domingo, 28 de abril de 2013

El presente como historia (Paul Sweezy)



Paul Sweezy El presente como historia

La clase superior yanqui –aquella dentro de esta formación social que muestra una conciencia de clase más acusada-, se negó a resolver los problemas del capitalismo por medio de un programa masivo de política de bienestar. Por esta misma razón acogieron la guerra como salvación. Seguidamente, después de la segunda guerra no sólo han aceptado, sino que han creado y difundido, a través de todos los medios de difusión masiva, una definición militar de la realidad como superestructura político-ideológica de una economía de preparativos bélicos que es vital al mecanismo de beneficio en el que descansan su riqueza y poder.

No, los hechos no concuerdan con la teoría de Mills de tres (o dos) élites sectoriales que se unen para formar una élite en el poder general. Lo que tenemos en los estados unidos es una clase dirigente cuyas raíces están fuertemente asentadas en el aparato de expropiación que es el sistema empresarial.

El marxismo y la teoría neoclásica son las dos variantes que se desgajaron del tronco principal de la economía política clásica en Inglaterra. Por su parte, es claro que el marxismo arraigó fuertemente en el continente, dejando inmaculado de su influencia el mundo anglosajón.

Keynes: formado en la más pura cepa de la escuela neoclásica. Su obra, por otra parte es una continua discusión iconoclasta contra las premisas de esta teoría. Rechaza el pilar básico de la “ley de Say”, así como entiende la tendencia natural de la economía capitalista al paro y la depresión: con esto último rechaza el postulado liberal axial sobre la armonía de los intereses privados y públicos (la mano invisible)

La escuela de pensamiento a la que Keynes pertenece está bastante aislada y es parcial, que muchos de sus más importantes descubrimientos los daban por supuestos los economistas socialistas al menos una generación antes... Keynes ignora el cambio y el paro tecnológicos, problemas que son parte integrante de la estructura teórica marxista. Keynes trata al paro como síntoma de defecto técnico en el mecanismo capitalista, mientras Marx lo considera como el medio indispensable de que se valen los capitalistas para mantener su control sobre el mercado de trabajo. Keynes ignora completamente los problemas del monopolio, su efecto de distorsión en la distribución de la renta y en la utilización de los recursos, el enorme y parasítico aparato de distribución y propaganda que introduce en la economía.
    Pero quizás el más chocante de todos es la costumbre de Keynes de considerar el estado como un deux ex machina al que se invoca siempre que sus actores humanos, actuando de acuerdo con las reglas del juego capitalista, se encuentran en un dilema sin solución aparente.

Schumpeter: niega la existencia de excedentes en forma de beneficios o intereses dentro del flujo circular, solo admitiendo la presencia de una renta por la tierra. De esta manera, en esta abstracción solo encontramos a dos clases: los terratenientes y los demás. Todos tienen idéntico acceso al capital.
 Si ésta fuera absolutamente la concepción apropiada de la economía capitalista sin empresario, habría que admitir con el profesor Schumpeter que el empresario es el origen del cambio y, por tanto, de gran parte de los rasgos característicos de la realidad capitalista, tales como los beneficios, el interés y las rentas.
Podemos ahora invertir el orden de causa y efecto que el profesor Schumpeter establece. En lugar de mirar los excedentes y la acumulación como un efecto del cambio, podemos considerar que ejercen una presión constante y poderosa en el sentido del cambio económico….en una sociedad con una estructura capitalista el agente que cumple esta función debe adaptarse a una vida de continuo cambio o correr el riesgo de perder todo lo que proporciona prestigio y poder social

Pero en nuestro caso resulta claro que, para que se produzca el cambio no es necesario insertar un tipo sociológico especial cuya característica y función resida en su capacidad para superar resistencias a la innovación….Esto resulta particularmente claro en el caso de la moderna empresa gigante o de gran escala, en la que el proceso de innovación está ampliamente institucionalizado en las manos de cuerpos de investigadores científicos, de economistas de costes y análogos, y en la que sería muy difícil, si no imposible, encontrar al empresario schumpeteriano.

