto menor será (relativamente considerado) el
trabajo necesario; pero también será tanto menor la posibilidad de realización
del plusproducto.
Pero, si el propio capital erige,
por medio de la limitación del consumo de sus obreros, una barrera a la
realización del plusvalor creado en el proceso de producción, ¿cómo es posible entonces el desarrollo del
propio capitalismo?
En el modo de producción capitalista en todos los puntos el consumo
está mediado por el intercambio y para el trabajador el trabajo nunca tiene
valor de uso directo.
Con excepción de sus propios
obreros, la masa total de todos los obreros se presenta frente a cada
capitalista no como obreros, sino como consumidores, como poseedores de valores
de cambio (salario)
El capital tiene la tendencia a
aumentar en lo posible la masa de la población industrial (verificar realidad
de esta tendencia)
El capitalista individual desea,
naturalmente, que los obreros de los demás capitalistas consuman la mayor
cantidad posible de sus propias mercancías, pero en lo que respecta a sus
propios obreros, intenta por todos los medios reducir sus salarios (ergo, su
capacidad de consumo) de modo que su ganancia se la mayor posible (la existencia misma de una ganancia sobre
una mercancía cualquiera presupone una demanda exterior a la del trabajador que
la produjo)
Pero la relación entre cada
capitalista y sus obreros es la relación en general entre el capital y el
trabajo, la relación esencial.
Es la competencia entre los capitales, su indiferencia y autonomía
recíprocas, lo que lleva a que el capital individual no se comporte ante los
obreros de todo el capital restante como ante obreros…
“En la medida en que un capitalista le compra a otro –compra mercancía o
las vende-, ambos mantienen una relación de cambio simple; no se comportan
entre sí como capital. La proporción correcta conforme a la cual tendrían
que intercambiar mutuamente para en definitiva poder valorizarse como capital,
queda al margen de su relación recíproca” (Un
ejemplo de esto puede verse en los intercambios entre el subsector I, de bienes
de producción, y el subsector II de bienes finales de consumo. Aquí el
intercambio es simple, la plusvalía meramente se reparte, no se genera; lo
más que puede ocurrir es que las relaciones de fuerza –políticas- implica una
distribución del plusvalor más favorable a un capital que otro)
La superproducción general tendrá
lugar no porque los obreros consuman relativamente demasiado poco y/o los
capitalistas lo mismo, sino porque de ambas mercancías –las destinadas a los
obreros y las destinadas a los capitalistas- se ha producido demasiado-; no
demasiado para el consumo, correspondiente a las verdaderas necesidades, sino
para asegurar la valorización correcta entre el consumo y la valorización;
demasiado para la valorización
Marx afirma que, si bien el tiempo
de trabajo se distingue del tiempo de producción (por ejemplo, en
procesos agrícolas como la producción de vino), éste último no crea valor, sino que solo lo hace el primero.
Circulación: distinguir
entre dimensión física (real) y dimensión económica. La primera, las más de las
veces debe considerarse parte del
proceso de producción, del mecanismo mediante el cual un producto deviene
finalmente mercancía. Por lo mismo, los transportistas y acomodadores generales
de las mercancías pueden ser considerados trabajadores productivos.
“En cuanto el comercio lleva un
producto al mercado, le otorga un nuevo valor de uso (y esto es válido hasta
para el comerciante minorista, que pesa, mide, empaqueta y de esta suerte le da
forma al producto para el consumo) y este nuevo valor de uso insume tiempo de
trabajo; es por lo tanto, al mismo tiempo, valor de cambio”
(¿significa esto que los empleados de los centros de comercio forman
parte del proceso de producción, ergo, son trabajadores productivos?)
¿No interviene en la
determinación del valor un momento que es independiente del trabajo, que no
deriva directamente de él, sino que dimana de la circulación misma? En efecto.
El tiempo que ocupa la circulación (la conversión de la mercancía en dinero,
luego la transformación del dinero en nuevas condiciones de producción)
determina la cantidad de productos, el tiempo de valorización, las condiciones
de realización etc. Por esto es posible que influya incluso en el valor de
cambio mismo (¿en el valor mismo?); es central, también, consignar que esta
determinación de la circulación es independiente del proceso productivo…
Sin embargo, lo más que puede lograr la aceleración de la circulación es aminorar
los obstáculos a la reproducción del capital, ínsitos en la naturaleza del
propio capital. Pues el tiempo de circulación del capital no es otra cosa que
el tiempo de su devaluación, abreviándose el primero, se abrevia también el
segundo. De lo cual ciertamente no puede
concluirse que la valorización del capital haya aumentado sino solo que su
desvalorización ha disminudo”.
La ley general es que todos los
costos de circulación que surgen solo de la transmutación formal de la
mercancía no agregan ningún valor a esta última. Son meramente, gastos para la
realización del valor, o para su transferencia de una forma a otra. El capital
desembolsado para cubrir estos costos (incluido el trabajo a disposición de
dicho capital) forma parte de faux frais de la producción capitalista. La
reposición de los mismos debe ocurrir a expensas del plusproducto y constituye,
considerando toda la clase capitalista, una deducción del plusvalor o del
plusproducto. Por todo esto debe consignarse que, dado que la circulación no
crea valor, los trabajos a ella asociados no son productivos en el sentido
requerido por el modo de producción capitalista. Lo que significa que el modo de producción optimiza el tiempo
reaccionando con eficiencia, toda vez que instituye una esfera especializada en
el intercambio; sin embargo, a ésta se le debe retribuir con una fracción de
plusvalor que ella misma no produce, dado que solamente ayuda a reducir la
desvalorización del capital dada por su existencia en el tiempo.
El intercambio, la esfera
mercantil de la circulación, siempre implica tiempo en el cual no se crea
valor. Esta necesidad está dada por la realidad de una economía con el trabajo
dividido de manera no planificada ni racional.
La cuota de plusvalor que le corresponde a cada capital en particular,
no se deriva solamente de su parte proporcional con la cual contribuye a la
masa de plusvalor general al conjunto del capital social, sino que también del
tiempo de que éste ha debido-objetiva y legítimamente en términos económicos-
permanecer inactivo en función de su particular proceso de circulación…
Como el dinero es parte constitutiva de la esfera de la circulación, el
mismo constituye una reducción del
plusvalor…Por esto la tendencia del capital es a la eliminación del dinero en
su existencia inmediata (cuestión que hoy día se presenta como una realidad
en sentido fuerte)
Rotación del capital: tiempo de producción sumado a tiempo de circulación. Esto quiere
decir que dos capitales pueden tener la misma composición orgánica, el mismo
tiempo de trabajo y la misma tasa de plusvalor, pero comportar masas muy
distintas de plustrabajo total. Esto porque uno de ellos pueden poseer un
tiempo de circulación muy menor al otro, o un tiempo de producción muy acotado
en relación al tiempo de trabajo utilizado; cualquiera de estas dos variaciones
–independientemente o combinadas- supone una rotación del capital más rápida,
ergo, una posibilidad de valorizarse mayor número de veces por parte de este capital…
Como el proceso de acumulación capitalista supone una continuidad
ininterrumpida –al menos en tiempos de no crisis-, para que el capital pueda
cumplir con ello, el mismo –en términos de capital social total- debe
fraccionarse en porciones que, sin embargo, actúan de manera simultánea.
