En qué sentido la obra de weber puede ser considerada como
un todo coherente? Si entendemos que en el ensayo de 1904, la posición
epistemológica adoptada por el autor estaba eminentemente signada por la
consideración de la especificidad, inherente a todo objeto de conocimiento de
una ciencia sociocultural e histórica, ¿cómo puede explicarse el giro
universalista evidenciado en las elaboraciones realizadas en “economía y
sociedad”? ¿Cómo hacer confluir en un grado cualquiera la necesidad de
constatar conexiones de constelaciones de sentido, en todo momento definidas y
demarcadas por una idea de valor determinada culturalmente, con la premisa
ahistórica explícita de los conceptos que se desarrollan en 1920? En efecto, la
lectura de “economía y sociedad” sorprende –quizás no gratamente-por su amplio
espectro: son continuas las referencias argumentativas a los campos culturales
más diversos, así se ilustran razonamientos basados en un conocimiento de la
antigua China, África, Medio Oriente, India, Latinoamérica, Rusia, etc. ¿En qué
sentido la especificidad propia de occidente define de esta manera lo propio de
la mayoría de las culturas existentes en el mundo? ¿De qué manera a esto
subyace explícitamente-en la ética protestante al menos-un sentido teleológico
de preeminencia otorgado a la cultura occidental?
En un sentido,
considerar la legitimidad tradicional, con sus diferenciaciones internas de
dominación estamental o patriarcal, como un concepto sociológico aplicable a
toda cultura-a toda dominación que se expresa de una forma cultural dada-parece
un poco reduccionista. Ahora bien, está
claro que a cada momento Weber advierte que los tipos puros por él elaborados
no se presentan propiamente de esta manera en la realidad, sin embargo, ¿cuál
es el sentido de un desarrollo tan acucioso y detallado de los mismos? ¿cuál es
la intención de ilustrar constantemente las situaciones pergeñadas en
factualidades ocurridas en el pasado?
En torno a lo mismo, ¿cuál es la relevancia del autor en la
consideración reduccionista de la realidad social en una dicotomía
tradición-modernidad, carga que la disciplina soporta aún en sus elaboraciones?
Si adoptamos las elaboraciones teóricos sociales realizadas
por Gabriel Salazar que refieren una conducta comunitaria en la cuál primaba la
premisa “se obedece pero no se cumple”, ¿cómo se relaciona lo mismo con la
teoría weberiana de la legitimidad? La legitimidad de un dominio, tal como es
definida por Weber, sustenta más su existencia en la “pretensión del imperante
sobre la validez de su dominio”, siendo en algún grado indiferentes las razones
que llevan al cuerpo social dominado a obedecer el mandato que se le impone.
Mas, en tanto una estructura se encuentra siempre en continua constitución,
reafirmándose a cada momento, ¿no es fundamental considerar ambos polos de una
relación social que pretende un grado cristalización evidente? ¿No es necesario
elaborar no solo el sentido de un dominio de manera descendente, sino también
ascendente? ¿En qué sentido se pierde la noción de conflicto en este caso,
siendo más bien claro que se ignoran las elaboraciones de los dominados en
torno a la constitución del marco en el cuál se les domina? ¿Puede afirmarse
que la noción de cambio social se encuentra reificada, siendo que el autor
otorga una posición preeminente al acto carismático? ¿No son los grupos
sociales, y sus conflictos inherentes, los que modelan a cada momento la
organización de la sociedad?
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