Pero en nuestros días, cuando la aparición de una nueva empresa importante es un acontecimiento extraordinario y cuando la innovación se lleva a cabo por la empresas existentes casi como una parte de su rutina normal, confiar en la actividad voluntarista y espontánea del empresario va pareciendo cada vez menos recomendable (en correspondencia con esto el mismo Schumpeter sostiene que su teoría se ajusta con mayor precisión al capitalismo de competencia

Para Schumpeter los beneficios resultan del proceso de innovación y, por tanto, la acumulación es un fenómeno derivativo. El punto de vista alternativo sostiene que los beneficios se dan en una sociedad con estructura de clase capitalista incluso cuando falta la innovación. Desde este ángulo, es la propia forma de aparición del beneficio la que mueve a acumular, y la acumulación genera la innovación como medio para preservar el mecanismo de obtención del beneficio y la estructura de clase sobre la que descansa

Hayek: considera exactamente igual el totalitarismo nazi al totalitarismo soviético bajo Stalin. Ahora bien, Sweezy argumenta, por ejemplo, que no es lo mismo el antisemitismo nazi a los kulaks rusos (en estos últimos los kulaks podían renunciar a su condición adinerada, mientras los judíos eran perseguidos incluso si no eran creyentes)

La economía política Fabiana: miembros sobresalientes Bernard Shaw y los hermanos Webb (Edourd Bernstein fue influido en gran medida por sus ideas durante una estancia prolongada en Inglaterra).

No incluyen la teoría del valor trabajo clásica, consideran el beneficio, la acumulación y la clase capitalista como secundarios. En el centro de la teoría está la posesión de la tierra (renta) y el aumento de la población que deprime la productividad marginal del cultivo. Por otra parte, sustituyen la teoría del valor por la teoría de la utilidad de Jevons, lo que les lleva a negar que la fuerza de trabajo tenga un valor (demostrado por la existencia del desempleo…)

Se predica el gradualismo reformista mediante un partido conciente y autónomo. Esta posición obviamente presupone que las clases propietarias reducirán su oposición al socialismo al campo de la política constitucional y aceptarán la derrota de buen grado. Sin esta presunción –si se supone, por el contrario, que en un determinado momento las clases propietarias no dudarán en deshacerse de la constitución y emplear la violencia en defensa de sus privilegios -, predicar el gradualismo incondicional no es más que desarmar previamente al movimiento socialista. ¿Cuál era, entonces, la base en que fundaban los fabianos su estimación sobre la probable conducta de la clase dirigente británica? Yo creo que no pequeña parte de la respuesta radica en su obsesiva preocupación por la renta de la tierra y la cuestión agraria. La aristocracia terrateniente se había sometido a la derrota en 1832 sin levantar el estandarte de la revuelta: era manifiestamente una clase parasítica y falta de vigor.

Esta corriente teórico práctica no tiene en cuenta con suficiente fuerza la necesidad de la planificación.

La revolución de los managers (Burnham) a) el alegado control de facto de los medios de producción por parte de los managers; b) el alegado carácter no capitalista del fascismo alemán; c) el alegado carácter no socialista de la Unión soviética, d) el alegado anticapitalismo del New Deal.

a) Con respecto a este punto, el argumento de Burnham se basa en el libro de Berle y Means “The Modern Corporation and the Private Property” (1931), el cual es pionero en establecer la tesis de la separación de la propiedad y control. Ahora bien, estudios posteriores han venido a negar empíricamente la tesis sustancial de este texto: en 140 de las mayores 200 compañías la propiedad y control se reúnen en un pequeño número de agentes, los cuales coinciden con la posesión de cierto número clave de acciones de las empresas. Y lo que es cierto para las mayores empresas, lo es más para las numerosas y no despreciables en importancia pequeña y mediana empresas.

a) Asimismo, el concepto de management en Burnham es bastante equívoco. Identifica a esta categoría con los técnicos, gerentes y administradores de toda índole, los cuales comparten la característica general de poseer acceso a los medios de producción. Empero, no nota el hecho de que la gran mayoría de estos actores se encuentra subordinado a las directrices de los altos directivos que componen el consejo de administración de las sociedades anónimas (sólo estos comprenderían el management efectivo, cuestión que no reconoce Burnham)

b) Burnham supone el carácter anticapitalista de la Alemania nazi por dos aspectos centrales: la eliminación del paro y la mayor presencia del Estado en la economía. Esta concepción denota una comprensión estrecha del ser propio de este modo de producción y su dominio en una formación social determinada. Por una parte, la eliminación del paro es solo función de un contexto internacional que implica el acelerado rearme e industrialización alemana –si estos factores se eliminan el paro reaparecerá o las ganancias mostrarán un descenso sustancial-. Por otra parte, la mayor presencia del Estado en economía supone en este caso una forma característica de desarrollo de las tendencias capitalista más acusadas. Amplia reprivatización de las empresas públicas en los años treinta; eliminación de la disposición que permitía la socialización pública de la producción energética; igual trato tributario a los municipios y empresas privadas; utilización extensiva de capital mixto: el Estado favorece la acumulación mediante la desvalorización revalorización arbitraria de determinados sectores del capital.