Así, la porción que se encuentra en la esfera de circulación –por ejemplo, en
la forma dinero- constituye una reserva de capital inutilizado, en barbecho.
Asimismo, es claro también que el
tiempo de rotación del capital se deriva de su magnitud.
…El malentendido corriente de
suponer “que Marx pretende definir cuando desarrolla”. “Se sobreentiende que cuando no se conciben las cosas y sus
relaciones recíprocas como fijas, sino como variables, también sus reflejos en
la mente –los conceptos- se hallan igualmente sometidos a modificación y
renovación, que no se los enclaustra en definiciones rígidas, sino que se los
desarrolla dentro de su proceso de formación histórico o lógico,
respectivamente” (Engels en la introducción al tercer tomo del
capital)
La distinción entre capital fijo
y capital circulante es una distinción formal, analítica. Que el capital sea
circulante quiere decir que siempre
se encuentra en proceso, siempre es momento fluido ininterrumpido. A su
vez, que el capital sea fijo implica que el mismo siempre se encuentra determinado, fijado, en una fase
particular, sea como producto, como mercancía, como dinero, como trabajo
objetivado, etc. La distinción analítica es clara: simultáneamente la misma
realidad posee un doble carácter –quizás dependiendo de la perspectiva-; el
capital es proceso a través de sus diferentes determinaciones.
Esta diferenciación conceptual se presenta como mayormente concreta y
real –en tanto ocupa espacios y tiempo diferentes- en la consideración de la
fase extrema pujanza del capital –aquí es proceso puro-, así como en la
consideración de las recurrentes crisis –aquí es fijación, determinación pura-.
Asimismo, la división entre
capital fijo y capital circulante, adquiere un carácter concreto cuando se
analiza el proceso de producción. En él los medios de trabajo adquieren un
carácter fijo –dada su inmovilidad-, mientras los demás factores de producción
–materias primas, capital variable, etc- comportan diversos grados de
movilidad, ergo, constituyen materializaciones del capital circulante.
A medida que el capital fijo
deviene maquinaria, sistema automatizado de producción, los tiempos de
circulación se disocian correspondientemente a los diferentes elementos de la
producción. Así, la velocidad de circulación del dinero, las materias primas o
las mercancías-producto, es siempre mucho mayor que la velocidad de circulación
del capital fijo-maquinaria. Esta última debe, por tanto, incluir su valor de
uso como valor de cambio en la esfera de la realización de manera fraccionada,
a medida que su valor de uso va consumiéndose –desgaste de maquinaria-. Por lo
tanto, en lo que concierne al proceso de reproducción del capital en su
conjunto deben incluirse ambos procesos con velocidades diferenciadas de
circulación.
Si entendemos que el desarrollo
de la riqueza de las sociedades debe ser medido por el desarrollo de sus
fuerzas productivas objetivadas –máquinas-, ya que el mayor tiempo destinado a
la producción de maquinaria siempre implica un mayor tiempo de plustrabajo
–mayor productividad-, también debemos comprender dos consecuencias que se
derivan de esto. La primera dice relación con el hecho efectivo de que mientras más crecido el número de máquinas
que intervienen en la producción en términos relativos al mismo, así como
también mayor la durabilidad de las máquinas, el proceso de circulación deviene
completo en un tiempo más prolongado. Esto significa menor cantidad en
la recurrencia de las circulaciones, ergo, menor valor descontado del contingente
total de plusvalor –esto si el proceso de circulación menos recurrente no es
demasiado prolongado y costoso-. También, mayor tiempo “dedicado” al proceso de
producción y valorización, menor lapso a la desvalorización que acaece en la
circulación. La segunda consecuencia de esto es que las interrupciones periódicas del la reproducción total del
capital, devienen mayormente desequilibrantes. Esto porque mientras la
producción es mayormente inmediata, la inutilización del valor de uso del
capital circulante no es perjudicial en mayor grado –productos y dinero pueden
acumularse sin perder valor, por ejemplo-, pero cuando la producción es mediata
–automatizada-, la interrupción del proceso lesiona el mismo valor de uso de
las máquinas, las cuales ya no pueden transferir el mismo a la esfera del
intercambio…
Cita al respecto: para el capital circulante la interrupción,
si no dura tanto como para inutilizar su valor de uso, solo interrumpe la
creación de plusvalor. Pero en el capital fijo su interrupción, en tanto su
valor de uso se aniquila en el interín necesariamente, y de manera
relativamente improductiva, esto es sin sustituirse como valor, es destrucción
de su valor mismo.
El tiempo medio en el cual se
renueva la maquinaria –tiempo de circulación del capital fijo-, constituye al
mismo tiempo uno –no el único- de los motivos determinantes de la periodicidad
de las crisis.
En su forma inmediata la ganancia
no es sino la suma del plusvalor expresada como proporción con respecto al
valor total del capital. La ganancia nunca puede ser mayor a la masa total de
plusvalor, así como también siempre debe ser menor a ésta. “La tasa de ganancia no expresa nunca la tasa
real según la cual el capital explota el trabajo, sino una proporción siempre
menor…solo podría expresar la tasa real del plusvalor si el capital entero se
intercambiara nada más que por salario…es decir, si no solo la materia prima
fuera cero…sino también los medios de producción…”
Tasa de ganancia es diversa a tasa de
plusvalor. Por tanto, unas mismas
tasas de ganancia de dos capitales determinados pueden corresponder a tasas de
explotación muy diferentes. Y también a la inversa. Esto puede darse entre las
diferentes ramas de la producción ya que las mismas por lo general poseen
composiciones orgánicas muy distintas.
En la
esfera del intercambio, cada capital individual puede aumentar o disminuir su
tasa de ganancia con respecto a su tasa de plusvalor objetivamente contenida en
él, cuando la equivalencia en los intercambios particulares no se produce. Pero
esto solo afecta la distribución del plusvalor (de la ganancia si descontamos
lo desembolsado en medios de producción), no su masa total o su tasa total:
esta no puede modificarse mediante mecanismos derivados del intercambio.
Ya Adam Smith formulaba la teoría de la baja tendencial de la tasa de ganancia. Sin embargo, explicaba la misma como
fenómeno derivado de la competencia de los capitales entre sí –lo que es
erróneo-
Para Ricardo, el descenso de la
tasa de ganancia estaba dado por un aumento del valor de los medios de
subsistencia del obrero, un aumento del salario, porque este autor concebía
a la ganancia y el salario como directa e inmediatamente contrapuestos, sin la
mediación de los medios de producción (tesis de la comprensión, el “squeeze”
que no reconoce la distinción entre capital variable y capital constante,
tampoco la diversidad del plusvalor y la ganancia). El aumento en el valor de
los medios de subsistencia solo podía estar dado, para Ricardo, por una
productividad cada vez mayormente decreciente en la agricultura (tesis
maltusiana)
En tanto tendencia, la caída de la tasa de ganancia, posee contratendencias
que se derivan de la situación histórica –pero que son igualmente
estructurales. Marx menciona alguna: a) las crisis, en tanto destruyen capital
improductivo; b) la continua desvalorización de un parte del capital existente;
c) el improductivo despilfarro de una gran parte del capital; d) la creación de
nuevas ramas de la producción, en las que se requiere más trabajo inmediato en
proporción al capital constante; e) la expansión hacia ramas de la producción
donde existe un desarrollo de las fuerzas productivas relativamente bajo; f)
también los monopolios; g) sobrepoblación relativa de mano de obra (de modo que
resulta más barato utilizar capital variable que capital constante)
Asimismo, debe realizarse una
distinción fundamental entre tasa de
ganancia y masa de ganancia. La primera es relativa, es decir, se la
considera en comparación con las dimensiones del capital invertido
precedentemente; la segunda es absoluta, se la considera en su aislamiento, no
en relación a la magnitud de su capital. Veamos un ejemplo:
Si un capital de 100 obtiene una
tasa de ganancia de 10%, obtendrá 10 de masa de ganancia. Por el contrario, si
un capital 1000 logra una tasa de ganancia del
5%, obtendrá una masa de ganancia de 50…
Tasa de interés, y modo de préstamo, deben considerarse en el marco
sociohistórico en que se presentan –en relación a los modos de producción correspondientemente
dominantes-. Así, que la usura haya existido en periodos precapitalistas,
debe recordarnos que la misma comprendía una relación diferenciada: el
prestamista tenía como clientes a pequeños productores o a nobles
terratenientes. Por el contrario,
bajo el MPC quien presta presupone en el prestatario un accionar capitalista,
presupone que su “cliente” se apropiará subsecuentemente de trabajo impago.
Asimismo, como el interés es solo
una forma transformada del capital, para que pueda desarrollarse la ganancia
industrial –otra forma de manifestación del capital-, el mismo interés debe
decrecer en su contingente relativamente. Por el contrario, en modos
precapitalistas de producción el interés correspondía a una parte
correlativamente mayor del capital total, de modo que la ganancia industrial se
hallaba comprimida y no podía desarrollarse.
Crédito: constituye una necesidad funcional estructural –inmanente-
al capital y su desarrollo. Primero, porque es la segunda manera en que el capital logra superar su necesaria fase de
interrupción en la creación de valor debida a la circulación –la primera forma
de superación de esta barrera se configura mediante la división del capital en
porciones- (recordemos que el desarrollo del capital requiere como
necesidad la continuidad de su proceso de valorización). En segundo lugar, el mecanismo crediticio
constituye un mecanismo más por medio
del cual el capital puede reducir los costos de circulación… Finalmente, el
crédito constituye una institución fundamental del MPC toda vez que el mismo contribuye a solucionar el déficit
crónico de demanda que se produce bajo este sistema –solución parcial a la
superproducción-.
“El crédito revela ser la fuerza
propulsora del desarrollo del orden social capitalista hacia forma última y
suprema posible, y de ese modo trabaja acerando la disolución del MPC”. En él
es más palmario el carácter social de la producción capitalista…
Existen métodos para elevar la
tasa de explotación –el plusvalor-, sin aumentar la composición orgánica del
capital: la aceleración del proceso de trabajo que realizan las máquinas, el
prolongamiento de la jornada de trabajo, etc
Marx responde sobre la supuesta arbitrariedad de considerar
aisladamente las tendencias de las contratendencias a la baja de la tasa de
ganancia, así como el hecho de que las primeras tiendan siempre a dominar
histórica y lógicamente a las segundas –sobre el tema general de la desvalorización del capital constante-:
“No hay duda alguna de que la
maquinaria se abarata por dos razones:
1) la aplicación de maquinaria en la producción de materias primas con
que se hacen las máquinas; 2) la utilización de maquinaria en la transformación
de ese material en maquinaria. Pero con ello se dicen dos cosas: primero, que
también en esas dos ramas, en comparación con los instrumentos que necesitaba
la industria manufacturera, el capital invertido en maquinaria crece en valor
en comparación con el invertido en trabajo. Segundo: lo que se abarata es la
máquina individual y sus partes componentes; pero se desarrolla un sistema de
la maquinaria; el lugar de la herramienta no lo ocupa ya una sola máquina, sino
un sistema que agrupa en muchos millares la herramienta…que quizás
anteriormente desempeñara el papel principal. Cada máquina que se enfrenta al
obrero es ya una ingente colección de herramientas que antes necesitaba en
forma individual, como 1800 husos en lugar de 1. Pero además contiene elementos
que la antigua herramienta no contiene, etc.
Pese al abaratamiento del elemento individual, la masa total de la maquinaria
asciende enormemente en su precio, y la extensión de la productividad consiste
en la constante extensión esta masa total…Por lo tanto es obvio, o un principio
tautológico, que al aumento de la productividad del trabajo por medio de la
maquinaria corresponde a un aumento del valor de la maquinaria relativo a la
masa del trabajo empleado, y de ahí al valor del trabajo, al capital variable…”
(Asimismo, el abaratamiento de
las materias primas –cuestión que en el orden actual no se produce-, disminuye
la velocidad del crecimiento del valor del capital constante, pero no logra
abolirlo…)
Marx: “el valor de la fuerza de trabajo no desciende en la misma proporción
en que asciende la fuerza productiva del trabajo o del capital. Pues este
incremento de la productividad también multiplica en todas las ramas que no
producen directa o indirectamente la relación entre el capital constante y el
variable, sin producir modificación alguna en el valor del trabajo. El
desarrollo de la fuerza productiva no es homogéneo. En la naturaleza de la
producción capitalista reside el hecho de que la misma desarrolla más
rápidamente la industria que la agricultura”
(Esto quiere decir que, dado que
la productividad es más baja en la agricultura, los medios de vida del obrero
que constituyen su salario comportan una limitación objetiva para que el
capitalista pueda implementar un alza sustantiva de la tasa de explotación –ya
que al ser menos productiva la agricultura que la industria, los bienes
adquiridos por medio del salario, preferentemente provenidos del campo
agrícola, se constituyen como relativamente más caros, comportan un mayor valor
dado su mayor costo de producción-…)
(Verificar esta tendencia
¿inmanente? del capital a desarrollar más lentamente la productividad agrícola.
También constatar a cuanto asciende la parte de los bienes “agrícolas” en los
salarios actuales de los centros y las periferias)
Marx: sobre los límites
objetivos del aumento de la tasa de plusvalor
“Cuanto mayor sea el
plusvalor del capital antes del aumento de la fuerza productiva…o cuanto
menor desde ya la fracción de la jornada de trabajo que constituye el
equivalente del obrero…tanto menor es el
crecimiento del plusvalor recibido por el capital gracias al aumento de la
fuerza productiva. Por consiguiente, cuanto más desarrollado sea ya el
capital…tanto más formidablemente tendrá que desarrollar la fuerza productiva
para valorizarse a sí mismo en ínfima proporción, vale decir, para agregar
plusvalor, porque su barrera es siempre la proporción entre la fracción del día
–que expresa el trabajo necesario- y la jornada entera de trabajo. Únicamente
puede moverse dentro de este límite”.