b) El control de precios y la regulación salarial no es necesariamente una práctica anticapitalista: en la Alemania nazi supuso la eliminación de los sindicatos obreros, y la recuperación de la tasa de ganancia de las empresas de la industria pesada aún por sobre de lo que había en el periodo anterior a 1929. En este sentido, mientras la participación en la renta por el capital fue de cerca de un 20% antes de la Gran Depresión, bajo los nazis esta participación creció hasta al menos u 28%.

d) (Dado que en “c” los argumentos han envejecido algo). Burnham sostiene que el carácter anticapitalista del New Deal está visto solo por dos factores esenciales: el aumento de la injerencia del estado en la economía y el hecho de que la clase capitalista en su conjunto se haya opuesto a estas prácticas. El carácter precapitalista del New deal (en largo plazo) ha quedado evidenciado por el curso de la historia.

El nazismo fue el resultado de los males del capitalismo alemán de la posguerra (males que eran específicamente capitalista y alemanes), entre lo que se destacaban las reducidísimas oportunidades que se le presentaban al capital para extender se una forma normal. La agresividad nacionalista y antisocialista de la ideología nazi provenía de las exigencias objetivas del capital alemán, que se lamentaba del bloqueo exterior y de las reivindicaciones excesivas de las masas. De ahí que no sólo los capitalistas, sino también que el aparato estatal burgués en pleno empujara a los nazis al poder.

En el capitalismo, los managers son los trabajadores mejor remunerados. Su posición y objetivo están totalmente ligados a los de sus superiores; su máxima ambición es llegar a ser auténticos funcionarios del capital, como propietarios o como altos directivos. En resumen, su instrucción y sus status social les impide adoptar una posición histórica independiente. No controlan de hecho los medios de producción, pero aún en el caso de que lo hicieran serían totalmente incapaces de sobrepasar los límites del orden capitalista.

La nueva fase monopolista del capitalismo supone un carácter antiliberal y antidemocrático: su leitmotiv es la planeación para la acumulación de la clase capitalista. La preeminencia de la categoría de la dominación por sobre la representación es evidente en esta fase capitalista.

Adviertan ustedes, por favor, que ni Marx ni ningún otro socialista de importancia han propugnado o esperado nunca la abolición de la propiedad privada de los bienes de consumo. Por el contrario, el apoyaba el aumento de los bienes de consumo en poder de las gentes de baja renta y, por tanto, una gran extensión de la propiedad privada en esta esfera.

Dos de las características más chocantes del mundo socialista son la variedad y el cambio. Polonia es muy diferente de la Unión soviética, y Yugoslavia de Polonia. Y las tres están cambiando, aunque a ritmos distintos y por caminos diferentes.

Las diferencias económico-sociales en la URSS, si bien se presentan, son muy menores a las occidentales. Aquí no existe la publicidad, pero permanece una despolitización de la juventud para la cual los ideales socialistas no significan mucho: su afán de trabajo y esfuerzo es siempre por un avance individual.

El término imperialismo es de origen relativamente reciente, habiendo sido empleado por primera vez a fines de la década de 1870 por un grupo de escritores y delegados coloniales británicos. Esos hombres eran defensores del fortalecimiento y la expansión del imperio colonial británico; “imperialismo” era el nombre de l apolítica que estimaban se debía llevar a cabo

Ya Hobson, en 1902 acuñó la noción de imperialismo para designar la explotación de unas naciones “adelantadas” de otras “atrasadas”. Asimismo, Lenin solamente hizo suyo un concepto muy en boga en la profusa literatura teórica de la época. Las tres características esenciales del imperialismo eran (y son): a) fuentes de materias primas que podrían ser vendidas lucrativamente en los mercados mundiales; b) “salidas” para las inversiones de capital de los centros; c) mercados ampliados para los productos manufacturados

Popper: “La posibilidad de generalización y su éxito en las ciencias físicas se basa, según el historicismo, en la uniformidad general de la naturaleza; en la observación –quizás mejor descrita como supuesto- de que en circunstancias similares ocurrirán acontecimientos similares. Este principio, que se supone válido a través de espacio y tiempo, se dice que subyace en el método de la física. En historicismo insiste en que este principio es necesariamente inútil en sociología. sólo aparecen circunstancias similares en un determinado período histórico, y no persisten de un período a otro”.