A esto hay que sumarle la
relación de fuerzas que posee de por sí la realidad histórica de una formación
social, en la cual los trabajadores presionan material y efectivamente para que
no aumente la tasa de explotación (por ejemplo, mediante la fijación de un
número máximo de horas de trabajo por contrato mediante la ley)
Una contratendencia, sin embargo,
está constituida por la disminución de valor trabajo en los mismos medios de
producción –capital constante-, siempre derivado esto de un aumento de la
productividad…(verificar…)
Ley marxiana: “el límite absoluto de la jornada laboral
media, que por naturaleza serpa siempre menos de 24 horas, constituye una
barrera absoluta para compensar el capital variable aumentando el grado de
explotación de la fuerza de trabajo”
“El intercambio de trabajo vivo por trabajo objetivado, es decir el
poner el trabajo social bajo la forma de la antítesis entre el capital y el
trabajo asalariado es el último desarrollo de la relación de valor y de la
producción fundada en el valor. El supuesto de esa producción es, y sigue
siendo, la magnitud de tiempo inmediato de trabajo, el cuanto de trabajo
empleado como el factor decisivo en la producción de la riqueza. En la medida,
sin embargo, en que la gran industria se desarrolla, la creación de riqueza
efectiva se vuelve menos dependiente del tiempo de trabajo y del cuanto de
trabajo empleados, que del poder de los agentes puestos en movimiento durante
el tiempo de trabajo, poder que a su
vez…no guarda relación alguna con el tiempo de trabajo inmediato que cuesta su
producción, sino que depende más bien del estado general de la ciencia y del
progreso de la tecnología, o de la aplicación de esta ciencia a la producción…El
trabajo ya no aparece como recluido en el proceso de producción, sino que más
bien el hombre se comporta como supervisor y regulador con respecto al proceso
de producción mismo…En esta
transformación lo que aparece como el pilar fundamental de la producción no es
ni el trabajo inmediato ejecutado por el hombre ni el tiempo que éste trabaja,
sino la apropiación de su propia fuerza productiva general, su comprensión de
la naturaleza y su dominio de la misma gracias a su existencia como cuerpo
social…Tan pronto como el trabajo en su forma inmediata ha cesado de ser la
gran fuente de la riqueza, el tiempo de trabajo deja, y tiene que dejar, de ser
su medida y por tanto el valor de cambio deja de ser la medida del valor de
uso…Con ello se desploma la producción fundada en el valor de cambio, y al
proceso de producción inmediato se le quita la forma de la necesidad apremiante
y el antagonismo. Desarrollo libre de
las individualidades, y por ende no reducción del tiempo de trabajo necesario
con miras a poner plustrabajo, sino en general reducción del trabajo necesario
de la sociedad a un mínimo, al cual corresponde entonces la formación
artística, científica, etc de los individuos gracias al tiempo que se ha vuelto
libre y a los medios creados para todos…”
“…ya que la riqueza real es la
fuerza productiva desarrollada de todos los individuos. Ya no es entonces, en
modo alguno, (la posesión del tiempo de trabajo ajeno) la medida de la riqueza,
sino el tiempo disponible…”
Rosdolsky: “el desarrollo de la
tecnología nos impulsa, evidentemente, hacia una situación en la cual puede
desaparecer la división del trabajo imperante hasta el presente, que mutila al
hombre, y con ella todos sus tormentos, siendo ocupado su lugar por el trabajo
como ocupación libre de las fuerzas físicas e intelectuales (Crítica: se cae en un tecnologicismo,
que no es otra forma de economicismo. Esto porque se aísla el desarrollo de la
maquinaria, y de las fuerzas productivas en general, de su determinación de
clase atribuida –de manera inconsciente, las más de las veces-, la cual le
otorga una cierta división al trabajo social. El desarrollo de las fuerzas
productivas, de la maquinaria en general, se encuentra sobredeterminada por la
división del trabajo; y ésta, en cuanto tal, es función de una política
objetiva de clase –el carácter objetivo de esta política, no dependiente de la
voluntad supuestamente libre de los agentes sociales, está dado por la
determinación del intereses de los mismos por sus condiciones sociales y
materiales de existencia-. Al menos se puede afirmar esto en un sentido
“tendencial”. Por otro lado, puede interpretarse el desarrollo de la tecnología
como un producto derivado de una relación de clases, no una propiedad de una
clase determinada, por lo cual la misma compartiría una doble determinación: a
la vez burguesa y proletaria. Más todavía si en la tecnología se plasma la
relación fundamental del mpc. Que la misma se encuentre determinada en última instancia
por su carácter burgués/capitalista –ya que es expresión esencial del modo de
producción que supone el dominio de esta clase- no niega que a su vez pueda
contener factores sobredeterminantes proporcionados por la precisa influencia
de las clases subalternas. Estos factores constituye el preludio, el germen de
un modo de producción distinto. Entonces, la tarea a realizar por la
investigación racional es parcelar analíticamente estas dimensiones de
“liberación” pasibles de constituirse en tendencias –no meros elementos
coyunturales- inscritas en la tecnología y las formas de trabajo en general…)
…¡Trabajarás con el sudor de tu frente! fue la maldición que Jehová
lanzó a Adán. Y de esta suerte, como maldición, concibe Adam Smith el trabajo.
El reposo aparece como el estado adecuado, idéntico a la libertad y a la dicha.
Que el individuo en su estado normal de salud, vigor, actividad, habilidad,
destreza, tenga también la necesidad de su porción normal de trabajo, y de la
supresión del reposo, parece estar muy lejos de su pensamiento. A no dudarlo,
la medida misma del trabajo se presenta como dada exteriormente, por medio de
los objetivos a alcanzar y de los obstáculos que el trabajo debe superar para
su ejecución. Pero que esta superación
de obstáculos es de por sí ejercicio de la libertad –y que además a los
objetivos exteriores se les haya despojado de la apariencia de necesidad
natural meramente exterior, y se les haya puesto como objetivos que no es sino
el individuo mismo el que pone-, o sea, como autorrealización, objetivación del
sujeto, por ende libertad real cuya acción es precisamente el trabajo…
…aún no se han creado las
condiciones, subjetivas y objetivas…para que el trabajo sea trabajo atractivo,
autorrealización del individuo, lo que en modo alguno significa que sea mera
diversión, mero entretenimiento, como concebía Fourier…Precisamente los trabajos realmente libres, como por ejemplo la
composición musical, son al mismo tiempo condenadamente serios, exigen el más
intenso de los esfuerzos…al contrario de lo que quiere Fourier, el trabajo
no puede volverse juego…el tiempo libre –que tanto es tiempo para el ocio como
tiempo para actividades superiores- ha transformado a su poseedor,
naturalmente, en otro sujeto, el cual entra entonces también, en cuanto ese
otro sujeto, en el proceso inmediato de la producción. Es éste a la vez disciplina…y ejercicio, ciencia experimental,
ciencia que se objetiva y es materialmente creadora…
“…la diferencia entre tiempo de
trabajo y tiempo de esparcimiento perderá el carácter antitético que posee en
la actualidad, puesto que el tiempo de trabajo y el tiempo libre se acercarán y
complementarán cada vez más en forma recíproca…”
“Una vez supuesta la producción
colectiva la determinación del tiempo, como es obvio, pasa a ser esencial.
Cuanto menos es el tiempo que necesita la sociedad para producir trigo, ganado,
etc, tanto más tiempo gana para otras producciones, materiales o espirituales.
Al igual que para un individuo aislado, la plenitud de su desarrollo, de su actividad
y de su goce depende del ahorro del tiempo. Economía del tiempo: a esto se
reduce finalmente toda economía. La sociedad debe repartir su tiempo de manera
planificada para conseguir una producción adecuada a sus necesidades de
conjunto…Economía del tiempo y repartición planificada del tiempo de trabajo
entre las distintas ramas de la producción resultan siempre la primera ley
económica sobre la base de la producción colectiva. Sin embargo…esto es
esencialmente distinto de la medida de los valores de cambio…mediante el tiempo
de trabajo”
En modo alguno podía
extenderse también a la sociedad socialista (o comunista) la vigencia de la ley
del valor.
“Cuando el trabajo es
comunitario, las relaciones de los hombres en su producción ya no se presentan
como “valor” de “objetos”…La necesidad misma de transformar el producto o la
actividad de los individuos ante todo en “valor de cambio”, en
“dinero”…demuestra dos cosas distintas: 1) que los individuos siguen
produciendo para la sociedad y en la sociedad; 2) que su producción no es
inmediatamente social, no es el fruto de una asociación que reparte en su
propio interior el trabajo…En una sociedad productora de mercancías el trabajo
es puesto como trabajo general solo mediante el cambio (del dinero)…En cambio, en el socialismo el trabajo del
individuo es puesto desde el inicio como trabajo social…no tiene entonces
producto particular alguno para cambiar. Su producto no es un “valor de cambio”.
El producto no se debe ser ante todo convertido en una forma particular para
recibir un carácter general para el individuo. En lugar de una división del
trabajo, que se genera necesariamente en el cambio de valores de cambio, se
tendrá una organización del trabajo que tiene como consecuencia la porción que
corresponde al individuo en el consumo colectivo. Por eso, la medición del trabajo por el tiempo de trabajo será, en este
caso (por muy importante que, por lo demás, pueda parecer para la sociedad
socialista) un medio de planificación social y naturalmente ya nada tendrá en
común con el famosísimo valor y con la ley del valor
Rosdolsky: “…en la
sociedad socialista la medición del trabajo por el tiempo de trabajo podrá
cumplir, evidentemente, dos funciones diferentes. En primer lugar servirá,
dentro del propio proceso de la producción, para establecer la cantidad
necesaria de trabajo vivo para la producción de diversos bienes, y para poder
administrarla en forma tanto más económica; y, en segundo lugar, esta medición
también puede tenerse en consideración como un medio de distribución, con cuya
ayuda se adjudicarían a los diversos productores individuales participaciones
en el producto social destinado al consumo…Puede tenerse en cuenta, hemos
dicho; pero no es imprescindible que así sea. Pues que la futura sociedad
socialista acuda o no a este modo de distribución dependerá del grado de
desarrollo de las fuerzas sociales productivas, es decir, sobre todo, de cuanto
hay que repartir…”
“…cuanto más se desarrolla el
modo de producción capitalista, tanto más se alienan las relaciones sociales de
producción de los propios hombres, enfrentándolos como potencias externas que
los dominan…”
Aquí interviene un complejo
proceso social, el proceso de nivelación de los capitales, que a los precios
medios relativos de las mercancías los separa de sus valores y, por otra parte,
a las ganancias medias en las diferentes esferas de la producción…las aísla de
la real explotación del trabajo por los capitales particulares. No solo parece
serlo, sino que aquí, de hecho, el precio medio de las mercancías es diferente
de su valor, esto es, del trabajo realizado en ellas…el valor de las mercancías
ya solo se manifiesta directamente en la influencia de la fluctuante fuerza
productiva del trabajo sobre la baja y el alza de los precios de producción, sobre
su movimiento, y no sobre sus últimos límites…Así, merced a la transformación
de los valores en precios de producción, parece estar suprimida la propia base,
esto es, la determinación del valor de las mercancías por el tiempo de trabajo
contenido en ellas”
Esquemas de reproducción de
Marx (tomo II)
Criticados por Rosa Luxemburg,
llevaron a la corriente austromarxista –adialéctica y positivista (recordar que
se encontraban en el ambiente de los positivistas lógicos)- a entender la
reproducción ilimitada del modo de producción capitalista. La negación de la
teoría del derrumbe, informada por el armonicismo evidenciado en esta etapa del
análisis de Marx, fue en efecto la política de estos marxistas reformistas
(Kautsky en primer, luego sus discípulos Otto Bauer y Rudolph Hilferding).
Hay que recordar, sin embargo,
que así como estos personajes no concebían el final del sistema capitalista,
tampoco entendían la posibilidad (y necesidad histórica) del quiebre del
imperio austrohúngaro y su hegemonía en Europa del Este.
El error al cual estos marxistas
llegan está dado por su ambiente intelectual contemporáneo, en el cual primaba
el positivismo. Esta forma de conocer la realidad concedía la necesidad de las
abstracciones, pero entendía a las mismas como rasgos “arbitrarios” que se sustraían a una realidad de por sí
compleja. Así, el proceso de concretización suponía la agregación casi gratuita
de elementos particulares que “completaran” la realidad (la abstracción era
concebida como una fotografía lejana de la realidad). Sin embargo, el método
dialéctico reconoce la necesidad del análisis y la abstracción, mas siempre
existe un puente cualitativo entre ello y lo concreto. Cita:
“Pero si se concibe de esa manera
la relación entre lo abstracto y lo concreto, entonces tendrá que pasarse por
alto la necesaria contradicción entre la ley general y situaciones concretas
más desarrolladas, entonces se cae en la ilusión de que la imagen abstracta
refleja simplemente las condiciones concretas, sin mediaciones de ninguna
índole…(por eso) las fórmulas abstractas del tomo II de El Capital solo
constituyen una etapa del análisis, por lo cual no puede aplicárselas
directamente a la realidad capitalista concreta, ya para ello se requieren
muchos eslabones intermedios”
Ya Ricardo y Smith conocían la
existencia del plusvalor (aun si podían llamarlo de distintas formas). Mas no
la realidad de la ganancia. Por su parte, Sismondi ya reconocía el carácter
histórico de la producción capitalista, toda vez que veía en el problema de realización
que ella cargaba (crisis de superproducción) su imposibilidad futura.