Las predicciones de la física pueden describirse como predicciones condicionales, pero nunca como predicciones histórico concretas. Por otra parte, se dice que el historicismo está interesado en profecías incondicionales….Me parece que aquí Popper está trazando una rígida distinción entre proposición condicional e histórica, cuando de hecho no la hay….Por el contrario, una predicción condicional puede convertirse en histórica si las condiciones que especifica se reproducen con bastante exactitud en una situación histórica real…En lo que se refiere al marxismo, me parece bastante que todas sus predicciones históricas son de esta clase.

Popper (individualismo metodológico, nominalismo)

Como se sabe el marxismo rechaza la religión en este sentido. ¿Pero quiere decir esto que la supresión de opiniones y prácticas religiosas forma parte del programa del marxismo? Por su puesto que no: “…cuando la sociedad, adueñándose de todos los medios de producción y manejándolos con arreglo aun plan, se emancipe a sí misma…cuando, por tanto, sea el hombre quien proponga y quien disponga, entonces y sólo entonces desaparecerá este último poder extraño que hoy se refleja todavía en la religión, por la sencilla razón de que ya no habrá nada que reflejar” (Engels)

Puede razonarse que, después de todo, ambas ramas deben adecuarse a la demanda de bienes de consumo; que la demanda de expansión de la rama II (bienes de consumo) mide, las necesidades primordiales de medios de producción, y que puede esperarse, por tanto, que la demanda de expansión de la rama I (medios de producción) se limite a lo necesario para hacer frente a demandas de reposición lentamente crecientes. Tal caso es ciertamente concebible, pero completamente irreal. En la práctica, la rama I no puede expansionarse lenta y continuamente al comienzo de un aumento del consumo. Al comienzo faltan por completo industrias enteras, redes de transporte, sistemas de comunicación, etc que serán totalmente esenciales cuando el consumo haya alcanzado un cierto nivel y que no pueden crearse poco a poco. Durante mucho tiempo, el crecimiento de la rama I debe anticiparse y ser ampliamente independiente del aumento de consumo. Esta anticipada e independiente expansión de la rama I es precisamente lo que entendemos por industrialización.

El desarrollo de una sociedad atrasada implica un periodo de industrialización durante el cual la demanda de productos de la rama I viene en una parte considerable de la rama I. Así, cuanto mayor es la tasa de beneficio, y más fuerte el ritmo de acumulación de los capitalistas, menor es el aumento de consumo y más rápida la tasa de industrialización.

Analicemos ahora lo que ocurre cuando el periodo de industrialización toca a su fin. Se han creado las industrias básicas, hay una red de ferrocarril, etc. En otras palabras: la construcción de la rama I ha llegado hasta el punto en que puede hacer frente a las demandas de reposición y de expansión de la rama II….La demanda de expansión que provenga de la rama I se derivará de las demandas de reposición gradualmente crecientes de la rama II y en cantidad mucho menor de la rama I.

Pero hoy es verdaderamente imposible sostener que el sistema capitalista de precios actúa de ese modo….no hay razón para suponer que el principio del fin del periodo de industrialización va a poner en marcha un mecanismo que acelere el aumento de consumo a costa de la acumulación, rellenando así el bache que la desaparición de la demanda de expansión de la rama I causaría en otro caso.

“…Pero razonar así sería concebir demasiado rígidamente el esquema de las dos ramas. En realidad, hay una parte considerable de los recursos empleados en la rama primera, que puede transferirse rápidamente a la rama segunda, y así ocurriría, sin duda, con un cambio en la estructura de la demanda tal como lo concebían los antiguos economistas. Por ejemplo, las empresas que habían estado construyendo edificios para fábricas pasarían a construir casas, las fábricas de camiones pasarían a construir turismos, etc….una suave transición al terminar el periodo de industrialización –si fuera posible-implicaría una rápida expansión de la rama segunda a expensas de la rama primera”

Cuanto más rápida sea la industrialización decidida, más alto será el nivel de precios de los bienes de consumo, y viceversa.

La oficina planificadora, al ver que la construcción básica del equipo industrial del país está casi concluida transferirá recursos a la rama II en cuanto queden disponibles y canalizará la mayor parte de la nueva acumulación hacia una nueva expansión de la rama II.…Y para que esta inundación de bienes de consumo encuentre mercado, a la oficina le basta con bajar los precios….En otras palabras: bajo el socialismo, el fin del periodo del industrialización marca no un periodo de depresión continua (potencial o fáctica), sino más bien un periodo de verdadera plenitud.

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