“…de hecho la producción
capitalista crea su propio mercado y también “resuelve en ese sentido la
dificultad de la realización del plusvalor. Pero no la resuelve aboliendo esa
dificultad por completo, sino solo creando la “forma” dentro de la cual “puede
moverse”, es decir, relegando la dificultad de la realización a una esfera más
amplia, al abrirle un campo de acción más dilatado ( es éste, en general, el
método por el cual se resuelven las contradicciones reales). Por eso, la
solución dialéctica del proceso de realización solo puede residir en el
progreso del modo de producción capitalista, en la constante extensión de sus
mercados interno y externo…el modo de producción capitalista mismo debe
reproducir sus contradicciones internas en una escala cada vez más elevada”
Danielson (narodniki ruso,
1892): “Del mismo modo que no es posible imaginar una fábrica capitalista
cuya producción estuviese exclusivamente orientada hacia el consumo de los
obreros que ella misma ocupa, así de imposible parece una nación capitalista
sin mercados extranjeros. Y precisamente por eso cada una de las naciones
capitalistas pone en juego todas sus energías para conquistar los mercados de
sus rivales; sin mercados no existe capitalismo alguno. Pero, ¿cómo podría
llegar Rusia a poseer mercados externos?...ingresamos a la arena mundial en un
momento en que todos los esfuerzos de nuestros competidores están tensos al
máximo, en el cual deben darse por satisfechos incluso con la más mínima tasa
de ganancia…Por eso parece que nuestro amado niñito, el capitalismo, que
destruye los fundamentos de la industria doméstica campesina, pero que no
dispone de un mercado interno ni de mercados externos, no posee entre nosotros
una base de desarrollo firme”
Rosdolsky: No se debe considerar estáticamente este
problema…Pues mientras avanza la acumulación y un parte del plusvalor acumulado
se emplea para ocupar fuerza de trabajo adicional, estos nuevos obreros
ayudarán a realizar, mediante el gasto de sus salarios, una y otra vez, el
plusvalor creado en el periodo de producción anterior. Ciertamente, los nuevos
obreros empleados crean a su vez un producto de valor cuya magnitud debe
exceder la suma total de sus salarios, y de esa manera la contradicción
anteriormente mencionada se reproduce constantemente de nuevo en un nuevo plano…
Tanto Tugán-Baranovski (revisionista) como Bulgákov, ambos marxistas legales rusos de finales del siglo XIX, vaticinaron
la reproducción ilimitada del modo de producción capitalista (sujeto a una planificación
que corrigiera la desproporcionalidad) a partir de una relectura de los
esquemas que Marx presenta en el tomo II del capital. Asimismo, consideraban
que la producción capitalista era independiente del consumo, y que, por lo
tanto, su mercado solo lo proveía en gran medida el capital constante. De esto
concluyeron la superfluosidad de la necesidad de un mercado externo para toda
formación capitalista, toda vez que cada una de ellas podía crear fácilmente su
mercado interno (si no poseía algún déficit evidente de materias primas
indispensables para la producción). Por todo esto, las crisis recurrentes del
capitalismo solo surgían a causa de la desproporcionalidad encontrada entre las
ramas de la producción a cada tanto.
Lenin: influido por los marxistas legales rusos, adhirió a la tesis
de la reproducción ilimitada del capitalismo (si al mismo se lo dirigía
mediante una planificación consciente). Esto en un contexto político donde los
narodniki propugnaban un socialismo romántico con base agrícola, toda vez que
éstos no veían posibilidades históricas de desarrollo del capitalismo en Rusia.
Si bien Lenin se equivocaba naturalmente, acertaba si su argumento se lo
ajustaba a la realidad rusa que él vivía en ese momento. Porque, cuando sostenía que el capitalismo
debía desarrollarse en Rusia gracias a que el mismo podía crearse con relativa
facilidad un mercado interno, siempre en función del crecimiento más rápido de
la producción de medios de producción que de medios de consumo, no equivocaba
el punto. En efecto, un capitalismo primitivo puede desarrollarse - y se
desarrolla- mediante una aceleración de la demanda de bienes de producción por
sobre los medios de consumo; de hecho, toda industrialización supone esto junto
a una limitación en el consumo de las masas populares. Ahora bien, el error de
Lenin estaba en el hecho de que generalizaba esta situación al capitalismo en
su conjunto, lo que no es efectivo en la práctica: una vez el proceso industrializador
se ha llevado a cabo, la formación capitalista debe producir para el consumo,
con lo cual se equilibran las demandas de los sectores de la producción y
emerge la posibilidad recurrente de las crisis de realización dependientes del
consumo popular. Por último, no es menor consignar que Lenin adhirió a las
teorías de Tugán y Bulgakov hasta el final, solo que derivando del problema
fundamental de la desproporcionalidad (siempre más amplio e importante) la
contradicción entre producción y consumo, y así entendiendo como
complementarios el tomo II y el tomo III de El capital.
Los esquemas de la reproducción
del capital en el tomo II no incluyen: avance técnico (desarrollo de las
fuerzas productivas), comercio exterior, desproporcionalidad o anarquía
inherente a las ramas de la producción en el mpc, contradicción entre
producción y consumo, un conjunto mundial donde no solo existen capitalistas y
asalariados. Si se incluyen estas características no puede colegirse que la
reproducción del capitalismo sea imposible (para argumentar con Luxemburg que
depende necesariamente de una periferia precapitalista), sino que su equilibrio
se revoluciona constantemente y se establece bajo nuevas beses a cada momento
(la misma proporcionalidad de las ramas de la producción solo se da muy
transitoriamente).
“Espiral capitalista” (término
acuñado por Sismondi)
Bohm-Bawerk: este austriaco de principios del siglo XX cree poder
formular una crítica decisiva a la teoría del valor trabajo marxiana. Se basa
en el hecho de que Marx, aparentemente, despliegue una argumentación circular a
la vez que reemplace la categoría de “ser” por “valer”. Bohm-Bawerk cree poder
demostrar que el trabajo calificado no puede reducirse al trabajo simple, ya
que Marx no logra explicitar argumentativamente este proceso. Ahora bien, si
éste austriaco fuera fiel hasta el final en su argumentación debiera poder
afirmar que no es posible comparar ningún trabajo con otro, ya que todos son
cualitativamente diferentes (así lo son los “trabajos simples” entre sí, al
igual que los “trabajos calificados” en comparación con los “simples”), y, por
lo tanto, establecer que el trabajo medio (trabajo humano general abstracto) no
es posible de reconocer en la realidad. Empero, Marx establece que, precisamente,
la realidad empírica de una formación capitalista desarrollada informa sobre un
proceso real donde los trabajos son efectivamente intercambiables y simples
(por el desarrollo de la maquinaria y la subsunción real de los obreros a la
misma). Por esto la abstracción “trabajo humano general abstracto” no solo es
posible sino que requerida por la realidad capitalista misma.
¿Por qué se sirve Marx –en este
pasaje y en otros- de la expresión “se considera”? Simplemente, para insinuar
que la cualidad creadora de valor del
trabajo humano no está dada de antemano, no es un hecho natural, sino sólo el
resultado de una equiparación de diversos trabajos que tiene lugar en el
proceso social.
Ahora bien, la distinción de Marx
entre trabajo calificado y trabajo no calificado es lo suficientemente simple y
heterodoxa para ser aceptada: ambos difieren en que sus costos de producción
(costos de formación) son diferentes. Con esto no se viene abajo la teoría del
valor de Marx, porque solo podemos concluir que el plusvalor producido por un
tipo de trabajo es mayor que el producido por otro tipo (ergo, el valor de la
mercancía final no es el valor con el cual se compra la fuerza de trabajo más
los medios de producción…)
Trotski: “Teóricamente, a ciencia cierta, es posible concebir una
situación en la cual la burguesía en su conjunto constituye una sociedad
anónima que, mediante su Estado, administra toda la economía nacional. Las
leyes económicas de semejante régimen no presentarían misterio. Un capitalista
individual recibe, como es bien sabido, en la forma de ganancia, no la parte
del plusvalor directamente creado por los obreros de su propia empresa sino una
participación del plusvalor combinado creado en todo el país, proporcional al
monto de su capital. Bajo un “capitalismo de Estado” integral, se realizaría
igual esta ley de la tasa de ganancia no por senderos tortuosos –es decir,
mediante la competencia entre diferentes capitales- sino en forma inmediata y
directa mediante la contabilidad estatal. Sin embargo, semejante régimen jamás
existió, y jamás existirá, a causa de las profundas contradicciones entre los
propietarios mismos, tanto más cuanto que, en su carácter de depositario
universal de la propiedad capitalista, el Estado se convertiría en un objeto
demasiado tentador para la revolución social”
Rosdolsky: “Por Capitalismo de Estado se entiende aquí una
tendencia evolutiva, y no una forma realmente existente del capitalismo.
Incluso si la misma se concretase en países aislados, ello aún no significaría
en modo alguno el fin del capitalismo, ya que seguirían enfrentándose varios
capitales estatalmente organizados” (ver cumplimiento de esta realidad en la Urss )
…Como el capital no paga el
trabajo empleado sino el valor de la fuerza de trabajo empleada, para él el uso
de la máquina está limitado por la diferencia que existe entre el valor de la
misma y el valor de la fuerza de trabajo que reemplaza. Como la división de la
jornada laboral en trabajo necesario y plustrabajo difiere según los países, y
difiere también, asimismo, según las épocas en el mismo país, o según los ramos
de actividad en el mismo periodo; como, además, el salario real del obrero ora
cae por debajo del valor de su fuerza de trabajo, ora supera dicho valor, la
diferencia entre el precio de la maquinaria y el precio de la fuerza de trabajo
que debe sustituir puede variar considerablemente, por más que la diferencia
entre la cantidad de trabajo necesaria para la producción de la máquina y la
cantidad de trabajo sustituido por ella se mantenga invariable.
En cambio en una sociedad
socialista, el límite para el uso de la maquinaria está dado por el hecho de
que su propia producción cueste menos trabajo que el trabajo sustituido por su
empleo
Excurso: capital constante fijo= maquinaria; capital constante circulante =materias primas y auxiliares
Racionalización fallida (Otto
Bauer): “racionalización que, si bien hace descender los costos de
producción de una empresa aislada, aumenta al mismo tiempo, sin embargo, los
costos sociales de producción, enriquece al individuo y empobrece a la
colectividad”
Fenómeno típico de la
racionalización capitalista. Ya que el empresario individual siempre se
desprende de mano de obra cada vez que la sustitución de la misma por
maquinaria le es menos costosa, pero a la vez el mismo no se hace cargo de los
obreros despedidos sino que hace esto la “sociedad”. Por esto, siempre ocurre
una racionalización fallida en una formación social determinada, cuando los
costos de mantener a esos obreros desempleados (y formarlos-reubicarlos), le
resultan a la sociedad en su conjunto más onerosos que la cantidad de trabajo
que el capitalista individual ha ahorrado con la sustitución de los mismos por
maquinaria mayormente productiva.
Por lo tanto la racionalización
capitalista, en tanto racionalización fallida, sucede en la mediante un aumento
de la ganancia del capitalista individual a expensas de una pérdida para la
economía social en su conjunto (alias, la sociedad)
Engels: para el capital la ley del incremento de la
fuerza de trabajo productiva no tiene validez incondicionada. Para el
capital, esa fuerza productiva se incrementa no cuando se economiza en general
en materia de trabajo vivo, sino solo cuando se economiza en la parte paga del
trabajo vivo más de lo que se adiciona en materia de trabajo pretérito. Aquí,
el modo capitalista de producción cae en una nueva contradicción. Su misión
histórica es el desarrollo sin miramientos, impulsado en progresión geométrica,
de la productividad del trabajo humano. Pero se torna infiel no bien se opone
al desarrollo de la productividad…
Otto Bauer: el modo de producción capitalista
disminuye…no solo el pleno aprovechamiento de las fuerzas humanas de trabajo
disponibles, sino que también impide el empleo del modo de operación de mejor
rendimiento posible. La sociedad socialista podrá emplear una máquina
cuando ahorre mayor cantidad de trabajo que la que sea necesaria para su
producción en cambio el modo de producción capitalista solo puede utilizar una
máquina si la misma ahorra mayor cantidad de salario que el que cuesta. Cuanto
más bajos sean los salarios, tanto más difícil será la incorporación de nuevas
máquinas, es decir el aprovechamiento del progreso técnico. Puesto que el
salario solo puede ser una forma de manifestarse del valor de la fuerza de
trabajo, pero nunca una forma de manifestarse del valor del producto del
trabajo, la sociedad capitalista jamás podrá utilizar todas las máquinas que
una sociedad socialista podría poner ya a su servicio.
“El precio de producción de la máquina se halla
permanentemente por encima de su valor…Porque en ella se halla contenida una
porción del plusvalor producido en otras ramas, del cual se apropiaron los
productores de hierro y de la máquinas en virtud de su capital objetivo…Podemos
añadir ahora que el más elevado precio de producción de la máquina, que siempre
es más elevado que su valor…constituye un nuevo obstáculo para la sustitución
del trabajo manual por el trabajo maquinal más productivo. A esto se suma, aún
finalmente, un motivo: las máquinas presentan un precio de producción siempre
más elevado que su valor toda vez que los monopolios industriales y de materias
primas manejan los precios al alza…
Capitalismo de Estado:
solamente aquí es realmente aplicable el concepto de racionalización fallida,
ya que aquí la economía es conscientemente “planificada” (se ha superado la
anarquía del mercado)…En este caso particular de capitalismo las innovaciones
técnicas deben ser más lentas, pero a la vez más sostenidas (lentas porque
deben esperar que las nuevas máquinas ahorren más tiempo de trabajo que el
necesario para mantener y reeducar a los obreros desplazados de sus trabajos
por las máquinas; sistemáticas, porque se supone la planificación, el dirigismo)
que en el capitalismo privado
mercantil (ya que en éste las mismas se dan a saltos, dada la no
planificación; pero a la vez más rápidamente, dado que las mismas se
efectivizan solo cuando a un capitalista individual le es más conveniente
utilizar máquinas que obreros –ergo, no espera que esta situación sea la
conveniente para todos los empresarios-)
Sociedad socialista: no habría desocupación, ni costos de
readiestramiento, ni trabajo asalariado. Esta
sociedad evidentemente no tendrá que contar en su cálculo de costos de
producción con los costos de la fuerza de trabajo (como el capitalismo), sino
con el propio gasto de trabajo. En consecuencia, allí deben resultar viables
también transformaciones tales que parezcan fallidas tanto desde el punto de
vista de la economía estatal capitalista como desde el punto de la economía
capitalista privada. En este caso solo se produciría una racionalización
fallida si las nuevas máquinas costasen a la sociedad tanto o más trabajo que lo
que le ahorrarían en trabajo (no en pago de la fuerza de trabajo). Por
consiguiente, en este caso los límites de la racionalización estarían trazados
con mucha mayor amplitud que en el capitalismo; la sociedad socialista podría
racionalizar con mucha mayor rapidez, generosidad e ímpetu las fuerzas
productivas del trabajo social.
Las
mercancías solo poseen objetividad como valores en la medida en que son
expresiones de la misma unidad social, del trabajo humano; que su objetividad
en cuanto valores, por tanto, es de naturales puramente social” (Marx)
“En
la expresión ponderal del pan de azúcar, el hierro asume la representación de
una propiedad común a ambos cuerpos: su pesantez; mientras que la chaqueta, en
la expresión del valor del lienzo, simboliza una propiedad supranatural de
ambas cosas: su valor, algo que es puramente social”
Adam
Smith creía una tarea inconmensurablemente digna el buscar una medida
invariable de valor para medir a las mercancías. Creía, de hecho, haber
encontrado esta medida en el (valor invariable) del trabajo humano simple, en
su valor real -no nominal- como salario. Por su parte, Ricardo consideraba como
medida invariable del valor el trabajo humano, no en tanto salario, sino en
tanto trabajo humano como tal, como actividad humana creadora de valor.
En
cambio, Marx estableció: para medir los valores de las mercancías –para una
medida externa de los valores- no es necesario que el valor de la mercancía con
la cual se miden las otras mercancías, sea invariable. Por el contrario, y como
tal lo he demostrado en la primera parte, debe ser variable porque la medida de
los valores es a su vez y debe ser mercancía, por el hecho de que de otro modo
no tendría ninguna inmanente en común con las demás mercancías. Por ejemplo, si
se modifica el valor del dinero, se modifica igualmente con relación a todas
las demás mercancías. Por ello sus valores relativos se expresan correctamente
en él, como si hubiese permanecido inalterado (por lo mismo el trabajo, como
medida del valor, es una categoría histórica sujeta a modificación mediante el
progreso de las fuerzas productivas)
Marx
jamás afirmó que la tasa de explotación se modifica con la inversión de capital
per capita de los obreros ocupados o, en otras palabras, que el monto del
plusvalor producido sea función del capital constante empleado. Semejante
afirmación hubiera sido un disparate a su modo de ver. El predominio relativo
de la parte constante del capital sobre la variable significa por cierto un
crecimiento de la productividad del trabajo. Pero no significa en absoluto, por
ejemplo, que en industrias que emplean una cantidad mayor de capital constante,
los obreros creen automáticamente mayores plusvalores (la tasa de plusvalor
solo puede aumentarse mediante un aumento de la productividad cuando las
industrias de los medios de subsistencia pueden procurar bienes de consumo más
baratos para los obreros y cuando de este modo se acorta la parte necesaria de
la jornada de trabajo. Pero esto afecta a todos los obreros en todas las
industrias)
Pero
en realidad Marx nunca se cansó de atacar a Proudhon como a todos los restantes
utopistas que pretendían desquiciar el mundo mediante un sistema justo de
cambio especialmente planeado. Comprobó repetidamente y con el mayor énfasis
que el valor es una categoría histórica, una forma particular de expresión de
la función social del trabajo en una sociedad de propietarios de mercancías, y
que por ello debía desaparecer forzosamente en la sociedad socialista.
Dentro
de la sociedad colectivista corporativa, fundada en la propiedad común de los
medios de producción, los productores no intercambian sus productos; tampoco
aparece en ella el trabajo aplicado a esos productos como valor de esos
productos, como una propiedad objetiva que poseen, ya que entonces, en
contraste con la sociedad capitalista, los trabajos individuales ya no existen
como partes componentes del trabajo total mediante un rodeo, sino en forma
directa…(crítica la programa de Gotha)
Para
Marx, tanto el valor como la mayoría de las categorías económicas constituían
categorías históricas, sujetas a su concreción en las formaciones capitalistas…
El
capital no ha inventado el plustrabajo Dondequiera que una parte de la sociedad
ejerce el monopolio de los medios de producción, el trabajador, libre o no, se
ve obligado a añadir al tiempo de trabajo necesario para su propia subsistencia
tiempo de trabajo excedentario y producir así los medios de subsistencia para
el propietario del los medios de producción (sea éste terrateniente feudal o
capitalista)
…El
plustrabajo, el trabajo por encima del tiempo necesario para la autosustentación
del obrero y la apropiación de ese plustrabajo por parte de otros, la
explotación del trabajo es común a todas las formas de sociedad existentes
hasta el presente, en tanto éstas se movían en contradicciones de clases. Pero
sólo cuando el producto de ese plustrabajo asume la forma de plusvalor, cuando
el propietario de los medios de producción encuentra frente a sí al obrero
libre –libre de ataduras sociales y libre de posesiones propias- como objeto de
la explotación, y lo explota con el fin de producir mercancías, solo entonces
el medio de producción asume, según Marx, el carácter específico del capital
(Engels)
Excurso: Teóricos marxistas del subconsumo (Baran, Sweezy)
Es
obvio que desde el punto de vista de la teoría de Marx solo el trabajo crea
valor. Pero eso no significa en modo alguno que, a su modo de ver, haya que
negarle toda productividad a los “factores objetivos de la producción”. Por
el contrario: en tanto esos factores acrecientan el rendimiento de la
producción contribuyen por cierto a la producción de valores de uso. Por
otra parte, Marx destaca una y otra vez que el capital (no el suelo) es
productivo aún en otro sentido: en cuanto relación social dominante del modo de
producción burgués: “el gran sentido histórico del capital…consiste en crear
ese trabajo excedente…Por esta razón el capital es productivo; es decir, es
una relación esencial para el desarrollo de las fuerzas productivas sociales”
Existen
leyes económicas objetivas válidas para todas las sociedades humanas. Luxemburg
cita algunas: a) “el trabajo vivo llega a estar en condiciones de elaborar cada
vez una mayor cantidad de medios de producción en un tiempo cada vez menor para
convertirlos en objetos de uso (ley válida para todas las sociedades que
progresan económicamente, independientemente de su forma histórica); b) cuanto
mayor sea la productividad del trabajo humano tanto más breve será el tiempo en
el que transforma una cantidad dada de medios de producción en productos
terminados.
Ahora
bien, esto no quiere decir que la economía política posea un objeto específico
en el modo de producción capitalista, ya que en el las relaciones de producción
se imponen con una objetividad ciega a espaldas de los productores, adquiriendo
el proceso social una forma natural –en palabras de Marx-, lo cual habilita a
que este objeto sea tratado con el método científico (por lo cual habilita que
la economía social devenga “ciencia” social). Por el contrario, aun si en todas
las sociedades existen ciertas determinantes naturales objetivas que se cumplen
a todo evento, es claro que tanto en las sociedades precapitalistas
(antigüedad, feudalismo, modo de producción asiático, comunidades primitivas,
etc) y en la futura sociedad socialista las leyes económicas generales y
determinantes son mayormente transparentes (no requieren la utilización del
método científico para su intelección). Así también, en la sociedad socialista
las leyes económicas objetivas devendrán dominio de la sociedad, podrán ser en
su mayor parte controladas.
…Pero
mientras que para Ricardo el análisis constituye el alfa y el omega de su
procedimiento, para Marx solo constituye una etapa necesaria del conocimiento
científico y se lo debe complementar de inmediato con la investigación
genética, cuya tarea consiste en investigar la trayectoria y el proceso de
conformación de las propias categorías económicas, su desarrollo a través de
las diferentes fases (según Hegel esto implica la exposición genética del
concepto). Pero,¿qué otra cosa es el análisis enriquecido mediante la
investigación genética, sino el método dialéctico de Marx?
La teoría de la formación de los precios presupone la
descripción e intelección del mercado mundial, los ciclos industriales y las
crisis
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